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Workplace Trends

Contract Workplaces
Si te encuentras en búsqueda de lo último que está pasando en materia de diseño de oficinas, estás en el lugar indicado. Te invitamos a sumergirte en las nuevas tendencias que abarcan temas de diseño, construcción de oficinas, tecnología, sustentabilidad, equipamiento, RRHH y management

El espacio planificado

Un espacio bien planificado organiza el ambiente de trabajo en base al confort y la funcionalidad sin perder de vista los ciclos de vida y la economía de la empresa; se alinea con la dinámica de trabajo, con  los patrones dentro de los que se mueve la actividad, y con la cultura y los valores de la compañía. Aplicar una correcta Workplace Strategy aporta un diagnóstico preciso y ayuda a la organización a cumplir con sus metas, a anticiparse a los cambios, a contar con la flexibilidad necesaria para afrontarlos y mantenerse vigente. Un espacio de trabajo bien planificado, optimizado y diseñado es una inversión a largo plazo que contribuye al éxito del negocio de la organización.

El espacio de trabajo es un factor de producción para las organizaciones, tanto como lo son los recursos humanos, la tecnología o las finanzas. Es la representación física de su identidad, su visión, su misión y sus valores.

La función principal del espacio consiste en facilitar y dar soporte y contención a los procesos de ocupación de la organización y, si está bien diseñado, podrá jugar un papel muy importante en el éxito del negocio ayudando con el cumplimiento de las metas, permitiendo anticipar los cambios y brindando la flexibilidad suficiente como para reaccionar ante los mismos y mantenerse vigentes.

En las oficinas bien planificadas, cada metro cuadrado cuenta para hacer rendir la superficie y convertir el lugar de trabajo en un ámbito confortable y productivo tanto para los empleados como para los empleadores, los clientes y los proveedores. Pero una planificación eficiente no solo apunta a mejorar los ratios de ocupación sino también a hacer más productivo el trabajo de las personas a través de un diseño conceptual que genere motivación, bienestar, identificación, satisfacción y compromiso con la empresa.

Optimizar el espacio

Previo a la etapa de diseño, el desarrollo de un estudio de Workplace Strategy ayuda a aportar sustancia y sentido al aprovechamiento de los espacios de trabajo tanto desde la perspectiva de la empresa como desde la perspectiva del usuario. Permite aportar una mirada integral y profunda sobre algunos aspectos no contemplados en los proyectos convencionales, posibilitando anticipar los riesgos y asegurar el éxito del diseño.

El proceso de Workplace Strategy es un enfoque sistemático orientado a mejorar la utilización del espacio de trabajo, que interviene sobre su configuración para hacerlo más eficiente.

Se trata de poner en práctica un conjunto de herramientas pensadas para diseñar, organizar y disponer el entorno más adecuado de acuerdo con las necesidades de cada compañía, aplicando un enfoque holístico que tenga en cuenta tanto la integración de los espacios de trabajo como los ciclos de vida y la economía de la organización. El proceso debe estar orientado a optimizar la utilización del espacio de la forma más eficiente y efectiva de acuerdo con las necesidades presentes y futuras, ayudando a transformar la oficina en un espacio confortable, productivo y eficaz, alineado con la dinámica de los procesos de la organización a fin de obtener el máximo rendimiento junto con una reducción en los costos de operación y mantenimiento .

El proceso consiste en analizar las necesidades de la organización -a corto, mediano y largo plazo- en relación con los activos físicos y debe contemplar la dinámica del trabajo, los patrones dentro de los que se mueve la actividad, la comunicación interna y la cultura de la compañía. Al mismo tiempo, tiene que ofrecer soluciones en relación con las necesidades de las personas y la tecnología.

Uso y ocupación

El primer paso consiste en realizar un diagnóstico de la situación actual. Para organizar el espacio de una manera más eficiente hay que saber cómo se ocupa hoy.  Conocer cómo y dónde trabaja la gente ayudará a componer un cuadro de situación en relación con el uso del espacio. Si muchos puestos no se utilizan o están desocupados la mayor parte del día es importante determinar dónde se está realizando el trabajo y de qué manera.

Los propios usuarios también pueden aportar opiniones valiosas sobre la eficiencia de sus puestos de trabajo para dar soporte al desempeño de las tareas. Por eso, además, será necesario reconocer las tipologías preexistentes, la comunicación espacial y laboral junto con la necesidad de integración.

Todos estos datos se recopilan y analizan para conocer no solo la forma de operar de la empresa sino también para comprender su cultura y para determinar cuáles son los objetivos y las actividades que encarnan su misión y su visión del negocio.

Una vez definido el estado de situación se arma el programa de necesidades. Se establecen los criterios de ocupación y las tipologías y se detalla la cantidad de puestos de trabajo, de oficinas cerradas, de salas comunes y de áreas de apoyo que serán necesarios.

La forma en la que se aplicarán las estrategias variará según la compañía. Estas diferencias se reflejarán en los estándares por metro cuadrado de ocupación, en los vínculos de proximidad que se determinen, en la valoración de la comunicación entre las distintas áreas, en la cantidad de espacios de colaboración y de espacios privados que se necesiten, en las exigencias de ergonomía, etc.

Modelo para armar

Tal como vienen desarrollándose las nuevas tendencias en las formas de trabajo, la ecuación “un puesto de trabajo, una persona” ya no es eficiente. Los trabajadores de hoy necesitan diferentes entornos para diferentes actividades.  Pero este enfoque siempre debe aplicarse de manera que se adapte a la amplia gama de necesidades, contextos y culturas corporativas que existen.

Sin embargo, y a pesar de la diversidad de necesidades, un componente fundamental de esta estrategia será la de diseñar para la flexibilidad y la gestión de un espacio de trabajo en constante cambio. Un entorno con una configuración basada en la actividad de la compañía, que equilibre la necesidad de privacidad y de comunicación de las personas, y que proporcione una amplia gama de opciones (de uso dedicado y compartidas) que puedan transformarse y adaptarse a distintas funciones. Por ejemplo, una oficina cerrada puede usarse como sala de reunión o espacio de trabajo individual dependiendo del usuario y de la necesidad del momento.

En los modelos tradicionales es habitual que a mayor jerarquía se asigne una mayor cantidad de espacio. Sin embargo, este criterio carece de toda lógica ya que cuanto más alto es el cargo menos tiempo permanecen las personas en su oficina dando como resultado una gran cantidad de superficie subutilizada. Es por esto que resulta más efectivo organizar a las personas de acuerdo con las tareas que desarrollan dentro de la oficina. Para ello resultará práctico realizar un análisis estadístico de las actividades que se realizan durante la jornada laboral.

Por todo lo expuesto se comprende que la oficina privada es, actualmente, una tipología en vías de extinción. La idea es limitar las barreras físicas casi exclusivamente a las salas de uso compartido tales como las salas de reuniones, de brainstroming, de capacitación etc., y a aquellas actividades en las que sea necesaria la privacidad (phone booth) o el trabajo de concentración (biblioteca).

Las nuevas tendencias también están modificando sustancialmente la relación entre los espacios dedicados al trabajo individual y aquellos destinados a actividades grupales. Las actuales plantas flexibles configuradas en open plan pueden asegurar hasta un 80% de espacio abierto, contra un 20% de superficie cerrada. Este esquema, sin embargo, debe balancear el espacio público y el privado. El programa funcional, al mismo tiempo que suma lugares comunes, debe ofrecer espacios de concentración y garantizar un nivel de ruido aceptable para asegurar el confort y evitar distracciones.

Los puestos de trabajo deben aprovechar al máximo las vistas abiertas y la luz natural, y complementarse con los espacios de reunión, tanto formales como informales, distribuidos de tal forma que se asegure una transición cómoda entre las actividades individuales y las grupales.

Los nuevos programas funcionales también contemplan la incorporación de espacios recreativos o amenities. En lugar del clásico comedor, las nuevas oficinas incorporan pequeñas cafeterías, gimnasios, salas de lactancia y hasta microcines para los empleados. Un punto más para no perder de vista que el eje de la gestión del espacio siempre deben ser las personas.

¿Cuáles son los beneficios?

Un espacio de trabajo bien planificado, optimizado y diseñado es una inversión que contribuye al éxito del negocio de una organización. Estos son algunos de los beneficios que reporta:

Flexibilidad. Dados los continuos cambios que se producen en los ambientes de trabajo actuales, la adopción de un modelo de espacio flexible permite una rápida reconfiguración.  Esta flexibilidad debe verificarse a diferentes niveles: en los componentes de los puestos de trabajo y en el equipamiento que debe poder  trasladarse según los requerimientos del momento. Una oficina bien planificada ofrece mayor permeabilidad al cambio y adaptación a los nuevos escenarios de la organización.

Mayor confort. Un mayor uso de la luz natural y de criterios ergonómicos adecuados incrementa el bienestar y la salud de los empleados junto con la seguridad y el confort, reduce el ausentismo y la rotación, y mejora la productividad.

Tecnología mejorada. Para poder aprovechar las ventajas de la flexibilidad, se utilizan tanto redes inalámbricas como zonas activas de Wi-Fi accesibles desde cualquier dispositivo móvil. De esta manera, los empleados pueden ir donde lo necesiten sin dejar de tener acceso continuo a las herramientas necesarias para realizar su trabajo. También se reducen los costos ya que se elimina el cableado bajo piso técnico, lo cual permite nuevas configuraciones o expansiones sin grandes erogaciones. La tecnología debe optimizar el espacio y permitir el máximo ahorro energético.

Mayor productividad. Un entorno de trabajo más eficiente y amigable aumenta la productividad, el compromiso y la satisfacción de la fuerza laboral.

Innovación. Los nuevos espacios promueven, motivan y facilitan la creatividad y la innovación.

Cultura. La Workplace Strategy penetra dentro de la cultura de la compañía; detecta sus necesidades y elabora estrategias eficaces para responder a ellas reforzando la identidad corporativa.

Escala humana. Los espacios que privilegian las áreas de encuentro para socializar y realizar trabajo colaborativo dentro de un ambiente cálido y ameno son más humanos.  Las zonas comunes se han convertido en el corazón del espacio corporativo ya que promueven los encuentros, las reuniones espontáneas y la creatividad.

Espacio más democrático.  Los nuevos modelos horizontalizan el uso del espacio asignando la superficie en función de las actividades que se realicen y no de acuerdo con las jerarquías.

Mayor retención. Los entornos de trabajo bien planificados junto con los beneficios que estos ofrecen, posicionan competitivamente a la empresa para atraer y retener a los mejores empleados.

Sustentabilidad. Los programas funcionales se organizan en torno a criterios de eficiencia energética y sustentabilidad. Pero, además, utilizar menos espacio (o no aumentar la superficie utilizada) es una manera sumamente efectiva de reducir la huella ambiental de una organización. Una empresa que ocupa menos espacio significa menos uso de energía, menos emisiones de carbono, menos residuos, menos energía destinada al transporte y menor polución ambiental.

Optimización de costos. Una oficina bien planificada ofrece la mejor relación costo-beneficio, contemplando el presupuesto de intervención y sus resultados a corto y mediano plazo.

Conclusión

La aplicación de una Workplace Strategty exitosa posibilitará una mejor planificación, diseño y gestión del espacio de trabajo.  Esto redundará en un uso más eficiente y eficaz de la superficie, favorecerá el desempeño de los trabajadores y sacará provecho de todo el potencial que este importante activo estratégico representa para la organización.

Los 7 factores clave del espacio de trabajo 
El layout. Debe ser funcional, eficiente y flexible. Las plantas son abiertas y cuentan con espacios fácilmente reconfigurables. Las barreras físicas se reducen al máximo y se reservan solo para las áreas de uso común y las oficinas cerradas. 
Los usos. Distintas actividades requieren diferentes ámbitos. Será necesario diseñar para que los espacios puedan adaptarse a distintas funciones dependiendo de los requerimientos del usuario y de la necesidad del momento.
La asignación de espacios. Resulta más efectivo organizar a las personas de acuerdo con las tareas que desarrollan dentro de la oficina en lugar de hacerlo en función de las jerarquías.
El flujo de trabajo. El feedback de la comunicación y del trabajo deben ser efectivos. El diseño debe apoyar el intercambio fluido entre todos los integrantes de la compañía. Se privilegian los espacios de trabajo colectivo (salas de creatividad y de reunión), y los espacios de encuentro y de distensión (breakpoints, áreas de servicio y pequeñas cafeterías). 
La tecnología.  Debe apoyar los procesos de una fuerza de trabajo móvil y en constante movimiento. El uso de tecnologías móviles reduce los costos ya que se elimina el cableado permitiendo nuevas configuraciones sin grandes erogaciones. La tecnología debe optimizar el espacio y permitir el máximo ahorro energético. 
La sustentabilidad. Los programas funcionales se organizan en torno a criterios de eficiencia energética y sustentabilidad. Pero además, usar menos espacio es una manera efectiva de reducir el impacto ambiental de una organización. 
La cultura. Todo el diseño deberá estar en sintonía y apoyar la cultura corporativa.

FUENTE: FM&WORKPLACES #68

El nuevo espacio de colaboración

Por Philip Ross

Actualmente está emergiendo un repertorio de nuevas tecnologías y soluciones que  estimulan una colaboración fructífera. Cuanto más se utilicen estas nuevas tecnologías, más se incrementará la comprensión de los beneficios que conlleva la colaboración, lo cual se traducirá en un tránsito gradual desde el actual  modelo de empresa, limitado y estático, hacia una visión más colaborativa, dinámica e integradora. Esta transición requerirá una visión conjunta de las personas, el espacio de trabajo y la tecnología, lo cual conducirá a crear el potencial necesario para el cambio y la innovación. Hay 8 principios que nos ayudarán a conseguir una colaboración exitosa.

La aparición de nuevas herramientas de colaboración en las futuras versiones del software también acelerará esta tendencia y provocará una adopción más amplia de estos principios. La curva de la tecnología de la colaboración de Gartner describe el cambio de la siguiente forma:

 

Desde Hacia
Canal único de comunicación.Canales heterogéneos.
Una aplicación por vez .Diferentes aplicaciones en una sola ventana.
Uso de aplicaciones del entorno local.Uso de aplicaciones del entorno local y de La Nube.
Uso de aplicaciones “bolt-on” (agregadas a un sistema sin necesidad de realizar modificaciones).Uso de aplicaciones “built-in” (incorporadas).
Aplicaciones no compatibles.Aplicaciones compatibles.
Colaboración solo dentro de la misma empresa.Colaboración entre distintas empresas.
Aplicaciones orientadas a desarrolladores.Aplicaciones mash up, orientadas a los usuarios.
Comunicación asincrónica.Comunicación en tiempo real.

 

Este aumento de la colaboración también es parte de la transición gradual hacia la organización permeable, donde las actividades ya no ocurren dentro de un “recinto amurallado”, sino fuera del firewall. En esta nueva organización, la comunicación con nuevas comunidades y con los socios se convierte en una necesidad.

Pero, además de las tendencias descriptas anteriormente, existen dos fuerzas externas fundamentales que acelerarán la tendencia hacia la colaboración: la demografía y la sustentabilidad.

Demografía

Por primera vez en la historia cuatro generaciones están trabajando juntas en la oficina. Los nuevos integrantes de la fuerza laboral, la Generación Y, promete ejercer más influencia de la que ha tenido la generación de sus padres, los Baby Boomers.

Este nuevo grupo, nacido entre 1980 y 2000, es reconocido por su confianza, su promoción de la igualdad en el lugar de trabajo y su aguda visión global. Pero lo más importante es que para sus integrantes la tecnología es intuitiva, invisible y esencial. Esto trae aparejado un importante impacto social: por primera vez en la historia, los más jóvenes son considerados como una autoridad en algo que las generaciones mayores no dominan de la misma manera.

¿Cuáles son las características de las otras tres generaciones?

  • Generación tradicional. Nacidos entre 1928 y 1945, representan la fe en las instituciones, la lealtad, el cumplimiento y la importancia de trabajar duro. Aunque muchos de sus integrantes están jubilados, un porcentaje cada vez mayor se queda dentro de la empresa ofreciendo sus conocimientos y experiencia.
  • Baby Boomers. Nacidos entre 1946 y 1965, aprecian la individualidad, la juventud y la aventura. Confían en la prosperidad, han humanizado el lugar de trabajo transformándolo en un espacio cómodo y han alentado la innovación en todos los niveles. Planean la posibilidad de la jubilación con una vida laboral activa a tiempo parcial ya sea en la modalidad de teletrabajo o de una consultoría.
  • Generación X. Nacidos entre 1966 y 1977, se identifican como perezosos, ganadores y cínicos. Estos hijos del divorcio tienen un lema que podría ser un sarcástico “gracias por el mundo que nos dejaron”. Pero la Generación X también puede ser muy emprendedora. Carecen de las limitaciones sociales y culturales de sus predecesores.

La próxima generación -que todavía está en la escuela- será aún más radical en sus actitudes y en su visión del mundo. La Generación Net, o nativos digitales, ha crecido con la tecnología y con el uso de Internet de una manera muy diferente a otras generaciones. Aprenden en Internet, usan pizarras interactivas en la escuela y llevan más poder de cómputo del que sus predecesores tenían en su lugar de trabajo. Ellos serán la primera generación capaz de vivir on line, de leer en pantalla, de ser feliz con menos privacidad y de adaptarse a la conectividad ubicua.

Sustentabilidad

Los desplazamientos son una de las pautas más difíciles asociadas con el trabajo. Según las cifras de las Universidades de Sheffield y Michigan consumen una media de 80 minutos por día por persona en todo el mundo.

Trasladar una media de 10 millones de personas cada día para trabajar en una oficina ya no es sostenible. En el futuro surgirán diferentes estilos de trabajo basados no solo en el home office sino también en centros suburbanos y oficinas policéntricas que cambiarán la naturaleza de los desplazamientos. Pero a medida que surjan estos modelos de trabajo disperso y las personas se separen cada vez más de sus colegas, clientes y socios, se hará necesario crear nuevas formas de conectarse y colaborar.

Los 8 principios para una colaboración exitosa

Hemos identificado 8 principios para una colaboración exitosa. Tal como muestra el diagrama 1, la transición hacia un estilo de trabajo diferente requiere una visión integrada de los tres pilares fundamentales de cualquier organización: las personas, el espacio de trabajo y las tecnologías. Al considerar las dimensiones psicológica, física y virtual se pueden establecer diferentes tipos de comportamiento (tal como el trabajo de colaboración) a través de nuevos procesos apoyados por una infraestructura innovadora.

Esos 8 principios son los siguientes:

Diagrama 1 | El tríptico del trabajo. El encuentro entre las personas, el espacio de trabajo y la tecnología crea el potencial necesario para la innovación y puede cambiar la forma en que trabajamos | Fuente: UnWork.com

 

  1. Activity Based Working | La organización ágil

La gente ya no ocupa ni sus oficinas ni sus puestos de trabajo. Las encuestas muestran que, en un lugar de trabajo promedio, menos del 50% de los escritorios están ocupados en cualquier momento del día. Se necesita un nuevo abordaje del lugar de trabajo basado en equipos y tareas más que en departamentos y funciones. Este enfoque se denomina Activity Based Working (ABW) -explicado en la entrega anterior- y representa el futuro de las organizaciones ágiles.

Adoptar ABW requiere un replanteo fundamental tanto de la necesidad como de la provisión de espacio. Para ello hará falta un conocimiento detallado de la fuerza de trabajo junto con un mapeo del día de trabajo típico. Luego se asignarán una serie de tareas, junto con las tecnologías de apoyo adecuadas, de acuerdo con los parámetros establecidos. El balance costo-beneficio es difícil de establecer, pero es claro que uno de los puntos a favor será una reducción de los gastos generales en metros cuadrados;  hasta un 30% en base a la experiencia.

La organización ágil se convertirá en uno de los principales impulsores de la colaboración. La velocidad de los mercados, la toma de decisiones entre equipos dispersos, la posibilidad de eliminar los tiempos de inactividad y de hacer un mejor uso de la experiencia, son algunos de los factores que impulsarán las mejores prácticas para una colaboración exitosa.

  1. Migrar hacia La Nube

Escritorios cargados de papeles en edificios llenos de máquinas de fax, computadoras, servidores y software no es la visión del futuro que nos espera.

Las empresas virtualizarán su infraestructura y la gente solo irá al lugar de trabajo por una razón: para estar con otras personas. A medida que la ocupación de los edificios se fragmente y el trabajo se disperse cada vez más, las personas tendrán que colaborar y comunicarse a distancia.

El crecimiento de La Nube tendrá un profundo impacto sobre la colaboración. Los sistemas on-premise (del entorno local) migrarán hacia una gama de soluciones híbridas para que las personas puedan conectarse desde cualquier lugar. Creemos que, en el futuro, las aplicaciones de colaboración se basarán en La Nube ya que el Software como Servicio (SaaS)  está disponible como y cuando se lo necesita.

La conclusión lógica del camino hacia el Cloud Computing es un edificio vacío; un edificio carente de infraestructura, de software y de poder de procesamiento. En efecto, la gente solo va a entrar allí para estar y trabajar con otras personas. Este edificio vacío será un espacio de colaboración para los equipos de trabajo y para la formación, el aprendizaje y la socialización. Representará la marca corporativa y proporcionará un espacio para los negocios.

  1. Adoptar un flujo de trabajo digital

El papel siempre ha dominado el lugar de trabajo. Se estima que, actualmente, un 17% de la superficie útil de la oficina se utiliza para almacenar papeles. Y el papel es, en efecto, la antítesis de la colaboración: no puede ser compartido, es analógico y off line. En el pasado, el flujo de trabajo entre las personas se llevaba a cabo a través del sistema de correo interno; cada destinatario debía añadir comentarios en diferentes colores en un proceso secuencial, lento y de revisión colectiva donde los primeros comentaristas no podían ver las sugerencias de los que seguían en la cadena.

No obstante, la revolución tecnológica previa fue fundamental para digitalizar el papel. Lo que se veía en pantalla podía transformarse en papel conservando el mismo aspecto para todos los propósitos. Ahora esto ya no ocurre; la pantalla tiene una profundidad donde flota la información y ya no se puede reproducir en dos dimensiones.

El flujo digital dará lugar a una muerte lenta del papel, fomentará la interacción y la colaboración en documentos que están en progreso dentro de sistemas on line y en tiempo real.

  1. Estar siempre on line | La organización jelly bean

Uno de los impulsores de la colaboración será la aceptación cada vez mayor de las redes, desde las sociales hasta las corporativas. Sin embargo, existen barreras para la creación de redes entre las empresas. Un nuevo estándar llamado XMPP está listo para cambiar esto, permitiendo añadir “amigos” de otras empresas a las listas de la red interna.

Estas listas de amigos fluidas proporcionarán indicadores de presencia para mostrar la disponibilidad en tiempo real de las personas, tanto dentro como fuera de la corporación. También serán visibles los equipos de trabajo, tanto los locales como los distribuidos.

La organización jelly bean significa la adopción de una estrategia de comunicación convergente y de colaboración tal que estas aplicaciones funcionen sin problemas en toda la empresa.

  1. Web 2.0 | Definiendo la “folksonomía” de la empresa

Derivada de la combinación de los términos folk (en inglés, personas) y taxonomía (la ciencia de clasificar la información), la folksonomía se ha convertido en sinónimo de tagging colaborativo o social, un fenómeno de la llamada “web social”. En efecto, la folksonomía combina el proceso de marcado o etiquetado para categorizar los contenidos en un contexto social.

La Web 2.0 fue transformando Internet desde un enfoque basado en actividades tales como “encontrar y utilizar” hacia un concepto de “compartir y ampliar”. La folksonomía amplía el concepto de la web semántica hacia un futuro en el que la colaboración puede llegar a ser significativa dentro de una comunidad empresarial.

La experiencia de las personas que utilizan aplicaciones tales como marcadores sociales (Del.icio.us) o plataformas para compartir fotos (Flickr) pone en evidencia la aceptación del etiquetado en el dominio público. Las organizaciones deben comenzar a construir las bases para los futuros sistemas de colaboración.

  1. Espacios de colaboración

Está claro que el espacio de colaboración, dotado de una profusa tecnología, infraestructura flexible y configuraciones versátiles, será un factor crítico para el éxito de la empresa. El espacio físico moldea la conducta, por lo que la creación del espacio de colaboración adecuado podrá moldear el comportamiento para el trabajo colaborativo.

  1. Etiquetas

El auge de la videoconferencia ha impulsado la búsqueda de un nuevo protocolo para la comunicación. Ahora, la “conferencia de datos” va a cambiar las reglas otra vez. Hace falta una nueva guía para la colaboración y las etiquetas de comunicación junto con un nuevo lenguaje.

  1. Comportamiento

El ingrediente final para una colaboración exitosa tiene que ser, en primera instancia, la voluntad de colaborar. El proceso de interacción requiere confianza, apertura y el deseo de trabajar con otras personas por el bien común.

Para ello habrá que introducir un programa de gestión del cambio que ayude a entender e identificar los comportamientos adecuados. Algunos estudios sobre las características de las personas sugieren que los extrovertidos suelen dominar las sesiones de equipo mientras que los introvertidos tienen dificultades para participar. La utilización de sistemas inclusivos y los comportamientos que permitan la participación democrática serán esenciales para el éxito de la colaboración.

El futuro

En las últimas décadas hemos pasado por cuatro fases de trabajo colaborativo, cada una con ventajas adicionales. Primero tuvimos el intercambio de información básica; a continuación, las transacciones seguidas por la interacción y, actualmente, la auténtica colaboración Web 2.0. ¿Hacia dónde nos dirigimos ahora?

  • Espacio inmersivo. El espacio especializado reportará una ventaja competitiva para las empresas. Entornos para procesos acelerados, espacios de “inmersión profunda” donde se podrá conseguir complejidad y modelado, entornos de visualización altamente inmersiva (HIVEs) donde se podrán identificar y entender complejos estímulos, todos ellos serán parte de una serie de espacios futuros para el trabajo colaborativo.

Ya hay ejemplos de estos espacios en todo el mundo. Por ejemplo, el ‘iRoom’ del Yang and Yamasaki Environment and Energy Building en la Universidad de Stanford, ofrece un entorno dinámico y conectado. Y esto se pondrá más interesante a medida que los principales actores en la industria de muebles corporativos comiencen a innovar y lancen nuevos productos al mercado.

  • Centros de innovación. Es necesario desarrollar una nueva tipología de espacio de innovación para que la gente trabaje junta. No se trata de una sala de reuniones con mesas y sillas ni de una sala de conferencias ni de un espacio de descanso, sino de un recurso completamente equipado que proporcione un ambiente estimulante para la creatividad y la colaboración.

El espacio incluirá la tecnología necesaria -no solo sobre las paredes sino también en su interior- con todas sus superficies digitales e interactiva. El espacio será inclusivo y tendrá todas las funciones dentro de él, desde la impresión y el escaneo hasta las máquinas para tomar café. La gente podrá moverse entre la colaboración y la concentración, mientras que el conocimiento y las ideas seguirán disponibles para la reflexión y la contemplación.

Estos espacios del futuro se convertirán en los más buscados dentro de la organización y comenzarán a crecer en importancia a medida que disminuya la necesidad de trabajo individual.

  • Convergencia hacia la colaboración y United Communications. Vamos a ver un gran aumento en la colaboración entre las organizaciones a medida que se levanten las barreras entre las empresas. Se utilizará cada vez más voz y video, junto con superficies inteligentes y dispositivos que permitan manipular datos y comunicar ideas. La presencia y la mensajería instantánea serán los ingredientes centrales, mejorados por desarrollos tales como XMPP y SIP. Estos facilitarán experiencias más ricas tales como la geopresencia que permite conocer no solo el estado de una persona sino también su localización en tiempo real. Al mismo tiempo, los sistemas de comunicaciones unificadas y colaboración se convertirán en la norma. El progreso de la presencia corporativa que incluya geopresencia marcará el comienzo de una nueva era de las comunidades de trabajo en tiempo real para alcanzar soluciones colectivas: “colaboración sin salir del documento”.

Conclusiones

Las empresas que adopten estos 8 principios obtendrán beneficios y ventajas competitivas. Hemos visto que la colaboración tiene múltiples capas y facetas bajo las que subyace la voluntad de cambiar la naturaleza del trabajo y la forma en que las personas interactúan para llegar más rápido a los resultados.

El trabajo del conocimiento y la necesidad de colaborar tendrán cada vez mayor importancia en la nueva economía creativa a medida que disminuya la gestión orientada a procesos.

La combinación de las tecnologías, la demografía, la sustentabilidad y los nuevos trabajos se convertirá en el actor de una transformación hacia el trabajo basado en la actividad; un futuro que se basa en lo que cada uno hace y no en quién es, y que es parte de una democratización general del lugar de trabajo tal como la Web 2. 0 ha cambiado las reglas de Internet.

 

* Philip Ross es el creador de Worktech, CEO de Unwired y de Ungroup. Además es escritor, consultor y analista especializado en el futuro del trabajo. Anticipa la manera en que las nuevas tendencias -tales como las tecnologías emergentes- determinarán nuestra forma de trabajar, vivir, aprender y disfrutar del tiempo libre.

 

FUENTE: FM&WORKPLACES #68 

Booking Argentina: estimulante oficina creativa

Booking.com es una empresa de origen holandés con sede en Amsterdam -líder mundial en reservas de alojamiento on line desde 1996- que cuenta con 150 oficinas en 63 países de todo el mundo. La compañía, que ha desembarcado en Perú hace poco más de un año y medio, ha crecido rápidamente y cuenta con buenas perspectivas de expansión a futuro. La propuesta para sus nuevas oficinas, íntegramente realizadas por Contract Workplaces, no solo apuntó a brindar un diseño eficiente del espacio. Las nuevas instalaciones han logrado generar una experiencia estimulante y creativa que refleja los valores y la cultura de la empresa, con el foco puesto en el bienestar de las personas.

El proyecto de las nuevas oficinas de Booking.com desarrollado por Contract Workplaces se llevó a cabo sobre una planta libre de 420 m2. El diseño debió ajustarse al preciso manual de arquitectura de la compañía, destinado a “normalizar” la distribución de los espacios y las características estéticas de todas sus sedes alrededor del mundo. Con esto, Booking.com apunta no solo a lograr un diseño del espacio de trabajo eficiente sino también a la creación de una experiencia que mejore la calidad y el rendimiento de la práctica laboral, y que estimule la creatividad y la colaboración. Al mismo tiempo, la oficina debe reflejar los valores de la marca a nivel mundial y asegurar que los empleados –el activo más preciado de la empresa– se sientan a gusto. Los trabajadores felices que se enorgullecen de su trabajo son los mejores defensores y representantes de la marca.

Las decisiones de proyecto se delinearon a partir de estas directrices teniendo en cuenta, por un lado, el tipo de tarea a realizar en los distintos espacios (workspace, meeting space y break space) y, por el otro, el look & feel previsto para cada ámbito.

Así, el “Booking style” establece un estilo que debe ser visualmente coherente y reconocible en todo el mundo, con espacios de tonalidades sobrias: azul, gris y aluminio. El “local style” apunta a la creación de ambientes con una fuerte referencia local tanto en la utilización de los materiales y los colores como en los recursos, los cuales deben ser regionales. El “global style” se centra en el uso de obras de arte realizadas por colegas de todo el mundo como punto de partida para el diseño de interiores; el objetivo es que los empleados sientan que son parte de algo más grande, algo que está más allá de los límites de la oficina y de la ciudad en la que trabajan. Y, finalmente, el “functional style”, es el destinado a áreas de copiado y cualquier otro espacio cuyas características funcionales superan la innovación estética.

El programa requerido contó con un área operativa en planta abierta para 32 posiciones y su principal característica se centró en el puesto de trabajo, cuya superficie debía ser regulable en altura. Adyacentes a esta zona se ubicaron la sala de servidores, el área de copiado y dos salas de reuniones equipadas con sillas de playa y una mesa cuya tapa hace referencia a las tablas de surf.

En el comedor se utilizaron colores y materiales que evocan los rasgos típicos de las casonas limeñas: mosaico calcáreo en el solado y muebles de líneas muy sencillas, todo iluminado con artefactos de producción artesanal.

Con el objetivo de teñir de identidad local la totalidad de los espacios se utilizó un lenguaje visual basado en los geoglifos de Nazca tanto en la señalética direccional como en los íconos representativos. Además, la circulación perimetral de la oficina se realizó sobre una alfombra tejida especialmente con un motivo que evoca el piso de piedras del Camino Inca.

Ver fotos de la obra

 

Ficha técnica

Cliente: Booking.com.

Ubicación: Av. 28 de Julio 1011, 8° piso, Miraflores – Lima, Perú.

Superficie:  420 m².

Plazo de ejecución:  65 días.

Año de ejecución:  2014.

Proyecto y dirección de obra: Contract Workplaces.

Ejecución de obras generales: Contract Workplaces.

Dirección general: Ing. Antonio Podestá.

Gerente de proyecto: Arq. Fernando Marconi.

Coordinación comercial: Juan Carlos Checa.

Diseño interior: Arq. Leandro Boggiatto.

Documentación de proyecto: Arq. Gabriel Cárpena, Arq. Gonzalo Salvo.

Equipo de dirección de obra: Arq. Karen Contreras, Ing. Frederick Silva.

Diseño gráfico: D.G. Ana Trybiarz, D.G. Lautaro Fuente Rubio.

Fotografía: Domingo Giribaldi y Beto Santillan.

 

FUENTE: FM&WORKPLACES #74

La innovación como cultura de oficinas Globant

Globant es una empresa enfocada en el desarrollo de productos de software que ha ganado reputación internacional como líder del mercado en materia de innovación. La compañía, que inició sus operaciones en 2003, cuenta con una impresionante cartera de clientes que incluye a gigantes de la tecnología de la talla de Google, Electronic Arts, Coca Cola, NatGeo y JWT entre otros. Su política orientada a la innovación la ha llevado a abrir oficinas allí donde está el talento y, por eso, cuenta con filiales en la Argentina, Uruguay, Perú, Brasil, Colombia, México, la India y los Estados Unidos. Dueña de una cultura innovadora empeñada en asegurar que la creatividad esté en constante circulación, sus espacios de trabajo están entre los más vanguardistas del mundo.

Cada negocio tiene su propio estilo y la cultura de Globant, caracterizada por ser emprendedora, flexible y orientada al trabajo en equipo, está construida sobre la base de 3 pilares motivacionales y 6 valores.

Los pilares motivacionales consisten en la autonomía (para alentar a las personas a hacerse responsables de sus proyectos, de su desarrollo profesional y de su carrera), la excelencia (para promover la mejora constante y superar las expectativas) y el propósito (un propósito común permite construir una empresa a largo plazo, reconocida como un líder en la creación de productos innovadores y con valor para sus stakeholders).

Los valores que distinguen a Globant del resto de las compañías y que representan un verdadero atractor para el talento son: actuar éticamente, pensar en grande, innovar constantemente, apuntar a la excelencia, ser un jugador de equipo y divertirse trabajando.

Para Globant, el proceso de innovación comienza con la gente, por eso se preocupa mucho por sumar a su equipo a las personas adecuadas. Y como los buenos ejemplos comienzan por casa, los propios métodos de reclutamiento resultan asombrosamente creativos. Globant persigue esta estrategia en todos los niveles de la empresa para asegurarse de que la innovación esté en constante circulación.

Como era de esperar, sus oficinas no son la excepción a esta regla; el espacio de trabajo cumple un papel primordial en el fortalecimiento de los valores y la cultura corporativos. Por esta razón, en todos sus centros de desarrollo prevalece un estilo estimulante centrado en la creatividad, la innovación, la colaboración y el bienestar de las personas; las salas de brainstorming, de música y de chill out no faltan nunca.

Existe una sólida relación entre los diferentes espacios y los procesos de trabajo que se desarrollan en la empresa. En Globant siempre se trabaja en equipo siguiendo una metodología llamada Agile Pods que consiste en la formación de grupos multidisciplinarios de no más de 8 personas reunidas para llevar adelante un proyecto. Este tipo de trabajo colaborativo necesita espacios abiertos y flexibles que faciliten la comunicación y la interacción de los integrantes. Por eso, en las oficinas de Globant prevalece la configuración de open space a fin de generar estímulos que fomenten la colaboración continua.

La empresa tiene una política empresarial orientada a abrir oficinas allí donde esté el talento y donde pueda generar un impacto positivo en el ecosistema local. Por eso ya cuenta con filiales en la Argentina, Uruguay, Perú, Brasil, Colombia, México, la India y los Estados Unidos. La idea es que los profesionales no tengan que mudarse a otra ciudad para acceder a una carrera global sino que lo puedan hacer desde su lugar de origen.

A partir de una cultura empresarial innovadora que estimula la autonomía y la flexibilidad, que es capaz de alinear los intereses de la empresa con los intereses de los trabajadores y que brinda un sentido de propósito a las personas dentro de un entorno físico estimulante y en sintonía con sus procesos y valores, Globant se ha transformado en una de las compañías de tecnología más importantes del mundo.

 

FUENTE: FM&WORKPLACES #74

Holocracia, la nueva meca del Management

La irrupción y rápida expansión de las tecnologías de la comunicación, la popularización de las redes sociales y el crecimiento de la conciencia ambiental -entre otros factores- están dando lugar a grandes cambios en la estructura económica, social y cultural del nuevo mundo globalizado. Las formas de trabajo han cambiado drásticamente y las organizaciones se han transformado en el laboratorio donde se ponen a prueba nuevos modelos de gestión. La Holocracia -un concepto difundido por Brian Robertson, ex desarrollador de software y empresario devenido en gurú del Management-  está emergiendo como la nueva estrella del cambio. La clave del sistema se basa en la idea de autoorganización y autoridad distribuida que no define a las personas según su jerarquía sino de acuerdo con los roles que desempeñan.

Actualmente, las grandes organizaciones  se han transformado en el banco de pruebas de nuevos modelos de gestión tendientes a erradicar los mayores males del nuevo milenio: la falta de compromiso, la dificultad para tomar riesgos, la falta de flexibilidad frente a un mercado volátil y en permanente cambio y la necesidad de captar las mejores ideas  de los colaboradores.

A lo largo de la historia se han sucedido distintos enfoques pero, a modo de síntesis, se pueden mencionar los cuatro grandes modelos que han marcado el desarrollo y la evolución del Management: el paradigma clásico inspirado en Smith y Taylor que imperó hasta la década del 30, el reformista hasta 1970, el capitalismo industrial en los 80 y el capitalismo financiero hasta los 90.

A partir de los grandes cambios surgidos a fines del siglo XX tales como la irrupción y rápida expansión de la tecnología de la comunicación, la globalización y la conciencia ambiental junto con la sensación de que las organizaciones están por encima de las personas -personas cuyo papel parece meramente instrumental; un recurso más a la altura de los activos y el capital-, cobra impulso la búsqueda de una alternativa a los modelos tradicionales del Management.  El factor humano se transforma en el argumento central de los estudios sobre administración, gestión humana, gerencia, teoría organizacional, sociología y psicología del trabajo.

Es en este contexto donde empiezan a surgir nuevas formas de organización con estructuras menos jerárquicas, más planas, flexibles y escalables, adaptadas a un nuevo contexto económico, cultural y social donde prevalecen el cambio rápido y la volatilidad.

Vientos de cambio

Hoy en día, las organizaciones se enfrentan a nuevos retos tales como el aumento de la complejidad de los mercados, el crecimiento de las conexiones globales, la inestabilidad económica y  la creciente presión para ser sostenibles y éticas. Las estructuras verticales basadas en los preceptos de jerarquía y control ya no responden a la realidad actual que demanda mayor agilidad y cambios rápidos.

Frente a este escenario, algunas organizaciones están adoptando estrategias creativas basadas en la capacidad de autoorganizarse y evolucionar en tiempo real. Uno de los modelos que se están haciendo más conocidos es la Holocracia, un concepto difundido por Brian Robertson, ex desarrollador de software y empresario devenido en gurú del Management.

La historia de esta disruptiva forma de organización comienza en 2001 cuando Robertson funda la empresa Ternary Software, la cual destacaba por ensayar formas más democráticas de gestión interna. A principios de 2007 la experimentación pasó de Ternary a HolacracyOne, una nueva organización formada por Robertson y el empresario Tom Thomison donde el concepto finalmente maduró y también pudo ser aplicado por otras organizaciones. En 2010 se formalizó la “Constitución de la Holocracia”, la cual establece los principios fundacionales y las prácticas del sistema brindando apoyo a las compañías que han decidido adoptarla.

Una de las mayores diferencias entre la Holocracia y otros estilos de gestión plana es que hay un proceso de gobierno determinado por la constitución que define cómo se asigna el poder de decisión a través de roles.

¿Qué es la Holocracia?

El término “Holocracia” proviene del concepto de “holoarquía” (término que deriva de la voz griega holos, que alude a un elemento que es al mismo tiempo una entidad autónoma y parte de un todo), expresión acuñada por Arthur Koestler, escritor y periodista húngaro, en su ensayo The Ghost in the Machine (1967).

La holoarquía es la forma en la que se organiza la naturaleza. Cada célula del cuerpo, por ejemplo,  es una entidad independiente y, al mismo tiempo, forma parte de un todo mayor tal como puede ser un órgano; ese órgano, a su vez, está autocontenido y forma parte de un todo mayor: el cuerpo. La holoarquía implica al mismo tiempo la autonomía y la colaboración en todos los niveles. Este es el tipo de estructura que utiliza la Holocracia y constituye, de acuerdo con sus creadores, la raíz del término en sí mismo: es el gobierno de y por la holoarquía organizacional.

Pero aunque puede verse como un modelo relativamente nuevo, la Holocracia es en gran parte una integración y extensión de modelos existentes que han estado en circulación desde los años 60: en la sociocracia de Gerard Endenburg y los equipos autónomos de trabajo, y en nociones más recientes tales como la inteligencia colectiva, la cibernética y la matemática fractal.

Puesta en práctica de la organización holocrática

La Holocracia, a menudo erróneamente caracterizada como “plana” o “anárquica”, es en realidad un modelo de gestión altamente estructurado, orientado a distribuir la autoridad, que permite la autoorganización y cuenta con reglas y procesos cuidadosamente probados. Las empresas que la utilizan son eficaces porque están construidas sobre una sofisticada plataforma social que permite a la compañía organizarse a sí misma.

Una de sus características más conocidas y difundidas es la sustitución de las tradicionales jerarquías de gestión piramidal por una estructura basada en la idea de holoarquía. Para ayudar a repensar la forma en la que cada organización funciona a su nivel más fundamental, la Holocracia incluye los siguientes elementos:

  • Una Constitución que establece las “reglas del juego” y redistribuye formalmente la autoridad.
  • Una forma de estructurar la organización y definir los roles y las responsabilidades de las personas.
  • Un proceso de toma de decisiones único para la actualización de los roles y sus áreas de autoridad.
  • Un proceso de encuentro para mantener a los equipos en sincronía y llevar a cabo el trabajo en equipo.
  • Las reglas del juego

Cuando una empresa adopta la Holocracia como sistema de gestión, el primer paso lo constituye la ratificación formal de la Constitución. A partir de entonces, queda allanado el camino para una distribución del poder a través de todos los niveles de la organización.

La Constitución de la Holocracia es un documento genérico aplicable a cualquier organización que desee utilizar el método. Cuando una empresa adopta formalmente la Holocracia, la autoridad ya no  proviene del líder ubicado al tope del organigrama sino que es asignada a un proceso explícitamente detallado en la Constitución de la Holocracia. Todos están obligados por esas mismas normas -incluso el CEO- cuya transparencia asegura que ya nadie tenga que depender de las políticas de la oficina para llevar adelante sus tareas. Este cambio desde el liderazgo personal hacia un sistema de poder distribuido es fundamental para este nuevo paradigma.

  • De círculos y roles

La Holocracia sustituye la jerarquía piramidal por un sistema basado en la holoarquía, la cual se puede representar por una estructura de círculos anidados. Cada círculo es un equipo que está formado por un conjunto de roles agrupados en torno a una función específica: un equipo específico de proyectos, un área completa, una función de apoyo o una línea de negocio. Cada círculo constituye un holon, una entidad  autoorganizada que existe dentro del contexto de un círculo más amplio (de nivel superior) que lo trasciende y lo incluye hasta llegar al “super círculo” que representa la totalidad de la organización.

Cada círculo mantiene y expresa su propia identidad ejerciendo su propia forma de liderar, hacer y evaluar, manteniendo su propia memoria y sistemas de aprendizaje, y persiguiendo el propio propósito que le viene marcado por el círculo de nivel superior. Las reglas para este círculo dentro de la organización se aplican en todos los niveles.

La Holocracia organiza la empresa en torno al trabajo que hay que hacer, no en torno a las personas que lo hacen. Por lo tanto, las unidades primordiales de este modelo no son las personas sino los roles que estas cumplen. Como la mayoría de la gente lleva a cabo múltiples funciones, cada miembro forma parte de varios círculos.

 

Gráfico 1. Estructura de círculos

Cada uno de los roles tiene autoridad para llevar a cabo ciertas tareas y perseguir ciertos objetivos junto con un conjunto de responsabilidades que especifican lo que se espera de ellos. Cuando estas responsabilidades se vuelven demasiado gravosas para una sola persona, el rol puede descomponerse en múltiples sub-funciones y convertirse en un círculo por derecho propio.

La definición de los roles se actualiza constantemente en base a las necesidades operativas del círculo. El proceso es totalmente transparente y está disponible en todo momento para cualquier miembro que quiera consultarlo.

  • Gobierno y administración distribuidos

En las compañías tradicionales, la dirección y la administración de la organización se deciden verticalmente, desde el tope del organigrama hacia las bases. De esta forma, la descripción del trabajo, las estructuras de informes y las responsabilidades a menudo tienen poca relación con la realidad de la gestión diaria de la empresa.

Dentro de un sistema holocrático, el gobierno y la administración ocurren en todos los niveles de la organización. Se trata de un proceso continuo dentro de cada círculo que se formaliza en el transcurso de reuniones regulares celebradas con la participación de todos los integrantes.

Estas reuniones periódicas (usualmente mensuales) están altamente estructuradas y tienen como objetivo que todos salgan con una idea explícita de cuál es su responsabilidad, bajo qué limitaciones y a quién reporta. Las principales funciones de las reuniones de gobernanza son: explicitar los roles de cada uno, dar participación a todos los integrantes, enfocar el círculo hacia mejoras incrementales basadas en datos concretos y reestructurar la organización continuamente. El proceso es conducido por un facilitador de acuerdo con lo establecido en la Constitución antes mencionada.

De acuerdo con sus creadores, la distribución de la gestión mejora enormemente la participación y el aprendizaje; las personas que trabajan en la primera línea a menudo están mejor posicionadas para impulsar mejoras y hacer el seguimiento de los resultados dentro de sus áreas de conocimiento. A fin de seguir el ritmo de un mundo que cambia rápidamente, la gestión debe convertirse en una parte permanente de la organización en todos los niveles.

  • Reuniones tácticas

Un buen gobierno permite que las operaciones sean más eficientes y productivas porque ayuda a puntualizar exactamente qué es lo que se espera de cada persona, al mismo tiempo que le otorga la autoridad necesaria para tomar decisiones dentro de su ámbito de responsabilidad.

En el ámbito de las operaciones, la Holocracia anima y capacita a las personas para que puedan llevar adelante sus propios roles actuando como mejor les convenga a fin de cumplir con los objetivos fijados por la organización. Para mantener los equipos coordinados y en funcionamiento se realizan reuniones tácticas semanales, las cuales ofrecen un ámbito ágil para tratar cuestiones relativas a las operaciones en curso, sincronizar a los miembros del equipo, y resolver cualquier problema que esté impidiendo el progreso de las tareas.

A fin de mantener la eficiencia, tanto las reuniones de gobernanza como las reuniones tácticas no se enfocan en buscar soluciones “perfectas” sino en llegar rápidamente a resultados viables que pueden ser reconsiderados cuantas veces sea necesario.

Gráfico 2. La Holocracia en la práctica

Conclusiones

La autoorganización es, quizás, el paradigma más efectivo para prosperar en ámbitos de alta complejidad e incertidumbre. De hecho, es la forma que adoptó la naturaleza para lidiar con el caos. Basta con mirar alrededor -incluso dentro de nosotros mismos- para encontrar miles de ejemplos de entidades trabajando autoorganizadamente en muchos niveles simultáneamente.

En este sentido, Brian Robertson es muy claro cuando afirma que la Holocracia brinda a las empresas la posibilidad de evolucionar desde adentro para adaptarse a las cambiantes condiciones de los mercados. Los mercados son muy dinámicos, pero la gran mayoría de las empresas tiene muy poca capacidad para evolucionar y adaptarse.

La clave para sobrevivir, afirma Robertson, es llevar la evolución dentro de la empresa. La Holocracia ofrece la posibilidad de incorporar dentro del ADN organizacional una mayor capacidad para evolucionar en forma dinámica y continua.

 

FUENTE: FM&WORKPLACES #74

Biomimética, el futuro de la sustentabilidad

En el siglo XXI, la sustentabilidad se ha convertido en un factor fundamental tanto en el diseño como en el desarrollo de los negocios. Pero el desafío resulta cada día más difícil.  Las nuevas tendencias apuntan a aprender las lecciones del mejor asesor conocido que cuenta con 3.800 millones de años de experiencia y una cantidad innumerable de diseños, estrategias y procesos exitosos en todo el mundo: la naturaleza. La Biomimética es una disciplina emergente que busca la emulación consciente de la vida para convertirse en una estrategia de supervivencia para alcanzar un futuro sostenible. Se trata de desentrañar los procesos de la naturaleza e identificar las oportunidades para su aplicación. Un enfoque que se ha revelado muy útil para encontrar nuevas soluciones a problemas bien conocidos en el ámbito de la arquitectura y el diseño de nuevos materiales.

Durante la mayor parte de la historia humana, la explotación de los recursos naturales, la introducción de nuevas tecnologías y el crecimiento de la población tuvieron un ritmo tan gradual que sus efectos resultaban imperceptibles en el transcurso de una vida. Sin embargo, a partir de la industrialización estos procesos comenzaron a acelerarse rápidamente -especialmente durante las últimas décadas- poniendo en peligro el delicado equilibrio del planeta.

Desde el siglo XIX -y como corolario de un largo proceso iniciado en los siglos anteriores-, el paradigma del racionalismo, el individualismo y el utilitarismo desembocó en un nuevo planteo de la relación del hombre con el medio ambiente: dominar la naturaleza.

Durante la primera mitad del siglo XX esta actitud persistió. Es recién cuando el problema de la contaminación en las ciudades comienza a ser insoslayable y el campo corre peligro de extinción cuando comienzan a surgir las primeras preocupaciones.

En 1972, la Organización de las Naciones Unidas organiza en Estocolmo la primera conferencia sobre Ambiente Humano, resultado de la cual surge el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) con la misión de alentar la participación de los estados participantes en el cuidado del medio ambiente y de mejorar la calidad de vida de la población sin comprometer la de las generaciones futuras. Fue la primera gran conferencia de la ONU sobre cuestiones ambientales internacionales y marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la política internacional sobre el medio ambiente.

En 1983, la ONU crea la Comisión Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo para formular una agenda global para el cambio y proponer estrategias ambientales de largo plazo. Después de tres años de labor, la comisión da a conocer su reporte conocido como el “Informe Brundtland”. Este informe analiza la forma en que la creciente población del mundo podría satisfacer sus necesidades durante el siguiente siglo, define el concepto de desarrollo sostenible y sigue siendo, aún hoy, un punto de referencia muy importante. Es el puntapié inicial de una larga serie de iniciativas que dieron origen al ambientalismo contemporáneo.

Los principios de Hannover

En 1991, en sintonía con la creciente preocupación por el medio ambiente, el Ayuntamiento de Hannover, Alemania, convoca al arquitecto William McDonough y al químico Michael Braungart para elaborar una guía de principios de diseño sostenible que se presentarían en la Feria Mundial de Hannover celebrada en el año 2000. El resultado de esta investigación fue el libro “Los Principios de Hannover: diseño para la sustentabilidad”, que fue presentado oficialmente en el Foro Urbano Mundial de la Cumbre de la Tierra de 1992 en Río de Janeiro.

Los Principios de Hannover, definidos hace ya más de dos décadas, siguen siendo un documento actual, comprometido con el concepto de pertenencia e interdependencia con la naturaleza. Estos 9 principios definen con creces los fundamentos de la arquitectura sostenible:

  • Insistir en los derechos de la humanidad y la naturaleza de coexistir en condiciones saludables, solidarias, diversas y sostenibles.
  • Reconocer la interdependencia. Los elementos del diseño humano interactúan y dependen del mundo natural con amplias y diversas repercusiones en todas las escalas. Ampliar las consideraciones de diseño para reconocer sus efectos incluso a la distancia.
  • Respetar las relaciones entre espíritu y materia. Considerar todos los aspectos de los asentamientos humanos incluyendo la comunidad, la vivienda, la industria y el comercio, en términos de conexiones existentes y cambiantes entre la conciencia espiritual y material.
  • Aceptar la responsabilidad de las consecuencias derivadas de las decisiones de diseño concernientes el bienestar humano, la viabilidad de los sistemas naturales y su derecho a coexistir.
  • Crear objetos de valor seguro a largo plazo. No cargar a las futuras generaciones con los requisitos de un mantenimiento derivado de la creación descuidada de productos, procesos o normas.
  • Eliminar el concepto de residuo. Evaluar y optimizar el ciclo de vida completo tanto de los productos como de los procesos para emular el estado de los sistemas naturales en los que no hay desperdicios.
  • Confiar en las energías naturales. El diseño humano debería valerse del aporte perpetuo de la energía solar tal como ocurre en el mundo natural. Incorporar el uso de esta energía de forma eficiente, segura y responsable.
  • Entender las limitaciones del diseño. Ninguna creación humana dura para siempre y el diseño no resuelve todos los problemas. Aquellos que diseñan y planifican deben practicar la humildad frente a la naturaleza. Tratar la naturaleza como modelo y mentor, y no como un inconveniente que hay que eludir o controlar.
  • Buscar la mejora continua mediante el intercambio de conocimientos. Fomentar la comunicación directa y abierta entre colegas, clientes, fabricantes y usuarios para crear vínculos a largo plazo entre los principios de sustentabilidad y responsabilidad ética, y restablecer la relación entre los procesos naturales y la actividad humana.

Los Principios de Hannover fueron la primera expresión de una idea transformadora sobre la relación del diseño con la naturaleza basada en el respeto y el cuidado. Los procesos de la naturaleza son eficientes y regenerativos, no producen residuos ni contaminantes. Si aprendemos de ellos podremos crear materiales, edificios, lugares de trabajo y empresas con menos impacto negativo, más productividad y más saludables.

Biomimética

A lo largo de la historia, la actitud de los hombres con respecto a la naturaleza ha ido cambiando y lo cierto es que la humanidad ha aprendido muchas cosas de la observación de otras especies y de la adaptación de sus conductas para satisfacer las propias necesidades.

Leonardo da Vinci, por ejemplo, fue un gran alumno de la naturaleza y la utilizó como fuente de inspiración. Sus cuadernos están llenos de inventos estrechamente vinculados a los diseños que se encuentran en el mundo natural. Los hermanos Wright y otros pioneros observaban a las aves para desentrañar los misterios del vuelo. Los biólogos, investigadores y otros profesionales de las ciencias también han sido practicantes de biomimetismo. Existen varios ejemplos de la vida cotidiana de elementos creados a partir de diseños o procesos naturales, pero tal vez el más exitoso y conocido sea la cinta de abrojo –mejor conocido como Velcro®–, patentado en 1951 por el ingeniero suizo George de Mestral a partir del estudio de los frutos del cardo alpino.

La Biomimética es un nuevo enfoque para el desarrollo de diseños, productos y servicios que toma como fuente de inspiración la naturaleza. La disciplina toma su nombre de las palabras griegas “bios”, que significa vida, y “mimesis”, imitar.

Se puede decir que la Biomimética se consolidó en 1997 con la publicación del libro de Janine Benyus -pionera en la materia- “Biomimicry: innovation inspired by nature“. En este libro, Benyus demuestra de qué forma la naturaleza ha conquistado todos los rincones del planeta a lo largo de 3.800 millones de años sin contaminación y sin necesidad de hipotecar el futuro. La Biomimética puede ser utilizada con eficacia para resolver problemas dentro del ámbito de varias disciplinas, aprendiendo de la naturaleza. Las áreas donde se están llevando adelante las investigaciones incluyen la energía y la eficiencia de los recursos, la ingeniería de los materiales, la robótica, las estructuras livianas, la arquitectura y el diseño.

El enfoque de la Biomimética implica un cambio radical de actitud con respecto a la naturaleza. En lugar de verla como un simple proveedor de recursos, nos invita a evaluar nuestros diseños y soluciones tomando como modelo el mundo natural en términos de eficiencia, simplicidad de recursos y sustentabilidad. Nos impulsa a emular sus formas y sus procesos para aprender de qué manera la naturaleza produce nuevos elementos y evoluciona. Nos incita a estudiar cómo abordar el manejo de los residuos y la regeneración dentro del ciclo de vida.

Sin embargo, es importante señalar que la Biomimética no es sostenible por definición. Al igual que sucede con cualquier tipo de producto o proceso, los materiales y el procedimiento utilizados son una parte importante de su ciclo de vida y de su impacto ambiental. Ningún producto se convierte automáticamente en sostenible por el mero hecho de basarse en un proceso o en un diseño natural.

En el campo de la arquitectura y el diseño, que también se ha involucrado con la Biomimética, actualmente existen numerosos productos comerciales y varios edificios que han aprendido las lecciones de la naturaleza. Sin embargo, solo hay un número muy reducido de proyectos en todo el mundo que han integrado el concepto a gran escala.

El ejemplo de las termitas

El arquitecto africano Mick Pearce ha adoptado el modelo biomimético en el diseño del edificio Eastgate Centre en Harare, Zimbabwe, destinado a uso comercial y administrativo. La construcción utiliza sistemas pasivos de climatización basados en el gradiente térmico, los cuales están inspirados en la obra de un pequeño insecto: la termita.

Macrotermes michaelseni es un género de termita capaz de mantener la temperatura dentro de su nido día y noche con una variación de solo 1 grado (31°C ± 1ºC es la temperatura óptima para el cultivo de los hongos que consumen estos insectos), mientras que la temperatura en el exterior oscila entre los 3°C y los 42°C. Estos nidos en forma de montículo son estructuras de barro que pueden llegar a tener hasta 10 metros de altura; algunos tienen una forma aplanada y están orientados de tal forma que aprovechan al máximo el asoleamiento en los distintos momentos del día. También incluyen una red de túneles que se ramifican formando un sistema muy eficiente de ventilación junto con chimeneas abiertas o agujeros de ventilación.

Basado en esta analogía del termitero, el edificio Eastgate Centre no tiene aire acondicionado y, sin embargo, se mantiene fresco gracias a su sistema de ventilación. Por un lado, utiliza la masa de sus muros de albañilería como aislamiento debido a su alta inercia térmica y, por el otro, aprovecha las oscilaciones de la temperatura para mantener acondicionado el interior. Unos ventiladores extraen el aire fresco desde el atrio en la planta baja y lo llevan hacia los pisos superiores a través de unos plenos bajo el piso desde donde el flujo de aire fresco entra en cada oficina a través de orificios practicados en los zócalos. A medida que el aire se eleva y se calienta, es evacuado al exterior a través de 48 chimeneas de ladrillo. Durante las noches más frescas, grandes ventiladores envían aire a través de todo el edificio para enfriar los plenos bajo piso. Como resultado, el aire es mucho más fresco que el que produce un acondicionador que recicla el 30% del aire y el edificio utiliza solamente el 10% de la energía para ventilación de un edificio convencional de su tamaño.

→ Insertar foto de Eastgate Center con este epígrafe: Basado en la analogía del termitero, el edificio Eastgate Centre no tiene aire acondicionado y, sin embargo, se  mantiene fresco gracias a su sistema de ventilación natural.

Aprendiendo de la naturaleza

La Biomimética permite a los diseñadores encontrar soluciones más inteligentes y sostenibles a través de la emulación de la naturaleza. En este sentido, el enfoque biomimético funciona como un sistema de dos vías: permite identificar las soluciones que ofrece la naturaleza para un problema determinado y, al mismo tiempo, investigar los diseños y procesos naturales para luego imaginar posibles aplicaciones para problemas humanos. He aquí algunos ejemplos:

 

Pintar con la luz

A diferencia de las pinturas convencionales usadas en la construcción que suelen contener pigmentos y una serie de productos químicos potencialmente tóxicos, muchos animales se valen de otra estrategia para conseguir una gran gama de tonalidades: el color estructural, que consiste en la producción de color a partir de superficies que cuentan con estructuras microscópicas lo suficientemente pequeñas como para interferir con la luz visible, a veces en combinación con pigmentos. Los colores estructurales, por lo tanto, no dependen de la composición química del objeto sino de la microestructura física de la superficie. Dependiendo del ángulo de observación las interferencias de los haces luminosos reflejados variarán en mayor o menor medida produciendo la percepción de distintos colores. Estas estructuras, que nunca se decoloran y que producen efectos más intensos que el pigmento, son de gran interés para los fabricantes de pinturas y cosméticos.

El efecto loto

Las hojas de ciertas especies, tales como la flor de loto, logran permanecer libres de contaminantes y suciedad. A través de su investigación, Wilhelm Barthlott descubrió que estas hojas poseen una superficie cubierta de pequeñas protuberancias y cristales de cera que fuerzan al agua a circular. Gracias a la irregularidad de la superficie las moléculas de tierra se levantan y son barridas por el agua que fluye. Barthlott y sus colegas, comenzaron a aplicar este concepto en la fabricación de productos tales como pintura para exteriores de edificios. Este efecto, que ahora se conoce como “efecto loto”, está siendo también aplicado en nuevos materiales tales como textiles, madera y vidrio.

→ Insertar foto de hoja de loto con este epígrafe: El “efecto loto” está siendo aplicado en la investigación de nuevos materiales tales como textiles, madera y vidrio.

La luz de las luciérnagas

La linterna de la luciérnaga cuenta con una superficie nanoestructurada que permite una generación de luz muy eficiente. Estudios realizados por un equipo de investigadores coreanos revelaron que la estructura altamente ordenada de esta superficie actúa como una capa antirreflectante que ayuda a reducir la pérdida de luz aumentando la eficiencia. Los investigadores, entonces, crearon una versión artificial de esta superficie y la utilizaron como una lente de LED de alta potencia.

Los resultados de esta experiencia mostraron un aumento significativo en la transmisión de la luz LED,  comparable a un tratamiento antirreflejo convencional. Estas lentes LED son de bajo costo y se pueden utilizar en muchas aplicaciones que necesiten iluminación de alta potencia tales como la iluminación de fondo de las pantallas de cristal líquido, los flashes de las cámaras de los teléfonos móviles y la iluminación doméstica y comercial.

Conclusiones

Los recursos del planeta no son infinitos, por lo que resulta imperativo encontrar la manera de reducir el consumo de recursos y combustibles fósiles, utilizar la cantidad mínima de energía y de materiales y limitar la producción de residuos y desperdicios tóxicos.

La naturaleza trabaja con un impresionante principio de economía. Con muy pocos elementos (los 20 aminoácidos básicos de las proteínas más algunos otros elementos simples y superabundantes) puede generar ingeniosos diseños y sistemas con un amplio rango de propiedades y características sorprendentes. Opera sin el concepto de “residuo”, a temperatura ambiente y presión normal, adaptando perfectamente el material y el diseño con la función.

La emulación consciente de la vida puede convertirse en una poderosa estrategia de supervivencia, un camino hacia un futuro sostenible. Cada especie -incluso las extintas- representa una historia de éxito perfeccionada a través de millones de años de selección natural. ¿Por qué no aprender de lo que la evolución ha creado?

Los procesos de la naturaleza son eficientes y regenerativos, no producen residuos ni contaminantes. Si aprendemos de ellos podremos crear materiales, edificios, lugares de trabajo y empresas con menos impacto negativo, más productividad y más saludables.

 

 

FUENTE: FM&WORKPLACES #74

Cómo transformar Big Data en eficiencia

Con la llegada de los Big Data al escenario tecnológico, las organizaciones han empezado a buscar una ventaja competitiva mediante el conocimiento de la valiosa información que permanece oculta entre la enorme cantidad de datos que se recolectan a cada instante. El análisis de estos datos representa una oportunidad que permitirá obtener un nuevo panorama para transformar las operaciones, mejorar la calidad de los servicios que prestan, reducir los costos operativos y aumentar la rentabilidad del negocio. En definitiva, se trata de transformar los datos en información útil para la empresa a fin de mejorar no solo los resultados sino también la eficiencia y el confort de los ocupantes.

En pocos años, los dispositivos portátiles conectados a Internet han dejado de ser un lujo de unos pocos para transformarse en una forma habitual de comunicación para miles de millones de personas en todo el mundo. La conectividad ubicua y la proliferación explosiva de nuevos dispositivos y aplicaciones hoy nos permiten realizar una amplísima gama de tareas en diversas esferas de la vida, produciendo profundos cambios en la estructura económica, social y cultural.

Este progreso tecnológico también ha impulsado el desarrollo de edificios más eficientes, entornos de trabajo flexibles que ayudan a las organizaciones a mejorar su desempeño económico y ambiental además de aumentar el confort y la seguridad de sus ocupantes. Con el correr del tiempo, las redes que alimentan e interconectan este nuevo entorno tecnológico han ido evolucionando hacia una mayor integración entre los distintos sistemas dando lugar al concepto de “edificio inteligente”, el cual incorpora métodos de gestión automatizada de las instalaciones con el objeto de hacerlo más eficiente y saludable.

Los sensores instalados en el edificio recogen datos del entorno, generan información y notifican sobre distintos eventos. Tienen un papel fundamental en la reducción de la brecha entre los mundos físico y virtual y constituyen una fuente importante de generación de datos a gran escala.

Pero, con el correr del tiempo, el mundo se ha visto inundado de multitud de objetos inteligentes cuya actividad genera una enorme cantidad de información proveniente de distintas redes. Entre los más difundidos se encuentran las etiquetas RFID, unos pequeños dispositivos de identificación que utilizan ondas de radio para identificar los elementos en los que se encuentran insertos dando la posibilidad de rastrearlos en tiempo real y brindando información relevante acerca de su ubicación y de su estado.

Actualmente, estas etiquetas se utilizan en todas partes aunque no lo notemos: logística, control de acceso, identificación de personas, tecnología inalámbrica y de localización, control de equipaje, rastreo de vehículos, control de stock, inventarios, llaves de vehículos, etc. También se pueden combinar con sensores que detectan humo, temperatura, humedad, movimiento y hasta radiación.

Nuestro mundo está hoy colmado de datos. Según un estudio de 2014 realizado por la empresa Deloitte, actualmente hay 9.600 millones de dispositivos conectados a Internet, 1,3 millones de conexiones de banda ancha móvil  y 1,2 zettabytes (1021 bytes) de tráfico global anual. Cada dos días, el uso de estos dispositivos crea aproximadamente 5 exabytes (1018 bytes) de datos, un número equivalente a todos los datos creados por el hombre desde los albores de la civilización hasta 2003. El resultado es lo que hoy se conoce como la “Revolución de los Datos” o la “era de los Big Data“.

¿Qué es Big Data?

Big Data es el término que describe la tendencia hacia un nuevo enfoque de procesamiento y toma de decisiones en la que el volumen, la velocidad y la variedad de los datos involucrados superan la capacidad de cálculo o de almacenamiento tradicional de una organización para poder hacer uso de ellos. Estos datos, cuando son procesados adecuadamente, pueden ser uno de los activos más valiosos de una organización, de los que se puede obtener una importante ventaja competitiva.

Para valorar el volumen que pueden alcanzar los Big Data basta mencionar que las etiquetas RFID pueden generar de 100 a 1.000 veces más datos que los códigos de barras convencionales. Facebook maneja diariamente la carga de más de 250 millones de fotos y 800 millones de interacciones de usuarios activos con más de 900 millones de objetos (páginas, grupos, etc.). Más de 5 mil millones de personas en todo el mundo realizan llamadas telefónicas, envían mensajes de texto por SMS y por Twitter y navegan por Internet en sus teléfonos móviles. Las organizaciones están inundadas de datos que alcanzan el orden de los terabytes (1012 bytes) y petabytes(1015 bytes).

Esta enorme cantidad de información proviene de una variedad de fuentes inimaginables: desde los sistemas operacionales y transaccionales de la empresa que aportan referencias sobre los clientes, los proveedores, las operaciones, etc., y los sistemas de gestión de las instalaciones que aportan datos sobre consumo energético, ocupación, etc., hasta las conexiones entrantes y salientes de los medios de comunicación móviles, las redes sociales y la Web.

A todo esto se suma el imperativo de velocidad en el procesamiento de los datos -casi en tiempo real- para satisfacer la necesidad de responder a las demandas con suficiente rapidez.

Analizando la información

Frente a este escenario, las organizaciones necesitan soluciones de análisis para extraer algún significado útil de los grandes volúmenes de datos que generan y también utilizarlos para tomar decisiones más inteligentes que resulten en un mejor servicio para los clientes, una mayor eficiencia en sus procesos y más confort para los trabajadores.

El análisis de Big Data permite hacer conexiones, identificar patrones, predecir comportamientos y personalizar las interacciones.

Según los diferentes tipos de análisis que se apliquen se obtendrán distintas perspectivas. De acuerdo con un informe de la empresa IBM, las soluciones de análisis se pueden caracterizar, a grandes rasgos, de la siguiente forma:

  • Análisis descriptivo: aplicando la minería de datos responde a la pregunta “¿qué ha pasado?”. Para ello, utiliza indicadores de rendimiento y análisis descriptivos para descubrir datos tales como la frecuencia de determinados eventos, el costo de las operaciones y la causa de ciertas fallas. Este tipo de análisis proporciona una visión global y contextual sobre lo que ha sucedido junto con el estado actual.

También permite automatizar respuestas tales como emitir alertas cuando se descubren patrones que indican problemas potenciales.

  • Análisis predictivo: utiliza modelos estadísticos y predictivos para responder a la pregunta “¿qué podría pasar?”. Proporciona una visión que va más allá de los datos históricos como base para la toma de decisiones, anticipando probables escenarios que permitan planificar a futuro.
  • Análisis prescriptivo: utiliza la simulación para responder la pregunta “¿qué debemos hacer?”. Explora un conjunto de posibles acciones y medidas basadas en los análisis descriptivo y predictivo de los datos proporcionando una guía para la solución de determinadas necesidades o la resolución de ciertos problemas.

Aplicaciones

Casi todos los ámbitos de la economía ya han sido afectados por los Big Data.  El sector comercial analiza las compras pasadas para predecir las tendencias futuras, las empresas evalúan la opinión de los consumidores en base a su participación en las redes sociales y, en los entornos laborales, los datos relacionados con la ocupación del espacio brindan valiosa información sobre su utilización real ayudando a optimizar su aprovechamiento. Las empresas pueden crear valor con el análisis de Big Data.

En el ámbito de la gestión, esto implicará una mejor utilización de los activos: desde el uso de los equipos informáticos -incluyendo sus piezas- hasta la disponibilidad de una sala de reuniones o de un puesto de trabajo. Al ser capaces de proporcionar información actualizada en tiempo real, la utilización de estos activos se podrá optimizar mediante los parámetros adecuados de tal forma que coincida con las necesidades de la empresa en ese momento.

En el ámbito operativo, esta información se podrá utilizar para controlar el medio físico: desde una válvula hasta los datos de miles de sensores que pueden combinar información en tiempo real sobre temperatura, humedad, concentración de gases, etc., para gestionar un sistema de climatización que mantenga las condiciones ambientales. La iluminación y la temperatura también se podrán ajustar de forma automática de acuerdo con la hora del día y el grado de ocupación. De esta manera, los sistemas del edificio podrán ser programados para satisfacer las necesidades de los ocupantes en tiempo real.

Los sistemas automatizados generan gran cantidad de información, la cual se puede transmitir a un centro de datos en La Nube para su análisis posterior. Utilizando el análisis predictivo, los FM podrán anticipar las necesidades de los usuarios relacionadas con las condiciones ambientales, la seguridad, etc., a fin de proporcionarles una experiencia más personalizada y eficiente.

Si bien es verdad que estos sistemas se vienen utilizando desde hace tiempo, lo cierto es que la reducción del costo de estas tecnologías de gestión integrada de edificios basadas en La Nube hará que estos sistemas sean más asequibles en el futuro.

 

FUENTE: FM&WORKPLACES #74

Nuevas oficinas flexibles de Telefónica Ecuador

La empresa Telefónica Ecuador, líder en prestación de servicios de telefonía en el país, inauguró sus innovadoras oficinas ubicadas en pleno Aeropuerto de Guayaquil. El proyecto, desarrollado íntegramente por Contract Workplaces, puso énfasis en el diseño de un espacio de trabajo que comunica el verdadero espíritu de la compañía. Así, esta nueva sede brinda la posibilidad de interacción entre los colaboradores dentro de un espacio moderno y acogedor que fomenta la creatividad, la innovación, el trabajo en equipo y la productividad, alineado con las nuevas tendencias del mundo del trabajo y en sintonía con la cultura vanguardista de la organización.

Emplazadas en el Edificio Aeropuerto de Guayaquil, las nuevas oficinas de Telefónica Ecuador se desarrollan en tres plantas que totalizan 1.260 m2 con 200 puestos de trabajo organizados en open plan. En coincidencia con el objetivo de la empresa de lograr una cultura de colaboración, creatividad y trabajo en equipo, se partió de la idea de contar con un espacio abierto, flexible y multifuncional, capaz de ofrecer una variada gama de opciones de uso a lo largo del día.

Dado que en la actualidad la tecnología permite que muchos colaboradores lleven a cabo su tarea en forma remota, no se previeron posiciones asignadas individualmente para todos (los estudios muestran que la tasa de uso simultáneo de los puestos de trabajo nunca sobrepasa el 70%). Siguiendo esta tendencia, la propuesta para el área operativa planteó un uso eficiente del espacio con puestos de trabajo asignados y puestos de trabajo compartidos en mesas tipo bench sin cajonera. No obstante, se dispuso un área de lockers donde cada colaborador cuenta con un espacio de guardado para dejar sus útiles de trabajo, documentos y pertenencias al terminar la jornada.

Las nuevas oficinas también cuentan con espacios de trabajo semiprivados y, para facilitar la colaboración y las reuniones espontáneas de los equipos, se dispusieron mesas de apoyo con dos o tres asientos ubicadas entre los puestos de trabajo.

Teniendo en cuenta no solo cuestiones de eficiencia energética sino también el bienestar de las personas, se privilegió la ubicación de los puestos operativos sobre el perímetro de la planta a fin de aprovechar la mayor cantidad de luz natural. En las posiciones asignadas y las áreas semiprivadas se optó por divisores bajos de vidrio traslúcido a fin de no interrumpir la comunicación visual de todo el espacio.

Al mismo tiempo, para dar soporte a los diferentes estilos de trabajo y facilitar la comunicación, se dispusieron diversas salas de reuniones que se adaptan a necesidades específicas: salas de reuniones para 4 y 10 personas, meeting points y una sala de telepresencia inmersiva -la evolución de la tradicional sala de videoconferencia- que, a diferencia de esta, proporciona la sensación de estar reunido en una única sala con todos los interlocutores compartiendo contenidos tales como archivos, presentaciones,  videos, imágenes, etc., todo en tiempo real.

Al programa de necesidades básico se agregaron otras áreas tales como un dispensario, cabinas individuales para realizar llamadas telefónicas que requieran privacidad (phone booths), un comedor con capacidad para 55 personas sentadas, un área de relax y un sector de lounge, iniciativas que ayudan a mantener el bienestar y el buen clima organizacional.

El resultado fue un espacio de trabajo centrado en las personas, moderno, dinámico y flexible, que refuerza la cultura de una empresa que busca consolidarse a la vanguardia de las líderes del mercado.

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Ficha técnica

Cliente: Telefónica Ecuador.

Año: 2015.

Actividad: Telecomunicaciones.

Ubicación: Edificio Aeropuerto de Guayaquil, Ecuador.

Superficie: 1.260 m2.

Plazo de ejecución: 120 días.

Tipo de obra: Llave en mano.

Proyecto: Víctor Feingold, Martina Suárez Lavandera, Maricel Pazzelli, Lucía Macchiavello.

Dirección de obra: Paula Orlando, Lucía Macchiavello, Karen Contreras, Mauricio Baridón, Santiago Posse.

Diseño gráfico: Ana Trybiarz.

Change Management: Nora Di Ricci.

Administración: Juan Martín Ilzarbe, Elizabeth Cabrera Celi, Karla Cedeño Molina, Gabriela Orquera.

Fotografía: Juan Alberto Andrade Guillem.

 

FUENTE: FM&WORKPLACES #75

Workplace as a service

El lugar de trabajo está experimentando un cambio radical. Desde la época de los entornos tradicionales, donde los trabajadores realizaban sus tareas “anclados” a un escritorio, hemos evolucionado hacia un ambiente donde fluye la información en cualquier momento y lugar gracias a la conectividad ubicua de los nuevos dispositivos portátiles. Tendencias tales como BYOD y la utilización de los servicios en La Nube junto con la amplia difusión de los teléfonos inteligentes y las tabletas están redefiniendo la forma en la que se organizan los lugares de trabajo. La oficina ya no es solo un espacio físico sino que se ha transformado en un hub de conectividad para ayudar a las personas a realizar sus tareas de forma eficiente: el espacio de trabajo como un servicio. Workplace as a Service es un nuevo concepto que entiende el lugar de trabajo como un espacio conectado, colaborativo e innovador.

La rápida evolución de las tecnologías de la información y la comunicación producida en los últimos años ha provocado importantes cambios económicos, sociales y culturales a escala global. Hoy existe una amplia gama de herramientas -la telefonía móvil, las redes inalámbricas, las plataformas portátiles y diversos soportes y canales destinados al tratamiento y el acceso a la información- que se han convertido en la quintaesencia de estas transformaciones.

Estas tecnologías también han hecho posible la descentralización del trabajo. Actualmente, una gran proporción de la fuerza laboral es móvil, accede a las aplicaciones, datos y servicios corporativos desde otras locaciones, y realiza sus tareas desde ubicaciones remotas tales como hoteles, aeropuertos, oficinas de clientes, etc. Esto permite una mayor flexibilidad y un trabajo en red más intenso, lo cual favorece la interacción y la constante adaptación a un entorno en continuo cambio.

Como resultado se estima que en el futuro un tercio de la fuerza laboral ya no desarrollará sus tareas desde la oficina, y los lugares de trabajo tendrán muchos menos puestos fijos. Estas son las principales tendencias que están cambiando la forma en la que trabajamos:

  • Fuerza de trabajo distribuida.

Con el aumento de la disponibilidad de la tecnología y de la movilidad de la fuerza laboral, las empresas están reduciendo el espacio físico y aumentando las inversiones en herramientas de colaboración basadas en La Nube para permitir que los trabajadores puedan acceder a los recursos corporativos en cualquier momento y desde cualquier lugar.

  • Movilidad.

La tecnología es cada vez más pequeña, más rápida, más portátil, más accesible y más ubicua, lo cual significa una mayor movilidad.

  • Consumerización.

Se trata de una tendencia creciente en la cual las nuevas tecnologías de la información surgen primero en el mercado del consumidor y luego se propagan hacia las organizaciones. Actualmente, la tecnología en el lugar de trabajo está siendo impulsada por el usuario (consumidor), quien la lleva al lugar de trabajo tornando desactualizados los dispositivos corporativos. Esto ha llevado a que muchas empresas ya hayan adoptado algún tipo de estrategia BYOD (Bring Your Own Device).

  • Virtualización del entorno de trabajo.

Las infraestructuras tecnológicas están cambiando de un entorno fijo a un entorno de escritorios virtuales donde las aplicaciones y la información están alojadas en ubicaciones centralizadas en lugar de ser administradas individualmente.

  • Cloud Computing.

En la actualidad, con la gran difusión que están alcanzando los dispositivos 3G y 4G, las notebooks, las tabletas, etc., nace y toma fuerza un nuevo concepto: el Cloud Computing, una tendencia que se basa en la prestación de servicios de IT, de software y de capacidad de procesamiento a través de redes privadas o públicas. El Cloud Computing utiliza la conectividad ubicua de Internet para eliminar las restricciones físicas y permite la virtualización del entorno de operación. Es indispensable cuando se trabaja desde dispositivos móviles que no tienen capacidad de almacenamiento.

Los servicios ofrecidos en La Nube van desde el hardware hasta el software. En la práctica, los proveedores tienden a ofrecer servicios que pueden ser agrupados en tres categorías: IaaS (Infrastructure as a Service), PaaS (Platform as a Service) y SaaS (Software as a Service).

  • Bring Your Own Device.

Dentro de los entornos corporativos, la tendencia BYOD, acrónimo de Bring Your Own Device (trae tu propio dispositivo), es conocida desde hace ya mucho tiempo y, de hecho, está empezando a generalizarse en la mayor parte de las empresas. Se calcula que en algunos países, más del 70% de las compañías dan soporte a programas de BYOD de algún tipo.

Obviamente, BYOD también trae una serie de problemas, ya que la administración de un parque heterogéneo de dispositivos implica conflictos en las políticas de gestión, incremento en las necesidades de soporte y mantenimiento, y una cantidad indeterminada de vulnerabilidades de seguridad.

Qué es Workplace as a Service

Al igual que los servicios típicos de Cloud Computing mencionados anteriormente -IaaS, PaaS y SaaS- el modelo Workplace as a Service (WaaS) se basa en la tecnología de La Nube para entregar todos los recursos corporativos necesarios para que la nueva generación de trabajadores móviles pueda llevar a cabo sus tareas sin importar dónde se encuentre. De esta manera, aquellos que lo necesiten pueden acceder a las aplicaciones y documentos que requieran desde cualquier lugar con acceso a Internet, y trabajar con ellos como si estuvieran en la oficina.

En consecuencia, el departamento de IT dejará de ser el proveedor de servicios de la empresa. El proveedor de La Nube será el responsable de entregar los recursos -aplicaciones y servicios- que requiera la operación de la compañía. El equipo de IT definirá qué servicios se virtualizarán y cuáles serán los requisitos de funcionamiento que deben cumplir.

Sin embargo, WaaS no solo debe asegurar que los trabajadores tengan acceso a las aplicaciones y los datos que necesiten para desarrollar eficazmente su tarea; también debe ser capaz de administrar eficientemente los dispositivos móviles de toda la compañía, dar soporte BYOD para equipos portátiles, tabletas y smartphones, y garantizar que el modelo cuente con la seguridad apropiada: la forma de acceso a los recursos, la ubicación física de la red desde la que accede el usuario, los requisitos de seguridad de la organización, el tipo de dispositivo y la propiedad de ese dispositivo.

La implementación del modelo WaaS requerirá un delicado equilibrio entre la confiabilidad y la productividad, ya que existe un riesgo de seguridad latente que debe ser minimizado. La información viaja a través de la red por lo que se incrementa el peligro de que pueda ser interceptada o modificada por un tercero.

Se podría pensar que acceder al correo electrónico corporativo desde un smartphone personal no encierra un gran riesgo potencial, pero eso dependerá del contexto de seguridad que requiera cada organización para su operación. Las entidades bancarias, las organizaciones gubernamentales, las aseguradoras y, en general, todas aquellas empresas u organismos que trabajen en un entorno de seguridad y confidencialidad alta -sin importar la envergadura que tengan- estarán interesadas en poder garantizar la confiabilidad de los accesos y los niveles de seguridad.

También hay que considerar que los usuarios de WaaS pueden trabajar en todo tipo de lugares (otra sucursal de la misma empresa o un sitio externo) y necesitan tener acceso a los recursos corporativos desde otras redes con diferentes niveles de seguridad. También pueden acceder cuando están en su casa,  a través del Wi-Fi de una red pública en un aeropuerto, en una cafetería o en muchos otros lugares.

Un modelo con ventajas

El modelo WaaS tiene grandes ventajas competitivas; su flexibilidad puede darle a la empresa una enorme capacidad para capturar mercados emergentes, de rápido desarrollo y que demandan  soluciones con un contenido tecnológico muy alto. He aquí algunos de los beneficios:

  • Reducción de los requerimientos de espacio físico.

Con este modelo, el diseño del espacio de trabajo debe estar al servicio de una fuerza laboral flexible y móvil. Si el espacio del trabajador nómada se ha trasladado dondequiera que esté, mantener un puesto de trabajo que estará vacío la mayor parte del tiempo significa un desperdicio de m2 que se traducirá en costos. La reducción de la superficie necesaria es una de las mayores consecuencias de WaaS, la cual puede llegar a alcanzar valores de hasta un 40% con el consiguiente ahorro en los costos de alquiler, operación y mantenimiento. Además, la paulatina virtualización de los procesos de trabajo hace que el espacio necesario para el almacenamiento de documentos físicos se reduzca drásticamente y que se pueda ahorrar hasta un 20% de superficie adicional en espacios para archivo.

Una oficina que ocupa menos espacio tiene un menor impacto ambiental en términos de consumo energético, emisiones de carbono, producción de residuos y polución ambiental. Si además se adoptan políticas de bajo consumo de papel en el nuevo entorno tecnológico de WaaS, se sumará otra iniciativa al cuidado del medio ambiente.

  • Mayor flexibilidad.

Los trabajadores tienen una mayor dosis de flexibilidad para determinar sus horarios y esquemas de trabajo. Pero la empresa también puede adaptarse rápidamente a nuevos requerimientos y optar por propuestas más convenientes frente a las condiciones variables del mercado.

  • Mayor productividad.

Trabajar desde otra locación (la casa, la oficina de un cliente, etc.) provee más tiempo de trabajo efectivo porque hay menos interrupciones, mayor satisfacción y mayor compromiso.  Además, el ausentismo se reduce en hasta un 70% y el trabajo no se ve afectado por eventualidades tales como problemas climáticos o de tránsito. Pero no todos los trabajos se pueden realizar a distancia. Investigaciones realizadas por psicólogos organizacionales han demostrado que el aumento de la productividad depende de cada tarea en particular.

  • Potencia el trabajo colaborativo.

El uso de aplicaciones informáticas a través de Internet permite que varias personas puedan trabajar en un mismo documento a la vez, en tiempo real. Así, se fomentan la comunicación y la colaboración tanto entre los mismos empleados como con los clientes y proveedores.

  • Atracción y retención de talentos.

Las empresas que operan en un entorno de WaaS pueden centrar sus esfuerzos en contratar a la persona más adecuada para el trabajo, independientemente de su lugar de residencia. Al mismo tiempo esto permite a los empleados la flexibilidad de vivir donde lo elijan, sin importar la distancia geográfica de la oficina corporativa.

  • Beneficios económicos.

La adopción de WaaS permite adquirir la infraestructura necesaria para proveer los servicios requeridos en mucho menos tiempo. Esto tiene un impacto fundamental en la agilidad de la empresa y permite reducir los costos asociados con los retrasos. Además, permite que las organizaciones se puedan dedicar de manera más efectiva a su core business.

La adopción de este modelo reduce los gastos asociados con la compra de nuevos sistemas o licencias de aplicaciones, con el mantenimiento de esos sistemas y con los gastos relacionados con el personal encargado de ello.

La oficina como servicio

Con la adopción del modelo WaaS, la configuración de la oficina deberá reflejar el nuevo modo de trabajar. Un trabajo flexible requerirá un espacio flexible, con un incremento de las áreas compartidas en detrimento de las privadas, versatilidad para la reconfiguración y adaptación a los distintos requerimientos, espacios que favorezcan los encuentros ocasionales, las reuniones informales, el trabajo en equipo y la colaboración.

Dado que no siempre será posible reunir a todos los miembros del grupo de trabajo en el mismo espacio físico, será de gran utilidad contar con salas para videoconferencia y telepresencia.

En definitiva, una estrategia integradora para el diseño de la nueva oficina debe incluir no solo las referencias del entorno físico donde se realiza el trabajo sino también el conocimiento de las tecnologías utilizadas, del proceso de trabajo y, lo más importante, de la cultura de la empresa.

 

FUENTE: FM&WORKPLACES #75

Los otros riesgos

Cuando hablamos de los riesgos para la salud en el trabajo solemos pensar en el medio ambiente físico: el nivel de ruido, la temperatura, los agentes tóxicos, la calidad del aire, la ergonomía, etc. Sin embargo, también existen otros riesgos -los psicosociales-, a menudo subestimados y “naturalizados”, pero que tienen un enorme impacto sobre la salud. El estrés, el hostigamiento o acoso moral (mobbing), el acoso sexual, el agotamiento emocional (burnout) y la adicción al trabajo (workaholismo) son algunos de los padecimientos que explican, en buena medida, las ausencias prolongadas y los serios conflictos interpersonales que perturban la vida de las empresas al mismo tiempo que comprometen sus resultados en términos de productividad y calidad de vida de los empleados.

En la actualidad, el trabajo es el fundamento del orden social, impone una estructura temporal a la vida y determina el lugar que ocupan los individuos dentro del tejido social. Es el principal medio de subsistencia y una parte esencial de la vida de las personas proporcionando no solo recursos financieros sino también un propósito, una identidad y posibilidades de desarrollo personal, factores que, como es sabido, promueven el bienestar y una actitud positiva. El trabajo es, junto con el afecto y los lazos sociales, una de las dimensiones más importantes del ser humano.

Pero esto no fue siempre así. Las sociedades primitivas y las civilizaciones clásicas (Grecia y el Imperio Romano) junto con la Edad Media, no estaban estructuradas por el trabajo.

En las sociedades primitivas, el trabajo se realizaba exclusivamente para mantener las condiciones de vida materiales y su producto no pertenecía a nadie a título personal. En el caso de Grecia, se identificaba con tareas degradantes que quitaban tiempo a la verdadera libertad del hombre -el conocimiento- y durante el Imperio Romano, siguiendo con la tradición griega, el trabajo también fue despreciado: era asunto exclusivo de los esclavos.

Incluso hasta el final de la Edad Media el trabajo seguía siendo visto como en la Antigüedad: el hombre tenía que dedicarse a Dios y el trabajo era un castigo. La noción de trabajo como valor social y cultural comenzará a gestarse durante los siglos XVIII y XIX.

El trabajo en las sociedades modernas ha adquirido una centralidad impensada en otros tiempos: puede constituir un objetivo por sí mismo y dar sentido a la vida siempre que las exigencias laborales sean óptimas, si a los trabajadores se les permite ejercer un grado razonable de autonomía y si el clima de trabajo es amable y favorable. Las condiciones de trabajo determinarán, en gran medida, la salud física y mental de las personas.

Salud y riesgos psicosociales

La salud física, mental y social del trabajador puede verse afectada tanto por la tarea que desempeña como por las condiciones del trabajo. Las malas condiciones laborales, tanto físicas como psicosociales, tienen un impacto negativo que se puede extender más allá de la salud de los propios trabajadores, afectando el bienestar de las organizaciones al disminuir la productividad de los empleados.

Cuando las características de las empresas son disfuncionales, es decir, provocan respuestas de inadaptación, de tensión y de estrés, se transforman en factores de riesgo psicosocial que pueden afectar negativamente la salud y el bienestar del trabajador.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define los riesgos psicosociales en términos de la interacción entre las condiciones ambientales de la organización y el contenido y la gestión de las tareas, por un lado, y las competencias y las necesidades de los empleados, por el otro. Estos riesgos vulneran aspectos básicos de las condiciones laborales, de la dignidad de las personas y de su derecho a la integridad física y moral, a la intimidad, a la libertad y a la salud física y mental.

Cuáles son los riesgos

El estudio de los riesgos psicosociales para la salud laboral no es nuevo, aunque sí la importancia y reconocimiento que ha adquirido últimamente. Como consecuencia de los importantes cambios en las organizaciones producidos en los últimos años, la exposición a estas contingencias se ha hecho más frecuente e intensa, haciendo conveniente y necesaria su identificación, evaluación y control con el fin de evitar sus peligros para la salud y el bienestar.

1.- Estrés

La Comisión Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo define el estrés laboral como un patrón de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y de comportamiento a ciertos aspectos adversos o nocivos del contenido, la organización o el entorno de trabajo. Es un estado que se caracteriza por altos niveles de excitación y de angustia, con la frecuente sensación de no poder hacer frente a la situación.

Entre los factores determinantes de este riesgo, el más importante está relacionado con una alta demanda psicológica y un bajo control en la toma de decisiones. Otros factores determinantes pueden ser la edad (trabajadores adolescentes y trabajadores de edad avanzada), la monoparentalidad y la discapacidad, entre otros.

El estrés relacionado con el trabajo es un factor determinante de los trastornos depresivos, los cuales constituyen la cuarta causa de enfermedad en todo el mundo. Se prevé que para el año 2020 llegarán a ser la segunda causa, detrás de la cardiopatía isquémica, pero delante de todas las demás enfermedades.

Para prevenir el estrés sería necesario realizar más esfuerzos por promover un buen clima de trabajo que favorezca la igualdad de oportunidades para los discapacitados y la igualdad entre géneros; empresas más humanas y flexibles que permitan reconciliar mejor la vida laboral y la personal, el aprendizaje, el compromiso de los empleados en la vida laboral y el respeto por la diversidad.

2.- Síndrome de Burnout

El término Burnout -creado en 1974 por el psiquiatra Herbert Freudenberger- alude a la figura de arder o consumirse que sufren los que padecen este síndrome, que los sume en un estado de agotamiento físico, anímico y mental causado por las situaciones emocionalmente demandantes que deben enfrentar en el trabajo.

Se observa en aquellas actividades que demandan un contacto directo con personas, constante y de gran compromiso, durante un tiempo prolongado. Fue detectado principalmente en los trabajadores del área docente, sanitaria y social para luego ir ganando terreno en otras actividades.

Se caracteriza por cansancio, agotamiento emocional (disminución y pérdida de recursos emocionales), despersonalización o deshumanización (actitud negativa e insensible hacia las personas a las que da servicio) y falta o disminución de realización personal en el trabajo, producto de una interacción negativa entre el lugar de trabajo, el equipo y los pacientes, alumnos, usuarios o clientes. También presenta sensaciones de insuficiencia personal y baja autoestima.

Este proceso de desgaste viene determinado por las demandas personales y emocionales propias de la tarea a las que los profesionales deben hacer frente sin la suficiente protección, recursos y apoyo de la organización.

Para prevenir el Síndrome de Burnout sería necesario realizar esfuerzos por equilibrar las funciones y actividades de los trabajadores para evitar la sobrecarga, asegurarse de que los empleados cuenten con las habilidades, conocimientos, equipo y material necesarios para desempeñar sus funciones, flexibilizar los turnos y horarios de trabajo para aliviar el desgaste emocional y físico, y realizar evaluaciones periódicas sobre los niveles de estrés para detectar a aquellas personas que estén en riesgo, ofreciendo ayuda profesional si fuera preciso.

3.- Acoso laboral o Mobbing

El acoso abarca todas las situaciones en las que una persona se siente sometida a una conducta negativa por parte de otras en el lugar de trabajo durante un determinado tiempo y en una situación en la que, por diversas razones, no es capaz de defenderse contra dichos actos. Por lo general, las víctimas son constantemente objeto de burlas, molestias e insultos y piensan que carecen de recursos para responder.

Se puede distinguir entre el acoso relacionado con el trabajo -la imposición de plazos poco razonables, cargas de trabajo insoportables u otros tipos de conducta que dificultan la situación laboral- y la intimidación consistente en observaciones insultantes, bromas excesivas, rumores, aislamiento y  exclusión social.

El acoso solo tiene lugar en una cultura organizativa que permite -e incluso recompensa- este tipo de comportamiento. Puede hasta estar institucionalizado y ser parte de las prácticas de liderazgo y dirección.

Para hacer frente al acoso en el trabajo es primordial que la organización envíe un claro mensaje de que el mobbing no es tolerado. Las entrevistas y conversaciones con los presuntos infractores deben desarrollarse como una investigación imparcial para poner fin a un comportamiento no deseado y restaurar el buen clima de trabajo. Pero también se debe proteger a la víctima de nuevos ataques y represalias, y ser conscientes de que tal vez sea necesario adoptar algún tipo de apoyo profesional para garantizar que se reintegre al grupo de trabajo y en una labor productiva.

También será importante implementar programas para mejorar el liderazgo, el clima y las condiciones de trabajo que incluyan el desarrollo y la comunicación de una cultura corporativa contraria a la intimidación, así como programas de formación para responsables del área de recursos humanos.

4.- Acoso sexual

Según una definición de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el acoso sexual en el lugar de trabajo es una conducta no deseada de naturaleza  sexual que hace que la persona se sienta ofendida, humillada y/o intimidada. Se trata de una situación que la víctima no desea; dado que cada persona determina el comportamiento que aprueba o tolera, el concepto es subjetivo.

Los comportamientos que califican como acoso sexual pueden ir desde la violencia física  y verbal -contacto físico y acercamientos innecesarios, comentarios y preguntas sobre el aspecto, el estilo de vida, la orientación sexual, etc.- hasta actitudes no verbales tales como gestos de connotación sexual y presentación de objetos pornográficos.

El acoso sexual puede ser sufrido tanto por hombres como por mujeres. Sin embargo, dado que es una manifestación de relaciones de poder, la mujer es la principal víctima porque en el mercado laboral su situación es de mayor subordinación jerárquica e inestabilidad. Pero también pueden ser objeto de acoso cuando se las percibe como competidoras por el poder. Por lo tanto, el acoso sexual afecta a mujeres en todos los niveles jerárquicos y tipos de trabajo. Con respecto a los hombres, aquellos que sufren un mayor acoso son los jóvenes, los homosexuales y los miembros de minorías étnicas o raciales.

El impacto del acoso sexual afecta negativamente tanto al trabajador como a la empresa ya que genera ausentismo y menor productividad y motivación. Los efectos sobre la salud comprenden estados de ansiedad y depresión, sentimientos de desesperación y de indefensión, de impotencia, de ira, de aversión y de subestimación, así como trastornos del sueño, hipertensión, úlceras, etc.

La manera más efectiva de hacer frente al acoso sexual consistirá en elaborar y aplicar políticas empresariales claras en las que se condene esta conducta y se defienda el derecho de todos los trabajadores a ser tratados con dignidad. Deberá explicarse el procedimiento que deben seguir las víctimas asegurando la seriedad, la confidencialidad y la protección contra posibles represalias, al mismo tiempo que se definirá un conjunto de medidas preventivas que favorezcan un ambiente de trabajo saludable y respetuoso que fomente la igualdad entre mujeres y hombres.

5.- Adicción al trabajo

La  adicción  al  trabajo  o workaholismo es  una  necesidad excesiva  e  incontrolable  de  trabajar  incesantemente que afecta la salud, el bienestar y las relaciones de la persona. En esta condición, el trabajo se convierte en la esfera más importante de la vida desplazando otras áreas tales como la familia, los amigos y los grupos sociales de pertenencia. Como adicción es equivalente al abuso de sustancias, incluido el alcoholismo.

El adicto al trabajo tiene tendencias compulsivas y controladoras con dificultades para relajarse después de trabajar. Demuestra dificultades para delegar tareas y trabajar en equipo, y tiene una personalidad enérgica, intensa y muy competitiva.

Se diferencia de otras adicciones porque en muchas empresas se premia esta condición como una conducta positiva, a pesar de tener consecuencias nefastas para la persona que la sufre: altos niveles de ansiedad, riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, relaciones conflictivas con la familia y los colegas, reducción del círculo social, etc.

Aunque la adicción al trabajo está principalmente relacionada con características personales, existen algunas condiciones laborales que pueden potenciarla tales como la sobrecarga de trabajo, la presión temporal y las fechas tope.

Las causas del problema dependen de la interacción de un contexto social, personal y laboral específico. Por un lado, la connotación social positiva que existe sobre el exceso de trabajo y su valor para la imagen y la identidad personal. Por el otro, el uso cada vez mayor de las tecnologías de la información y la comunicación hace que se pueda trabajar “en cualquier momento y desde cualquier lugar” de tal forma que el trabajador está siempre disponible y “conectado” con el trabajo.

Para no fomentar este tipo de adicciones la organización debería revisar los objetivos laborales con el fin de determinar que los mismos sean realistas y alcanzables, y revisar también los métodos de evaluación de desempeño, la descripción de las tareas y la carga de trabajo, preferentemente haciendo partícipe al trabajador. Deberán fortalecerse el espíritu de equipo, la cooperación y los vínculos sociales entre los colaboradores. El acercamiento al trabajador y el diálogo, junto con las consideraciones anteriores pueden ayudar en la intervención para prevenir la adicción  al trabajo.

 

FUENTE: FM&WORKPLACES #75

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