VF es una empresa internacional dedicada a la comercialización de marcas de indumentaria, accesorios y calzado fuertemente caracterizadas por un estilo de vida urbano y natural tales como Vans, Timberland, The North Face, Lee, Reef, Nautica y Wrangler entre otras. El proyecto de su nueva sede regional en Santiago de Chile –íntegramente confiado a Contract Workplaces– representa fielmente el ADN de la empresa. El resultado fue una oficina innovadora donde conviven en armonía el espacio de trabajo y el showroom, que refleja un estilo de vida joven y participativo, y que aprovecha la diferenciación de los distintos productos para crear experiencias únicas en cada una de las marcas.
Las nuevas oficinas comerciales de VF Corp en Santiago para la región de Centro y Sudamérica se desarrollaron en una única planta con una superficie aproximada de 1.200 m², en la que trabajan alrededor de 100 personas. El proyecto de Contract Workplaces para la nueva sede de esta empresa, cuyo objetivo es fortalecer el crecimiento de sus marcas en la región, propuso un espacio de trabajo innovador, que refleja el espíritu joven y colaborativo de la compañía al mismo tiempo que representa los diferentes conceptos de cada una de sus marcas.
La propuesta conceptual consistió en transformar “un estilo de vida” en “un estilo de trabajo” para lograr que los colaboradores se identifiquen con las nuevas oficinas y que estas, al mismo tiempo, se transformen en un aliado para consolidar la cultura de la organización. Para lograr estos objetivos la oficina se diseñó como un “paisaje total”, un entorno concebido como un soporte que les permita a los colaboradores desarrollar libremente sus diversas actividades.
Para la propuesta espacial se utilizó la estrategia de “pabellón”. Así, los ambientes cerrados se incluyeron como subespacios a través de la utilización de elementos escultóricos o “rocas”, las cuales ayudan a configurar estratégicamente el espacio diferenciando las áreas publicas de las privadas y las zonas individuales de las colectivas.
Es en estos volúmenes cerrados o “rocas”, donde se incorporaron aquellas áreas del programa que necesitaban mayor privacidad tales como los despachos privados de los Directores, las salas de reuniones y los showrooms. Es importante destacar que cada uno de estos espacios se pensó como un ámbito multiuso que permite llevar a cabo múltiples actividades. Por ejemplo, los despachos privados de los Directores pueden ser usados como salas de reuniones para el equipo de trabajo en su ausencia. Lo mismo sucede con las salas de reuniones, las cuales, gracias a su mobiliario flexible, se pueden transformar en showrooms para cada una de las marcas.
Uno de los desafíos adicionales que presentó el proyecto fue la convivencia armónica del espacio de trabajo con los distintos showrooms dentro del mismo ámbito. Para abordar los aspectos relacionados con el branding se utilizaron distintas estrategias en escalas diferentes. Por un lado, dentro del paisaje general –y aprovechando los espacios intersticiales–, se incorporó el concepto de “plaza”: un espacio destinado a las diferentes marcas, cada cual dotado con las particularidades del estilo de vida que promueve. Y por otro lado, se aprovecharon las condiciones urbanas de comunicación del edificio incorporando una circulación paralela a la fachada oriental sobre la que se despliega un gran mural o “letrero urbano” que, desde este 6° piso, proyecta las marcas al espacio público.
Para resolver los puestos de trabajos individuales se optó por ubicarlos estratégicamente sobre el perímetro de la planta a fin de aprovechar las excelentes vistas junto con las mejores condiciones de iluminación natural. La elección del mobiliario recayó en puestos tipo bench para promover el trabajo colaborativo. También se utilizó la tipología en estrella que permite incorporar a los líderes dentro de los equipos de trabajo mejorando la sinergia y la comunicación entre ellos.