UDLAPark: un entorno de aprendizaje centrado en las necesidades del siglo XXI

La Universidad de las Américas es la institución privada más grande de Ecuador que, desde hace 27 años, se encuentra abocada a brindar una experiencia educativa de excelencia y centrada en el estudiante. Es por esto que, cuando decidió ampliar su infraestructura en el campus UDLAPark, convocó a Contract Workplaces, especialista en conectar personas, espacio y tecnología.

Concebimos el nuevo proyecto con una premisa esencial: respetar el edificio existente y articularlo tanto desde el punto de vista funcional como formal a fin de generar un conjunto armónico. El nuevo desarrollo cuenta con 32.000 m² distribuidos en 8 plantas y 6 subsuelos que incorporan en su diseño las generosas vistas del entorno.
El partido arquitectónico que propusimos se basa en un esquema de dos tiras paralelas que se abren al exterior para incluir el paisaje como actor fundamental del espacio. Un gran atrio central –al cual se accede por una explanada que se adapta topográficamente al terreno natural– conecta los dos prismas vidriados que, en algunos niveles, se unen por medio de puentes. Un voladizo se desprende del volumen principal para captar las mejores vistas hacia el valle generando un movimiento gestual y lúdico del conjunto hacia la Vía Nayón.
El programa funcional incluye aulas, laboratorios, oficinas, restaurante y cafetería, biblioteca, auditorio, salón de usos múltiples, parques, terrazas accesibles y jardines. La mayor parte de estos requisitos estaban preestablecidos mientras que otros se fueron enriqueciendo con las nuevas posibilidades que ofrecía el proyecto. Así fue como, desde nuestro conocimiento sobre las últimas tendencias, planteamos lugares de encuentro para los alumnos en espacios tanto exteriores como intermedios, todo con una impronta informal y descontracturada.

En el interior, la premisa fue ofrecerles a estudiantes y docentes un lugar de permanencia para toda hora y múltiples actividades, más allá de la clase magistral. Como parte de este nuevo paradigma de aprendizaje y desarrollo profesional y personal incluimos la posibilidad de contar con espacios para estudiar, descansar, investigar, socializar, ejercitar el cuerpo, colaborar y hasta para jugar. Para ello realizamos una investigación previa en la que no solo recopilamos las expectativas y hábitos de los futuros ocupantes; también incorporamos las tendencias más avanzadas en materia de pedagogía.

Dado que las aulas se utilizarán transversalmente en distintas carreras y asignaturas, su configuración es flexible para poder adaptarse a las distintas dinámicas que cada una de ellas exige: clases magistrales, tareas individuales, trabajo en equipo, innovación, debate y exposición, entre otras. De esta manera, desde Contract Workplaces buscamos crear un entorno de aprendizaje centrado en las personas y en las necesidades del siglo XXI.
Una de las metas fundamentales desde el inicio del proyecto fue el cuidado del medio ambiente, lo cual ha sido posible a través de la implementación de diferentes estrategias que permiten optimizar la utilización de la energía y los recursos para minimizar la huella ecológica.
Entre ellas, la mitigación vial permitió disminuir el impacto negativo del complejo en el sistema de transporte local. La Universidad dispone de un sistema de movilidad intercampus propio además de numerosos espacios para bicicletas y programas que fomentan el uso compartido del auto.

Por su parte, la envolvente acristalada cuenta con aireadores en todo el perímetro, lo que garantiza una ventilación natural constante que redunda en una disminución de las cargas a cubrir por el sistema de aire acondicionado. Esto se suma al beneficio que significa el aprovechamiento de la luz natural, la automatización del sistema de iluminación en áreas generales y la ampliación de la planta de energía fotovoltaica que se incrementó en 25 KW.
Otra de las iniciativas ha sido la instalación de una planta para el tratamiento de aguas servidas en el mismo predio, lo que evita su vertido en los cauces naturales. Las aguas, una vez tratadas, son utilizadas para el riego de las áreas verdes donde se ha privilegiado el cultivo de especies nativas.

Por último, cabe destacar que UDLAPark ya cuenta con la Certificación Punto Verde destinada a incentivar la construcción sostenible. Para el caso de esta extensión, y basados en los antecedentes y los datos de eficiencia energética obtenidos, el proyecto se ha postulado para acreditar la Certificación Edge Advance.

Recorre el proyecto completo dentro de nuestros Proyectos Destacados

Ficha técnica:

Superficie: 31.700 m2
Ubicación: Quito, Ecuador
Año: 2021
Proyecto Arquitectónico: BMA Arquitectos
Proyecto de Interiorismo: Contract Workplaces
Tipo de obra: Gerenciamiento

Una experiencia inclusiva y hogareña en el entorno de trabajo

El espacio de trabajo ha tenido grandes transformaciones en los últimos años y no es casualidad que las empresas de tecnología se encuentren a la vanguardia de las nuevas tendencias. 

El modelo que impulsan estas compañías –basado en el diseño de espacios ágiles, capaces de estimular la colaboración y la creatividad– también se replicó con muy buenos resultados en empresas de otros sectores y hoy es casi un estándar.

Siguiendo esta misma línea abordamos el proyecto de las oficinas de una de las más importantes firmas tecnológicas del mundo en la ciudad de Quito. El diseño se desarrolla sobre una planta de 435 m² ubicada en el complejo EkoPark, un conocido centro corporativo internacional de la región.

El proyecto se conceptualizó a partir de un enfoque basado en la actividad (Activity Based Working) y parte de un layout que incluye múltiples ambientes y tipologías a fin de dar soporte a la variedad de tareas y dinámicas de trabajo que se desarrollan durante la jornada. En lugar de forzar a las personas a trabajar en un solo entorno, ancladas en su escritorio, este modelo permite que cada uno elija el lugar más adecuado para llevar a cabo su tarea. De esta forma, las personas son más productivas y pueden colaborar mejor tanto dentro como fuera de la oficina.

El diseño se estructura alrededor de un núcleo que contiene áreas de servicios y organiza la circulación, al mismo tiempo que divide la planta en dos grandes sectores: Client Space y Employee Space.

El Client Space está dedicado a la atención y capacitación de los clientes. Cuenta con sus propios lobby y recepción, un Coffee Point, una sala de reunión informal, dos salas de reunión formales y una sala multipropósito que también se puede usar para capacitaciones.

El Employee Space, por su parte, es de uso exclusivo para los colaboradores. Dado que la empresa tiene una fuerte cultura de trabajo flexible aún previo a la pandemia (el 50% de su nómina trabaja de forma remota y alternada), el layout se organizó en un esquema de Open Space donde se privilegian las vistas y la luz natural. Allí se instalaron diez estaciones de trabajo no asignadas, un lounge para nueve personas y otros ocho puestos alternativos. También cuenta con una kitchenette, Phone Boots, Meeting Boxes y el Copy Point.

La acústica de los Phone Boots y las salas de reuniones y capacitación fue cuidadosamente prevista con tabiques especiales y paneles acústicos los que, al mismo tiempo, funcionan como elementos decorativos.

Todos estos espacios están pensados para permitir un adecuado desarrollo de las actividades que realizan las personas, colaboradores y clientes, con independencia de sus características y condiciones personales. La accesibilidad de la oficina es muy importante para la empresa por lo que se implementaron estrategias con criterio inclusivo tales como señalización en sistema Braille, baños y circulaciones aptos para personas con capacidades reducidas, griferías automáticas, alturas de mesa variables y puertas automatizadas.

A fin de crear una imagen cálida, acogedora y hogareña se eligió una paleta de tonos suaves, más allá del uso de los colores corporativos; para ello se trabajó con distintas gamas de naranja y azul. También se incorporaron elementos decorativos tales como textiles, plantas y complementos que contribuyen a generar un efecto “homely” capaz de conjugar la impronta vanguardista de la marca con el espíritu cercano y familiar que se vive en sus equipos de trabajo.

 

Superficie: 430 m2

Duración: 75 días

Ubicación: Quito

Proyecto: Llave en mano

Año: 2020

País: ecuador

Actividad: Industria Tecnológica

Proyectista a cargo: Mario Molina

Diseño: Contract Workplaces
La oficina para estar en forma

La oficina para estar en forma

El cuerpo humano evolucionó para el movimiento, pero la tecnología (y no solo la de la comunicación) nos ha convertido en los seres más sedentarios de la historia. En occidente, la obesidad y el sobrepeso se han transformado en una de las epidemias más importantes del siglo XXI, consecuencia de la disparidad entre nuestra biología y el medio ambiente contemporáneo. Los últimos reportes de la ONU revelan unas cifras alarmantes: el sobrepeso afecta a más de la mitad de la población de América Latina y el Caribe, y la inactividad física se encuentra entre sus principales factores de riesgo. ¿Puede influir el espacio en el que trabajamos sobre nuestro peso corporal y sobre nuestro bienestar? Un diseño de oficina inteligente y cuidadoso, que promueva la actividad física a través del trabajo “en movimiento”, puede hacer una gran diferencia. Porque, tal como afirmaba Winston Churchill: “Modelamos nuestros edificios y luego los edificios nos modelan a nosotros”.

Desde una perspectiva evolucionista, el cuerpo humano se desarrolló para correr, saltar y estar en movimiento. Solo aquellos que eran capaces de desplazarse rápidamente y recorrer grandes distancias para cazar, defenderse o recolectar alimento pudieron sobrevivir y transmitir su dotación genética a las generaciones siguientes. Sin embargo, todos estos comportamientos naturales hoy han sido reemplazados por hábitos sedentarios.

Hace más de 10.000 años, con la aparición de la agricultura y la domesticación de animales, comenzó a producirse la disociación entre la adquisición de alimentos y el esfuerzo físico para conseguirlos, lo cual favoreció la aparición del sobrepeso entre las primeras élites pudientes.

Con el correr del tiempo, los desarrollos tecnológicos de los últimos 200 años significaron un gran alivio de la carga física en una amplia gama de tareas que hacen la vida más fácil y reducen el gasto energético de las personas. La industrialización se transformó en el punto de partida de la actual inactividad física que ha alterado las proporciones de grasa y músculo de gran parte de la población.

Hoy en día, este proceso ha dado lugar a una gran cantidad de cambios –tanto en la vida diaria como en el lugar de trabajo– con una gran parte del desarrollo tecnológico orientado a la sustitución de la energía generada por el ser humano por la producida mecánicamente, a fin de lograr procesos más productivos y rentables.

A lo largo de la evolución, la adquisición y el gasto energético han estado íntimamente ligados. El reciente desajuste de estas funciones vitales ha distorsionado la composición del cuerpo humano con consecuencias indeseadas: sobrepeso, obesidad y enfermedades cardiovasculares y metabólicas, entre otras.

Sobrepeso y obesidad

Tal como hemos visto, la obesidad es consecuencia de la disparidad entre la biología y el medio ambiente actual cuyas condiciones promueven el sedentarismo crónico. Esto ha hecho que hoy, muchas personas tengan un porcentaje de grasa corporal igual o superior al de la ballena azul, un animal 1.000 veces más grande que el ser humano promedio.

De acuerdo con un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura para América Latina y el Caribe, la tendencia al sobrepeso y la obesidad en adultos tiene una incidencia preocupante en la región. Se estima que alrededor del 58 % de la población (casi 360 millones de personas) tiene sobrepeso, y que la obesidad afecta al 23 % (140 millones).

 

Los responsables no son difíciles de identificar: el uso del automóvil y de otro tipo de transporte automotor en lugar de caminar o andar en bicicleta, el aumento de las actividades de ocio sedentario (videojuegos, televisión), la disminución de las ocupaciones manuales, y una mayor cantidad de trabajo técnico y de oficina basado en escritorio. Estar sentados se ha convertido en la condición predominante de la vida actual.

De acuerdo con una investigación reciente, se estima que, desde 1960, la reducción del gasto energético en el trabajo ha sido de 175 kcals por día. Esto significa una disminución del 20% en la actividad física, tendencia que podría representar una merma del 35% hacia el año 2030. Este deterioro del gasto energético podría atribuirse al hecho de que una gran proporción de la población que antes realizaba trabajos que requerían estar de pie o algún tipo de actividad física moderada, hoy realizan tareas sedentarias.

La evidencia muestra que el simple acto de realizar cambios posturales tales como ponerse de pie o caminar, representa una actividad física moderada que incrementa el consumo de energía en comparación con permanecer sentado frente a la computadora.

Buscando soluciones

Modelamos nuestros edificios y luego los edificios nos modelan a nosotros ”. Winston Churchill.

Teniendo en cuenta que una persona adulta pasa un tercio de su día en el trabajo, hay un gran potencial para incorporar la actividad física y el incremento del gasto energético en las tareas típicamente sedentarias, a través de intervenciones de diseño que cuenten con el apoyo de la cultura de la organización.

Un primer paso podría ser lograr que la gente se mueva con más frecuencia durante su jornada laboral. Se trata de crear entornos que apoyen la actividad física moderada y que estimulen conductas tales como caminar para hablar con colegas (numerosas pruebas sugieren que caminar –y hacer ejercicio físico en general– aumenta la productividad y la competencia en tareas creativas), permanecer de pie durante las reuniones en lugar de sentarse, e incorporar elementos tales como asientos y escritorios activos para distintos tipos de trabajo, mesas altas para reuniones informales, y gimnasios o equipamiento específico para hacer actividad física dentro del horario laboral. Cuando sea posible también se puede aumentar la distancia entre las distintas áreas de la oficina (especialmente las de apoyo tales como impresoras y cafetería) a fin de forzar a la gente a caminar más. Algunas empresas han ensayado incorporando muros de escalada o pistas para correr dentro del espacio de trabajo.

Otra opción consiste en analizar estratégicamente la localización y el diseño de las escaleras para incrementar su uso en detrimento del ascensor y mejorar así los niveles de actividad física.

La accesibilidad y el diseño de las escaleras suelen estar poco favorecidos. Sin embargo, un estudio llevado a cabo en los EE.UU. en el Centro para el Control de Enfermedades en Atlanta, Georgia, ha demostrado que es posible estimular el uso de las escaleras apelando a algunas estrategias simples: un cambio en el color, exhibir obras de arte en los descansos y utilizar una música apropiada.

Asimismo, en muchos edificios de oficinas se está adoptando el uso de ascensores “skip-stop” que paran solo en ciertos pisos obligando a la gente a tomar las escaleras hasta el nivel de destino, lo cual incrementa los niveles de actividad física. Una estrategia que incluya el uso de ascensores “skip-stop” combinados con escaleras abiertas puede dar como resultado un nivel más alto y sostenido en el uso de las mismas en comparación con los diseños tradicionales en edificios de oficinas.

La oficina en movimiento

No obstante, todas las propuestas analizadas solo tienen éxito si se consigue la colaboración activa de las personas junto con su compromiso de adhesión a un programa de mayor actividad física. Para salvar este obstáculo, investigadores del Media Interaction Lab de Austria proponen una estrategia superadora: un entorno que incluye la actividad física dentro del flujo de trabajo de la oficina y mantiene a las personas en movimiento como parte de la jornada laboral.

El concepto de Active Office propone un ámbito físico integrado junto con recursos tecnológicos que apunta a la reducción de conductas sedentarias y a la promoción de un proceso de trabajo físicamente activo que incluye cambios regulares entre diferentes tareas, estaciones de trabajo y posturas corporales. Esta propuesta abarca distinta áreas de aplicación.

  • Diseño ergonómico

Un espacio de trabajo diseñado ergonómicamente es un excelente punto de partida. Para esto se debe incluir una variedad de equipamiento que permita realizar las tareas habituales en diferentes posturas: asientos activos que se adaptan a los procesos dinámicos naturales del cuerpo humano, escritorios de altura ajustable que promueven una mejor posición y ofrecen la oportunidad de trabajar en una variedad de posturas, y pizarras de gran escala que tienen el potencial de promover la actividad a través de amplios movimientos espontáneos tales como el estiramiento y la flexión. Esto ayudará a crear un entorno donde el flujo de trabajo diario se acompañe con un aumento sutil en la actividad física.

Al permitir la utilización de diferentes partes del cuerpo y de la musculatura, el equipamiento dinámico y activo aumenta el gasto energético, mejora la circulación, el metabolismo y la respiración, y ayuda a prevenir los trastornos relacionados con el sedentarismo tales como la obesidad y el sobrepeso.

  • Soporte tecnológico

Sin embargo, el uso de la computadora y otros medios digitales puede conspirar para mantenernos sentados. Para superarlo, el diseño de la oficina debería incluir un equipamiento integrado con el hardware para crear un entorno de trabajo ergonómico e interactivo.

Se trata de vincular el equipamiento con las tecnologías de comunicación, las aplicaciones y los medios tradicionales de una manera tal que la gente pueda cambiar entre diferentes puestos de trabajo: un puesto de trabajo individual para el uso de múltiples aplicaciones (investigación, navegación, adquisición de datos), escritorios ajustables con soporte para medios digitales,  o una pizarra interactiva de gran escala para una variedad de actividades tanto individuales como colaborativas.

  • Distribución del espacio de acuerdo con las tareas

Actualmente, los espacios que soportan las nuevas formas de trabajo ofrecen una gama de opciones para realizar las diferentes tareas que se realizan en distintos momentos de la jornada. Esto permite que cada trabajador pueda cambiar de ambiente a lo largo del día en lugar de trabajar en un solo entorno, anclado en un escritorio.

Al combinar el diseño ergonómico con el soporte tecnológico adecuado, las personas pueden sacar el máximo provecho de la infraestructura y moverse entre diferentes entornos de trabajo que permiten diferentes posturas. Distribuir el espacio de acuerdo con las tareas que se realizan promueve una nueva forma de trabajar “en movimiento” que aumenta el gasto energético y combate el sedentarismo.

Conclusión

Durante la historia evolutiva del hombre, la adquisición y el gasto de energía han estado estrechamente vinculados. Pero el progresivo desarrollo tecnológico junto con el crecimiento económico modificaron esta relación primitiva y básica hasta desembocar en la actual epidemia de obesidad. La cantidad de actividad física que desarrollamos se ha reducido por debajo del nivel de nuestra predisposición genética.

Hoy ya nadie duda del riesgo para la salud que implica el sedentarismo durante períodos prolongados ni de los importantes beneficios que aporta al bienestar de los empleados un espacio de trabajo que promueva la actividad física, el gasto energético y el movimiento.

Para paliar los efectos perjudiciales de estar muchas horas sentados, las empresas han comenzado a crear entornos que apoyan la actividad física. Se trata de ofrecer distintas alternativas a través de intervenciones de diseño; el apoyo de la cultura de la organización es indispensable para aprender nuevos comportamientos que complementen y refuercen las condiciones espaciales.

Promover un estilo de vida saludable, estimular la actividad física y evitar el sedentarismo no solo ayuda a disminuir el riesgo de obesidad y sobrepeso sino también a mejorar la productividad de los empleados.

 

FUENTE: FM&WORKPLACES #86

¿Jerarquía o igualdad? Buscando el equilibrio

Cultura organizacional reflejada en un diseño de oficina: ¿jerarquía o igualdad?

Las organizaciones verticales basadas en la jerarquía, el estatus y el control ya no parecen responder bien a la demanda de mayor agilidad que reclama el mundo actual. Así, han empezado a surgir nuevos modelos de gestión y de organización física del espacio más planos, igualitarios y flexibles, que se adaptan mejor a esta nueva coyuntura. Sin embargo, ¿sabemos realmente qué lugar ocupan las jerarquías en nuestra historia evolutiva y qué importancia tienen en la configuración de nuestra organización social y de nuestras instituciones?  Minimizar las jerarquías es posible y tiene sus ventajas: pasar de un modelo basado en el poder y la verticalidad a otro basado en la responsabilidad y la comunicación. Conocer el lugar que ocupa la organización jerárquica en nuestra evolución nos ayudará a encontrar un equilibrio que contenga lo mejor de ambos mundos.

Hoy en día, las organizaciones se enfrentan a nuevos retos. Las estructuras verticales basadas en los preceptos de la jerarquía y el control ya no responden a la realidad actual que demanda mayor agilidad y cambios rápidos.

Frente a este escenario, algunas organizaciones están adoptando estrategias de gestión más horizontales que –al contrario de lo que ocurre en las compañías tradicionales, con una estructura piramidal– puedan responder con más efectividad a la complejidad y la incertidumbre actuales.

La alta exposición de empresas exitosas alejándose del tradicional orden jerárquico (Google, Zappos) ha alimentado el preconcepto binario de que las jerarquías son intrínsecamente malas y la igualdad es siempre buena. Pero lo cierto es que tanto una como otra tienen aspectos positivos y negativos. Lo importante, a la hora de pensar en la estrategia de gestión de una organización, será ver qué estructura servirá mejor a los objetivos del negocio y de las personas que la componen.

Y aunque a menudo se piensa que la igualdad es el estado natural del ser humano, nuestra historia evolutiva demuestra que la paridad no ha sido la norma. Existe evidencia que sugiere que, si bien parece agradable pensar en un contexto donde podamos estar libres de las diferencias de estatus, es muy difícil lograr ese tipo de utopía.

Las jerarquías son funcionales

Los seres humanos somos intrínsecamente jerárquicos. De hecho, las jerarquías –entendidas como las diferencias de poder y de estatus dentro de los miembros de un grupo– se pueden encontrar en prácticamente todas las comunidades humanas como una consecuencia natural de la organización familiar en la que los adultos tienen la responsabilidad de criar y enseñar a los hijos en el marco de una relación claramente asimétrica.

La investigación sobre especies sociales muestra que las jerarquías son importantes para el funcionamiento grupal y confirman que los seres humanos también tenemos una tendencia a pensar y actuar jerárquicamente que nos acompaña desde los comienzos de la civilización.

Hace unos 10.000 años, cuando la agricultura comenzó a reemplazar a la caza y la recolección, las pequeñas bandas en las que todos habían sido más o menos iguales comenzaron a dividirse en clases y surgieron líderes claros. El desarrollo urbano y la explosión demográfica provocaron la diferenciación social basada en la especialización de las labores estableciendo una jerarquía de roles y de estatus en el seno de la comunidad. Esto muestra que el objetivo de las jerarquías consiste en organizar los grupos sociales para asignar recursos limitados y definir roles. Las jerarquías sociales son muy penetrantes en las culturas humanas y parecen surgir como una tendencia natural adaptativa para beneficiar al grupo como un todo.

  • ¿Jerarquía o igualdad?

Con su enfoque en la colaboración, la transparencia y la responsabilidad, es fácil valorar el atractivo que generan los sistemas de gestión planos, especialmente en un entorno corporativo donde la inteligencia y el liderazgo emocional están ganando terreno frente a las estructuras más jerárquicas. Sin embargo, no existe verdadero consenso sobre la eficacia de ambas prácticas.

Por un lado, existen investigaciones que sugieren que deshacerse de las referencias jerárquicas puede resultar negativo ya que las personas prefieren las organizaciones con jerarquía estructurada. Según estos estudios, los encuestados que describían sus propios lugares de trabajo como más jerárquicos tenían más seguridad sobre su propio rol y fueron más positivos que aquellos que trabajaban en ambientes menos jerárquicos. Pero, por otro lado, otros estudios sugieren que la cooperación es más difícil cuando existe una estructura jerárquica subyacente que entorpece la comunicación.

Para arrojar un poco de luz sobre el tema, un artículo de la Universidad de Berkeley que analiza el vasto corpus de información que existe sobre los beneficios y desventajas de las organizaciones jerárquicas frente a las planas, sostiene que los efectos de las jerarquías verticales son muy variados; algunas veces ayudan a las organizaciones a tener éxito y otras conducen al fracaso. Los hallazgos muestran que ambos modelos tienen diferentes resultados dependiendo de una serie de factores: el tipo de tarea, la capacidad del grupo para seleccionar a los líderes correctos, su efecto sobre la motivación de los miembros y los efectos sobre la coordinación del trabajo.

Para ciertos tipos de tareas simples, predecibles y rutinarias, un modelo más jerárquico conducido por un líder talentoso y capaz para tomar decisiones podría funcionar mejor. Por otro lado, las tareas más complejas, difíciles y ambiguas se beneficiarían de una estructura más plana con mayor participación de sus miembros en la toma de decisiones.

La Holacracia es un ejemplo de sistema de gestión en el que la autoridad y la toma de decisiones se distribuyen de forma horizontal en lugar de ser establecidas por una jerarquía de gestión. Estas características brindan a las empresas la posibilidad de evolucionar desde adentro para adaptarse a las cambiantes condiciones de los mercados. Zappos, compañía norteamericana que comercializa zapatos on line, es pionera en aplicar este modelo. Otras que han optado por las estructuras planas han sido Morning Star (procesa alrededor del 25% de los tomates que se venden en los Estados Unidos) y Valve (desarrolladora de videojuegos). Lejos de ser anárquica, en este tipo de organización la responsabilidad del liderazgo pertenece a los roles, no a los individuos. Sin embargo, la firma de transporte Shift abandonó la Holacracia antes del año ya que el sistema obligaba a mantener demasiadas reuniones y el proceso de toma de decisiones era ambiguo y carente de efectividad.

Una investigación que se llevó a cabo sobre organizaciones de distintas industrias que se gestionan con sistemas más jerárquicos, encontró que las jerarquías ayudan a los grupos a generar, identificar y seleccionar nuevas ideas, y a que las personas sean más innovadoras aun teniendo limitaciones claras. Los autores proporcionan tres recomendaciones para los líderes que buscan aprovechar el poder de la jerarquía y evitar sus trampas: tener una cadena de mando clara, crear una cultura basada en el desempeño y apoyar los objetivos del grupo en lugar de promover los propios intereses. De esta manera, se ayuda a los equipos a ser más innovadores y se fomenta el aprendizaje.

Conclusiones

De todo lo expuesto surge que, si bien es cierto que la eliminación de títulos y la asignación igualitaria del espacio en el ambiente de trabajo y otros símbolos de estatus promueven la igualdad y mejoran la comunicación, el compromiso y la responsabilidad, es importante que esa paridad cuente con un marco de referencia estructurado. Las organizaciones más exitosas son aquellas que logran un equilibrio entre jerarquía e igualdad para conseguir lo mejor de ambos mundos.

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FUENTE: FM&WORKPLACES #86

Diseño de oficina con tacto

Diseño con tacto

Extender la mano para tocar es uno de los primeros gestos que ensayamos para reconocer el mundo. El tacto es el primer sentido que se desarrolla y el último que se pierde con la edad.  Dado que la información táctil se recibe a través de la experiencia corporal de contacto, las superficies juegan un papel muy significativo en las cualidades del entorno. Así, la textura, la temperatura, el peso y la elasticidad de los materiales que se incorporan en el diseño de los espacios de trabajo –tanto en los muros y los muebles como en el pavimento– pueden adquirir relevancia propia y actuar a modo de señales, caminos, nodos, bordes y fronteras, tal como ocurre en un contexto visual. Hoy, la ciencia también está comenzando a comprender cómo los aspectos afectivos de las sensaciones táctiles pueden influir en los procesos cognitivos.

El escenario del tacto se encuentra principalmente en la piel, el más extenso de los órganos del ser humano y el asiento de las diferentes clases de receptores nerviosos que se encargan de transformar los estímulos entrantes en información susceptible de ser interpretada por el cerebro. De esta manera, podemos detectar y distinguir entre una inmensa variedad de estímulos diferentes tales como la textura, la temperatura y la elasticidad de los materiales, entre otros.

El tacto es el primer sentido que se desarrolla dentro del útero y el último que se pierde con la edad. Aun antes de nacer comenzamos a responder al tacto. A las 32 semanas de gestación, el embrión  ya  puede sentir y comprender la temperatura, la presión y el dolor.

Para Aristóteles, solo el tacto proporcionaba una imagen real del mundo y por eso lo consideraba el sentido fundamental del ser humano, avalado por el hecho de que extender la mano para tocar es uno de los primeros gestos que ensayamos para reconocer el entorno que nos rodea.

Cuando interactuamos con el espacio construido, la experiencia táctil es omnipresente aunque no la notemos conscientemente: al caminar sobre distintos pavimentos, apoyarnos sobre muros o muebles, abrir y cerrar puertas, o sentarnos, nuestro cuerpo evalúa las características de los materiales –¿es rugoso, cálido, áspero, suave, pesado, duro, etc.?– y reacciona ante ello.

Pero la percepción táctil puede extenderse e influir sobre la interacción social y el pensamiento. Según un estudio de la Universidad de Yale, las impresiones táctiles pueden afectar procesos cognitivos tales como la toma de decisiones. Esta investigación exploró de qué modo la experiencia táctil relacionada con objetos específicos influye sobre la cognición afectando inconscientemente nuestros juicios y decisiones. Desde la silla en la que nos sentamos hasta la calidad de las carpetas con las que trabajamos, la estimulación táctil puede guiar nuestros procesos de pensamiento. Así, se demostró que propiedades tales como el peso, la textura y la dureza influyen tanto en la formación de las impresiones sociales como en la toma de decisiones, utilizando metáforas comunes relacionadas con el sentido del tacto: el peso relacionado con la importancia, la dureza con la inflexibilidad, etc.

Las superficies juegan un papel significativo en las cualidades del entorno y conviene prestarles atención a la hora de elegir los materiales de terminación de la oficina: las diferentes texturas que estimulan nuestro sentido del tacto pueden tener efectos significativos sobre la experiencia estética, el comportamiento social, el bienestar y el confort de las personas.

Conocer los materiales

Elegir los materiales para un espacio de trabajo no solo implica cumplir con los requisitos técnicos; la apariencia del material junto con su comportamiento sensorial juegan un papel igualmente importante en el diseño. Los materiales otorgan identidad y carácter a las superficies a través de sus cualidades hápticas, entendidas como aquellas que se manifiestan a través de la exploración activa del tacto.

. Textura

Es una de las propiedades de las superficies de los materiales más ampliamente estudiadas y está relacionada con las características y la distancia entre los elementos que la constituyen. Influye en la reflexión de la luz y define la forma en que se “siente” un material: áspero, suave, liso, rugoso, etc. Por ejemplo, una textura áspera puede ser ideal en los pies mientras que las suaves son preferibles para las manos.

. Temperatura

Las sensaciones de calor y frío surgen de la interacción entre la piel y la superficie tocada. Dado que los receptores térmicos responden dentro de un rango de entre 5°C y 45°C y que la temperatura de la piel en la mano se encuentra entre 25°C y 36°C,  el contacto con los objetos del entorno tiende a conducir el calor hacia afuera de la piel dando una sensación de mayor o menor frialdad.

Otra de las características de los materiales que influyen en la percepción térmica es su permeabilidad al aire y la humedad. Al contacto con la piel, un material de trama abierta dejará pasar el aire mientras que una terminación compacta e impermeable impedirá la transpiración aumentando la sensación de calor e incomodidad.

. Elasticidad

La elasticidad de un material se refiere a su deformabilidad bajo presión. Un material se considera elástico si vuelve a su forma original cuando desaparece la fuerza.

. Peso

El peso percibido de un objeto refleja su densidad y estructura. Hasta cierto punto, el peso puede percibirse cuando un objeto simplemente descansa sobre la mano. Sin embargo, la exploración activa consistente en levantar y empuñar el objeto, mejora sustancialmente la capacidad de juzgar el peso.

Diseñar con tacto

La expresión háptica de los materiales puede ayudar a reflejar la identidad y los valores de un espacio. Así, los elementos naturales tales como el algodón, el cuero y la madera se perciben como cálidos y suaves, y ayudan a crear una atmósfera relajada y en armonía con la naturaleza.

Los materiales con superficies pulimentadas y brillantes tales como la cerámica, el vidrio y los metales se perciben comúnmente como duros y fríos. Este tipo de elementos no invita a la distensión y la permanencia por lo que pueden ser usados en lugares de paso o muy transitados.

En la experiencia de diseño también es importante tener en cuenta qué lugar del cuerpo va a tocar o ser tocada por el material ya que cada parte se caracteriza por tener más o menos sensibilidad. Dado que, por ejemplo, las manos son más sensibles que los pies, las superficies en contacto con nuestras manos requerirán una textura y un material diferentes de aquellas destinadas a guiar nuestros pasos. Alvar Aalto prestó mucha atención a los materiales que tocamos. Por eso, en muchas de sus obras recubrió pasamanos y picaportes con cuero para evitar la pérdida de calor de nuestras manos al tocarlos.

Los textiles son especialmente importantes ya que suelen estar en contacto directo con el cuerpo. En un clima frío debe prestarse especial atención a las texturas y los colores cálidos mientras que en climas cálidos se prefieren las fibras naturales tales como el ratán, el algodón, y otros materiales que permiten pasar el aire y se sienten más frescos.

Las características de los materiales, tanto en los muros como en los muebles y en el pavimento, pueden adquirir relevancia propia y actuar a modo de señales, caminos, nodos, bordes y fronteras tal como se describen en un contexto visual. La experiencia de cada superficie dependerá del uso y contribuirá a crear una atmósfera en sintonía con las otras modalidades sensoriales.

Por último, conviene recordar que la experiencia háptica de los materiales que componen un espacio también influye en las percepciones y actitudes de las personas, en sus juicios y en sus decisiones. Encontrar la experiencia táctil adecuada puede ayudar a que cada ambiente (una sala de reuniones, una cafetería, una recepción) se adapte mejor a su propósito y mejore la experiencia de los usuarios.

 

FUENTE: FM&WORKPLACES #86