‘Smart offices’ se abren paso en el corporativo

Por Élida Vega Córdova
Buen augurio. Las oficinas inteligentes han empezado a ganar terreno en la capital. La tecnología es su principal aliado.
Llegas a la sala de reuniones de tu empresa y basta que menciones la palabra “ventanas” para que las lunas –ante la innecesaria presencia de cortinas– se oscurezcan o se aclaren. Y mientras eso sucede, con solo apretar un botón desde tu smartphone o desde tu tablet puedes hacer que el ecran, las pizarras interactivas y la iluminación queden listos para tu presentación.  En líneas generales, estas son algunas de las características de las ‘smart office’ u oficinas inteligentes.
Ha sido tal el avance de la tecnología que hoy en día, los comandos de voz y la automatización de procesos han empezado a ganar terreno y más de una empresa en nuestro país se ha animado a transformar sus tradicionales espacios en unidades inteligentes. Aunque con la revolución digital, hubo quienes se animaron a anunciar el fin de la oficina tal y como la conocemos, Omar Barrena, gerente general de Smarthouse, asegura que la tecnología no ha matado a la oficina, sino que la ha transformado.
“Hoy las oficinas deben adaptarse a las nuevas tecnologías y a la nueva forma de trabajar: sin jerarquías,
en equipo y estableciendo relaciones globales. Por ello, se han creado las ‘smart offices’, que gozan
de amplitud, confort, tecnología de punta y permiten agilizar las relaciones
laborales”, señala.
Según Juan Carlos Checa, director de Contract Workplaces Perú, hace dos años, más o menos, las empresas en nuestro país comenzaron a entender mejor la necesidad de asegurar el bienestar de las
personas, por lo que no dudaron en reflejar ese cambio en sus propios
espacios de trabajo. Por esa razón, se observa que en Lima son cada vez más los edificios de oficinas prime, que incluyen la tecnología en sus espacios y procesos.
“Aplicada de forma correcta y en función a las necesidades específicas de la empresa y de sus usuarios, la tecnología permite mejorar procesos, economizar tiempos, cuidar los recursos, ahorrar energía y mejorar
la calidad de vida en los espacios de trabajo”, asegura.

¿Dónde y cómo?

A pesar de que San Isidro posee el inventario de oficinas más grande de la capital y es uno de los distritos en donde hay más oficinas modernas, Omar Barrena refiere que es en Surco y Magdalena en donde se viene desarrollando la mayoría de proyectos de oficinas inteligentes.
A esa lista se suma Miraflores, en donde –a decir de Juan Carlos Checa– también hay edificios con mejores y nuevas tecnologías.
Para graficar el interés que han despertado las ‘smart offices’ en distritos como Surco y Magdalena, Barrena refiere que, mientras en el primer distrito alrededor de 30 espacios se convertirían en inteligentes,
en Magdalena sucedería lo propio con 80 espacios. La cifra tendería a multiplicarse en otros distritos de la
capital en lo que resta del año.
Sobre los espacios que dentro de una empresa tenderían a convertirse en inteligentes, Checa y Barrena coinciden en que las salas de reuniones son, por lo general, los primeros en optar por el cambio, en tanto que los espacios comunes y el área de recepción de la empresa también se suman a la lista.
“Aunque cada caso es particular, si tenemos en cuenta que las nuevas tendencias en ‘workplace’ tienden a eliminar las oficinas gerenciales y a horizontalizar las estructuras a través de los ‘open space’, podría decirse que hoy se busca incorporar la tecnología en las salas de reuniones, que son espacios de gran preponderancia en estos nuevos modelos”, resalta Juan Carlos Checa.
Así las cosas, todo parece indicar que la tecnología continuará ganando terreno en el mercado de oficinas corporativas. Y es que además de agilizar las relaciones laborales, aplicada de forma correcta en función a las necesidades específicas de la empresa y de sus usuarios, también permite mejorar procesos, economizar tiempos, cuidar los recursos, ahorrar energía y mejorar la calidad de vida en los espacios de trabajo.

¿Qué es lo que define a una oficina como una “Smart Office”?

Según Contract Workplaces, una oficina inteligente es aquella en la que se agrupan diversos aspectos o ámbitos, en los que se busca propiciar el bienestar de sus usuarios, a la vez que se optimiza el uso de los recursos y se ahorra energía. A la hora de diseñar un ambiente de trabajo y definir sus especificaciones en términos de tecnología, siempre es necesario entender y analizar el ADN de cada organización, y comprender la naturaleza de su trabajo.

El rol de los sistemas domóticos en las Smart Offices

Los sistemas domóticos, según Juan Carlos Checa, transforman los edificios en unidades inteligentes, capaces de tomar decisiones basándose en la forma en la que se utilizan los espacios.
Para un resultado eficiente, es clave que la cultura de la empresa acompañe y fomente el uso de nuevas tecnologías y que capacite a su personal para su correcto uso.

¿Qué bondades tienen las “Smart Offices”?

Según Smarthouse se resumen en cinco puntos: tecnología de punta, ambiente colaborativo, espacios recreativos, energía eficiente y diseño inteligente e innovador.

Algunos números…

  • 3.0 es el otro nombre con el que se las conoce a las oficinas inteligentes o ‘smart offices’
    Para Contract Workplaces, proyectar una oficina requiere conocer la organización y entender sus requerimientos específicos.
  • 60% de los espacios en una ‘smart office’ serán áreas comunes, según marca la tendencia.  Un 30% estará destinado a las áreas individuales y el 10% restante para las salas de reuniones, que tienen
    otra configuración.
  • 2.000 dólares es la inversión mínima que se necesita para virar hacia una ‘smart office’ Ese presupuesto, según Smarthouse, abarca un sistema de audio. Para una sala de directorio, 4 gerencias y áreas comunes llega a US$12.000.
  • 10 m2 es el espacio promedio que una empresa convierte en inteligente. Dependiendo del sector y de la empresa, los espacios que se transforman en ‘smart offices’ llegan hasta los 4.000 m2.
  • 1,5 de cada diez espacios se transforman en ‘smart offices’ en nuestro país. Según Smarthouse, dicha cifra nos coloca por debajo de países vecinos como Brasil (3 de cada 10) y Chile (2 de cada 10)

 

FUENTE: Diario El Comercio de Perú, versión impresa