Aquello de “un puesto de trabajo por persona” en las oficinas es cosa del pasado. Una nueva tendencia otorga la posibilidad de elegir distintos espacios dependiendo de la actividad que se desarrolle en cada momento.
En los últimos años, las organizaciones han comenzado a replantearse tanto su modo de trabajar como la forma en que se aprovecha el espacio físico en las oficinas, adoptando una tendencia que está ganando cada vez más terreno: el trabajo basado en las actividades, más conocido por su nombre en inglés activity based working (ABW).
Consuelo Larrea, gerente de arquitectura y diseño de Contract Workplaces Chile, explica que el ABW otorga a las personas la posibilidad de elegir múltiples opciones de espacios dentro de la oficina, de acuerdo con la tarea que estén llevando a cabo en cada instante.
“De esta forma, en vez de trabajar en un solo entorno y anclado en un escritorio, cada trabajador puede elegir el ámbito más adecuado para la labor a desarrollar, sea una tarea de concentración, reuniones de equipo o llamadas telefónicas, entre otras”, apunta.
De acuerdo con la experta, esta modalidad reporta varios beneficios que van desde una mayor satisfacción y productividad de los empleados, hasta una disminución de los gastos de operación de la empresa.
EN BOGA
En Chile, tanto el ABW como las oficinas de plantas abiertas son cada vez más comunes, y su implementación va de la mano con una cultura organizacional flexible.
Desde la compañía de consultoría, diseño, y habilitación de espacios de trabajo, indican que para diseñar un entorno ABW eficiente resulta imprescindible un análisis previo de la compañía: el primer paso es evaluar la cultura, las dinámicas de trabajo, los procesos y el tipo de tarea desarrollada por cada área a intervenir.
Lo anterior permite identificar qué posiciones necesitan mayor flexibilidad, qué colaboradores tienen mayor movilidad, cuáles tienen posiciones más estáticas y cuáles requieren un lugar más personalizado, además de comprender cuáles son los espacios adicionales que requiere la organización. Con esta información, se puede realizar una propuesta balanceada, que proporcione un mejor equilibrio entre los puestos de trabajo individual y los espacios complementarios que darán soporte a las necesidades específicas de cada tarea
“En las oficinas bien planificadas, cada metro cuadrado cuenta para hacer rendir la superficie y convertir el lugar de trabajo en un ámbito confortable y eficiente, tanto para los empleados como para los empleadores. Organizar el espacio de trabajo en base a las actividades puede contribuir a aumentar la productividad y la satisfacción de los colaboradores; sin embargo, no existe una única solución para todos, sino que cada compañía debe adecuar el programa de ABW de acuerdo con sus necesidades y sus objetivos, lo que puede traducirse como una solución global o restringida tan solo a algunos equipos o áreas específicas dentro de la organización”, destaca la ejecutiva.
Una de las compañías que ha implementado recientemente el concepto de ABW en Chile es Willis Towers Watson. Las oficinas de la empresa en Santiago fueron totalmente rediseñadas por Contract Workplaces el año pasado y, actualmente, los puestos de trabajo ya no son asignados, sino que hay pantallas en las paredes que exhiben las plantas de los pisos e indican, en tiempo real, qué escritorios están disponibles.
“El cambio ha sido enorme, pasamos del modelo clásico noventero con oficinas cerradas y cubículos, a oficinas de lujo que, además, brindan más y mejores espacios de interacción que propician la innovación y el trabajo en equipo”, asegura Camila Silva, directora de Sales & Marketing de Willis Towers Watson en Chile.
ENTORNOS BAJO LA LUPA
Si bien el concepto de trabajo basado en la actividad se viene aplicando desde hace algún tiempo mundialmente, aún se están realizando investigaciones acerca del impacto que tiene sobre la productividad de las empresas y el bienestar de los empleados.
La consultora Leesman difundió los resultados de un estudio reciente que fue llevado a cabo a lo largo de un año entre más de 70.000 empleados, de los cuales casi el 10% trabajaba en espacios ABW. La investigación se orientó a medir el impacto del programa y cuáles son sus aspectos más importantes, los beneficios y los riesgos.
Los resultados revelan que las organizaciones que adoptaron espacios ABW cuentan -en relación con aquellas que no lo han hecho- con una mayor capacidad de creatividad, al mismo tiempo que sus empleados gozan de mayores beneficios personales. Además, para la mayoría de los encuestados, especialmente para aquellos con los perfiles más altos de movilidad, los ambientes ABW superan al resto de los entornos en lo concerniente a favorecer el pensamiento creativo.
FUENTE: Suplemento Economía y Negocios de Diario El Mercurio, Chile