En los últimos años, el mundo laboral cambió de manera vertiginosa. La incorporación de más tecnologías de la comunicación y la llegada de los millenials al mercado de trabajo obligó a las empresas a repensar sus espacios de producción en base a nuevos criterios. Víctor Feingold, CEO de Contract Workplaces, compañía que ofrece servicios integrales corporativos, explica cómo estos cambios se tradujeron en diseños más apropiados.
Diario Clarín – Suplemento Clasificados
¿Qué información necesitan para saber cómo debe ser una oficina?
Una de las particularidades que estamos viviendo es que en pocos años la infraestructura queda obsoleta. Estos cambios están empujados primero por la tecnología que permite trabajar en cualquier momento, en cualquier lugar, y por las nuevas generaciones llegando al mundo del trabajo, que vienen con otro mindset. Entonces, la empresa debe preguntarse: ¿Cómo hago para que mi oficina sea atractiva para los mejores talentos? ¿A la gente le va a gustar estar acá? Hoy se pone al empleado en el centro de la preocupación porque, si le voy a pedir productividad, ¿Cómo me ocupo de esa persona? Se empieza a pensar desde lo obvio: la funcionalidad. Que los lugares en cantidad y calidad sean acordes a las actividades del día, como por ejemplo si hay reuniones formales, informales, espontáneas, capacitaciones, trabajo de concentración, momentos de socialización y colaboración. El lugar debe ser una herramienta de gestión eficiente que facilite las tareas que hay que hacer. Esto es confort y salud.
¿Qué otros aspectos se tienen en cuenta?
La oficina debe motivar, ser alegre, un empleado debería sentirse a gusto. Tal vez funciona todo bien pero si el lugar es gélido y despersonalizado no está ayudando al confort psicológico, a la salud emocional. También hay otros aspectos no menores, como los relacionados con la identificación y la pertenencia. Hoy los colaboradores dicen: “Yo quiero estar en una empresa con la cual comparta valores”. Entonces los empleadores deben preguntarse si existe una real preocupación por el ahorro de energía o por el reciclado de la basura, por ejemplo. Las compañías declaran permanentemente quienes son. En su comunicación, dicen si son dinámicas, transparentes, etcétera. Pero esto, ¿Es coherente con la imagen de sus oficinas? De otro modo, se produce una disonancia.
¿Un diseño adecuado es funcional al negocio?
Sí. La necesidad de cambio es muy fuerte hoy, y es imprescindible promover la innovación. Esto es, la creación constante de productos, servicios y mejoras en procesos. Está estudiado que es en el encuentro de las personas de distintos perfiles y habilidades que salen las mejores ideas. Y ese intercambio se produce en este nuevo espacio de trabajo. La gente pide más flexibilidad, trabajo por objetivos, y la concepción de nuevos lugares tiene que ver con estos requisitos. Las oficinas tienen que estar a la altura de los nuevos desafíos que plantea la modernidad sino se pierde competitividad.