Dupont Colombia Diseño de Oficinas Contract Workplaces

Dupont – Colombia

“Estoy muy agradecida con Contract Workplaces por todo el acompañamiento, soporte, experiencia, sugerencias, etc. Esta es la sinergia que logró hacer de este proyecto un ÉXITO: cumplimos con todas las metas de tiempos, seguridad, calidad y presupuesto. Estoy convencida que los espacios que se crearon inspirarán a cada funcionario a dar lo mejor de cada uno. Más allá de ser un proyecto arquitectónico será una transformación muy positiva para nuestra compañía y nuestros empleados.”

Claudia González – Facilities Services, Real Estate & Security Leader

Mercado Libre Argentina 2015

Mercado Libre – Argentina

“Estimado Equipo Contract: Queremos en nombre nuestro y de los casi 400 empleados que están hoy disfrutando de estas nuevas oficinas, felicitarlos y agradecerles profundamente por los esfuerzos que hicieron para que este proyecto se haga realidad. Realmente hoy sentimos que tenemos oficinas <Triple A> y la gente está muy contenta con estas nuevas instalaciones… Verlos sacarse fotos ayer como si estuvieran en Disney, ¡conmovía!

Seguramente ha sido mucho más la gente que participó desde el lado de ustedes, pero queremos destacar especialmente el profesionalismo y sobre todo la dedicación/pasión que le pusieron tanto Fernando en la etapa del proyecto y Sandra en la etapa de la obra con buena ayuda de parte de Paola y Guillermo. Estamos muy felices y queremos compartirlo con ustedes y con nuestra gente. ¡Gracias!”

Juan Martín de la Serna – VP

Oficinas de empresas

Atractivas, versátiles, funcionales y tecnológicas, las nuevas oficinas se recortan según ciertos patrones y esta nota los enumera. Además, brinda algunas claves de experto para elegir el equipamiento y distribuir el espacio.

Nuevas exigencias

Ya no basta con que sean funcionales; las oficinas hoy deben ser versátiles (tener equipamiento móvil y adaptable a distintas necesidades) y lexibles (capaces de amoldarse a reestructuraciones o cambios del negocio). Deben ser consistentes con la identidad de la empresa y sus declaraciones de valores, sustentables y estar armadas con las meores tecnologías. Y como si fuera poco, también tienen que actuar como herramienta para retener y atraer talentos y aportar a la motivación y el compromiso dek equipo de trabajo.

Espacios abiertos

Si bien cada caso es particular, hoy la mayoría de las empresas han eliminado los típicos cubículos de trabajo y redujeron las divisiones. Los open space son cada vez más frecuentes en todo tipo de empresas, con la consiguiente disminución o, incluso, eliminación de oficinas cerradas. Eso sí, se contemplan algunos espacios para actividades que requieran privacidad -como los phone booth- o trabajo de concentración, como las bibliotecas.

“Es necesario generar un ambiente flexible, funcional y saludable, que otorgue el soporte adecuado a las actividades básicas de un día de trabajo: tareas individuales, trabajo colaborativo, capacitación y sociabilización. Para cada actividad es necesario contar con distintos grados de privacidad, niveles de ruido, tipos de equipamiento y la tecnología específica. La estrategia entonces, es dotar al nuevo espacio de trabajo con áreas diseñadas para cada uso, que permitan a las personas trasladarse de acuerdo a sus necesidades”, explica el arquitecto Alejandro Mariani, Gerente General de Contract Workplaces.

Zonas de encuentro y confort

Aunque las empresas relacionadas con la tecnología y el entretenimiento han sido pioneras en este aspecto, ahora hay cada vez más organizaciones que  buscan transformar sus oficinas en espacios sociales y de trabajo compartido. Prevalecen áreas de coworking, salas de usos múltiples y meeting points. Al mismo tiempo, el foco hoy está puesto en el bienestar del trabajador. Para ello, se privilegian la luz natural, la ergonomía, la seguridad y el confort, así como las actividades recreativas y el descanso.

“Hoy las empresas ofrecen a sus equipos distintos tipos de amenities, como: áreas de juego, terrazas, siestarios, salas de lactancia y gimnasios, entre otros. Hasta hace un tiempo, estos espacios “no tradicionales” eran impensados para las compañías instaladas en nuestro país; sin embargo, lentamente las organizaciones van haciendo eco de las nuevas tendencias y comienzan a repensar de un modo más “flexible” tanto su cultura y como sus espacios”, comenta Mariani.

Movilidad y movimiento

La imagen del empleado “atado” a su escritorio durante 9 horas ya no es compatible con las necesidades biológicas y psicológicas de las personas de hoy. Se impone crear ámbitos donde los trabajadores puedan desplazarse y elegir distintas áreas de acuerdo al tipo de tarea a desarrollar: concentración, trabajo creativo o colaboración.

Desde el punto de vista del equipamiento, existen soluciones de diseño que permiten cambiar de posición, trabajar parado e inclusive hacer ejercicio durante la jornada laboral. La tecnología también colabora: “hemos implementado un sensor (creado por Garmín en alianza con Interstuhl) que se conecta por una app a la computadora o al celular e informa al trabajador cuántas horas estuvo sentado, a la vez que le avisa cuándo debería pararse, ofrece ejercicios de oficina fáciles de implementar y notificaciones regulares para un cambio de postura” cuenta Daniel Cwirenbaum de Grupo A2.

Buenas posturas

  • La silla: “la mejor silla es la que promueve movimientos espontáneos y ofrece un funcionamiento sencillo e intuitivo. Se debe ajustar automáticamente a las necesidades del cuerpo, con reclinación dinámica y soporte lumbar. Otra característica importante es que los apoya brazos estén conectados al respaldo de la silla, de manera que se muevan al reclinarse” enseñan en la empresa Interieur Forma.
  • El monitor: los brazos porta monitor son grandes aliados. Además de permitir el correcto posicionamiento de la pantalla, liberan un valioso espacio para otros usuarios en la superficie de trabajo. Asimismo, el accesorio porta laptop permite un uso ergonómico de la computadora, apoyándola en una posición fácil de visualizar.
  • Los cajones: “Si bien los lugares de guardado son cada vez más escasos en las nuevas oficinas que apuntan a reducir el uso del papel, las cajoneras individuales con ruedas siguen siendo de las preferidas. Como innovación, se le incorporó un almohadón para que tenga la doble función de asiento alternativo”, agrega Cwirenbaum.

 

Colores

 

“Las oficinas que incorporan colores que se asemejan al entorno natural, tienen un impacto positivo sobre el bienestar de los empleados, se perciben como un lugar saludable, donde uno puede sentirse estimulado o relajado” dice Marconi.

Según explica, los verdes oscuros o intermedios reducen el ritmo cardíaco y la presión sanguínea al aliviar el estrés), el rojo puede estimular los procesos cognitivos y la atención, el azul, el amarillo y algunos verdes intermedios pueden ayudar en las tareas que requieren creatividad. Por el contrario, el uso de los blancos y grises tienen un impacto negativo en los niveles de estrés”.

 

A distribuir el lugar

 

Conviene organizar los espacios de acuerdo con las actividades y no con las jerarquías. La ecuación: a mayor jerarquía más espacio privado, generalmente implica una gran cantidad de metros subutilizados, ya que, debido a sus compromisos, los altos ejecutivos suelen ser los que menos tiempo están en sus oficinas. Estos metros, generalmente privilegiados en cuanto a luz natural, vistas y ubicación estratégica, pueden destinarse a espacios colaborativos o puestos operativos con alta tasa de ocupación.

Privilegiar zonas comunes

 

Si la tecnología nos permite hacer el trabajo individual en cualquier momento y desde cualquier lugar, la oficina corporativa debería ser un espacio de encuentro, trabajo en equipo, y creación de identidad y cultura. Por lo tanto el foco debe ponerse en la creación de áreas comunes y trabajo colaborativo. “Hoy en el día es habitual encontrar casi el 60% de los puestos de trabajo fijos vacíos mientras que las salas de reuniones permanecen colapsadas”, explican desde Contract Workplaces.

 

Aportar por la multifuncionalidad

 

La posibilidad de que un ambiente pueda brindar distintos usos a lo largo del día es un recurso muy valorado por las organizaciones. Cafeterías que funcionan como salas de capacitación fuera delos horarios de almuerzo, grandes salas de directorio que se subdividen en dos o tres salas de reuniones pequeñas, áreas de living que funcionan como recepción de visitas externas, espacio de reunión informal de equipo y zona de descanso, son algunos de los ejemplos favoritos dentro de esta tendencia.

 

Paperless

 

En la mayoría de las oficinas, el espacio que se destina al almacenamiento de papel oscila entre un 15% y un 17% de la superficie disponible. La digitalización de documentos, el uso de dispositivos móviles, el almacenamiento en la nube y las políticas de reducción y concientización en el uso del papel,  liberarán muchos de los metros cuadrados que hoy se destinan a archivos y bodegas.

 

Adoptar prácticas sustentables

 

“La compañías ambientalmente responsables no sólo logran reducir sus costos sino que obtienen una mayor satisfacción y orgullo por parte de sus colaboradores y una imagen corporativa muy valorada por la comunidad” remarcan desde Contract Workplaces. Existe gran variedad de dispositivos de automatización que permiten reducir el uso de energía eléctrica y  el agua, generando un ahorro económico del orden del 30%.

 

FUENTE: Revista Para Ti DECO, 08 junio 2018

Habilitación de Oficinas por Contract Workplaces - Banco Estado Chile

Banco Estado: Nueva sede innovadora en Santiago

Banco Estado, en su rol de banco comercial estatal, es una de las instituciones financieras más importantes y emblemáticas de Chile. Con más de 160 años de trayectoria volcada a cumplir con los desafíos sociales del país de manera eficiente y competitiva, esta histórica compañía decidió iniciar un importante cambio en sus espacios de trabajo en sintonía con los nuevos estándares de la industria, pero respetando sus necesidades particulares y sus tradicionales valores corporativos. Para encarar el desafío de transitar hacia un modelo transformador donde priman la innovación y la creatividad, Banco Estado eligió a Contract Workplaces. El diseño de las nuevas oficinas, que cuentan con una superficie de más de 9.500 m² distribuidos en varias plantas, propone una atmósfera colaborativa, dinámica y transparente, en coincidencia con las nuevas tendencias y con las expectativas de los colaboradores y los clientes.

A fin de adaptarse a los cambios acelerados de los últimos tiempos, Banco Estado decidió abordar la transformación de su forma de trabajo. El diseño de las nuevas oficinas debía facilitar la integración y la colaboración con una propuesta innovadora, dentro de una nueva ubicación destinada a potenciar la sinergia de los diferentes equipos que antes estaban separados.

El proyecto para esta nueva sede –desarrollado sobre un edificio con certificación LEED Silver que incluye una sucursal en la planta baja y 6 pisos de oficinas– se encaró como una oportunidad única para refundar los valores y principios del banco frente a la sociedad, a los clientes y a los colaboradores, poniendo especial énfasis en los espacios colaborativos, el confort y la experiencia del usuario.

El esquema general del layout se organizó en función de las actividades, en torno a un “corazón colaborativo” ubicado en el interior de la planta mientras que los puestos operativos en open plan se dispusieron perpendicularmente al perímetro, a fin de aprovechar las vistas al exterior y la iluminación natural. En este espacio abierto, las áreas de trabajo se integran fluidamente con los ámbitos de colaboración, los cuales se encuentran organizados en dos zonas –una formal y otra informal–, cada una ubicada en uno de los accesos a la planta. El área más formal, relacionada con la recepción y las salas de reuniones formales, está orientada principalmente a la atención de clientes externos, mientras que el área informal se organizó alrededor de las zonas de uso interno tales como la mesa de proyecto, el Coffee y las áreas de brainstorming. Los Phone Booths, junto con las zonas de servicios y de guardado, se ubicaron recostadas contra el núcleo central del edificio.

Las diferentes áreas de este “corazón colaborativo” forman un conjunto que se articula con planos oblicuos y líneas quebradas que rompen la rigidez de la estructura y otorgan flexibilidad y fluidez al espacio.  Aquí es donde se construye la cultura de la organización, se cultiva la empatía y nacen la creatividad, la innovación y la colaboración dentro de los equipos.

De este modo, las oficinas cuentan con un soporte flexible que permite albergar diferentes áreas de proyecto que pueden cambiar en el tiempo en función de los desafíos que se deban enfrentar: nuevas problemáticas sociales, mejoras en la eficiencia, etc. Algunos de estos desafíos, tales como el cambio generacional en la empresa, fue abordado incorporando algunos despachos privados, los cuales pueden  funcionar también como salas de reuniones.

En el área operativa se eligieron mesas tipo bench a fin de generar una mayor sinergia, comunicación, coordinación y cercanía entre los colaboradores, lo cual permite abordar los distintos proyectos con una mirada más transversal. La integración visual y la transparencia del espacio se reforzaron con la utilización de divisores bajos traslúcidos en los puestos de trabajo y frentes vidriados en las salas cerradas y de reuniones.

En la sucursal bancaria –ubicada a nivel peatonal y en relación con el espacio público– se desarrollaron espacios propios de la actividad tales como zonas de atención al público y de autogestión, Back Office y áreas complementarias para los clientes, siempre con el foco puesto en la experiencia del usuario. La propuesta busca darle soporte físico a una nueva manera de relacionarse con los consumidores en el contexto de un ambiente autónomo, conectado y de inclusión social.

 

Ver fotos de la obra

 

Ficha técnica

 

Cliente: Banco Estado.
Ubicación:  Santo Domingo 1584, Santiago de Chile.
Superficie:9.563 m2.
Plazo de ejecución: 240 días.
Año de ejecución: 2017.
Proyecto y dirección de obra: Contract Workplaces.
Gerente de arquitectura:Consuelo Larrea.
Diseño conceptual del proyecto:Valentina Lujan , María Fernanda Perez.
Desarrollo del proyecto:Osvaldo de la Jara, Camila Rojas.
Diseño mobiliario:Andrés Hidalgo, Ximena Valencia.
Diseño gráfico:Camilo González.
Gerente de proyecto:Claudio Zúñiga.
Dirección de obra:Claudio Jara, Sebastián Larco, Mauricio Gajardo, Carla Ormeño,

Alexander Illanes, Mauricio Acevedo, Esteban Altamirano.

Project Manager:Ignacia Barros.
Fotografía:Pablo Blanco.

 

FUENTE: FM&WORKPLACES #86

La oficina para estar en forma

La oficina para estar en forma

El cuerpo humano evolucionó para el movimiento, pero la tecnología (y no solo la de la comunicación) nos ha convertido en los seres más sedentarios de la historia. En occidente, la obesidad y el sobrepeso se han transformado en una de las epidemias más importantes del siglo XXI, consecuencia de la disparidad entre nuestra biología y el medio ambiente contemporáneo. Los últimos reportes de la ONU revelan unas cifras alarmantes: el sobrepeso afecta a más de la mitad de la población de América Latina y el Caribe, y la inactividad física se encuentra entre sus principales factores de riesgo. ¿Puede influir el espacio en el que trabajamos sobre nuestro peso corporal y sobre nuestro bienestar? Un diseño de oficina inteligente y cuidadoso, que promueva la actividad física a través del trabajo “en movimiento”, puede hacer una gran diferencia. Porque, tal como afirmaba Winston Churchill: “Modelamos nuestros edificios y luego los edificios nos modelan a nosotros”.

Desde una perspectiva evolucionista, el cuerpo humano se desarrolló para correr, saltar y estar en movimiento. Solo aquellos que eran capaces de desplazarse rápidamente y recorrer grandes distancias para cazar, defenderse o recolectar alimento pudieron sobrevivir y transmitir su dotación genética a las generaciones siguientes. Sin embargo, todos estos comportamientos naturales hoy han sido reemplazados por hábitos sedentarios.

Hace más de 10.000 años, con la aparición de la agricultura y la domesticación de animales, comenzó a producirse la disociación entre la adquisición de alimentos y el esfuerzo físico para conseguirlos, lo cual favoreció la aparición del sobrepeso entre las primeras élites pudientes.

Con el correr del tiempo, los desarrollos tecnológicos de los últimos 200 años significaron un gran alivio de la carga física en una amplia gama de tareas que hacen la vida más fácil y reducen el gasto energético de las personas. La industrialización se transformó en el punto de partida de la actual inactividad física que ha alterado las proporciones de grasa y músculo de gran parte de la población.

Hoy en día, este proceso ha dado lugar a una gran cantidad de cambios –tanto en la vida diaria como en el lugar de trabajo– con una gran parte del desarrollo tecnológico orientado a la sustitución de la energía generada por el ser humano por la producida mecánicamente, a fin de lograr procesos más productivos y rentables.

A lo largo de la evolución, la adquisición y el gasto energético han estado íntimamente ligados. El reciente desajuste de estas funciones vitales ha distorsionado la composición del cuerpo humano con consecuencias indeseadas: sobrepeso, obesidad y enfermedades cardiovasculares y metabólicas, entre otras.

Sobrepeso y obesidad

Tal como hemos visto, la obesidad es consecuencia de la disparidad entre la biología y el medio ambiente actual cuyas condiciones promueven el sedentarismo crónico. Esto ha hecho que hoy, muchas personas tengan un porcentaje de grasa corporal igual o superior al de la ballena azul, un animal 1.000 veces más grande que el ser humano promedio.

De acuerdo con un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura para América Latina y el Caribe, la tendencia al sobrepeso y la obesidad en adultos tiene una incidencia preocupante en la región. Se estima que alrededor del 58 % de la población (casi 360 millones de personas) tiene sobrepeso, y que la obesidad afecta al 23 % (140 millones).

 

Los responsables no son difíciles de identificar: el uso del automóvil y de otro tipo de transporte automotor en lugar de caminar o andar en bicicleta, el aumento de las actividades de ocio sedentario (videojuegos, televisión), la disminución de las ocupaciones manuales, y una mayor cantidad de trabajo técnico y de oficina basado en escritorio. Estar sentados se ha convertido en la condición predominante de la vida actual.

De acuerdo con una investigación reciente, se estima que, desde 1960, la reducción del gasto energético en el trabajo ha sido de 175 kcals por día. Esto significa una disminución del 20% en la actividad física, tendencia que podría representar una merma del 35% hacia el año 2030. Este deterioro del gasto energético podría atribuirse al hecho de que una gran proporción de la población que antes realizaba trabajos que requerían estar de pie o algún tipo de actividad física moderada, hoy realizan tareas sedentarias.

La evidencia muestra que el simple acto de realizar cambios posturales tales como ponerse de pie o caminar, representa una actividad física moderada que incrementa el consumo de energía en comparación con permanecer sentado frente a la computadora.

Buscando soluciones

Modelamos nuestros edificios y luego los edificios nos modelan a nosotros ”. Winston Churchill.

Teniendo en cuenta que una persona adulta pasa un tercio de su día en el trabajo, hay un gran potencial para incorporar la actividad física y el incremento del gasto energético en las tareas típicamente sedentarias, a través de intervenciones de diseño que cuenten con el apoyo de la cultura de la organización.

Un primer paso podría ser lograr que la gente se mueva con más frecuencia durante su jornada laboral. Se trata de crear entornos que apoyen la actividad física moderada y que estimulen conductas tales como caminar para hablar con colegas (numerosas pruebas sugieren que caminar –y hacer ejercicio físico en general– aumenta la productividad y la competencia en tareas creativas), permanecer de pie durante las reuniones en lugar de sentarse, e incorporar elementos tales como asientos y escritorios activos para distintos tipos de trabajo, mesas altas para reuniones informales, y gimnasios o equipamiento específico para hacer actividad física dentro del horario laboral. Cuando sea posible también se puede aumentar la distancia entre las distintas áreas de la oficina (especialmente las de apoyo tales como impresoras y cafetería) a fin de forzar a la gente a caminar más. Algunas empresas han ensayado incorporando muros de escalada o pistas para correr dentro del espacio de trabajo.

Otra opción consiste en analizar estratégicamente la localización y el diseño de las escaleras para incrementar su uso en detrimento del ascensor y mejorar así los niveles de actividad física.

La accesibilidad y el diseño de las escaleras suelen estar poco favorecidos. Sin embargo, un estudio llevado a cabo en los EE.UU. en el Centro para el Control de Enfermedades en Atlanta, Georgia, ha demostrado que es posible estimular el uso de las escaleras apelando a algunas estrategias simples: un cambio en el color, exhibir obras de arte en los descansos y utilizar una música apropiada.

Asimismo, en muchos edificios de oficinas se está adoptando el uso de ascensores “skip-stop” que paran solo en ciertos pisos obligando a la gente a tomar las escaleras hasta el nivel de destino, lo cual incrementa los niveles de actividad física. Una estrategia que incluya el uso de ascensores “skip-stop” combinados con escaleras abiertas puede dar como resultado un nivel más alto y sostenido en el uso de las mismas en comparación con los diseños tradicionales en edificios de oficinas.

La oficina en movimiento

No obstante, todas las propuestas analizadas solo tienen éxito si se consigue la colaboración activa de las personas junto con su compromiso de adhesión a un programa de mayor actividad física. Para salvar este obstáculo, investigadores del Media Interaction Lab de Austria proponen una estrategia superadora: un entorno que incluye la actividad física dentro del flujo de trabajo de la oficina y mantiene a las personas en movimiento como parte de la jornada laboral.

El concepto de Active Office propone un ámbito físico integrado junto con recursos tecnológicos que apunta a la reducción de conductas sedentarias y a la promoción de un proceso de trabajo físicamente activo que incluye cambios regulares entre diferentes tareas, estaciones de trabajo y posturas corporales. Esta propuesta abarca distinta áreas de aplicación.

  • Diseño ergonómico

Un espacio de trabajo diseñado ergonómicamente es un excelente punto de partida. Para esto se debe incluir una variedad de equipamiento que permita realizar las tareas habituales en diferentes posturas: asientos activos que se adaptan a los procesos dinámicos naturales del cuerpo humano, escritorios de altura ajustable que promueven una mejor posición y ofrecen la oportunidad de trabajar en una variedad de posturas, y pizarras de gran escala que tienen el potencial de promover la actividad a través de amplios movimientos espontáneos tales como el estiramiento y la flexión. Esto ayudará a crear un entorno donde el flujo de trabajo diario se acompañe con un aumento sutil en la actividad física.

Al permitir la utilización de diferentes partes del cuerpo y de la musculatura, el equipamiento dinámico y activo aumenta el gasto energético, mejora la circulación, el metabolismo y la respiración, y ayuda a prevenir los trastornos relacionados con el sedentarismo tales como la obesidad y el sobrepeso.

  • Soporte tecnológico

Sin embargo, el uso de la computadora y otros medios digitales puede conspirar para mantenernos sentados. Para superarlo, el diseño de la oficina debería incluir un equipamiento integrado con el hardware para crear un entorno de trabajo ergonómico e interactivo.

Se trata de vincular el equipamiento con las tecnologías de comunicación, las aplicaciones y los medios tradicionales de una manera tal que la gente pueda cambiar entre diferentes puestos de trabajo: un puesto de trabajo individual para el uso de múltiples aplicaciones (investigación, navegación, adquisición de datos), escritorios ajustables con soporte para medios digitales,  o una pizarra interactiva de gran escala para una variedad de actividades tanto individuales como colaborativas.

  • Distribución del espacio de acuerdo con las tareas

Actualmente, los espacios que soportan las nuevas formas de trabajo ofrecen una gama de opciones para realizar las diferentes tareas que se realizan en distintos momentos de la jornada. Esto permite que cada trabajador pueda cambiar de ambiente a lo largo del día en lugar de trabajar en un solo entorno, anclado en un escritorio.

Al combinar el diseño ergonómico con el soporte tecnológico adecuado, las personas pueden sacar el máximo provecho de la infraestructura y moverse entre diferentes entornos de trabajo que permiten diferentes posturas. Distribuir el espacio de acuerdo con las tareas que se realizan promueve una nueva forma de trabajar “en movimiento” que aumenta el gasto energético y combate el sedentarismo.

Conclusión

Durante la historia evolutiva del hombre, la adquisición y el gasto de energía han estado estrechamente vinculados. Pero el progresivo desarrollo tecnológico junto con el crecimiento económico modificaron esta relación primitiva y básica hasta desembocar en la actual epidemia de obesidad. La cantidad de actividad física que desarrollamos se ha reducido por debajo del nivel de nuestra predisposición genética.

Hoy ya nadie duda del riesgo para la salud que implica el sedentarismo durante períodos prolongados ni de los importantes beneficios que aporta al bienestar de los empleados un espacio de trabajo que promueva la actividad física, el gasto energético y el movimiento.

Para paliar los efectos perjudiciales de estar muchas horas sentados, las empresas han comenzado a crear entornos que apoyan la actividad física. Se trata de ofrecer distintas alternativas a través de intervenciones de diseño; el apoyo de la cultura de la organización es indispensable para aprender nuevos comportamientos que complementen y refuercen las condiciones espaciales.

Promover un estilo de vida saludable, estimular la actividad física y evitar el sedentarismo no solo ayuda a disminuir el riesgo de obesidad y sobrepeso sino también a mejorar la productividad de los empleados.

 

FUENTE: FM&WORKPLACES #86

La era de la personalización

Como consumidores, la vida diaria nos ofrece cada vez más experiencias afines a nuestras preferencias personales. Hoy, la mayor parte de las industrias ya están alineadas con esta tendencia centrada en el individuo y su diversidad, que abarca desde los servicios en línea, el entretenimiento, la gastronomía y la indumentaria hasta el diseño de terapias farmacológicas a medida. Como resultado, la gente también espera una personalización en el lugar de trabajo. Y si bien esta necesidad comienza a abordarse ofreciendo una variedad de espacios con configuraciones diferentes para las diversas tareas y estilos de trabajo, ¿por qué no ir un paso más allá y considerar las preferencias de los empleados –sus hábitos, patrones de actividad, intereses, habilidades, tipo de personalidad, edad, etc.– para proporcionar un entorno más personalizado? Esta estrategia puede ayudar a crear una oficina más saludable y productiva para una fuerza de trabajo heterogénea.

Gracias a los avances tecnológicos de las últimas décadas, hoy podemos disfrutar cada vez más de experiencias de consumo personalizadas basadas en nuestras preferencias individuales. Vivimos en una era en que la posibilidad de elegir, la flexibilidad y el control personal nos permiten adaptar una innumerable cantidad de productos y servicios –desde el entretenimiento hasta las prestaciones de salud– de acuerdo con nuestros intereses y necesidades particulares.

A la luz de esta tendencia que ya está fuertemente instalada, cada vez más empresas se están interesando en desarrollar propuestas personalizadas para atraer, motivar y retener a sus clientes, tanto externos como internos. Y como ha sucedido con otras tendencias de consumo, hoy la gente también espera encontrar en su lugar de trabajo las mismas oportunidades de personalización que experimenta en su vida cotidiana.

Tal como afirman Susan Cantrell y David Smith, en un mercado global de gran competitividad que cuenta con una fuerza de trabajo heterogénea, dotada de una formación profesional, valores y habilidades muy diversos, las empresas necesitan tratar a sus empleados como personas únicas para captar y retener a los mejores. Esto implica reemplazar las prácticas genéricas por estrategias diseñadas especialmente para adecuarse a las motivaciones, los intereses y las aspiraciones de cada trabajador. Ha llegado la era de la personalización.

Espacio y territorio

Durante gran parte de la historia reciente, el trabajo consistió en reunir a los empleados en el mismo lugar a la misma hora. Actualmente, la concurrencia de una serie de transformaciones tecnológicas, sociales y económicas ha cambiado radicalmente las pautas acerca de dónde y cómo se realiza el trabajo. El espacio de trabajo se ha transformado en un territorio que puede cambiar de acuerdo con las distintas necesidades y que se reconfigura constantemente al ritmo de los requerimientos. Los trabajadores ya no tienen un horario fijo ni lugares asignados sino que cuentan con una variedad de opciones para elegir dónde y cuándo desarrollar su tarea. Sin embargo, el diseño de estos espacios a menudo no tiene en cuenta las preferencias individuales, la personalidad ni el estilo únicos de cada persona. ¿Cómo se puede configurar el entorno físico para apoyar tanto al individuo como a la organización ?

Las investigaciones en el campo de la psicología ambiental sugieren que las oficinas donde se ha adoptado este modelo necesitan una mayor personalización que estimule el sentido de pertenencia y el compromiso. Jacqueline Vischer, especialista en el tema, identifica tres niveles de confort a satisfacer: confort físico, confort funcional y confort psicológico. Este último es el más importante y difícil de lograr. Tiene que ver con el bienestar, el compromiso y el sentido de pertenencia. Vincula los aspectos psicosociales del trabajador con el diseño y la gestión del espacio de trabajo a través de la territorialidad, la privacidad y el control del entorno.

Según Vischer, la territorialidad en el lugar de trabajo tiene un valor psicológico que está representado tanto por el espacio personal como por el lugar que cada individuo ocupa dentro de la organización, y que se expresa a través de la personalización y la apropiación del espacio.

Otros estudios también demuestran que la personalización genera un mayor compromiso con la compañía al mismo tiempo que permite que la gente se adapte mejor a su espacio de trabajo.

Además, genera una sensación de control, ayuda a reducir el estrés y mejora la salud mental. También incrementa la satisfacción, el apego al entorno físico y, por ende, la identificación con la propia organización.

Preferencias y personalidad

Las preferencias personales pueden variar debido a una cantidad de factores, entre los que se encuentra la personalidad de cada individuo y el efecto que esta tiene sobre la forma de trabajar. Considerar que los diferentes tipos de personalidad tendrán diferentes necesidades espaciales es una tarea que no suele tenerse en cuenta a la hora de diseñar un espacio de trabajo.

La personalidad –entendida como el conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de una persona y la diferencian de las demás– modela las preferencias y hace que cada uno se desenvuelva  mejor en unos ambientes antes que en otros. La extraversión y la introversión, por ejemplo, se relacionan con la tendencia de las personas hacia distintos tipos de ambiente, actividades e intereses.

De acuerdo con el modelo biológico de la personalidad de Hans Eysenck, el extravertido típico es sociable, prospera en ambientes estimulantes y no le gusta trabajar en solitario; busca las emociones fuertes –prefiere el movimiento y la acción–, es impulsivo y le gusta el cambio. No suele establecer vínculos territoriales. Por el contrario, las personas introvertidas prefieren los espacios tranquilos, las actividades individuales, las tareas intelectuales o la lectura; son planificadores natos, reflexivos y tienen sus emociones bajo control.

Dicho esto, resulta claro que los nuevos entornos que proporcionan muchas opciones para colaborar, socializar e interactuar, se adecuan mejor a los trabajadores que son naturalmente más extravertidos y se nutren de la interacción social; el introvertido, en cambio, necesitará espacios más tranquilos y silenciosos.

Estas diferencias pueden tener un fuerte impacto en la productividad y el bienestar de los empleados ya que, aquellos cuyas personalidades no se adaptan al entorno de trabajo, expresan más ansiedad. Por ejemplo, trasladarse de un lugar a otro para realizar distintas tareas puede ser ideal para algunas personas pero una fuente de incomodidad y estrés para otras. Sin embargo, existen preferencias comunes, independientemente de la personalidad, que pueden aumentar la satisfacción y la productividad de los empleados: la flexibilidad, el control y la autonomía para decidir dónde y cómo trabajar.

Conocer las diversas personalidades de la fuerza laboral y sus inclinaciones naturales a la hora de desempeñar sus tareas puede ayudar a guiar las decisiones de diseño sobre el tipo y la cantidad de espacios que probablemente se utilizarán.

Espacios a medida

Tal como hemos visto, el espacio de trabajo tiene una gran influencia sobre el desempeño de los empleados. Y si bien su función principal es dar soporte a las tareas que se llevan a cabo, también debe permitir la expresión, la comodidad y la identificación de cada uno a través de la personalización. Por lo tanto, el diseño de la oficina debe ser ajustable y lo suficientemente flexible como para responder a una gama de necesidades diferentes y adaptarse a cada estilo y personalidad. Cuanto más se entiendan y satisfagan las necesidades individuales, más feliz y productiva será la fuerza laboral.

La posibilidad de contar con elementos que se puedan adaptar a las preferencias personales tales como sillas y puestos de trabajo ajustables, equipamiento móvil, estanterías, espacio para almacenamiento, percheros, etc., tiene un impacto psicológico muy beneficioso sobre los empleados ya que hace posible el ajuste individual de los elementos del entorno. Esto permite personalizar no solo el mobiliario sino también la configuración del espacio por medio de tabiques móviles, mesas extensibles, pizarras deslizantes, etc.

Con respecto al diseño del layout, sabemos que las personas pueden obtener mejores resultados si desarrollan sus tareas dentro de un ambiente físico estimulante y motivador, pero hay que tener presente que la estimulación excesiva puede provocar estrés y reducir el rendimiento en algunas personalidades. Los extravertidos, por ejemplo, prefieren los ambientes vibrantes mientras que los introvertidos se sienten más cómodos dentro de un contexto más tranquilo. Por este motivo, los espacios ambientados con colores vivos y con música o ruidosos pueden mejorar el rendimiento de los extravertidos pero desmotivarán a los introvertidos.

La clave para facilitar el control del entorno y satisfacer las necesidades individuales sin restar soporte a las tareas de la organización, será proporcionar un layout flexible y ajustable que permita una rápida reconfiguración de acuerdo con las necesidades del momento y las preferencias personales; debe contar con un buen equilibrio entre la estimulación en los espacios de interacción  y la calma en los más privados, sin olvidar la posibilidad de personalizar el ajuste del equipamiento y las variables ambientales tales como la iluminación y la temperatura.

Las investigaciones del psicólogo organizacional Craig Knight de la Universidad de Exeter, señalan que cuanto mayor es la percepción de control y autonomía para adaptar el espacio de trabajo a las preferencias individuales mayor es la sensación de bienestar psicológico de las personas y, por ende, el compromiso que asumirán.

Mirando al futuro

En el futuro, gracias al uso de sofisticados sensores que ya se utilizan en algunos dispositivos móviles (smartphones, wearables) junto con los datos provenientes de los sistemas de ocupación y de las condiciones ambientales del entorno físico, obtener la información necesaria para modificar el espacio de trabajo de acuerdo con las necesidades individuales será la norma en la mayor parte de las oficinas. Las prácticas genéricas muy pronto quedarán obsoletas.

Elegir la forma de trabajar que mejor se adapte a las necesidades y la personalidad de cada uno es más saludable y productivo que la vieja fórmula “one size fits all”. Para hacer más efectiva la personalización, hoy la tecnología permite incluir sensores dentro del equipamiento que guardan memoria de las preferencias personales, de tal forma que cada espacio o cada pieza de mobiliario que se use a lo largo del día podrá acomodarse a los gustos y elecciones previas de cada usuario: los ajustes de la silla, el grado de iluminación, la temperatura, etc.

Estos sistemas también podrían ser capaces de supervisar la postura de las personas y la cantidad de tiempo que han estado sentadas, evaluar la tensión muscular y la temperatura de la piel, y medir el nivel de dióxido de carbono para adecuar la intensidad y el color de la luz, modificar la temperatura ambiente y el flujo de aire e, incluso, añadir aromas específicos  para estimular la atención o relajar.

Conclusiones

Hoy la gente espera una personalización del lugar de trabajo porque la experimenta todo el tiempo en su vida cotidiana. Para estar a la altura de los cambios y las expectativas de una fuerza laboral cada vez más diversa, las empresas deben dar respuesta a sus preferencias a la hora de desempeñar sus tareas. Las claves están en proporcionar flexibilidad, control y autonomía dentro del ambiente de trabajo.

Numerosos estudios demuestran que cuando las personas pueden trabajar en un entorno que satisface sus preferencias y necesidades, se vuelven más productivas, elevan su autoestima, se sienten más satisfechas y comprometidas con la organización, y se adaptan mejor a su espacio de trabajo, reduciendo el desgaste y los costos de rotación.

 

FUENTE: FM&WORKPLACES #86

¿Jerarquía o igualdad? Buscando el equilibrio

Cultura organizacional reflejada en un diseño de oficina: ¿jerarquía o igualdad?

Las organizaciones verticales basadas en la jerarquía, el estatus y el control ya no parecen responder bien a la demanda de mayor agilidad que reclama el mundo actual. Así, han empezado a surgir nuevos modelos de gestión y de organización física del espacio más planos, igualitarios y flexibles, que se adaptan mejor a esta nueva coyuntura. Sin embargo, ¿sabemos realmente qué lugar ocupan las jerarquías en nuestra historia evolutiva y qué importancia tienen en la configuración de nuestra organización social y de nuestras instituciones?  Minimizar las jerarquías es posible y tiene sus ventajas: pasar de un modelo basado en el poder y la verticalidad a otro basado en la responsabilidad y la comunicación. Conocer el lugar que ocupa la organización jerárquica en nuestra evolución nos ayudará a encontrar un equilibrio que contenga lo mejor de ambos mundos.

Hoy en día, las organizaciones se enfrentan a nuevos retos. Las estructuras verticales basadas en los preceptos de la jerarquía y el control ya no responden a la realidad actual que demanda mayor agilidad y cambios rápidos.

Frente a este escenario, algunas organizaciones están adoptando estrategias de gestión más horizontales que –al contrario de lo que ocurre en las compañías tradicionales, con una estructura piramidal– puedan responder con más efectividad a la complejidad y la incertidumbre actuales.

La alta exposición de empresas exitosas alejándose del tradicional orden jerárquico (Google, Zappos) ha alimentado el preconcepto binario de que las jerarquías son intrínsecamente malas y la igualdad es siempre buena. Pero lo cierto es que tanto una como otra tienen aspectos positivos y negativos. Lo importante, a la hora de pensar en la estrategia de gestión de una organización, será ver qué estructura servirá mejor a los objetivos del negocio y de las personas que la componen.

Y aunque a menudo se piensa que la igualdad es el estado natural del ser humano, nuestra historia evolutiva demuestra que la paridad no ha sido la norma. Existe evidencia que sugiere que, si bien parece agradable pensar en un contexto donde podamos estar libres de las diferencias de estatus, es muy difícil lograr ese tipo de utopía.

Las jerarquías son funcionales

Los seres humanos somos intrínsecamente jerárquicos. De hecho, las jerarquías –entendidas como las diferencias de poder y de estatus dentro de los miembros de un grupo– se pueden encontrar en prácticamente todas las comunidades humanas como una consecuencia natural de la organización familiar en la que los adultos tienen la responsabilidad de criar y enseñar a los hijos en el marco de una relación claramente asimétrica.

La investigación sobre especies sociales muestra que las jerarquías son importantes para el funcionamiento grupal y confirman que los seres humanos también tenemos una tendencia a pensar y actuar jerárquicamente que nos acompaña desde los comienzos de la civilización.

Hace unos 10.000 años, cuando la agricultura comenzó a reemplazar a la caza y la recolección, las pequeñas bandas en las que todos habían sido más o menos iguales comenzaron a dividirse en clases y surgieron líderes claros. El desarrollo urbano y la explosión demográfica provocaron la diferenciación social basada en la especialización de las labores estableciendo una jerarquía de roles y de estatus en el seno de la comunidad. Esto muestra que el objetivo de las jerarquías consiste en organizar los grupos sociales para asignar recursos limitados y definir roles. Las jerarquías sociales son muy penetrantes en las culturas humanas y parecen surgir como una tendencia natural adaptativa para beneficiar al grupo como un todo.

  • ¿Jerarquía o igualdad?

Con su enfoque en la colaboración, la transparencia y la responsabilidad, es fácil valorar el atractivo que generan los sistemas de gestión planos, especialmente en un entorno corporativo donde la inteligencia y el liderazgo emocional están ganando terreno frente a las estructuras más jerárquicas. Sin embargo, no existe verdadero consenso sobre la eficacia de ambas prácticas.

Por un lado, existen investigaciones que sugieren que deshacerse de las referencias jerárquicas puede resultar negativo ya que las personas prefieren las organizaciones con jerarquía estructurada. Según estos estudios, los encuestados que describían sus propios lugares de trabajo como más jerárquicos tenían más seguridad sobre su propio rol y fueron más positivos que aquellos que trabajaban en ambientes menos jerárquicos. Pero, por otro lado, otros estudios sugieren que la cooperación es más difícil cuando existe una estructura jerárquica subyacente que entorpece la comunicación.

Para arrojar un poco de luz sobre el tema, un artículo de la Universidad de Berkeley que analiza el vasto corpus de información que existe sobre los beneficios y desventajas de las organizaciones jerárquicas frente a las planas, sostiene que los efectos de las jerarquías verticales son muy variados; algunas veces ayudan a las organizaciones a tener éxito y otras conducen al fracaso. Los hallazgos muestran que ambos modelos tienen diferentes resultados dependiendo de una serie de factores: el tipo de tarea, la capacidad del grupo para seleccionar a los líderes correctos, su efecto sobre la motivación de los miembros y los efectos sobre la coordinación del trabajo.

Para ciertos tipos de tareas simples, predecibles y rutinarias, un modelo más jerárquico conducido por un líder talentoso y capaz para tomar decisiones podría funcionar mejor. Por otro lado, las tareas más complejas, difíciles y ambiguas se beneficiarían de una estructura más plana con mayor participación de sus miembros en la toma de decisiones.

La Holacracia es un ejemplo de sistema de gestión en el que la autoridad y la toma de decisiones se distribuyen de forma horizontal en lugar de ser establecidas por una jerarquía de gestión. Estas características brindan a las empresas la posibilidad de evolucionar desde adentro para adaptarse a las cambiantes condiciones de los mercados. Zappos, compañía norteamericana que comercializa zapatos on line, es pionera en aplicar este modelo. Otras que han optado por las estructuras planas han sido Morning Star (procesa alrededor del 25% de los tomates que se venden en los Estados Unidos) y Valve (desarrolladora de videojuegos). Lejos de ser anárquica, en este tipo de organización la responsabilidad del liderazgo pertenece a los roles, no a los individuos. Sin embargo, la firma de transporte Shift abandonó la Holacracia antes del año ya que el sistema obligaba a mantener demasiadas reuniones y el proceso de toma de decisiones era ambiguo y carente de efectividad.

Una investigación que se llevó a cabo sobre organizaciones de distintas industrias que se gestionan con sistemas más jerárquicos, encontró que las jerarquías ayudan a los grupos a generar, identificar y seleccionar nuevas ideas, y a que las personas sean más innovadoras aun teniendo limitaciones claras. Los autores proporcionan tres recomendaciones para los líderes que buscan aprovechar el poder de la jerarquía y evitar sus trampas: tener una cadena de mando clara, crear una cultura basada en el desempeño y apoyar los objetivos del grupo en lugar de promover los propios intereses. De esta manera, se ayuda a los equipos a ser más innovadores y se fomenta el aprendizaje.

Conclusiones

De todo lo expuesto surge que, si bien es cierto que la eliminación de títulos y la asignación igualitaria del espacio en el ambiente de trabajo y otros símbolos de estatus promueven la igualdad y mejoran la comunicación, el compromiso y la responsabilidad, es importante que esa paridad cuente con un marco de referencia estructurado. Las organizaciones más exitosas son aquellas que logran un equilibrio entre jerarquía e igualdad para conseguir lo mejor de ambos mundos.

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FUENTE: FM&WORKPLACES #86

Diseño de oficina con tacto

Diseño con tacto

Extender la mano para tocar es uno de los primeros gestos que ensayamos para reconocer el mundo. El tacto es el primer sentido que se desarrolla y el último que se pierde con la edad.  Dado que la información táctil se recibe a través de la experiencia corporal de contacto, las superficies juegan un papel muy significativo en las cualidades del entorno. Así, la textura, la temperatura, el peso y la elasticidad de los materiales que se incorporan en el diseño de los espacios de trabajo –tanto en los muros y los muebles como en el pavimento– pueden adquirir relevancia propia y actuar a modo de señales, caminos, nodos, bordes y fronteras, tal como ocurre en un contexto visual. Hoy, la ciencia también está comenzando a comprender cómo los aspectos afectivos de las sensaciones táctiles pueden influir en los procesos cognitivos.

El escenario del tacto se encuentra principalmente en la piel, el más extenso de los órganos del ser humano y el asiento de las diferentes clases de receptores nerviosos que se encargan de transformar los estímulos entrantes en información susceptible de ser interpretada por el cerebro. De esta manera, podemos detectar y distinguir entre una inmensa variedad de estímulos diferentes tales como la textura, la temperatura y la elasticidad de los materiales, entre otros.

El tacto es el primer sentido que se desarrolla dentro del útero y el último que se pierde con la edad. Aun antes de nacer comenzamos a responder al tacto. A las 32 semanas de gestación, el embrión  ya  puede sentir y comprender la temperatura, la presión y el dolor.

Para Aristóteles, solo el tacto proporcionaba una imagen real del mundo y por eso lo consideraba el sentido fundamental del ser humano, avalado por el hecho de que extender la mano para tocar es uno de los primeros gestos que ensayamos para reconocer el entorno que nos rodea.

Cuando interactuamos con el espacio construido, la experiencia táctil es omnipresente aunque no la notemos conscientemente: al caminar sobre distintos pavimentos, apoyarnos sobre muros o muebles, abrir y cerrar puertas, o sentarnos, nuestro cuerpo evalúa las características de los materiales –¿es rugoso, cálido, áspero, suave, pesado, duro, etc.?– y reacciona ante ello.

Pero la percepción táctil puede extenderse e influir sobre la interacción social y el pensamiento. Según un estudio de la Universidad de Yale, las impresiones táctiles pueden afectar procesos cognitivos tales como la toma de decisiones. Esta investigación exploró de qué modo la experiencia táctil relacionada con objetos específicos influye sobre la cognición afectando inconscientemente nuestros juicios y decisiones. Desde la silla en la que nos sentamos hasta la calidad de las carpetas con las que trabajamos, la estimulación táctil puede guiar nuestros procesos de pensamiento. Así, se demostró que propiedades tales como el peso, la textura y la dureza influyen tanto en la formación de las impresiones sociales como en la toma de decisiones, utilizando metáforas comunes relacionadas con el sentido del tacto: el peso relacionado con la importancia, la dureza con la inflexibilidad, etc.

Las superficies juegan un papel significativo en las cualidades del entorno y conviene prestarles atención a la hora de elegir los materiales de terminación de la oficina: las diferentes texturas que estimulan nuestro sentido del tacto pueden tener efectos significativos sobre la experiencia estética, el comportamiento social, el bienestar y el confort de las personas.

Conocer los materiales

Elegir los materiales para un espacio de trabajo no solo implica cumplir con los requisitos técnicos; la apariencia del material junto con su comportamiento sensorial juegan un papel igualmente importante en el diseño. Los materiales otorgan identidad y carácter a las superficies a través de sus cualidades hápticas, entendidas como aquellas que se manifiestan a través de la exploración activa del tacto.

. Textura

Es una de las propiedades de las superficies de los materiales más ampliamente estudiadas y está relacionada con las características y la distancia entre los elementos que la constituyen. Influye en la reflexión de la luz y define la forma en que se “siente” un material: áspero, suave, liso, rugoso, etc. Por ejemplo, una textura áspera puede ser ideal en los pies mientras que las suaves son preferibles para las manos.

. Temperatura

Las sensaciones de calor y frío surgen de la interacción entre la piel y la superficie tocada. Dado que los receptores térmicos responden dentro de un rango de entre 5°C y 45°C y que la temperatura de la piel en la mano se encuentra entre 25°C y 36°C,  el contacto con los objetos del entorno tiende a conducir el calor hacia afuera de la piel dando una sensación de mayor o menor frialdad.

Otra de las características de los materiales que influyen en la percepción térmica es su permeabilidad al aire y la humedad. Al contacto con la piel, un material de trama abierta dejará pasar el aire mientras que una terminación compacta e impermeable impedirá la transpiración aumentando la sensación de calor e incomodidad.

. Elasticidad

La elasticidad de un material se refiere a su deformabilidad bajo presión. Un material se considera elástico si vuelve a su forma original cuando desaparece la fuerza.

. Peso

El peso percibido de un objeto refleja su densidad y estructura. Hasta cierto punto, el peso puede percibirse cuando un objeto simplemente descansa sobre la mano. Sin embargo, la exploración activa consistente en levantar y empuñar el objeto, mejora sustancialmente la capacidad de juzgar el peso.

Diseñar con tacto

La expresión háptica de los materiales puede ayudar a reflejar la identidad y los valores de un espacio. Así, los elementos naturales tales como el algodón, el cuero y la madera se perciben como cálidos y suaves, y ayudan a crear una atmósfera relajada y en armonía con la naturaleza.

Los materiales con superficies pulimentadas y brillantes tales como la cerámica, el vidrio y los metales se perciben comúnmente como duros y fríos. Este tipo de elementos no invita a la distensión y la permanencia por lo que pueden ser usados en lugares de paso o muy transitados.

En la experiencia de diseño también es importante tener en cuenta qué lugar del cuerpo va a tocar o ser tocada por el material ya que cada parte se caracteriza por tener más o menos sensibilidad. Dado que, por ejemplo, las manos son más sensibles que los pies, las superficies en contacto con nuestras manos requerirán una textura y un material diferentes de aquellas destinadas a guiar nuestros pasos. Alvar Aalto prestó mucha atención a los materiales que tocamos. Por eso, en muchas de sus obras recubrió pasamanos y picaportes con cuero para evitar la pérdida de calor de nuestras manos al tocarlos.

Los textiles son especialmente importantes ya que suelen estar en contacto directo con el cuerpo. En un clima frío debe prestarse especial atención a las texturas y los colores cálidos mientras que en climas cálidos se prefieren las fibras naturales tales como el ratán, el algodón, y otros materiales que permiten pasar el aire y se sienten más frescos.

Las características de los materiales, tanto en los muros como en los muebles y en el pavimento, pueden adquirir relevancia propia y actuar a modo de señales, caminos, nodos, bordes y fronteras tal como se describen en un contexto visual. La experiencia de cada superficie dependerá del uso y contribuirá a crear una atmósfera en sintonía con las otras modalidades sensoriales.

Por último, conviene recordar que la experiencia háptica de los materiales que componen un espacio también influye en las percepciones y actitudes de las personas, en sus juicios y en sus decisiones. Encontrar la experiencia táctil adecuada puede ayudar a que cada ambiente (una sala de reuniones, una cafetería, una recepción) se adapte mejor a su propósito y mejore la experiencia de los usuarios.

 

FUENTE: FM&WORKPLACES #86

Oficinas: el costo de su implementación

Buena nueva. En comparación con otros países de la región, el nuestro mantiene costos competitivos.

Lejos de adquirir una oficina propia, el costo de implementarlas es uno de los principales puntos en los que muchas empresas deben poner especial atención, sobre todo porque el ‘boom’ de edificios de oficinas en construcción, que comenzó hace algunos años en Lima, ha generado una mayor y mejor oferta de materiales e implementos –nacionales e importados– que inciden en dicha inversión.
Precisamente, el último Índice Contract –que mide la evolución del costo por metro cuadrado (m2) de la construcción y equipamiento de interiores de oficinas corporativas– revela que en el primer trimestre del año en curso se produjo un leve incremento en los costos de implementación (+0,04%), en comparación con la última medición del trimestre octubre–diciembre del 2017, cuando la inversión descendió 0,9%.
Aunque con estos resultados se confirma que el valor de la implementación se mantuvo casi estable, para Juan Carlos Checa, director de Contract Workplaces Perú, uno de los rubros con mayor incidencia en este ligero incremento es el de “mobiliario de línea y a medida”, que es en su mayoría importado.

Por categorías

Elaborado por Contract Workplaces, el Índice Contract es calculado para tres categorías de oficinas que han sido clasificadas según la calidad de sus terminaciones (mobiliario, alfombra, iluminación, cielorrasos, etc.) y de sus instalaciones técnicas (cableado de voz y datos, aire acondicionado, control de accesos, seguridad, etc.): estándar básico, estándar superior y alta gama.

La firma realiza esta clasificación considerando que, para abaratar los costos que demanda la implementación de una oficina corporativa, se pueden elegir materiales que resultarían más competitivos considerando su precio y calidad.

Teniendo en cuenta que el valor de la implementación se ha mantenido relativamente estable, Juan Carlos Checa refiere que dicha tendencia –inclinada más hacia la baja– está siendo favorecida por una mayor oferta de productos, como en el caso de los aires acondicionados y revestimientos para pisos, que hoy disponen de una mayor variedad de marcas y a mejores precios.
“En lo que respecta a lo importado, nuestro país sigue haciendo acuerdos de libre comercio que facilitan la importación y bajan los aranceles.
Los productos nacionales, a su vez, han innovado e incorporado productos de gran calidad. Por ambos lados tenemos mayor variedad y mejores precios”, refiere.

Comparativo regional

A nivel regional, el Índice Contract revela que a la hora de implementar una oficina ‘estándar superior’ y una de ‘alta gama’, el Perú sigue presentando los valores más competitivos de la región, aunque Argentina
lidera en la categoría ‘estándar básico’.

En el caso de oficinas de ‘alta gama’, el costo de implementación en nuestro país se ubica 14% por debajo de Argentina, 10% por debajo de Uruguay y 31% por debajo de Chile, mientras que en la categoría ‘estándar superior’, la inversión es inferior en un 2% con respecto a Argentina, 3% menos frente a Uruguay y 17% menos con relación a Chile.

Según refieren en Contract Workplaces, este comparativo permite que las compañías con presencia regional evalúen la factibilidad de una relocalización corporativa en alguno de estos mercados, mediante indicadores de referencia y valores comparados como los que ofrece el Índice.

“A diferencia de otros países de la región, el Perú hace acuerdos con otros países para bajar costos de importación y eso también genera que haya más competitividad en los productos locales.

Si esta tendencia continúa y el dólar se sigue manteniendo estable, es probable que los costos en el Perú sigan siendo más competitivos”, asegura Juan Carlos Checa.

MÁS DATOS SOBRE EL ÍNDICE CONTRACT WORKPLACES

  • El índice permite estimar anticipadamente el monto de la inversión que una empresa debe asumir cuando desea implementar una oficina.
  • Es una herramienta de consulta fundamental a la hora de evaluar una ampliación, refuncionalización o mudanza de oficinas corporativas.
  • El primer Índice Contract se realizó en marzo del 2017. Hoy, diseñar e implementar una oficina cuesta 0,94% menos que a principios del año pasado.
  • Según Juan Carlos Checa, el aire acondicionado y las instalaciones eléctricas originan los costos más altos cuando se implementa una oficina.
  • Nuestro país fue incluido por primera vez en el Índice Contract Workplaces el año pasado. El estudio se actualiza trimestralmente con información de cuatro países: Perú, Chile, Argentina y Uruguay.

¿PARA QUÉ SIRVE EL ÍNDICE CONTRACT WORKPLACES?

Con este indicador se puede calcular la inversión de una relocalización corporativa o de una refuncionalización de oficinas. También se puede estimar con mayor precisión el costo-beneficio de este tipo de acciones.

576,40 dólares por m2 cuesta la implementación de una oficina ‘estándar básico’.
En esta categoría la delantera la llevan Argentina con US$505,07 y Chile con US$569,85. Solo Uruguay
(US$602,78) supera al Perú.

737,23 dólares es el valor de la implementación por m2 en oficinas ‘estándar superior’.
Con ese valor, el Perú es el país más competitivo, por encima de Argentina (US$748,52), Uruguay (US$762,41) y Chile (US$882,92).

1.070,65 dólares por m2 se debe invertir al implementar una oficina de ‘alta gama’ en el Perú.
En esta categoría, nuevamente nuestro país le saca clara ventaja a Uruguay (US$1.187,74), Argentina
(US$1.250,11) y Chile (US$1.548,58).

1,08 millones de m2 constituyen el portafolio de oficinas corporativas en Lima Según Binswanger, en el Perú la cifra está formada por el área útil que representan un total de 88 edificios entregados.

23,9% es la tasa de vacancia calculada hacia finales del primer trimestre.
Debido a que en lo que resta del año se incrementará el portafolio y la vacancia se mantendrá estable en los siguientes trimestres.

 

FUENTE: Diario El Comercio Perú, 4 Jun 2018

 

Chubb - Ecuador 2018

“Día Mundial del Medio Ambiente”

El 5 de junio fue declarado por la ONU como el “Día Mundial del Medio Ambiente” con el fin de concientizar a las personas sobre la importancia del resguardo y cuidado del planeta y de los recursos no renovables. En ese sentido, desde Contract Workplaces -empresa regional en diseño y construcción de espacios de trabajo de alta performance- recuerdan la importancia de que las empresas tengan en cuenta ciertas pautas de sustentabilidad desde la concepción de sus espacios.

En los últimos años, las organizaciones han comenzado a adoptar prácticas sustentables a raíz de los beneficios que esto implica: reducción de costos, mayor eficiencia energética, atracción y retención de personal, y mejoras en la productividad, la reputación y los servicios prestados. “No obstante, para lograr una oficina verdaderamente sustentable es necesario poner el acento no sólo en el aprovechamiento adecuado de los recursos sino también en el uso eficiente del espacio en función de las nuevas formas de trabajo móviles que están emergiendo. La verdadera sustentabilidad se encuentra en la intersección entre el entorno físico, la tecnología y las personas”, explica Alejandro Mariani gerente general de Contract Workplaces Argentina.

El desafío de construir un interior comercial en base a un diseño sustentable abarca cinco áreas: planeación del sitio, eficiencia en el uso del agua, la energía, los materiales a utilizar y el uso de los recursos, sumado a la calidad del aire interior y el confort térmico. La sumatoria de esas áreas se va a traducir en edificios más saludables, duraderos, confortables, eficientes y ambientalmente responsables. En ese sentido, son cada vez más populares los edificios de oficinas que buscan obtener certificaciones de sustentabilidad. La principal y más reconocida a nivel mundial es la certificación LEED (Leadership in Energy & Environmental Design), desarrollada en los Estados Unidos por el U.S Green Building Council. Una de sus categorías abarca los Interiores Comerciales, que tiene en cuenta todas las premisas antes nombradas, a la vez que destaca y puntúa la preponderancia de los equipos de diseño y proyecto en el cumplimiento de estas premisas y la posibilidad de lograr una eficiencia excepcional e innovadora por encima de los requisitos establecidos por el sistema de clasificación de edificios sostenibles LEED. “En Argentina hemos certificado algunas de nuestras obras en esta categoría interior como, por ejemplo, las oficinas de Google, Prisma Medios de Pago y Dow”, indica Mariani.

Asimismo, adoptar una estrategia “verde” puede aportar grandes beneficios a las empresas: se obtiene un importante ahorro en los costos de operación y funcionamiento, se favorece el posicionamiento dentro del mercado y se crea una buena reputación al mismo tiempo que se beneficia el medio ambiente. Las organizaciones que optan por obtener la LEED generalmente buscan mejorar su imagen y, principalmente, reducir costos. Se estima que los edificios de oficinas con la certificación logran reducir de 12% a 20% el consumo de energía, de 20% a 40% el consumo de agua, y de 10% a 30% los costos operativos.

En los edificios de oficinas la energía se destina principalmente al funcionamiento de los sistemas de aire acondicionado, la iluminación y los equipos eléctricos y electrónicos. Es por esto que las pautas de ahorro deben apuntar hacia esos frentes y prestar especial atención al adecuado aislamiento térmico del edificio. La elección de una buena orientación, la protección de las ventanas, el uso de vidrios dobles, evitar las infiltraciones a través de puertas y ventanas, y privilegiar la ventilación e iluminación naturales de los locales, también ayudará a controlar el gasto energético.

Asimismo, la domótica permite hacer un uso eficiente de los recursos energéticos, con lo cual, a mediano plazo se podrá observar un ahorro económico basado en que los edificios pasan a ajustarse a las necesidades del usuario y no, viceversa.

Otro aspecto que impacta directamente sobre la sustentabilidad de los espacios de trabajo es la estrategia de diseño. Cuando la asignación de espacio se realiza de acuerdo con la necesidad y no con la jerarquía, se puede obtener una reducción significativa de la superficie ocupada junto con una disminución de los consumos asociados. “Las nuevas tendencias apuntan a la Oficina Abierta (Open Office) ya que este tipo de espacio favorece el aprovechamiento de la luz natural, que no es obstaculizada por despachos cerrados. Esto repercute en un importante ahorro en iluminación artificial y un bajo consumo en el uso de equipos de refrigeración y calefacción. A su vez, la adopción de políticas de digitalización, uso de la nube y reducción del uso de papel (cultura paperless) son claves en este proceso”, afirma Mariani. En la mayoría de las oficinas, el espacio que se destina al almacenamiento de papel oscila entre un 15% y un 17% de la superficie disponible. La digitalización de documentos, el uso de dispositivos móviles, el almacenamiento en la nube y las políticas de reducción y concientización en el uso del papel, liberarán muchos de los metros cuadrados que hoy se destinan a archivos y bodegas con la consecuente disminución de producción de residuos.

Finalmente, Mariani puntualiza: “Desde el diseño y la construcción tenemos la responsabilidad de incorporar la sustentabilidad en los proyectos desde sus diferentes aristas. De todas maneras, para un resultado eficiente, es fundamental que la cultura de la compañía acompañe ese proceso y concientice a su personal al respecto”.

 

Acerca de Contract Workplaces  

Contract Workplaces es la empresa regional líder en conceptualización, diseño y construcción de espacios de trabajo. Sus servicios integrales incluyen la consultoría en workplace strategy, diseño, proyecto arquitectónico, construcción, tecnología, logística de mudanza, change management y servicios de post ocupación.

Desde hace más de veinte años, la compañía desarrolla oficinas de alta performance adaptadas a las necesidades de cada organización y alineadas con las últimas tendencias mundiales en arquitectura corporativa. Cuenta con actividades en Argentina, Chile, Uruguay, Perú, México, Ecuador, Colombia, Paraguay, Brasil y Bolivia, un equipo de más de 300 profesionales altamente especializados y supera el millón de metros cuadrados construidos en la región.

FUENTE: Rosario.net, 04 Jun 2018