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#102 Marzo 2022

Nuevos tiempos, nuevas experiencias

Las nuevas experiencias laborales ponen el foco tanto el espacio físico y el mundo digital como en los requisitos y las preferencias de las personas

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Una publicación de Contract Workplaces


A medida que el fin de la pandemia comienza a aparecer en el horizonte, muchas empresas enfrentan la realidad de que las expectativas y necesidades de los empleados ya no son las mismas que a comienzos de 2020.

Los confinamientos debidos al SARS-CoV-2 han provocado muchos cambios. Hoy, las personas prefieren trabajar en compañías donde se satisfagan sus necesidades individuales, una situación que viven a diario como consumidores en casi todos los ámbitos de la vida a través de experiencias personalizadas y basadas en las necesidades únicas de cada individuo.

La expectativa de contar con opciones personalizadas en el lugar de trabajo es una tendencia que se viene gestando desde hace algún tiempo, pero que se ha impuesto con fuerza en estos dos últimos años. Esta idea de poder controlar las condiciones que cada uno necesita para liberar todo su potencial (elegir cómo, cuándo, dónde y con quién trabajar) hace que las experiencias que ofrecen las organizaciones a sus colaboradores sean más importantes que nunca.

Hoy, las empresas deben esforzarse para retener su talento y atraer nuevos empleados implementando estrategias que prioricen la experiencia laboral –experiencias equitativas y personalizadas– para dar respuesta a las expectativas y necesidades de una fuerza de trabajo cada vez más compleja y diversa.

Diseñar experiencias innovadoras y exitosas para estos nuevos tiempos exigirá que las organizaciones cambien su punto de vista y pongan el foco en las personas. Para ello será necesaria una visión integral del lugar de trabajo que incluya tanto el espacio físico y el mundo digital como los requisitos y preferencias de los empleados: sus hábitos, patrones de actividad, intereses, habilidades, tipo de personalidad, edad, etc.

Las cifras también respaldan esta tendencia. De acuerdo con un informe reciente, el 68% de los ejecutivos encuestados manifestó que, en el futuro, las estrategias orientadas a brindar mejores experiencias a la fuerza laboral estarán personalizadas y adaptadas a las necesidades individuales1.

Áreas que dan forma a la experiencia

Sabemos que aún hoy, muchos trabajadores siguen siendo reacios a abandonar los beneficios del trabajo remoto; algunos tienen motivos para seguir trabajando desde casa, ya sean personales, prácticos o simplemente una cuestión de preferencia. No obstante, la oficina seguirá siendo un punto de encuentro importante para promover la productividad, la colaboración, la identidad y la cultura organizacional. El modelo de trabajo híbrido ya está siendo ampliamente adoptado en muchas empresas.

Por esto es más necesario que nunca repensar la experiencia de las personas de manera holística, en todas las áreas:

Espacio físico. Para diseñar un espacio basado en la experiencia de las personas y al que los colaboradores elijan ir, hay que considerar todos los elementos que formarán parte de ella –la arquitectura, el mobiliario, los colores, la iluminación, la temperatura, el ruido, etc.– y cómo se vinculan con las necesidades, tanto laborales como sociales y personales del plantel. El diseño debe ser lo suficientemente flexible como para responder a una gama de necesidades diferentes y adaptarse a cada estilo y personalidad. Cuanto más se entiendan y satisfagan las necesidades individuales más feliz y productiva será la fuerza laboral.

Contar con elementos que se puedan adaptar a las preferencias personales tales como sillas y puestos de trabajo ajustables, equipamiento móvil, estanterías, etc., tiene un impacto muy beneficioso sobre los empleados. También se puede personalizar la configuración del espacio por medio de tabiques móviles, mesas extensibles, pizarras deslizantes, etc.

Además, el espacio de trabajo debe garantizar la posibilidad de elegir el mejor lugar para trabajar en función de las tareas que se deben realizar y de las necesidades particulares de cada uno: espacios de concentración más silenciosos junto con áreas de colaboración, aprendizaje y socialización donde el nivel de estimulación puede ser gradualmente más alto. Ofrecer una variedad de opciones sobre cómo y dónde se puede trabajar brinda una mejor experiencia, más satisfactoria y con menos estrés.

Mundo digital. La experiencia digital de los empleados se ha vuelto más relevante después de la pandemia, especialmente con la mayor adopción de entornos de trabajo remotos e híbridos.

Para lograr un diseño eficaz de la experiencia tecnológica es indispensable conocer las necesidades de los colaboradores; solo así se podrán brindar herramientas personalizadas y eficientes capaces de apoyar las actividades y aprovechar mejor el desempeño del plantel. Esto incluye tecnología para la colaboración y herramientas de gestión del conocimiento que permitan trabajar y colaborar en equipos presenciales, remotos o mixtos, lo cual ayudará a integrar el lugar de trabajo físico y el digital de manera fluida y sin barreras.

Personas y cultura. Las personas son el motor que impulsa las empresas. Hoy más que nunca, la experiencia de los empleados ha alcanzado un nivel estratégico tal que sus preferencias sirven como guía para el diseño de los sistemas y procesos de las organizaciones.

La experiencia está determinada por cada interacción que los empleados tienen con la compañía. Incluso antes de la pandemia, ya se reconocía la importancia del entorno de trabajo como promotor de experiencias positivas y de una cultura organizacional capaz de satisfacer las necesidades humanas más profundas de los colaboradores: sentirse valorados, respetados y empoderados.

La cultura, por ende, constituye el principal factor en la creación de una experiencia laboral positiva y gratificante que influye tanto en la productividad como en la salud y el bienestar de los empleados.

Experimentar el futuro

La pandemia de COVID-19 nos ha impuesto la necesidad de ensayar nuevas formas de trabajar; los avances tecnológicos disponibles actualmente, junto con los que seguramente vendrán, harán posible la evolución hacia un ecosistema de trabajo híbrido.

Hoy, la gente quiere trabajar más desde casa que antes de la pandemia pero, al mismo tiempo, también quiere conexión humana para colaborar. De acuerdo con el CEO de Microsoft, Satya Nadella, esta es la llamada “paradoja híbrida”2.

Hasta ahora, la tecnología ha sido capaz de mantener la comunicación y la interacción en el trabajo a pesar de la distancia física, aunque no permite replicar la experiencia de estar presente con los miembros del equipo en persona. El trabajo virtual tiene un costo: la pérdida de los signos del lenguaje corporal y de los intercambios espontáneos con colegas.

Además, el trabajo híbrido y remoto tiene otras desventajas. Una de las más notorias (aunque bastante desconocida) está representada por el llamado “sesgo de distancia”: la inclinación natural de nuestro cerebro por valorar más a quienes están más cerca en el tiempo y el espacio. En el contexto del trabajo actual esto puede significar que los gerentes presten una mayor atención a los empleados que trabajan en el mismo espacio físico y tiendan a ignorar a los colaboradores virtuales, lo que puede conducir a una discriminación inconsciente.

En este sentido, el Metaverso podría ofrecer una estrategia ideal para nivelar la experiencia del trabajo híbrido y asegurar que ningún integrante del equipo sea pasado por alto. Dentro de este ámbito, tanto los trabajadores remotos como los presenciales interactuarían en igualdad de condiciones en tiempo real.

El Metaverso también parece ser un paso adelante para solucionar la paradoja híbrida. La experiencia de estos entornos virtuales que permiten la interacción personal en ambientes altamente inmersivos podrían tener un gran potencial para ayudar a resolver la necesidad de conexión humana en espacios virtuales. Así, podríamos reunirnos y colaborar desde cualquier lugar donde nos encontremos sin perder el ansiado contacto personal.

No obstante, para que el Metaverso sea accesible y práctico en el ámbito laboral será fundamental la aceptación psicológica a gran escala por parte de los usuarios. Actualmente, los cascos de realidad virtual son voluminosos y relativamente costosos. Además, usar un dispositivo en la cara o una pantalla sobre los ojos puede provocar sobrecarga de información, dolores de cabeza, náuseas y mareos si el software no está bien diseñado. Desarrollar herramientas más naturales y amigables llevarán un tiempo hasta que la gente esté dispuesta a adoptar estas experiencias en el trabajo cotidiano.

Como resultado, algunos especialistas3 estiman que el Metaverso podrá imponerse de manera masiva en el mundo laboral recién en el mediano plazo. En lugar de estos mundos virtuales inmersivos es más probable que, por el momento, predominen las experiencias de realidad aumentada o mixtas basadas en el mundo real.

Referencias:

1 DELOITTE (2001): “The worker-employer relationship disrupted. If we’re not a family, what are we?”.

2 https://hbr.org/2021/10/microsofts-satya-nadella-on-flexible-work-the-metaverse-and-the-power-of-empathy

3 EVERETT, C. (2022): “Hybrid working in the metaverse”.


En los últimos meses, la conversación sobre el futuro del trabajo ha estado marcada por el avance de la inteligencia Read more

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