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#89 Abril 2019

Espacios de trabajo saludables

Pasamos la mayor parte de nuestra vida en el interior de edificios. ¿Cómo nos afecta el entorno construido?

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Una publicación de Contract Workplaces


Pasamos la mayor parte de nuestra vida en el interior de edificios. ¿Cómo nos afecta el entorno construido? ¿Puede alterar nuestra calidad de vida? Las investigaciones de las últimas décadas dicen que sí, y es por esto que las empresas están destinando cada vez más recursos para crear espacios de trabajo que den apoyo tanto a la salud física como al bienestar psicológico y emocional de su plantel. Cuando pensamos que una gran parte de los gastos operativos se invierten en el personal, el esfuerzo parece fundado.

El espacio que nos rodea (ya sea natural o artificial) desempeña un papel fundamental en nuestra experiencia diaria, y la interacción que establecemos con él es constante: vivimos en el espacio, nos movemos a través de él, lo exploramos y lo defendemos. El espacio no es neutro; lo modificamos y a la vez nos modifica. Está cargado de significados que se sustentan en la experiencia y la cultura, y tiene una profunda influencia sobre nuestro bienestar físico y mental. 

Los desarrollos tecnológicos de los últimos dos siglos –que significaron un gran alivio de la carga física en una amplia gama de tareas– transformaron nuestro hábitat y, al mismo tiempo, marcaron el punto de partida de nuestra propia transformación. Hoy, la inactividad física y el alejamiento progresivo de la naturaleza han dado origen al desarrollo de enfermedades típicas de la civilización que tienen su origen en un estilo de vida: sobrepeso, estrés, alergias, enfermedades cardiovasculares, etc.

Es por esto que el diseño del espacio de trabajo cobra cada vez más relevancia. Gracias a su poder transformador representa una herramienta de gran impacto sobre el bienestar, el desempeño y la productividad de las personas, estimulando o desalentando determinado tipo de conductas y experiencias. 

Los riesgos que amenazan el bienestar

La desviación de la forma de vida para la que hemos evolucionado ha producido una cantidad de desajustes, algunos de los cuales pueden ser beneficiosos mientras que otros pueden contribuir al desarrollo de enfermedades y a reducir el bienestar y la calidad de vida.

Sedentarismo. La tecnología nos ha convertido en los seres humanos más sedentarios de la historia. La cantidad de actividad física que desarrollamos se ha reducido por debajo del nivel de nuestra predisposición genética.

Estar mucho tiempo sentado se relaciona con trastornos musculoesqueléticos y es responsable de la actual epidemia de obesidad y sobrepeso junto con el aumento del riesgo de padecer diabetes tipo II y  enfermedades cardiovasculares.

Además, según algunos estudios, las personas que pasan más de 8 horas diarias sentadas tienen más del doble de probabilidad de estar ansiosas y 4 veces más de estar deprimidas que las personas que están de pie, aunque sea por períodos cortos.

Estrés. El estrés consiste en un esquema de reacciones “arcaicas” que preparan al organismo para la lucha o la huida, es decir, para la actividad física. Era la respuesta adecuada cuando el hombre prehistórico tenía que enfrentarse a un peligro potencial, pero no lo es cuando el hombre actual se esfuerza para adaptarse a la vida urbana, al creciente avance tecnológico y al trabajo en la oficina. El estrés suele ser síntoma de un desajuste y puede producir desde reacciones emocionales (ansiedad, depresión y fobias) hasta consecuencias fisiológicas (cardiopatías, diabetes, etc.).

Alergias y enfermedades respiratorias. Enfermedades tales como el asma y las alergias respiratorias y alimentarias han aumentado drásticamente en el último siglo. Algunas investigaciones sugieren que la falta de exposición temprana a agentes y microorganismos presentes en el ambiente natural aumenta la susceptibilidad al suprimir el desarrollo natural del sistema inmunológico.

La evidencia sugiere que una mayor exposición al medio ambiente natural a través de actividades al aire libre y pasar menos tiempo en espacios interiores puede ayudar a reducir los riesgos de enfermedades alérgicas. 

Un paso importante hacia la mejora de esta situación dentro del espacio de trabajo es evitar los desajustes mediante la creación de un ámbito que se acerque lo más posible a las características del entorno para el que estamos más adaptados y mejor preparados.

Cuidar los factores ambientales

La calidad del espacio de trabajo tiene una gran influencia sobre el desempeño laboral, el bienestar y la salud de las personas. Y dado que pasamos una gran cantidad de tiempo en espacios interiores, las consecuencias para la calidad de vida hacen que los factores ambientales adquieran una gran relevancia. 

Numerosas investigaciones relacionadas con diversos campos de estudio sugieren que existe una amplia gama de intervenciones que pueden ayudar a apoyar la salud y el bienestar de las personas. Estas suelen abordar los siguientes factores:

→ Biofilia

Según Edward O. Wilson, un reconocido biólogo evolucionista, la biofilia es nuestro sentido innato de conexión con la naturaleza y otras formas de vida, esencial para especies como la nuestra cuya supervivencia depende de su relación con el ambiente. Esta tendencia se vio favorecida para facilitarnos la relación con el entorno en una era en que la interacción entre los humanos y el mundo natural era directa y frecuente. 

La posibilidad de tener vistas al exterior resulta un paso positivo para recomponer esta relación. Algunos investigadores llegaron a la conclusión de que los paisajes verdes ofrecen el mejor efecto mientras que las extensiones de agua parecen ser superiores al paisaje urbano. Otros estudios demostraron que el estrés disminuye cuando se incluye la presencia de vegetación. Además de reducir el estrés y la presión sanguínea, las plantas moderan los estados emocionales y mejoran la actitud de los empleados al mismo tiempo que ayudan a depurar el aire de toxinas y algunos compuestos químicos perjudiciales.

Otros hallazgos sugieren que las personas prefieren niveles moderados de complejidad en el diseño y la percepción sensorial del ambiente. Un entorno carente de estimulación sensorial y variación puede llevar al aburrimiento y la pasividad .

→ Luz natural

Los seres humanos somos muy sensibles a los cambios de la iluminación natural. La luz solar interviene en numerosos procesos biológicos: además de contribuir con la visión, es el marcador de nuestro reloj interno y un estímulo que afecta el estado de ánimo, la actividad y la salud tanto desde el punto de vista fisiológico como psicológico. 

Dado que el 80% de las personas realiza su trabajo en horario diurno, parece sensato aprovechar el recurso de la luz natural para el desempeño de las tareas. Además de resultar mucho más eficiente desde el punto de vista energético es mucho más saludable.

→ Calidad del aire interior

Actualmente, entre el 50% y el 60% de la población vive en ciudades y pasa más del 90% de su tiempo en espacios interiores, de lo cual se desprende la importancia de un adecuado mantenimiento de las condiciones del aire que respiramos. 

Los problemas de calidad del aire pueden disminuir la productividad y conducir al Síndrome del Edificio Enfermo, condición edilicia caracterizada por provocar síntomas inespecíficos en sus ocupantes tales como irritación en los ojos, la piel y las vías respiratorias, junto con dolor de cabeza y fatiga. La eliminación de las fuentes de contaminación, una ventilación adecuada, el control de la humedad y el filtrado del aire son algunas de las estrategias necesarias para lograr una alta calidad del aire interior. 

→ Confort acústico

Según estudios que miden la satisfacción de los empleados con su lugar de trabajo, el ruido aparece como una de las causas más importantes de insatisfacción. La mayoría de las quejas se refieren a las condiciones acústicas de las oficinas en relación con la privacidad de la voz: oír una conversación no deseada o tener la sensación de que se está siendo escuchado.

Para alcanzar un buen nivel de confort acústico que permita mantener la privacidad sin afectar la necesidad de comunicación es preciso incluir principios y técnicas acústicas básicas. El confort acústico se logra cuando el lugar de trabajo proporciona condiciones apropiadas tanto para la interacción como para la confidencialidad y el trabajo de concentración.

→ Privacidad

En los actuales entornos en open plan, los espacios privados se han visto reducidos drásticamente. Sin embargo, conviene tener en cuenta que se necesitan diferentes tipos de espacios para diferentes tareas y que es una buena estrategia brindar control a las personas sobre el grado de disponibilidad hacia los demás. Para ello es esencial un buen balance entre los espacios públicos y privados, siempre teniendo en cuenta que se deben proporcionar zonas más protegidas y un poco alejadas de las miradas para poder mantener conversaciones más privadas.

→ Proxemia

Con el término proxemia, Edward Hall describía a mediados de los 60 las distancias físicas que las personas mantienen entre sí en función de la relación y el tipo de interacción que posean; distingue cuatro distancias básicas: íntima, personal, social y pública. Se trata de dimensiones subjetivas que operan a nivel inconsciente y que varían de acuerdo con la cultura. La violación de estos límites del espacio personal provoca desde estrés hasta diversos grados de malestar.

Por esto es beneficioso cuidar la densidad de la oficina, otorgar espacios para la privacidad y evitar los cielorrasos bajos ya que producen una sensación de confinamiento que puede producir estrés e irritabilidad.

Mente sana en cuerpo sano

En la era moderna, en que la industrialización ha transformado radicalmente la forma de trabajar y el estilo de vida, es cada vez más importante tener en cuenta la interdependencia que existe entre la función cognitiva, la actividad física y los hábitos saludables. Ya lo sabían los antiguos romanos: una vida activa y saludable es fundamental para el bienestar físico y mental.

→ Ejercicio físico

El ejercicio físico tiene múltiples beneficios fisiológicos pero también incide en el bienestar psicológico; una buena condición física se relaciona con un estado de ánimo positivo y la disminución de la ansiedad y el estrés. El espacio de trabajo tiene un gran potencial para estimular la actividad física a través de intervenciones de diseño.

  • Utilizar equipamiento ajustable. Para favorecer las posturas saludables y recuperar la participación de todo el cuerpo, los elementos de trabajo tales como sillas y puestos de trabajo deben ofrecer la opción de ajustarse a fin de poder realizar las tareas en distintas posiciones, alternando la posibilidad de estar sentado o de pie.
  • Alentar los cambios de posición durante el día. Crear ámbitos donde los trabajadores puedan moverse, sentarse y descansar con comodidad reporta grandes beneficios: mejora la productividad y disminuye la tasa de ausentismo por enfermedad.
  • Promover la actividad a través del diseño del espacio de trabajo. Se trata de crear entornos que apoyen la actividad física moderada y que estimulen conductas tales como caminar para hablar con colegas, permanecer de pie durante las reuniones en lugar de sentarse, incorporar mesas altas para encuentros informales, etc. Otra opción consiste en analizar estratégicamente la localización y el diseño de las escaleras para incrementar su uso en detrimento del ascensor. 

También se puede promover el ejercicio a partir del diseño del layout en base a las actividades diarias (trabajo individual y en grupo, tareas de concentración, áreas de aprendizaje, descanso y socialización, etc.). Esto dotará al plantel de espacios específicos para desarrollar las distintas labores al mismo tiempo que promoverá el movimiento evitando las largas jornadas sentados frente a un puesto de trabajo.

  • Promover los desplazamientos activos. Los desplazamientos al trabajo no solamente provocan atascos de tránsito junto con un aumento de las emisiones de gases nocivos sino que también afectan la calidad de vida de los trabajadores. Para ello es posible implementar un programa para estimular el uso de la bicicleta que incluya una flota de rodados que se pueden utilizar dentro del horario de oficina, disponer de un parking para bicicletas y contar con duchas.

→ Alimentación

La nutrición juega un papel clave en el mantenimiento de la salud, el control del peso y la prevención de enfermedades. Muchas veces, el ritmo de trabajo y las jornadas laborales extensas favorecen las comidas al paso y el consumo de snacks poco saludables. Es importante que los trabajadores tengan acceso a alimentos saludables, frutas y verduras frescas, limitando los ingredientes perjudiciales y fomentando los buenos hábitos alimenticios.

→ Mindfulness

El interés por la práctica del Mindfulness en el trabajo crece en proporción directa con los cambios en la tecnología y el aumento de la volatilidad y la incertidumbre en el mercado laboral. Esto genera estrés en todos los estamentos de la organización. La práctica de la atención plena, como una fusión entre la mente y el cuerpo, representa la antítesis de la multitarea e invita a estar completamente enfocado e involucrado, disfrutando de lo que se está haciendo.

Crear áreas para que los trabajadores puedan controlar su estimulación sensorial y ofrecer lugares que inviten a la relajación jugando con los materiales, las texturas, los colores y la iluminación, puede ayudar a recargar energía y a hacer una diferencia durante la jornada laboral.

Los factores psicosociales del bienestar

Las empresas pueden ayudar a mejorar el bienestar de las personas a través del establecimiento de una cultura corporativa que incentive las conductas positivas, la confianza, la autonomía, el sentido de propósito, etc. El espacio de trabajo cumple un rol decisivo para alcanzar estos objetivos.

→ Personalización, control y territorialidad

Jacqueline Vischer, investigadora canadiense especializada en la psicología ambiental, vincula los aspectos psicosociales del trabajador con el diseño y la gestión del espacio a través de la personalización, el control y la territorialidad. 

La posibilidad de contar con elementos que se puedan adaptar a las preferencias y necesidades personales tiene un impacto psicológico muy beneficioso: las personas se vuelven más productivas, se sienten más satisfechas y comprometidas con la organización, y se adaptan mejor a su espacio de trabajo, reduciendo el desgaste y los costos de rotación. 

Vischer afirma que la territorialidad en el lugar de trabajo también tiene un valor psicológico que está representado tanto por el espacio personal como por el lugar que cada individuo ocupa dentro de la organización, y que se expresa a través de la personalización y la apropiación del espacio.

→ Flexibilidad

La tecnología hoy nos permite trabajar en cualquier momento y desde cualquier lugar por lo que los argumentos a favor de las prácticas de trabajo más flexibles son poderosos y están aquí para quedarse. Los trabajadores ganan un mayor equilibrio entre la vida laboral y personal, son más productivos y experimentan menos estrés y tiempos de desplazamiento; esta situación ayuda a los trabajadores a sentirse con más control sobre su carga de trabajo al mismo tiempo que genera confianza y lealtad.

→ Amenities

Los servicios que las empresas brindan a sus empleados en el lugar de trabajo están en constante evolución. Áreas de descanso, gimnasios, siestario, comida saludable, sala de lactancia, salas de meditación, yoga, etc.

Incorporar espacios destinados a la diversión también mejora la participación y el estado de ánimo de los empleados al mismo tiempo que promueve la satisfacción laboral. Esto se debe a que el juego activa los mecanismos de recompensa del cerebro proporcionando sensaciones gratificantes y estimulando tanto la repetición de conductas positivas como el aprendizaje.

→ Balance entre el trabajo y la vida familiar

Muchas compañías empiezan a ser conscientes de que los trabajadores son más productivos cuando las necesidades de la vida familiar y personal están cubiertas. Facilitar las condiciones para gozar de un buen balance entre ambas también mejora la inclusión laboral de las mujeres, reduce el ausentismo, aumenta el compromiso, ayuda a reclutar y conservar a los mejores talentos y aumenta el bienestar de los empleados, reduciendo los gastos por enfermedad. 

En resumen

El espacio de trabajo tiene que dar apoyo tanto al bienestar físico como al psicológico y social de los trabajadores. La integración de estas dimensiones ayuda a la creación de ámbitos donde la gente se siente más comprometida, es más productiva y al mismo tiempo puede relajarse, socializar y sentirse cómoda dentro de un espacio estimulante y atractivo.

El espacio de trabajo no es un costo, es una inversión que mejora el bienestar de los empleados junto con el compromiso y los resultados de la organización.

Referencias:

BLOOMFIELD, S. et al. (2016): “Time to abandon the hygiene hypothesis: new perspectives on allergic disease, the human microbiome, infectious disease prevention and the role of targeted hygiene” Perspectives in Public Health.
GIBSON, A.M. et al. (2017): “An examination of objectively-measured sedentary behavior and mental well-being in adults across week days and weekends”. PloS one.
GOMEZ-PINILLA, F. & HILLMAN, C. (2003): “The Influence of Exercise on Cognitive Abilities”. 
HACKETT, R. A., & STEPTOE, A. (2016): “Psychosocial Factors in Diabetes and Cardiovascular Risk”. Current Cardiology Reports.
HEERWAGEN, J. (1989): “Design, Productivity and Well Being: What are the Links?”. The American Institute of Architects.
INTERNATIONAL INTERIOR DESIGN ASSOCIATION (2015): “Workplace Well-being”. 
OBINO MOKAYA, S. & WEGOKI GITARI, J. (2012): “Effects of Workplace Recreation on Employee Performance”. International Journal of Humanities and Social Science.
VELARDE, M.D. et al. (2007): “Health effects of viewing landscapes – Landscape types in environmental psychology”. Urb. For. Urb. Greening.
VISCHER, J. (2008): “Towards an Environmental Psychology of Workspace: How People are affected by Environments for Work”. Architectural Science Review.
WOLVERTON, B.C. et al. (1989): “Interior landscape plants for indoor air pollution abatement“.


Adam Scott ha dedicado más de dos décadas a reflexionar, dialogar y escribir sobre el poder de las experiencias diseñadas Read more

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