FMContract Workplaces
#83 Septiembre 2017

WELL, un estándar centrado en las personas

ALGUNAS MARCAS QUE NOS ACOMPAÑAN

Una publicación de Contract Workplaces


La preocupación por el impacto que el entorno construido tiene sobre el medio ambiente hizo que, en los últimos años, aumentara enormemente el interés por los estándares de construcción destinados a certificar la sostenibilidad de los edificios. Sin embargo, dado que estos edificios son para las personas –el activo más importante dentro de las organizaciones–, también es necesario centrarse en el efecto que el entorno construido tiene sobre los seres humanos. Así nace WELL, un sistema orientado a medir, certificar y monitorear el desempeño y las características de los edificios donde vivimos, aprendemos y trabajamos, y que influyen sobre nuestra salud y bienestar. Combina las mejores prácticas de diseño y construcción junto con el aval de investigaciones médicas y científicas basadas en evidencias, y aprovecha el entorno construido como un medio para apoyar la salud y el bienestar de los ocupantes.

El 90% de nuestras vidas transcurre en el interior de edificios, y una gran parte de ese porcentaje, en la oficina. ¿De qué manera nos afecta el entorno construido en el lugar donde más tiempo pasamos? ¿Puede alterar nuestra calidad de vida? La respuesta es sí, puede hacerlo, y por eso las empresas están destinando cada vez más esfuerzos a mejorar el bienestar de sus empleados. Dado que se estima que entre el 80% y el 90% de los gastos operativos anuales de una compañía se invierten en el personal, la preocupación parece fundada.

Las investigaciones de las últimas décadas han puesto de relieve el potencial del entorno construido para promover activamente la salud y el bienestar de las personas pero, paradójicamente, las estrategias orientadas a mejorar estas condiciones no han desempeñado un papel significativo en la evolución de los estándares de construcción.

Así, luego de varios años de investigación rigurosa en colaboración con los principales médicos, científicos y profesionales de la industria, nace WELL: un sistema que promueve las mejores prácticas de diseño y construcción, orientado a medir, certificar y monitorear el desempeño y las características edilicias que influyen sobre la salud y el bienestar de las personas.

¿Qué es WELL?

El Estándar WELL es un enfoque integrador que se basa en una revisión exhaustiva de las investigaciones existentes sobre los efectos que los espacios interiores tienen sobre las personas, con el objeto de transformar los edificios en los que vivimos aprendemos y trabajamos en promotores de la salud y el bienestar de sus ocupantes.

Combina las mejores prácticas de diseño y construcción junto con la implementación de estrategias, programas y tecnologías diseñadas especialmente para fomentar un estilo de vida más saludable, más activo y con menos exposición a productos químicos y contaminantes dañinos, mejorando la nutrición, el estado físico, el estado de ánimo, los patrones de sueño y el rendimiento de las personas.

Dado que la investigación demuestra que el bienestar puede ser una experiencia muy subjetiva, el Estándar WELL está diseñado para cubrir tanto una base común que abarque los requerimientos de todos los habitantes del edificio como para satisfacer las diversas necesidades individuales.

El Estándar Constructivo WELL fue creado por Delos Living LLC y es dirigido y administrado por el International WELL Building Institute (IWBI). El Estándar es certificado por terceros a través de la colaboración de IWBI con el Green Building Certification Institute (GBCI), el organismo de certificación para el Sistema LEED.

El Estándar de Construcción WELL

WELL otorga certificaciones en distintos niveles (Plata, Oro y Platino), y está organizado en siete categorías de bienestar llamadas “conceptos básicos”. Estos son: Aire, Agua, Alimentación, Iluminación, Estado Físico, Confort y Mente. Cada concepto contiene múltiples características destinadas a abordar aspectos específicos de la salud, el confort y el desempeño de los ocupantes. A su vez, cada característica se divide en distintas partes, las cuales se ajustan a un tipo específico de edificio. Cada parte tiene uno o más requisitos específicos que se deben cumplir.

Las características WELL se clasifican como “Precondiciones” u “Optimizaciones”. Las Precondiciones son necesarias para todos los niveles mientras que las Optimizaciones son características adicionales, cierto porcentaje de las cuales se debe lograr dependiendo del grado de certificación que se busque alcanzar.

Si bien la certificación es aplicable tanto a edificios como a interiores de oficinas, ya sean nuevos o existentes, los edificios nuevos son los que presentan más posibilidades de implementar una mayor cantidad de características WELL, pudiendo abordar la totalidad del diseño, la construcción y la operación  desde el comienzo.

La tipología de certificación Core & Shell es posible para aquellas oficinas que buscan implementar las características WELL en el núcleo, la envolvente y la operación del edificio. Incluye la estructura, la ubicación de las aberturas y los tipos de vidrios, las proporciones, los sistemas de calefacción, ventilación y refrigeración, y la calidad del agua. Además, considera la ubicación del sitio en relación con las comodidades y las oportunidades de bienestar que brinda. Este cumplimiento no es una certificación: es una verificación que se hace una sola vez y que contribuirá a la simplificación de las solicitudes de certificación WELL para interiores nuevos y existentes.

La certificación WELL para edificios o interiores nuevos y existentes es válida por tres años. Durante este período se presentan datos anuales de desempeño para las características que así lo requieren: encuestas de post ocupación, prueba de mantenimiento (registros de cronograma de limpieza y sustitución de filtros de aire, etc.) y medición de parámetros medioambientales (calidad del aire y el agua, etc.).

Pero WELL también permite soluciones alternativas e innovadoras que ayuden a satisfacer cualquiera de los requisitos planteados en el Estándar, siempre y cuando cumplan con el objetivo del requisito y cuenten con el respaldo de investigaciones científicas apropiadas. Esto permite desarrollar estrategias únicas para crear un ambiente saludable.

Los conceptos básicos

→ Aire

La calidad del aire interior es fundamental para la salud. La contaminación atmosférica en el exterior, los gases que desprenden los materiales de construcción en el interior y la proliferación de microorganismos patógenos son las principales causas de su degradación. Todo esto contribuye a la aparición de riesgos para la salud tales como el asma, las alergias y otras enfermedades de las vías aéreas superiores.

Los problemas de calidad del aire pueden disminuir la productividad y conducir al Síndrome del Edificio Enfermo, condición edilicia caracterizada por provocar síntomas inespecíficos en sus ocupantes tales como irritación en los ojos, la piel y las vías respiratorias, junto con dolor de cabeza y fatiga.

La eliminación de las fuentes de contaminación, una ventilación adecuada, el control de la humedad y el filtrado del aire son algunos de las estrategias que establece WELL para lograr una alta calidad del aire interior.

→ Agua

Más de dos tercios del cuerpo humano está compuesto por agua, un elemento esencial en la homeostasis interna. Reponer este vital fluido es fundamental para compensar las pérdidas por respiración, transpiración y excreción.

La contaminación del agua debida a la presencia de sustancias tóxicas, e incluso de cloro y otros productos que comúnmente se le añaden para potabilizarla, pueden producir efectos indeseados sobre la salud.

El Estándar WELL promueve la aplicación de técnicas de filtrado apropiadas junto con la realización de pruebas regulares para que los ocupantes de los edificios puedan acceder a un agua segura y de calidad óptima para los diversos usos.

→ Alimentación

La nutrición juega, junto con la actividad física, un papel clave en el mantenimiento de la salud, el control del peso y la prevención de enfermedades. El sobrepeso y la obesidad ocupan el 5° puesto como factor de riesgo de mortalidad, aumentando la probabilidad de padecer de enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer.

Muchas veces, el ritmo de trabajo y las jornadas laborales extensas también favorecen las comidas al paso y el consumo de snacks poco saludables. Es importante que los trabajadores tengan acceso a alimentos saludables, frutas y verduras frescas, y que se reduzca la comercialización y disponibilidad de aquellos que son poco saludables.

WELL requiere que los trabajadores puedan disponer de alimentos frescos y saludables, limita los ingredientes perjudiciales y fomenta los buenos hábitos alimenticios.

→ Iluminación

Además de facilitar la visión, la luz influye en el cuerpo humano de diferentes formas. Los seres humanos  tenemos relojes internos que, en respuesta a determinados estímulos externos, sincronizan las funciones fisiológicas en un ciclo de aproximadamente 24 horas llamado ritmo circadiano. La luz es el más importante de estos estímulos. Es importante destacar que toda la luz –no solo la luz solar– puede contribuir en este proceso.

Muchos procesos fisiológicos tales como el estado de alerta, la digestión y el sueño, están regulados por hormonas involucradas en este ciclo. Por este motivo, la iluminación es particularmente importante teniendo en cuenta el papel que desempeña en el ciclo del sueño, cuyo desorden se asocia con un mayor riesgo de diabetes, obesidad, depresión, enfermedades cardiovasculares y accidente cerebrovascular.

Dado que la gente pasa gran parte de su día en ambientes interiores, el Estándar WELL ofrece pautas de iluminación para mantener nuestros ciclos naturales bien sincronizados teniendo en cuenta tanto la temperatura de la luz como los deslumbramientos, y asegurando al máximo el aprovechamiento de la luz natural. De esta forma, aumenta la productividad y mejora la calidad del sueño y la agudeza visual.

→ Actividad física

La Organización Mundial de la Salud identifica la inactividad física como el cuarto factor de riesgo de mortalidad, lo cual no es de extrañar ya que la tecnología nos ha convertido en los seres humanos más sedentarios de la historia. Tener una vida activa ayuda a controlar el peso, a prevenir enfermedades crónicas y a mantener una buena condición física.

Para ayudar a promover un estilo de vida más activo y saludable se pueden implementar estrategias de diseño orientadas a fomentar la actividad física: alentar el uso de la bicicleta en lugar del automóvil, proveer instalaciones para ejercitarse dentro o cerca del lugar de trabajo, favorecer el uso de las escaleras y del mobiliario activo junto con otros elementos que colaboren con la actividad física de las personas.

WELL promueve la integración de la actividad física en la vida cotidiana propiciando un estilo de vida activo y desalentando los comportamientos sedentarios. Así se disminuye el riesgo de padecer diabetes, síndrome metabólico, obesidad, enfermedades cardíacas, cáncer de mama y de colon, etc.

→ Confort

Las encuestas muestran que los problemas acústicos en la oficina son la principal fuente de insatisfacción de los empleados. El objetivo será lograr un acondicionamiento acústico tal que permita mejorar la interacción social, el aprendizaje, la satisfacción y la productividad.

La ergonomía y el Diseño Universal también desempeñan un papel importante en la mitigación del estrés físico y mental. El Estándar WELL promueve soluciones ergonómicas que ayudan a evitar la aparición de  trastornos musculoesqueléticos tales como el dolor lumbar y de cuello, la osteoartritis, etc., facilitando la comodidad y el bienestar.

El confort térmico es otro factor que depende tanto de variables físicas (velocidad del aire, temperatura, humedad, tasa metabólica, indumentaria) como de factores psicológicos (expectativas individuales), lo que hace que no todas las personas estarán igualmente cómodas bajo las mismas condiciones. WELL adopta un enfoque integral del control térmico al mismo tiempo que proporciona estrategias para abordar los problemas individuales.

→ Mente

La salud física y mental no representan dominios separados; el cuerpo y la mente son un todo orgánico. Por ejemplo, mientras que el ejercicio físico mejora el estado de ánimo y ayuda a regular el ciclo del sueño, las preocupaciones pueden desencadenar respuestas fisiológicas de estrés. Y el estrés crónico puede conducir a estados de ánimo negativos, depresión y pérdida de la autoestima lo que, a su vez, favorece el desarrollo de algunas enfermedades crónicas. Mientras que la depresión se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca e inmunosupresión, el estrés crónico y la ansiedad se vinculan con una mayor incidencia de síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares, trastornos gastrointestinales y afecciones de la piel tales como el acné y la psoriasis.

WELL identifica las estrategias que se pueden implementar para mejorar el estado de ánimo, el sueño, los niveles de estrés y el estado psicosocial de los trabajadores con el fin de mejorar su salud cognitiva y emocional. La incorporación del concepto de Biofilia en el diseño, los espacios de relax, la presencia de obras de arte y la posibilidad de regular la interacción con los demás son algunas de las posibilidades.

Conclusiones

Las personas son el motor que impulsa el desarrollo y el crecimiento de las empresas. Y cuando consideramos que los gastos de personal representan alrededor del 90% de los costos de operación, se comprende la importancia que adquieren las acciones destinadas a mejorar el  bienestar de la gente.

La certificación WELL es un modelo multidisciplinario que abarca el diseño, la construcción y la operación de los edificios centrado en la integración del entorno construido con el bienestar y la salud de las personas. Su principal objetivo es generar hábitos saludables con el consiguiente incremento de la productividad y la calidad de vida. Hay estudios que avalan que este nuevo enfoque permite un aumento de la productividad del 83% mientras que el impacto positivo de los espacios con certificación WELL sobre el rendimiento de la empresa alcanza el 94% de los encuestados. La razón es sencilla: una fuerza de trabajo saludable y feliz es un fuerza de trabajo más productiva, comprometida y eficiente.

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