por Annarita Nieri*
Una publicación de Contract Workplaces
El talento es la piedra angular para el éxito y la sostenibilidad de cualquier organización actual. En un entorno empresarial cada vez más competitivo, la gestión efectiva de las personas se ha convertido en una pieza clave que influye en múltiples aspectos de la operación y el crecimiento de la empresa.
Annarita Nieri*, líder en transformación, innovación, gestión del cambio y cultura organizacional con más de 26 años de experiencia, considera que el talento no es solo un recurso más; es un activo estratégico que va más allá de las funciones del departamento de Recursos Humanos. Si no se gestiona el ciclo de vida del colaborador de manera integral, afirma, cualquier esfuerzo que no esté alineado de manera coherente con el resto de la organización carecerá de impacto duradero. En este sentido, subrayó la importancia de mejorar cada etapa del ciclo del colaborador, y el alcance de la comunicación como una poderosa herramienta de transformación, capaz de convertir a cada trabajador en un protagonista activo de su experiencia laboral.
Con la importancia del talento clara, Annarita dirigió la atención hacia el papel crucial que juega la cultura organizacional, un elemento que puede ser tanto un ancla que detiene el avance como un facilitador de la ejecución de la estrategia. Para crecer, es necesario construir un ADN cultural que atraiga a personas con espíritu innovador, con la habilidad de abrazar el cambio y que disfruten colaborar en equipo.
Además de la cultura, también se puede trabajar con los líderes en una estrategia desarrollada con el fin de promover comportamientos específicos en toda la organización y que Annarita llama el “chi de comportamiento”, una herramienta que ayuda a crear rituales y hábitos que refuerzan la cultura organizacional. Por ejemplo, puede tratarse de reuniones breves al inicio del día donde los líderes comparten un pensamiento inspirador o una meta concreta para el equipo. Este enfoque permite establecer conexiones más profundas entre los colaboradores y sus líderes, uniendo al equipo en torno a un propósito común.
Después de establecer el valor de la cultura, Annarita se centró en el tipo de talento que busca cada organización. En este punto, enfatizó los cambios que la pandemia ha traído y la manera en que las nuevas generaciones influyen en el entorno laboral. Hoy, la colaboración, la flexibilidad, la adaptación y la creatividad son fundamentales para el éxito.
Este proceso de adaptación ha requerido un “recableado” crítico en el ciclo del colaborador, especialmente en los momentos más significativos de la experiencia laboral. Por ejemplo, el proceso de incorporación, al que antes se le asignaba poca relevancia, hoy se ha transformado en un elemento fundamental. Annarita afirma que los primeros quince días son clave para que una nueva persona decida si ha tomado la decisión correcta. Es por esto que, desde el primer contacto digital –incluso antes de entrar a la oficina–, la empresa se debe esforzar por hacer que los nuevos colaboradores se sientan como verdaderos “rockstars“.
Con la incorporación bien establecida, Annarita abordó el proceso de compromiso, donde se refuerza la relación con el nuevo colaborador. Se le debe guiar para que construya conexiones emocionales desde el principio, y se emplean diversas acciones de comunicación tanto con el colaborador como con su equipo para que el nuevo miembro se sienta respaldado y valorado desde su llegada.
Explicó cómo el desarrollo y el crecimiento del colaborador funcionan de manera conjunta. En la etapa de desarrollo, cada miembro del plantel tiene acceso a la formación continua y puede decidir su ruta de aprendizaje dentro de la organización. Luego, durante la etapa de crecimiento, las propuestas de valor se segmentan para adaptarlas a las necesidades específicas de cada uno. Este enfoque personalizado es esencial para garantizar que cada persona tenga acceso a las oportunidades que mejor se adapten a su perfil y sus expectativas.
También enfatizó la importancia del proceso de salida, que ha cobrado cada vez más relevancia dentro de las empresas. Señaló un fenómeno conocido como “boomerang“, mediante el cual antiguos colaboradores deciden regresar después de haber dejado la compañía para buscar crecimiento en otros lugares. Para Annarita, este es un indicador de que la cultura organizacional tiene un impacto positivo y duradero en las personas.
Para ilustrar la implementación de estas ideas, Annarita presentó algunos ejemplos prácticos. Habló de la estrecha relación que se desarrolla desde el momento de la incorporación, utilizando herramientas que aplican inteligencia artificial para identificar qué tan probable es que una persona sea exitosa y contribuya al equipo. Esta herramienta ayuda a promover la diversidad de pensamiento dentro de los equipos.
El área de Recursos Humanos también debe trabajar sobre la comunicación interna como si se tratara de campañas de marketing: generando expectativa y acompañando cada acción con material promocional y actividades dentro de la oficina para reforzar la propuesta de valor. Este enfoque asegura que la experiencia del colaborador se enriquezca continuamente, desde su ingreso hasta su desarrollo dentro de la organización, fomentando un sentido de pertenencia y conexión con los objetivos comunes.
Annarita también destacó la importancia de contar historias dentro de la organización. Las historias personales de los colaboradores se pueden utilizar para mostrar cómo se han beneficiado de las oportunidades dentro de la empresa, compartiéndolas en diferentes formatos tales como charlas y transmisiones internas, para inspirar y motivar al resto del equipo.
En cuanto al desarrollo personal, subrayó la necesidad de la autogestión y el aprendizaje autónomo a través de programas especiales para fomentar la colaboración y la innovación, y donde los colaboradores pueden formarse en distintos temas.
Annarita subrayó la importancia de mantener a los colaboradores informados sobre el estado de la organización, utilizando distintos formatos de comunicación tales como reuniones generales o eventos más amplios, incluso en auditorios. Estas actividades ayudan a mantener a los colaboradores conectados con los objetivos y las metas de la empresa, generando un sentido de pertenencia. Para fortalecer esa conexión, es crucial que los líderes compartan el avance de los objetivos colectivos, de modo que todos sientan que forman parte de algo significativo.
En esta era, el espacio físico juega un rol fundamental en el éxito de la organización, señaló Annarita. La disposición y el ambiente de las oficinas ayudan a conectar emocionalmente con los colaboradores, facilitando la comunicación y el trabajo en equipo. Esto permite fusionar conceptos clave como cultura, talento, estrategia y ejecución de una manera natural y efectiva.
Como mencionó anteriormente, una de las claves del compromiso es ofrecer propuestas de valor personalizadas que generen un gran impacto en los colaboradores. Estas propuestas no tienen que ser costosas; se trata más bien de fomentar rituales de conexión emocional, algo que ha demostrado ser particularmente poderoso. Muchos de estos rituales se llevan a cabo en la oficina, un lugar que debe estar especialmente diseñado para motivar y fortalecer los lazos internos.
Finalmente, Annarita subrayó la importancia de la comunicación interna como un pilar estratégico dentro de la empresa. No se trataba solo de transmitir información, sino de hacerlo de una manera que inspire y motive a los colaboradores a crecer y ser protagonistas. También insistió en la importancia de cuidar a las personas con un genuino interés por su bienestar. Este enfoque, dijo, es crítico para asegurar que cada uno sienta el respaldo de la empresa no solo como empleado, sino también como individuo.
En resumen, cuidar la cultura organizacional y promover un ambiente en el que los colaboradores se sientan valorados y conectados con su propósito es esencial para alcanzar el éxito colectivo. Las estrategias deben ser flexibles y adaptativas, siempre buscando mejorar la experiencia laboral y fortalecer el compromiso del equipo.
Si logramos crear un ambiente donde el talento se valore y las historias de cada persona se conviertan en parte del éxito colectivo, entonces estaremos construyendo una organización preparada para cualquier reto futuro, concluyó.
* Annarita Nieri es Comunicadora Social de la Universidad de Lima, coach certificada por ICC International Coaching Community, conferencista nacional e internacional y miembro de #HeForShe de la ONU. En los últimos años ha desarrollado e implementado proyectos de transformación cultural, digital e innovación en Niubiz.
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