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#117 Septiembre 2024

¿Colaboración o trabajo individual?

Ventajas y desventajas de dos enfoques que deben ser cuidadosamente valorados antes de ser a plicados a tareas y contextos específicos

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Una publicación de Contract Workplaces


La colaboración es un proceso fundamental presente en muchos aspectos de la existencia humana. Desde los comienzos de la vida primitiva hasta los modelos de trabajo actuales, el esfuerzo colectivo ha sido la piedra angular del éxito de nuestra especie. Esto es cierto incluso para los creadores más solitarios, quienes se nutren de una cultura plural y de los logros de otras personas a las que, a su vez, alimentan. Esto significa que la colaboración y el trabajo individual no se excluyen mutuamente, sino que tienen una acción sinérgica.

Sin embargo, en el mundo laboral actual, el debate en torno al trabajo individual frente al trabajo en equipo sigue vigente como opciones contrapuestas. Hoy en día, las tendencias suelen favorecer la colaboración ya que se asocia con una serie de beneficios que responden a necesidades tales como la innovación, la diversidad de perspectivas y la adaptabilidad. Esta creencia se basa en la premisa de que “dos cabezas piensan mejor que una” y que, al reunir múltiples perspectivas, es más probable encontrar soluciones más efectivas y novedosas. No obstante, esta valoración no siempre toma en cuenta las ventajas del trabajo individual y los límites de la colaboración.

Lo cierto es que ambos enfoques tienen sus ventajas y desventajas y la elección entre uno y otro depende de varios factores tales como el tipo de tarea a realizar, los objetivos del proyecto, y las características del equipo o las personas. La clave estará en lograr un equilibrio, ya que el trabajo individual y el trabajo en equipo son enfoques complementarios que, cuando se utilizan estratégicamente, pueden mejorar la productividad y producir soluciones innovadoras. Comprender su dinámica es esencial para alcanzar el éxito.

Pros y contras de la colaboración

Entre las principales ventajas del trabajo colaborativo se encuentra la posibilidad de generar soluciones más innovadoras dado que el esfuerzo grupal implica la presencia de diferentes perspectivas, conocimientos y habilidades. Un equipo diverso permite abordar un problema desde distintos ángulos, enriqueciendo el proceso de toma de decisiones. También permite distribuir la carga de trabajo de manera más equitativa, lo que no solo aumenta la eficiencia, sino que también puede reducir el estrés asociado con proyectos difíciles o extensos. Además, incrementa la motivación (los miembros tienen un mayor sentido de pertenencia y responsabilidad hacia el grupo) y ayuda a desarrollar habilidades esenciales para mejorar la dinámica de trabajo y la productividad tales como la comunicación, la negociación y la empatía.

Sin embargo, uno de los mayores desafíos del trabajo en equipo es la gestión de conflictos. Las diferencias de opinión, estilos de trabajo y personalidad pueden llevar a tensiones que, si no se gestionan adecuadamente, pueden afectar el rendimiento y el ambiente laboral. Además, algunas personas pueden sentir que pierden autonomía o control sobre su trabajo, o que no todos los miembros del equipo contribuyen de la misma manera lo que puede resultar frustrante, crear resentimiento y afectar la moral del grupo. Sumado a esto, cabe mencionar que coordinar un equipo con diferentes horarios, prioridades y responsabilidades puede ser complicado, resultando en retrasos y pérdida de eficiencia.

Ventajas y desventajas del trabajo individual

Una suposición muy extendida sugiere que el trabajo individual es intrínsecamente inferior al trabajo en equipo. Sin embargo, esta generalización no siempre es cierta. Trabajar de forma individual permite una gran autonomía y la libertad para tomar decisiones, marcar el propio ritmo y priorizar tareas de acuerdo con las preferencias personales. Esto significa tener un control total sobre el proceso de trabajo, desde la planificación hasta la ejecución. Además, sin las interrupciones que pueden surgir en un entorno de equipo, el trabajo individual permite una mayor concentración, lo que puede mejorar la calidad y rapidez del trabajo. También es cierto que la responsabilidad del éxito o el fracaso recae únicamente en una persona, pero para algunos esto puede resultar motivador.

No obstante, el trabajo individual puede limitar la diversidad de ideas. Es probable que trabajar en solitario lleve a una falta de retroalimentación constructiva, lo cual hace más difícil identificar errores o áreas de mejora. Esta falta de interacción social puede conducir a una menor motivación y compromiso, especialmente en proyectos a largo plazo.

Hacia una perspectiva equilibrada

Para lograr resultados óptimos, las organizaciones deben reconocer que tanto el trabajo colaborativo como el individual tienen su lugar, y que cada enfoque se adecua mejor a ciertas tareas y contextos específicos. Para ello es necesario evaluar qué método es más efectivo en cada situación sin caer en la trampa de pensar que un enfoque es universalmente superior al otro; no todas las tareas se benefician de la misma forma del trabajo colaborativo o individual. El éxito radica en la capacidad de ajustar los métodos de trabajo según las circunstancias.

Por este motivo, las empresas deben adoptar una perspectiva equilibrada que combine el trabajo individual y el trabajo en equipo. Y, aunque en los lugares de trabajo actuales el trabajo grupal es cada vez más importante, no se debe asumir que la colaboración es la mejor solución para todos los problemas. A veces, una sola persona puede ser igual de eficaz.

A continuación, algunas consideraciones para elegir el enfoque adecuado:

Naturaleza y complejidad de la tarea. Algunas investigaciones1 indican que los proyectos que requieren conocimientos especializados o atención concentrada pueden beneficiarse del trabajo individual, mientras que los esfuerzos colaborativos pueden sobresalir en iniciativas complejas y multifacéticas.

Costos de colaboración. Un estudio reciente2 descubrió que los beneficios de la colaboración pueden verse socavados por el costo de tener que coordinar a los miembros del equipo. El tiempo perdido en la comunicación y la alineación de esfuerzos puede ser tan alto que disminuya la efectividad del grupo. Esto sugiere que habrá que evaluar las dinámicas de coordinación en cada caso antes de asumir que la colaboración siempre conducirá a mejores resultados.

Toma de decisiones. Las decisiones tomadas en grupo pueden ser más precisas y efectivas que las de cualquier individuo aislado3, mientras que la autonomía y la independencia del trabajador individual le permiten tomar decisiones rápidas sin depender de la opinión de otros o de la formación de consensos. No obstante, es necesario considerar que la dinámica del grupo pueda llevar a lo que los científicos cognitivos denominan “pensamiento de rebaño”, una situación en la que las opiniones individuales se suprimen en favor de una visión común, lo que puede resultar en decisiones menos efectivas. Esto es especialmente cierto en situaciones donde la información se comparte rápidamente, como en las redes sociales, llevando a conclusiones sesgadas en lugar de a una verdadera independencia de pensamiento.

Esto significa que, mientras que el pensamiento colectivo puede ser efectivo en ciertas circunstancias, el juicio independiente es crucial para evitar el conformismo y el estancamiento. Un enfoque equilibrado que combine la colaboración grupal con la autonomía individual puede maximizar los beneficios de ambos modos de pensar, asegurando que las decisiones sean tanto creativas como bien fundamentadas.

El espacio de trabajo

Para ofrecer una experiencia laboral óptima, la oficina debería brindar una variedad de espacios capaces de satisfacer todos los estilos de trabajo: entornos para la colaboración y la comunicación, áreas para la concentración, espacios para reunirse en grupos pequeños, ámbitos para el encuentro informal, etc.

Pero, lo más importante no es crear y ofrecer una variedad de espacios, sino zonificarlos correctamente de tal forma que se contemplen las diferentes funciones: áreas silenciosas contiguas a lugares de conversación en voz baja; luego zonas un poco más ruidosas donde se puede conversar normalmente sin sentir que estamos molestando, seguidas de espacios para tener charlas abiertas junto a un área francamente social. El objetivo es crear un entorno donde los empleados puedan dar lo mejor de sí mismos, ya sea colaborando en equipo o trabajando de manera individual.

Según los datos aportados por una encuesta reciente4, existe una distribución bastante equilibrada entre los distintos tipos de tareas que se realizan en la oficina: mientras que el 37% de los trabajadores desempeñan funciones más colaborativas, un 33% está volcado a actividades enfocadas y solo el 5% tiene un perfil basado exclusivamente en la colaboración. Esto quiere decir que las oficinas diseñadas totalmente en torno a la colaboración fracasarán si no se apoya también el trabajo de concentración.

Para que el trabajo colaborativo sea exitoso debe estar respaldado por la labor individual, de lo cual se infiere que los espacios destinados a las tareas de enfoque son un elemento fundamental en la oficina actual.

Referencias:

1 ALMAATOUQ, A. et al. (2021): “Task complexity moderates group synergy”.

2 STRAUB, V. et al. (2023): “The cost of coordination can exceed the benefit of collaboration in performing complex tasks”.

3 SUROWIECKI, J. (2004): “The Wisdom of Crowds

4 OLDMAN, T. (2021): “No the desk isn’t dead”. Leesman.


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