Una estrategia correcta no solo mejora la apariencia de los productos; también puede influir en la experiencia del cliente, las ventas y la identidad de marca.
Una publicación de Contract Workplaces
La iluminación es una parte esencial del diseño comercial ya que influye directamente en la experiencia del cliente y en su comportamiento de compra. Una estrategia correcta no solo mejora la apariencia de los productos, sino que también puede guiar al público a través del espacio, destacar determinados artículos y crear una atmósfera atractiva y coherente con la imagen de marca.
Esto se debe a la prevalencia de la vista en nuestra percepción sensorial que proporciona más del 80% de la información que procesamos1. Por ende, la cantidad y calidad de la luz en el ambiente son esenciales para percibir el espacio que nos rodea (los colores, las formas y las texturas), lo que a su vez puede condicionar nuestra experiencia de compra.
Dado que la iluminación ayuda a definir la forma en que percibimos el entorno, también tiene una poderosa influencia sobre las emociones. Una cantidad de luz adecuada realza la percepción visual y espacial, facilitando una compra más placentera y atractiva. Mientras que una iluminación deficiente puede distorsionar los colores y reducir la visibilidad, afectando negativamente la forma en que nos sentimos y evaluamos los productos y, por ende, la marca.
Esto significa que comprender el predominio de la vista en nuestra percepción sensorial puede ayudarnos a diseñar estrategias de iluminación más efectivas e influir no solo en cómo el público percibe el espacio comercial y los productos, sino también en sus decisiones de compra. Integrar estos conocimientos a la hora de proyectar la iluminación puede mejorar la experiencia del cliente, aumentar las ventas y fortalecer la identidad de marca.
La iluminación no solo influye en la percepción del espacio y la visibilidad de los productos; también tiene un impacto psicológico en los consumidores. Los seres humanos somos fototrópicos por naturaleza, buscamos la luz, y esta nos afecta tanto a nivel fisiológico como emocional.
Numerosos estudios han demostrado que las distintas características de la iluminación pueden afectar el estado de ánimo y el comportamiento ya que la luz no solo impacta sobre los receptores que procesan la información visual. También interviene en distintos procesos orgánicos y cognitivos a través de su influencia sobre el sistema circadiano que regula la vigilia.
Por ejemplo, la variación e intensidad de la luz influye sobre nuestras percepciones. Una iluminación intensa provoca más excitación y un mejor estado de ánimo. Esto puede llevar a una mayor evaluación positiva del local y los productos, al mismo tiempo que mejora la sensación de seguridad2. Mientras que una intensidad baja ayuda a crear un ambiente relajado, íntimo y exclusivo.
La temperatura de color de la luz también afecta la experiencia de los consumidores. Por una lado, las luces cálidas tienden a crear una atmósfera acogedora y distendida, haciendo que los clientes se sientan más cómodos y pasen más tiempo en la tienda3. Por el otro, la iluminación fría es adecuada para ambientes que requieren una mayor concentración y claridad, y suele asociarse con modernidad y tecnología.
El color de la luz es otra variable importante a considerar. Por ejemplo, la luz azul puede tener un efecto calmante y se ha demostrado que reduce el estrés, mientras que la luz roja puede aumentar la energía y la sensación de urgencia. Un estudio encontró que los entornos iluminados con luces azules se percibían como más placenteros y atractivos que aquellos con luces rojas, lo que afectaba positivamente las decisiones de compra4.
Esto significa que la iluminación en los locales comerciales no solo se relaciona con la visibilidad de la tienda y los productos, sino que, al estar profundamente conectada con la psicología y el comportamiento del consumidor, puede crear una atmósfera determinada según el tipo de negocio y la experiencia que se quiera ofrecer a los clientes.
Las funciones principales de la iluminación comercial son proporcionar una buena visibilidad en el ambiente, atraer la atención del cliente, favorecer la exhibición de los productos y crear una atmósfera coherente con la imagen de marca. Hay cuatro sistemas que normalmente se utilizan en la iluminación comercial con diferentes fines:
Combinar y equilibrar estos tipos de iluminación aporta interés visual al espacio y crea un ambiente más atractivo, estimulante y acogedor.
A la hora de elegir las fuentes de luz que formarán parte del diseño de iluminación de un local comercial, entran en juego muchos factores tales como el color, el reflejo, la flexibilidad, la direccionalidad, la eficiencia energética y el costo, entre otros. El objetivo es crear un equilibrio entre el efecto de iluminación deseado, la asequibilidad y la adaptabilidad. ¿Qué tipo de luminarias y sistemas se pueden utilizar para lograr un diseño exitoso? A continuación, algunas opciones:
→ Iluminación LED. Los LEDs tienen una alta eficiencia energética y una vida útil más larga, al mismo tiempo que ofrecen una mayor flexibilidad en términos de diseño y control de la iluminación, bajo costo energético, rápido encendido y apagado, baja emisión de calor y excelente reproducción cromática. Se pueden utilizar en luminarias empotradas en techos, tubos suspendidos o empotrados, retroiluminación y luces de acento, de trabajo y de emergencia.
→ Iluminación en riel. Consiste en un riel continuo que contiene conductores eléctricos, a lo largo del cual se conectan los accesorios. Su principal ventaja es la flexibilidad, ya que permite orientar los focos donde sea necesario y agregar luces sin conexiones adicionales. Es muy útil en la iluminación de acento y cuando se requiera un alumbrado ajustable que permita cambiar los puntos focales deseados.
→ Uplights. Este tipo de luminaria proporciona una luz suave e indirecta, orientada hacia arriba, sin deslumbramientos. Su gran beneficio es que brinda una luz más suave y se puede utilizar tanto en iluminación ambiental como para enfatizar recorridos o destacar elementos particulares.
→ Sistemas de control inteligente. Utilizan sensores, software y sistemas de control avanzados que permiten ajustar la iluminación de manera automática según las condiciones ambientales y el comportamiento del cliente. Esto no solo mejora la eficiencia energética, sino que también puede crear experiencias de compra más dinámicas y personalizadas.
→ Iluminación dinámica. A fin de recrear las condiciones variables de la iluminación que se producen en el entorno natural, se ha introducido el concepto de iluminación dinámica. Se trata de un sistema que busca emular estas características proporcionando luz fría por la mañana y más cálida por la noche en una transición gradual. De esta forma, las tiendas pueden crear un ambiente más acogedor y estimulante, lo que puede aumentar el tiempo de permanencia de los clientes y fomentar una sensación de bienestar general. Además, mejora la percepción del color y la textura de los productos resaltando la calidad observada de los mismos y mejorando la satisfacción del cliente.
Referencias:
1 MAN, D. & OLCHAWA, R. (2018): “The Possibilities of Using BCI Technology in Biomedical Engineering”.
2 SUMMERS, T.A. & HEBERT, P.R. (2001): “Shedding some light on store atmospherics: Influence of illumination on consumer behavior”.
3 ARENI, C.S. & KIM, D. (1994): “The influence of in-store lighting on consumers’ examination of merchandise in a wine store”.
4 BELLIZZI, J. A., CROWLEY, A. E., & HASTY, R. W. (1983): “The effects of color in store design”.
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