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#110 Junio 2023

La revolución de la inteligencia híbrida

Los extraordinarios avances que ha experimentado la inteligencia artificial (IA) nos brindan una gran oportunidad para transformar la forma en la que trabajamos.

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Hoy, las personas quieren trabajar más desde su casa que antes de la pandemia. Pero, el requisito fundamental para que la experiencia laboral sea fluida tanto si hacen home office como si asisten a la oficina de forma presencial, es proporcionar la tecnología adecuada para asegurar una colaboración eficaz, reunirse, comunicarse y compartir información desde cualquier lugar.

Porque, lo cierto es que, a pesar de lo estratégico que resultó ser durante la crisis sanitaria de los últimos años, el trabajo remoto no estuvo exento de inconvenientes. La mala conectividad, los riesgos de seguridad y la dificultad para encauzar los flujos de trabajo adecuadamente afectaron a muchas empresas mientras intentaban capear el temporal.

Para que el trabajo híbrido pueda prosperar en el mundo posterior a la pandemia sin comprometer la experiencia, la productividad o la seguridad, las organizaciones deben respaldar la capacidad de su fuerza laboral con la tecnología adecuada para trabajar desde diferentes ubicaciones, ya se trate de la oficina, el hogar o terceros lugares.

Los extraordinarios avances que ha experimentado la inteligencia artificial (IA) nos brindan una gran oportunidad para transformar la forma en la que trabajamos facilitando el apoyo necesario para las tareas fundamentales que hoy requieren los modelos híbridos: comunicación, colaboración, gestión del flujo de trabajo, seguridad. Pero, dado el enorme potencial que conllevan estos nuevos avances, será preciso garantizar que la tecnología se implemente de manera responsable y equitativa preservando la seguridad de los datos y la privacidad de los usuarios.

Sin embargo, la revolución de la IA recién está comenzando. Su poder transformador no solo creará oportunidades de crecimiento e innovación que se extienden más allá de los límites de la oficina tradicional; también redefinirá el concepto mismo de trabajo.

La inteligencia será híbrida

En 2019, la Comisión Mundial de Ética del Conocimiento Científico y la Tecnología (COMEST) de la UNESCO definió la IA como “máquinas capaces de imitar determinadas funcionalidades de la inteligencia humana, incluidas características tales como la percepción, el aprendizaje, el razonamiento, la resolución de problemas, la interacción lingüística e, incluso, la producción de trabajos creativos”1.

Se trata de una disciplina científica que ya cuenta con varias décadas de crecimiento constante (nació oficialmente en 1956) y las tecnologías que de ella se derivan han contribuido a transformar el mundo. Las técnicas desarrolladas en el campo de la IA son numerosas y ubicuas (lingüística computacional, procesamiento de lenguaje natural, robótica, sistemas de control, simulaciones, medicina, industria, minería de datos, etc.).

Cuando un problema es resuelto mediante la tecnología la solución se incorpora en diversos ámbitos de la industria y la vida cotidiana, pero la percepción popular se olvida de su origen o lo ignora. Un fenómeno que ya anticipaba Mark Weiser, el ideólogo de la computación ubicua, en la década del 902: “Las tecnologías más profundas son las que desaparecen. Se entretejen en la trama de la vida diaria hasta hacerse indistinguibles de ella […]. Su presencia constante y cotidiana ya no requiere una atención activa”.

Sin embargo, la tecnología informática –a diferencia de otras como la escritura, tal vez la primera tecnología de la comunicación– aún no ha llegado allí. Los dispositivos actuales han convertido la pantalla en un foco de atención muy exigente.

No obstante, coexistimos con la IA desde hace ya varias décadas: asistentes virtuales, chatbots, reconocimiento facial, gestión del espacio, detección de patrones, sugerencias personalizadas basadas en el historial previo, motores de búsqueda, traductores automáticos, gestión del conocimiento. Y estos son algunos de los ejemplos con los que convivimos a diario.

En el ámbito laboral, los especialistas aseguran que la revolución de la IA involucrará a humanos y máquinas trabajando juntos. Esto dará origen a una “inteligencia híbrida” organizada en torno a equipos integrados por personas y máquinas capaces de aprovechar sus habilidades complementarias. Así, mientras que los humanos podemos aportar creatividad, intuición, empatía y ética, los sistemas basados en IA pueden proporcionar velocidad, precisión y consistencia. Una gran opción que nos permitirá liberarnos de las tareas repetitivas y tediosas para dedicarnos a aquellas con más valor agregado.

Los beneficios de la IA en el trabajo híbrido

Con la creciente adopción de la modalidad híbrida que combina el trabajo remoto con la presencia en la oficina, la tecnología es un factor clave para asegurar que los colaboradores tengan la posibilidad de trabajar desde diferentes locaciones con una experiencia óptima y sin afectar su productividad y seguridad. A continuación analizaremos cómo la IA puede transformar el entorno laboral considerando su impacto en diferentes áreas.

La eficiencia, mejorada. Los sistemas basados en IA pueden automatizar tareas rutinarias y repetitivas (procesamiento de grandes volúmenes de datos, organización de archivos, gestión de correos electrónicos, etc.), lo que les brinda a los trabajadores una mayor disponibilidad de tiempo y esfuerzo para enfocarse en tareas más estratégicas y creativas, lo cual puede aumentar la eficiencia y la innovación.

Optimización de la comunicación. Uno de los componentes esenciales del trabajo híbrido son las reuniones virtuales. Para comunicarse de manera efectiva es necesario poder ver a los interlocutores, interpretar sus reacciones, comprender el contexto y sentirse parte de la discusión. Cuando compartimos la misma sala, entendemos implícitamente todos estos aspectos. Pero, en las reuniones híbridas mediadas por tecnología se amplifican las dificultades en la percepción.

Una solución a este problema puede ser el uso de un sistema de múltiples cámaras guiadas por IA, capaz de brindar la mejor vista de los participantes en todo momento. Incluso en espacios configurados en open plan y salas con frentes vidriados, estos dispositivos excluyen de manera inteligente a las personas que se encuentran fuera de un límite definido como”zona de reunión”.

La IA aplicada al audio también ayuda a garantizar que solo se transmita el discurso de los participantes eliminando el ruido de fondo, independientemente de qué tan lejos esté el orador del micrófono. En algunas plataformas también es posible acceder a traducción en tiempo real y subtítulos en más de 100 idiomas.

Incremento de la productividad.Los sistemas basados en IA pueden ayudar a los empleados a optimizar su tiempo y realizar tareas de manera más rápida y precisa. Los asistentes virtuales, por ejemplo, pueden programar reuniones, enviar recordatorios o realizar búsquedas en internet, permitiendo que los empleados se centren en labores más importantes. Los chatbots y sistemas de recomendación inteligentes ofrecen respuestas rápidas, información relevante y soluciones eficientes para los desafíos diarios mejorando la productividad individual y colectiva.

Ciberseguridad más eficiente. Las herramientas impulsadas por IA ayudan a garantizar la seguridad y la privacidad de los trabajadores remotos al detectar y prevenir ataques cibernéticos. Además, pueden cifrar datos para salvaguardar la información confidencial asegurando que todo el plantel, independientemente de su ubicación, pueda acceder y compartir los recursos de la empresa sin comprometer la seguridad3.

Pero, también hay riesgos

Si bien la implementación de los sistemas basados en IA reporta grandes beneficios en el contexto del trabajo híbrido, es importante reconocer y abordar los riesgos potenciales asociados con la adopción generalizada de esta tecnología.

Uno de los principales es la posibilidad deincluir sesgos (errores o desviaciones en la interpretación de la realidad) en los algoritmos de IA. Dado que los sistemas se entrenan con grandes cantidades de datos, pueden aprender y perpetuar inadvertidamente los sesgos existentes en ellos. Esto podría conducir a patrones de actuación indeseables tales como el racismo, la infrarrepresentación de la diversidad, la exclusión por motivos socioeconómicos o la uniformidad cultural4.

Otro de los riesgos más temidos es el potencial de la IA para reemplazar ciertos empleos. A medida que avance el desarrollo de estas tecnologías, las tareas que antes requerían intervención humana podrían ser asumidas por algoritmos y robots, lo que llevaría a la reducción de puestos de trabajo en algunas áreas. Si bien la automatización puede generar eficiencia y productividad, también plantea preocupaciones sobre el impacto en el empleo y la necesidad de proporcionar capacitación y reubicación laboral para quienes se vean afectados.

Además, existe la preocupación de que la IA pueda monitorear y recopilar datos personales de los empleados sin su conocimiento o consentimiento, lo que plantea desafíos éticos y legales en términos de privacidad.

Referencias:

1 UNESCO (2019). “El aporte de la inteligencia artificial y las TIC avanzadas a las sociedades del conocimiento”.

2 WEISER, M. (1991). “The Computer for the 21st Century”.

3 TSIPURSKY, G., (2023): “The AI Revolution Transforming Hybrid And Remote Work And The Return To Office”.

4 SURESH, H. & GUTTAG, J. (2021): “A Framework for Understanding Sources of Harm throughout the Machine Learning Life Cycle”.


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