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#109 Mayo 2023

La tecnología en el aula

Un catalizador para el cambio y la implementación de nuevos métodos de enseñanza tanto dentro del aula como en un entorno completamente virtualizado

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Una publicación de Contract Workplaces


Debido a su naturaleza ubicua y a su asequibilidad, la tecnología ha irrumpido en casi todas las actividades del mundo actual. La cantidad de dispositivos móviles que brindan oportunidades de conexión a millones de personas en distintos contextos aumenta continuamente. Y, si bien todos estamos expuestos al crecimiento tecnológico, son las nuevas generaciones de nativos digitales las que están más involucradas en este fenómeno a edades cada vez más tempranas.

Hoy en día, los estudiantes de todos los niveles tienen acceso a una variedad de dispositivos móviles que utilizan en su día a día y que no solo le dan forma a sus prácticas sociales y culturales, sino también a sus actitudes y expectativas en los entornos de aprendizaje. Esto ha generado nuevos paradigmas tanto en lo concerniente a la pedagogía como al diseño de los espacios educativos, los cuales deben adecuarse a la formación de las nuevas generaciones en un ambiente donde prima la tecnología.

Actualmente existen formas de aprendizaje y modos de interactuar con el conocimiento que antes no eran posibles. A través de las redes sociales y de Internet hoy se puede acceder a una inmensa cantidad de recursos e información sobre casi cualquier tema imaginable, lo que ha puesto las oportunidades de aprender en manos de los jóvenes. Y a esto se suma el surgimiento de tecnologías que hacen posible la creación de entornos más inmersivos e interactivos como la realidad virtual y la realidad aumentada, las cuales permiten explorar nuevas posibilidades para capacitarse de una manera más interactiva y segura.

Estas tecnologías brindan un nuevo enfoque para el aprendizaje y la formación. Pero, también posibilitan que la educación llegue a más estudiantes sin importar cuán aisladas estén sus comunidades, brindando inclusión y equidad en un mundo donde una enorme cantidad de niños no van a la escuela.

Además, la educación tecnológica es fundamental para el futuro laboral de los jóvenes; aquellos que no adquieran y dominen estas competencias pueden sufrir una nueva forma de analfabetismo digital que afectará su capacidad para desenvolverse de manera efectiva y para prosperar en la nueva economía del conocimiento.

Las nuevas herramientas

El modelo tradicional de educación, con el docente como única fuente de información y los alumnos como destinatarios pasivos del conocimiento, ya no se ajusta a las dinámicas de la era digital. Los recursos educativos hoy se han ampliado y suman material de estudio electrónico, espacios de aprendizaje social e informal, plataformas de gamificación, videos de YouTube, foros de discusión en línea, etc.

De acuerdo con las investigaciones1, algunas herramientas basadas en Internet que son de uso común en la cultura digital más amplia se ajustan perfectamente a las necesidades de aprendizaje actuales. Estas herramientas se pueden clasificar como de “primer orden” (blogs, wikis, redes sociales, notebooks, tabletas, pizarras interactivas, aplicaciones web, smartphones, proyectores, etc.) y ya se encuentran en muchos entornos de aprendizaje ricos en tecnología. Son los recursos digitales de la llamada “web social” que facilitan la colaboración, la comunicación y la interactividad, –habilidades clave para desenvolverse con eficiencia en el siglo XXI– y abarcan muchas de las actividades que los estudiantes realizan fuera de la escuela. Estas herramientas constituyen una vía de acceso natural para la evolución del entorno de aprendizaje.

Otras tecnologías más disruptivas son de “segundo orden” (realidad aumentada, realidad virtual, juegos digitales y de consola, aplicaciones de programación, impresión 3D, etc.) y, aunque por ahora se mantienen en la periferia de los entornos educativos, están ganando fuerza y es probable que experimenten un mayor desarrollo en los próximos años.

Toda esta tecnología ha hecho posible la implementación de nuevos métodos de enseñanza tanto dentro del aula como en un entorno completamente virtualizado. El aprendizaje a distancia, que muchas escuelas se vieron forzadas a poner en práctica durante la pandemia de COVID-19, permite aplicar distintas modalidades para adaptarse a diferentes edades, estilos de aprendizaje y niveles de habilidad.

En el modelo híbrido, por ejemplo, algunos estudiantes asisten a clase en persona unos días a la semana mientras que otros se unen virtualmente usando herramientas de videoconferencia. La modalidad completamente online permite estudiar en cualquier lugar que tenga acceso a Internet sin necesidad de asistir en forma presencial. Esta modalidad puede ser más adecuada para estudiantes adultos que trabajan y tienen horarios exigidos, aunque también posibilita la inclusión de aquellos alumnos que viven en zonas remotas o en áreas de emergencia (guerras, epidemias, inclemencia climática, etc.), y de los que padecen enfermedades crónicas o discapacidades que dificultan su asistencia en persona.

El uso de la tecnología en el aula es un catalizador para el cambio que reporta grandes beneficios; mayor compromiso, motivación, colaboración, personalización, flexibilidad, inclusión e innovación, todas ellas competencias críticas para interactuar, producir y trabajar en el siglo XXI.

¿Qué hace falta en las aulas?

Sin duda, el desarrollo del mundo digital ha eliminado muchas barreras físicas en los entornos de aprendizaje haciéndolos más multifuncionales que nunca gracias a la implementación de diseños innovadores. Sin embargo, estos nuevos espacios necesitan cumplir con una serie de requisitos básicos para adaptarse a la tecnología dentro de las aulas. Algunos de estos requisitos incluyen:

Diseño flexible. El diseño de los espacios educativos debe contemplar la capacidad de transformarse y adaptarse a las necesidades de los estudiantes y los docentes de manera cómoda y sencilla. Esto implica que contará con múltiples recursos para garantizar su reconfiguración, la conectividad social y digital, y la personalización de sus componentes.

Mobiliario. El mobiliario también debe ser compatible con los dispositivos digitales, lo que puede incluir la incorporación de soportes para dispositivos móviles y de escritorio. De esta forma no solo se libera espacio en la superficie de trabajo; también permite ajustar las pantallas de manera personalizada para una población diversa.

Equipamiento tecnológico. Los espacios de aprendizaje modernos deben tener pantallas y proyectores de alta calidad que sean compatibles con los dispositivos digitales de todos los usuarios. Esto permite a los estudiantes y profesores compartir y presentar información de manera efectiva. Las pizarras y pantallas interactivas también hacen posible la colaboración digital en tiempo real, lo que mejora la participación en el aprendizaje activo. No obstante, las computadoras portátiles son la base para integrar la tecnología educativa en las aulas, así como también las tabletas y los smartphones que los alumnos llevan consigo.

Contar con micrófonos y altavoces puede ayudar a mejorar la comunicación, especialmente en espacios más grandes. Los auriculares, por su parte, ayudan a mitigar las distracciones en el aula, especialmente cuando se trabaja en forma individual.

→ BYOD. En las escuelas y universidades, BYOD (sigla en inglés de Bring Your Own Device) significa permitir que los estudiantes y docentes puedan llevar a las instituciones sus propios dispositivos personales (por ejemplo, computadoras portátiles, tabletas, teléfonos inteligentes) y utilizarlos para acceder a información, aplicaciones y servicios de apoyo al aprendizaje.

Para facilitar el soporte técnico y pedagógico los establecimientos pueden limitar los tipos y modelos de dispositivos autorizados o recomendar una especificación mínima. Esto puede incluir una restricción para la conexión de wearables (smart watches, fitness trackers, smart glasses, etc.) para no comprometer la seguridad de los datos personales.

Infraestructura de red y conectividad. Actualmente, la gran mayoría de los establecimientos educativos que cuentan con acceso a Internet lo destinan tanto a la gestión como al uso pedagógico.

De acuerdo con un informe de UNICEF2, la conectividad juega un papel esencial en el fortalecimiento de los sistemas educativos; los hace resilientes frente a eventos inesperados como la pandemia de COVID-19, y aptos para la era digital. Además, puede enriquecer la enseñanza en clase al proporcionar acceso a contenido de alta calidad, ofrecer formas de aprendizaje personalizadas para lograr mejores resultados, apoyar la inclusión al permitir el uso de tecnologías de asistencia y adaptación y llegar a estudiantes de zonas remotas o aisladas.

Pero, para que los estudiantes puedan aprovechar todas las oportunidades que brinda la tecnología, utilizar los dispositivos digitales y acceder a recursos en línea se requiere una infraestructura de red sólida y confiable. Para ello, los espacios de aprendizaje deben estar equipados con una conexión a internet de alta velocidad y puntos de acceso Wi-Fi que soporten una carga considerable de dispositivos, especialmente si se aplican políticas de BYOD.

→ Seguridad. El uso de recursos pedagógicos basados en Internet implica considerar seriamente la seguridad para proteger a los estudiantes de posibles riesgos en línea. Para ello será necesario contar con herramientas y estrategias de seguridad que garanticen a toda la comunidad educativa el acceso confiable a la información y los materiales en línea de manera fácil y segura. Esto puede incluir sistemas de autenticación robustos, una red privada virtual (VPN) cuando los estudiantes utilizan dispositivos BYOD y el uso de servicios basados en una nube privada para proporcionar acceso seguro a los contenidos desde cualquier lugar con acceso a Internet.

→ Áreas de recarga. Los estudiantes y los profesores necesitarán poder cargar sus dispositivos durante el día. Los espacios de aprendizaje que incorporan el uso intensivo de la tecnología deberán tener suficientes puntos de carga y tomacorrientes para satisfacer esta necesidad. Para ello será útil proporcionar tomas a la altura de la superficie de trabajo para los dispositivos portátiles.

Referencias:

1 GROFF, J. (2013): “Technology-Rich Innovative Learning Environments”.

2 UNICEF (2021): “Connectivity in education: Status and recent developments in nine non-European Union countries”.


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