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#100 Noviembre 2021

Jóvenes que codiseñan el futuro

Crear entornos de aprendizaje para las nuevas generaciones exigirá respuestas y estrategias distintas a todo lo que veníamos viendo.

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Una publicación de Contract Workplaces


En poco tiempo, la población mundial estará dominada por la Generación Z, el primer contingente de verdaderos nativos digitales que se incorpora al mercado laboral. Y este cambio demográfico traerá nuevos desafíos para trabajar, colaborar y aprender de una manera diferente. Crear entornos de aprendizaje para estas generaciones exigirá respuestas y estrategias distintas a todo lo que veníamos viendo.

Mariana Maggio, pedagoga, tecnóloga educativa, docente de la carrera de Ciencias de la Educación en la Universidad Buenos Aires y Directora de Programas Académicos para Microsoft en Latinoamérica, nos transmitió en esta charla de la primera jornada de Worktech21Latam su visión sobre cuál será el rol que tendrán los jóvenes para pensar el futuro junto con la necesidad de reinventar las prácticas de aprendizaje.  

Porque lo cierto es que el mundo está cambiando a una gran velocidad y es preciso tener en cuenta las nuevas tendencias a la hora de educar y de generar experiencias que tengan valor y significado en este nuevo contexto; que se conecten con lo que las personas  hacen cuando están fuera de las organizaciones: cuando aprenden, cuando juegan, cuando socializan. Esto tiene profundas resonancias en las prácticas formativas y de aprendizaje que suceden en todos los ámbitos, asegura Maggio.

En la cotidianidad, las personas solemos vivir situaciones de intermitencia on line-off line; estamos acá pero, al mismo tiempo, estamos al otro lado. Usamos múltiples aplicaciones combinadas; registramos prácticamente todo lo que nos sucede y lo vamos subiendo a las redes; vivimos experiencias tales como los juegos, donde los caminos no son únicos ni lineales. 

La idea, entonces, consiste en llevar todos estos elementos a la práctica de la enseñanza junto con una dimensión extra relacionada con la posibilidad de pensar en problemas reales. Porque las personas aprenden cuando quieren resolver algo. Esto orienta su búsqueda, las invita a pensar y las desafía en lugar de obligarlas a repetir textos que, a veces, fueron escritos hace muchísimo tiempo.

Maggio apunta que es preciso ir más allá del saber establecido. Hay que crear conocimiento original orientado hacia un problema para el cual no hay una respuesta escrita ni un único libro que resuelva cómo hacerlo bien. De esta forma se generan enseñanzas que son más perdurables y quedan como experiencias. 

En el año 2019, antes de la pandemia, Alessandro Baricco planteaba en su libro “The Game” que lo que hoy estamos viviendo no es tanto una revolución tecnológica como una revolución mental que, obviamente, tiene tramas tecnológicas y culturales, pero que está definida por otro tipo de marca. 

Baricco sugiere que la revolución mental comenzó el día en que dejamos de jugar al metegol y empezamos a jugar Space Invaders. En ese momento, la configuración del sujeto se convirtió en “sujeto-teclado-pantalla”. Más tarde, con la llegada de los teléfonos inteligentes, el teclado desapareció de la ecuación y esa pantalla táctil con todas sus aplicaciones se transformó en la entrada al juego, The Game, como titula su libro Baricco.

Pero, además, hay otras cuestiones para tener en cuenta. Este mundo del juego tiene un motor físico y un motor virtual a los que el autor apela como un mundo y un ultramundo que sostienen la realidad. La pregunta es: ¿estamos construyendo experiencias formativas capaces de capturar la fuerza de este doble motor? 

Mariana Maggio afirma que algunas expresiones de la cultura han logrado hacerlo y menciona la trama de ciertas series de televisión –por ejemplo, la alemana “Dark”– construidas tan lejos de la linealidad que se convierten en objetos de difícil comprensión pero que, al mismo tiempo, despiertan el deseo y la pasión por entender. Para lograr este objetivo los jóvenes discuten los posibles significados en las redes sociales, construyen infografías, líneas de tiempo, etc.

¿Cómo se pueden producir experiencias de este tipo, experiencias que nos lleven a desear colaborar y comprender a la manera de una inteligencia colectiva, una de las marcas de la época actual?

En enero de 2020, cuando llegó la pandemia con toda su carga de dolor, sufrimiento e incertidumbre, tanto el sistema educativo como el resto de las organizaciones se vieron conmocionadas por el cierre de los edificios, lo cual no fue un impedimento para seguir educando y trabajando, aunque con alteraciones tremendas desde el punto de vista cultural, organizacional, político e institucional. 

Hoy en día, con una situación de mayor apertura, Mariana cree que empieza a vislumbrarse un camino más claro en términos de lo híbrido. Surge la idea de que tal vez ya no se trata de una conmoción que empezó puntualmente en un momento y puede terminar. Es  algo que llegó para quedarse.

Nos cuenta que Jorge Carrión, en un interesantísimo diario de pandemia que se llama “Lo viral”, profundiza en las tendencias que se venían desarrollando, ya no en las series de televisión o en los videojuegos en línea, sino en lo que hacemos todos los días a través de los teléfonos celulares: compartimos audios, microvideos, hilos de Twitter, historias de Instagram, performances en Tiktok. 

Aquí se puede empezar a reconocer el germen de un modo de hacer, de comprender y de aprender que no es privativo del sistema educativo. A la hora de formar a los jóvenes, muchas organizaciones se encuentran casi con un de choque de culturas al enfrentar las características de las experiencias cotidianas de las nuevas generaciones –que tienen rasgos sintéticos, efímeros y audiovisuales, y que buscan ser fundamentalmente virales– con la tradicional cultura formativa que sigue siendo profundamente letrada y extensa, con tendencia a lo perdurable. 

A la luz de todas estas evidencias, Mariana Maggio nos dice que llegó el momento de un cambio profundo, de un proceso de reinvención que ya no puede esperar. 

En su nuevo libro “Educación en pandemia”, ella misma nos ofrece un marco para pensar cómo capturar toda esta fuerza asumiendo que las personas se mueven al mismo tiempo en los mundos físico y virtual. Y, además, remarca la necesidad de acabar con la cultura de la repetición de un saber construido hace mucho tiempo y que hoy es anacrónico. 

Tenemos que poder pensar con estos jóvenes que producen y crean, afirma, pero ¿los estamos invitando a crear en nuestras organizaciones? ¿Qué tipo de trabajo les estamos ofreciendo? ¿Qué tipos de roles les estamos asignado? Y, sobre todo, ¿cómo hacemos para que esas creaciones tengan la fuerza de lo colectivo, uno de los rasgos más importantes de esta época? 

Se siguen formando individualidades y pensando en dinámicas que, implícitamente, tienen que ver con lo individual. Sin embargo,  lo que más valoran los jóvenes es el encuentro, la posibilidad de colaborar, de estar con el otro, de crear juntos. Hoy, el desafío es hacerlo simultáneamente en el mundo virtual y físico. 

La propuesta de Mariana es que el codiseño tiene que ser invitado a la mesa como una de las habilidades centrales que necesitaremos. Cuando hablamos de las competencias que la gente precisa para estar incluida plenamente en la Economía del Conocimiento del siglo XXI y en la transformación digital, hablamos de comprensión, pensamiento crítico, creatividad,  comunicación. Sin embargo, dentro del mundo del trabajo debemos empezar a pensar muy seriamente en el camino del codiseño para crear nuevas soluciones en un mundo con tantos problemas por resolver.

Por otra parte, en estos días estamos escuchando hablar mucho del Metaverso. Desde Microsoft, empresa en la que Mariana es Directora de Programas Académicos, la propuesta para este nuevo paradigma es Mesh, una herramienta que seguramente va a cambiar nuestra forma de trabajar y de relacionarnos dentro del mundo laboral. Pero, la pregunta que se plantea desde su visión de pedagoga es: ¿quiénes van a crear estos universos de Metaverso que tienen el doble motor que anticipaba Baricco? ¿Estamos formando a los jóvenes para vivir en este mundo y que sean ellos quienes codiseñen mejores alternativas? 

La idea que Mariana Maggio nos deja con su charla es que, lo que sea que venga en el futuro tiene que tener una mirada renovada, más comprensiva e inclusiva, y eso se logrará si convocamos a los jóvenes para pensar el futuro y abordar los problemas que ya teníamos y se profundizaron con la pandemia.


Mientras la rueda sigue girando, el mundo avanza en constante transformación. En el umbral de un nuevo paradigma laboral, nos Read more

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