Brindar diversas opciones entre lo físico y lo digital hará que cada uno encuentre el entorno que necesita para rendir al máximo.
Una publicación de Contract Workplaces
A medida que la digitalización del sector financiero se convirtió en una prioridad, también transformó la forma de trabajar. La cultura laboral bancaria, tradicionalmente jerárquica y rígida, debió adaptarse a modelos más flexibles, colaborativos y tecnológicos. Se incorporaron metodologías ágiles, los equipos se volvieron multidisciplinarios y el trabajo remoto dejó de ser una excepción para convertirse en una práctica habitual. La pandemia de COVID-19 aceleró este proceso, demostrando que muchas tareas podían realizarse desde cualquier lugar sin perder eficiencia.
Este cambió no solo transformó los perfiles demandados –de financieros tradicionales a programadores, diseñadores de experiencia del cliente y especialistas en datos–, sino que también alteró la organización de los espacios de trabajo. Lo que antes era un entorno presencial, estructurado y jerárquico, hoy se abre a modelos donde conviven el teletrabajo, los equipos distribuidos y nuevas generaciones con expectativas muy distintas. Como resultado, los bancos rediseñaron sus oficinas, orientándolas más hacia la colaboración y la creatividad que al control y la supervisión.
Este proceso, sin embargo, no ha estado exento de desafíos: implicó adaptaciones culturales profundas y una constante reconversión de habilidades. La pregunta sigue en pie: ¿cómo acomodar esta diversidad de talento y modos de trabajo en un solo espacio?
Aunque la transformación del empleo en el sector financiero se aceleró en los últimos años, es una tendencia que lleva tiempo gestándose, impulsada por la innovación y la digitalización. Esto ha modificado de raíz la composición del capital humano.
En la banca del siglo XX, el talento clave era el experto en finanzas. Con la digitalización, este esquema cambió: de la atención presencial se pasó al chatbot, las notificaciones en la app, la personalización de servicios y la resolución de problemas en tiempo real. Hoy, las entidades financieras demandan más perfiles tecnológicos vinculados con la banca digital:
• Ingenieros y programadores para crear plataformas digitales seguras y escalables. Se proyecta un aumento del 86% en la demanda de estos profesionales en los próximos cinco años1.
• Analistas de riesgos y especialistas en Big Data capaces de identificar amenazas cibernéticas y fraudes, y de gestionar grandes volúmenes de datos para análisis predictivo y personalización. Su demanda crecería más de 110% entre 2025 y 20302.
• Diseñadores UX/UI, capaces de construir experiencias digitales intuitivas. Están entre los 15 trabajos de mayor crecimiento, con un alza estimada del 40%2.
• Científicos de datos que convierten información en decisiones estratégicas, impulsados por los avances en IA y el procesamiento masivo de datos.
• Expertos en comunicación digital y marketing, indispensables para sostener la relación con los clientes en entornos virtuales.
Al mismo tiempo, la redistribución de trabajadores tras el cierre de sucursales y los cambios en la atención al cliente ha reducido los roles tradicionales. Según el World Economic Forum, los cajeros y administrativos están entre los que más declive sufrirán a nivel global. Esta reconfiguración exige estrategias de upskilling y reskilling para dotar al personal de nuevas competencias.
El resultado es una fuerza laboral diversa en formación, intereses y formas de trabajo: profesionales tecnológicos que deben convivir con perfiles financieros clásicos como asesores, analistas de riesgo y gerentes de inversión.
La transformación laboral también redefinió los espacios. Una oficina diseñada para un único modelo –escritorios fijos y salas de reuniones convencionales– no logra satisfacer las necesidades de un programador que requiere concentración, un diseñador que necesita colaboración visual o un gerente financiero que busca confidencialidad.
Entre los perfiles tecnológicos predomina el modelo híbrido, con un porcentaje menor en la modalidad presencial y remota3. Pero, ciertos roles aún requieren el trato en persona para la interacción con clientes. El desafío es diseñar entornos flexibles que permitan la coexistencia de distintos estilos laborales. El layout debe ofrecer una variedad de opciones: concentración individual, reuniones de equipo, llamadas privadas o dinámicas de cocreación. Algunas de las soluciones incluyen:
→ Zonas flexibles y reconfigurables.Los espacios deben poder adaptarse según la necesidad: una reunión rápida de pie, un taller con pizarras móviles o un proyecto que requiere concentración. El mobiliario modular y los espacios que pueden dividirse o ampliarse aportan versatilidad.


→ Cabinas de videollamadas. Para que las videollamadas no se tornen invasivas, se requieren cabinas insonorizadas y bien equipadas. Así se pueden mantener conversaciones privadas sin molestar al entorno.
→ Focus pods y áreas de concentración. Están destinados a quienes necesitan trabajar sin distracciones en espacios individuales, silenciosos y aislados, aun en espacios abiertos.


→ Áreas de colaboración creativa. Son ideales para los equipos de innovación que trabajan mejor en entornos dinámicos, con pizarras, pantallas compartidas y espacio para moverse.
→ Espacios insonorizados para conversaciones sensibles.Permiten mantener reuniones con clientes o discusiones de riesgo sin comprometer la privacidad.


→ Conexión fluida entre lo físico y lo digital. El espacio debe integrar tecnología con una conectividad robusta y ubicua en todo el entorno.
Hoy, las oficinas del sector financiero se han convertido en un ecosistema que reconoce la diversidad de estilos y necesidades de los colaboradores. Algunos valoran el silencio absoluto; otros, la interacción constante. Algunos trabajan de forma remota y acuden solo a reuniones puntuales; otros requieren contacto frecuente.
La clave no es uniformar, sino habilitar la pluralidad. La oficina debe ser flexible, reconfigurable y multifuncional, un espacio donde lo físico y lo digital se integren de manera natural y cada profesional encuentre el entorno que necesita para rendir al máximo.
La transformación laboral del sector financiero no es una tendencia pasajera, sino un cambio estructural que llegó para quedarse.
Referencias:
1 RANDSTAD (2025): “Cómo las fintech están transformando el empleo en el sector financiero”.
2 WORLD ECONOMIC FORUM (2025): “Future of Jobs Report 2025”.
3 O’NEILL, O. (2024): “Hybrid Workplaces: Are They Now Viable for Financial Services?”
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