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#122 Julio 2025

Bayer, la química del trabajo humano

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Una publicación de Contract Workplaces


Hasta hace poco tiempo, las oficinas en Bogotá del gigante químico alemán Bayer estaban emplazadas en una zona industrial, retiradas de los centros corporativos de la ciudad. Esta ubicación periférica llevó a la empresa a considerar una relocalización en una zona más favorable.

La elección para la nueva sede recayó en la Torre Sapiencia, una moderna construcción de diez pisos desarrollada por la Universidad Javeriana. Se trata de un edificio para usos mixtos de categoría AAA, ubicado en un área destacada del norte de Bogotá y cercano a los sistemas de transporte público.
Para materializar este cambio, la empresa confió a Contract Workplaces el desarrollo del proyecto de sus nuevas oficinas, el cual se llevó a cabo sobre una superficie de 2.500 m² distribuidos en tres pisos.

El diseño espacial se ajustó al concepto de Next Normal Office, una estrategia adoptada por Bayer para sus espacios de trabajo en todo el mundo que refleja las nuevas demandas y expectativas de los empleados después de la pandemia: flexibilidad para elegir cuándo y dónde trabajar, aportar valor a la colaboración en la oficina y contar con espacios que se adapten a diferentes estilos de trabajo. No obstante, no se trata de una solución estándar, sino que se adapta localmente de acuerdo con los requisitos y la idiosincrasia de cada país. En este contexto, donde la tecnología comienza a asumir funciones tradicionalmente humanas, el diseño cobra una dimensión más profunda: recuperar el valor del encuentro físico como un generador de vínculos, confianza y creatividad compartida.

Con esta base, junto con el programa de necesidades y los ratios de los diferentes usos del proyecto aportados por el cliente, se desarrolló un diseño conceptual basado en una analogía con la química orgánica al que se dio en llamar “sistema sostenible”.

La idea parte de una circulación longitudinal en zigzag, inspirada en la unión de las moléculas, que va conectando distintas zonas de trabajo –áreas colaborativas, puestos de trabajo no asignados, salas de reuniones componibles y de distinto formato, phone booths, copy points, biblioteca, cafetería, zonas para el trabajo colaborativo y de concentración, espacios multifuncionales, áreas de descanso y de encuentro informal– para cubrir todas las necesidades y los distintos estilos de trabajo. Estos espacios funcionan como catalizadores de la química social y la interacción espontánea en un entorno cada vez más mediado por lo digital. Y a diferencia de los esquemas tradicionales con puestos asignados, la única pertenencia con la que cuentan los colaboradores es un locker donde pueden guardar sus efectos personales y material de trabajo.

En la estética del proyecto y la elección de los materiales se tuvo en cuenta el concepto de biofilia, por lo que las texturas y tonos predominantes son los de la madera y el ladrillo presente en la fachada del edificio. La circulación en zigzag está marcada por un piso vinílico símil madera enfatizada por el cielorraso suspendido y la iluminación lineal. Por su parte, los cambios de tono en la alfombra ayudan a delimitar las diferentes áreas y aportan dinamismo y calidez.

Los toques cromáticos se reservaron para acentuar las divisiones, la gráfica aplicada y las placas acústicas hexagonales suspendidas, otra alusión a la forma de las moléculas. Las plantas de interior distribuidas estratégicamente aportaron color y vitalidad al espacio. Con estas decisiones materiales y sensoriales no solo se persiguió el bienestar de los colaboradores; también se buscó reforzar una noción de identidad colectiva, emocionalmente significativa, frente a una era marcada por la automatización.

Para ampliar la cantidad de colaboradores que puedan interactuar cómodamente con el entorno y brindar mejores experiencias, se adoptaron algunas estrategias orientadas a la integración de todo el personal. Por ejemplo, se contempló el ancho de la circulación y el acceso a una de las salas de reuniones para permitir el ingreso de personas con movilidad reducida. En una de las plantas, también se construyeron baños que no están separados por género y son de acceso universal; esto quiere decir que admiten a todas las personas con todo tipo de necesidades.

La estrategia adoptada en esta nueva oficina aportó una gran dinámica espacial, mayor flexibilidad frente a las nuevas demandas y un aumento de la colaboración entre las personas. El resultado cumplió ampliamente los estándares de Bayer a nivel global, pero con una imagen y personalidad propias. Una arquitectura que reconoce el potencial de la tecnología, pero que reafirma el rol insustituible de lo humano en la creación de valor.


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