Cuáles son los desafíos actuales y las herramientas tecnológicas que nos ayudarán a sumar valor y a transformar problemas en oportunidades
Una publicación de Contract Workplaces
Martín Sciarrillo es CTO de Microsoft Argentina. Desde esta posición, uno de sus objetivos es incorporar a la vida de sus clientes lo mejor de la inteligencia artificial para que la creación de negocios y modelos comerciales más potentes sea más fácil.
En la charla que brindó en el marco de Worktech Latam 2022 en Buenos Aires, Martín abordó los desafíos que hoy debemos afrontar y describió algunas de las herramientas que nos ofrece la tecnología para ayudarnos a sumar valor y a resolver problemas comunes a todas las industrias. Aplicó estas ideas a lo que denomina “la paradoja del trabajo híbrido” y explicó qué es la perseverancia digital y cuáles son los enfoques que se están trabajando desde la industria para abordar el Metaverso.
Actualmente estamos viviendo tiempos de extrema convergencia tecnológica, comenzó diciendo. La pandemia de COVID-19 fue una bisagra a partir de la cual cayeron muchas barreras y, como consecuencia, algunas industrias que se negaban a mirar el mundo digital como un instrumento que podía mejorar sus problemas, desaparecieron de un día para el otro. Pero, aunque parezca un fenómeno reciente, ya se hablaba de transformación digital desde la invención de las primeras computadoras, lo cual indica que se trata de un proceso continuo en el tiempo que nosotros vamos resignificando conforme nuestros problemas cambian. Por esto, Martín prefiere hablar de ‘aceleración digital’.
Durante la crisis sanitaria, la adopción de algunas de soluciones tecnológicas se volvió gigantesca de la noche a la mañana; todo el mundo necesitaba una manera de comunicarse durante los confinamientos y esto hizo que muchas industrias tuvieran que repensar la manera en que operaban. Y aunque la pandemia aceleró la adopción tecnológica en al menos cinco años, Martín estima que el cambio fue mucho más profundo.
Este contexto fue el caldo de cultivo, la piedra angular de todo lo que estamos viendo ahora. Pero,¿cuál fue el catalizador de esta acelerada evolución de la tecnología? Hoy en día existe una gran cantidad de proveedores que ofrecen diferentes servicios en La Nube, lo que permite que una pequeña empresa pueda disponer de las mismas prestaciones tecnológicas que una gran compañía que invierte millones de dólares. Esto significa una democratización absoluta del acceso a la tecnología.
A esto hay que sumarle la inmensa cantidad de dispositivos conectados a Internet que existen en la actualidad. La consultora Gartner estima que, al día de hoy, hay 14 billones y, obviamente, esta cifra se va a ir incrementando cada vez más. De hecho, se cree que para 2030 va a haber más del doble de dispositivos conectados, alrededor de 30 billones. Esto genera un patrimonio digital gigantesco. Y no se trata solamente de los dispositivos que cada uno de nosotros utiliza en la vida diaria (el smartphone, la notebook o la tablet) sino también de los sensores presentes en un contexto industrial, en una línea de producción, en un campo, en las cámaras de seguridad de una ciudad, en los diferente dispositivos de monitoreo, etc. Esta presencia digital cada vez más grande y ubicua constituye una gran oportunidad.
Retomando la idea que presentó al comienzo de la charla, Martín afirma que la paradoja del trabajo híbrido nos muestra que hoy existe casi la misma cantidad de personas que quieren seguir trabajando de forma remota para mantener los beneficios que significa, que de aquellos que extrañan y anhelan la presencialidad y la interacción con colegas.
¿Por qué es una paradoja?, se interroga Martín. Porque esta nueva situación nos fuerza a tener que imaginar herramientas tecnológicas innovadoras que nos ayuden a alcanzar el objetivo de cumplir con el anhelo de mayor presencialidad cuando esta no sea posible (por cuestiones geográficas o falta de disponibilidad) sin que las interacciones personales se vean deterioradas. En este escenario el Metaverso adquiere mucho valor.
En este punto Martín aclara que el Metaverso es una construcción, no un producto que está listo para ser comercializado y consumido. Se trata de una idea que se va a ir construyendo, tal como ocurre con muchas otras ideas, y va a ir evolucionando. Lo interesante es cómo podemos utilizar esta idea del Metaverso en momentos de incertidumbre –ya se trate de una pandemia o de cualquier situación que pueda surgir en el futuro y que implique un grado volatilidad muy grande– y convertirlo en una oportunidad. Capitalizar las oportunidades y utilizar la tecnología para tratar de transformar la realidad nos puede ayudar a cambiar la realidad en sentido positivo.
A pesar de que la sociedad actual ya tiene un largo recorrido adoptando distintas tecnologías, los problemas fundamentales aún existen. Seguimos sin tener una capacidad efectiva para detectar ciertas cuestiones con la precisión adecuada y para tomar acciones al respecto. Estos temas pueden incluir desde la detección de determinados agentes climáticos para prevenir una crisis o de factores productivos en una línea de fabricación.
La perseverancia digital, entonces, se puede entender como la capacidad de las organizaciones para prosperar a pesar del riesgo, aprovechando y manejando la tecnología digital para lograr sus objetivos. Con la ayuda de la tecnología, incluído el Metaverso, podemos abordar algunos de los desafíos fundamentales de la sociedad que aún están sin resolver, asegura Martín.
Entendiendo que el Metaverso es un ecosistema de soluciones que nos permite conectar elementos y obtener una representación digital de ellos, ya se trate de personas, lugares, procesos y cosas en general, ¿cuáles son los enfoques posibles? Microsoft tiene tres miradas para el Metaverso que están enfocadas sobre todo en Cloud Gaming (orientada al consumidor), productividad y colaboración en entornos de trabajo (orientada al área comercial) y Metaverso industrial (orientada a la producción). Para aclarar el alcance del concepto de Metaverso, Martín se enfocó sobre el Metaverso industrial.
El Metaverso industrial no está tan orientado a la experiencia inmersiva, a la realidad virtual o a la realidad aumentada, sino que apunta a la integración de la tecnología como parte de una estructura más grande. Esto implica la utilización de datos e inteligencia artificial para mejorar los procesos productivos, la gestión del patrimonio digital antes mencionado y la forma en que toda la información que se genera nos puede ayudar a tomar decisiones.
Para lograr todo esto, el primer objetivo es conectar todos los dispositivos a fin de tener un flujo de datos moviéndose hacia La Nube, que es donde residen las capacidades para procesarlos y transformarlos en información útil. Una vez que los datos están conectados se transfieren a una tecnología de gemelos digitales. Al combinar toda esta información en un todo cohesivo se puede comenzar a simular el mundo real.
Cuando se puede dar acceso y visibilidad a las líneas de producción reuniendo diferentes datos de varios sistemas y sensores, los procesos industriales se vuelven más eficaces. Incluso se pueden hacer simulaciones en La Nube antes de fabricar un producto para luego producirlo de manera más eficiente, lo cual también implica una menor huella de carbono y menor utilización de recursos.
Hay quienes creen que el Metaverso industrial es un fenómeno que va a pasar de moda, que no va a sumar valor y que no tiene la capacidad para resolver ningún problema. Por el contrario, Martín cree que con este enfoque se pueden generar soluciones que nos permitirán tener mejores procesos y generar mayor colaboración con un alto grado de eficacia, lo cual ayuda a generar un círculo virtuoso entre diseño, construcción y operación. A partir de estas iteraciones se puede crear cada vez más valor para llegar al mercado más rápido y mejor.
Vivimos en una era en la que el tiempo prima por sobre todas las cosas; las resoluciones tienen que ser cada vez más rápidas, más automáticas y basadas en datos porque la toma de decisiones de los consumidores es instantánea y no deja margen para adaptar nuestros productos y servicios en largos procesos de brainstorming.
La disrupción no espera. Muchas grandes empresas que estuvieron décadas planeando y construyendo propuestas de valor se han visto sobrepasadas por compañías que han logrado entender a sus consumidores de manera más rápida, adaptando sus productos y servicios de manera más eficiente. Y no hay forma de lograrlo si no abrazamos un enfoque tecnológico.
Para concluir, Martín afirma que la tecnología tiene que servir para crear oportunidades, para ayudar a transformar problemas que hoy no tienen solución en desafíos a resolver. Cómo va a evolucionar este proceso, áun no lo sabemos. Pero, en definitiva, la adopción de la tecnología dependerá también de cómo la gente acepte estos cambios.
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