Mundo material: del concepto a la realidad

El diseño de un espacio comienza en la mente de quien lo concibe, pero se hace realidad y adquiere carácter a través de los materiales que lo componen. Así, las ideas y los conceptos se encarnan en los elementos del mundo físico para modelar un ámbito capaz de dar soporte a las actividades imaginadas dentro de ese espacio.

El mundo de los materiales ha experimentado un impresionante desarrollo desde la primera piedra que levantó el hombre hasta la actualidad. Los arquitectos de la Antigüedad conocían bien las características y propiedades de los elementos con los que trabajaban (el barro, la piedra, el basalto, el granito, etc.) gracias a la recopilación de datos empíricos sobre su comportamiento.

Pero, hoy, en la era de la producción en masa, es tarea de los diseñadores investigar las posibilidades que puede ofrecer la extensa gama de productos que surgen constantemente para conocer no solo sus propiedades físicas, sino también sus características sensoriales. Los materiales otorgan identidad al espacio a través de su temperatura, textura, densidad, permeabilidad, reflexión de la luz, elasticidad, etc.

El uso de diferentes materiales en el diseño de la oficina puede ayudar a las organizaciones a comunicar su identidad. Dado que la imagen corporativa se construye a partir de lo que la gente percibe y cree acerca de la organización en base a su experiencia y sus observaciones personales, el diseño del espacio físico puede transformarse en un poderoso vehículo para aumentar el compromiso afectivo tanto de clientes como de empleados. El uso intencional de recursos tales como la iluminación, el color y el equipamiento puede actuar como una herramienta estratégica para diferenciarse.

Es preciso tener presente que los materiales que van a configurar el espacio físico no son neutros; funcionan como elementos con significado y poder de comunicación, como disparadores de emociones y experiencias diversas. Representan el soporte material que debe sostener tanto el flujo de trabajo de la empresa como la forma en la que esta se expresa.

Eligiendo los materiales adecuados

Los materiales utilizados en la construcción de una oficina son tan importantes como la forma y el diseño de los espacios. La materialidad genera una gran cantidad de estímulos sensoriales que, lejos de ser una cuestión meramente estética, puede traer beneficios concretos que se traducen en una variedad de experiencias capaces de mejorar el estado de ánimo, el compromiso, el bienestar y la productividad de los trabajadores.

Lo cierto es que cuando pensamos en los materiales, solemos enfocarnos en sus propiedades más evidentes tales como el color, la textura y la geometría. Sin embargo, en la experiencia diaria percibimos cada elemento de diseño con mucha mayor profundidad asignándole significado y relevancia. Los materiales operan como símbolos que envían un mensaje tanto a los empleados como a los clientes y pueden afectar el ritmo de trabajo, la productividad el desempeño de la empresa.

A través la elección intencional de las propiedades de los distintos materiales, junto con el diseño del layout y la selección del equipamiento, se puede crear una atmósfera capaz de comunicar la imagen de la organización, al mismo tiempo que se satisfacen las exigencias de otras dimensiones del espacio de trabajo:

→ Look & feel. A través de la elección de la paleta tonal, las formas, las cualidades táctiles y la morfología de los distintos materiales se puede crear un clima capaz de transmitir la esencia del ADN de la empresa.

Actualmente, las nuevas formas de trabajo desdibujan el límite que separa el trabajo y la vida personal dando pié a una tendencia que impone a la oficina un diseño híbrido, entre residencial y comercial, con salas de reuniones que expresan un carácter hogareño, bares y áreas de descanso al estilo café.

La idea de un ambiente confortable, cercano y familiar donde la gente se siente cómoda y relajada se reproduce en diferentes ámbitos de la oficina a través de la elección de un equipamiento doméstico e informal, con texturas suaves y colores cálidos, materiales naturales y buena iluminación.

→ Identidad. En el mundo globalizado y transcultural de hoy existe un mayor impulso hacia lo subjetivo, las raíces y lo emocional. Para hacer visibles las diversas identidades del plantel será preciso elegir los materiales que conectan a los colaboradores con las tradiciones, la cultura, las historias y la producción artística regionales.

→ Contacto con la naturaleza. Como consecuencia del crecimiento de los grandes centros urbanos y la pérdida gradual del contacto con la naturaleza, ha comenzado un auge por la incorporación de elementos vegetales en los espacios interiores.

Los muros verdes, por ejemplo, pueden proporcionar barreras acústicas de alta calidad mientras evocan exuberantes entornos naturales con sus beneficios para la salud física y mental de los colaboradores. Además, el uso de materiales vivos y orgánicos tales como la madera, los musgos, los pastos y las plantas de interior se pueden utilizar de formas innovadoras para llevar el diseño biofílico a los espacios de trabajo.

→ Calidad del aire interior. Los materiales de construcción pueden emitir sustancias químicas que, en determinadas condiciones, alteran la calidad del aire interior afectando la salud y el bienestar de los ocupantes.

Entre los productos que pueden producir emisiones se incluyen materiales tan variados como los utilizados en muebles, revestimientos de pisos, placas de techo, pinturas, adhesivos, selladores etc. La mayor parte de estas emisiones están incluidas dentro del grupo de los compuestos orgánicos volátiles (COV), aunque también puede encontrarse amoníaco, radón, compuestos metálicos, polvo y fibras.

→ Sensorialidad. La experiencia del espacio es multisensorial, no solo visual. Los estímulos auditivos, hápticos u olfativos son capaces de crear condiciones ambientales complejas y variables que pueden incluir cambios sutiles en la temperatura y el flujo del aire, los aromas y la textura de las distintas superficies.

→ Sustentabilidad. Hoy, las personas no solo demandan un ambiente cómodo y relajado; también se preocupan por el impacto ambiental de los espacios donde trabajan.

La energía incorporada en un material –o su contenido energético– es una estimación de la energía necesaria para extraer las materias primas sumada a la utilizada para la fabricación del producto, el transporte hacia su destino final.

Por esto es conveniente elegir materiales de larga vida útil y bajo mantenimiento ya que suelen tener una menor energía incorporada; utilizar materiales autóctonos; reutilizar elementos tales como alfombras, mamparas, muebles y puertas; reciclar siempre que sea posible y diseñar para el desmontaje pues facilita la reutilización y el reciclaje.

→ Flexibilidad. En un contexto de cambio constante como el que vivimos, la flexibilidad es una condición muy apreciada. Para ello es necesario anticipar los usos futuros y elegir elementos que permitan la multifuncionalidad, la adaptación a diversos usos, la transportabilidad y la modularidad. Un buen ejemplo de esto son los muebles rodantes, las pizarras móviles o las alfombras modulares.

La flexibilidad aplicada a los materiales que componen el diseño de los espacios de trabajo brinda la posibilidad de modificar la configuración del layout de manera sencilla, siempre respetando los requerimientos técnicos tales como la aislación acústica y un buen aporte de luz natural.

→ Tecnología. Hoy, la tecnología ha llegado al interior de los propios materiales permitiéndoles cumplir funciones que están integradas en la sustancia misma de la materia.

Un ejemplo son los llamados “tejidos sensibles” fabricados con Celliant (una fibra que contiene partículas minerales) que se pueden utilizar para tapizar sillas, sillones, etc. En contacto con el cuerpo, este material aumenta el flujo sanguíneo, promueve la oxigenación celular y mejora la termorregulación corporal. Estos tejidos se están volviendo cada vez más populares para promover la salud y el bienestar general.

También existen soluciones divisorias tales como las cortinas acústicas que permiten reconfigurar el espacio de manera sencilla y rápida con una capacidad de amortiguación del ruido varias veces más alta que las cortinas tradicionales.

Sin dejar de mencionar algunos tipos de vidrio inteligente que permiten controlar la cantidad de luz que transmiten cuando se aplica una corriente eléctrica. Es muy útil en los divisores de salas de juntas para preservar la privacidad cuando están en uso, pero permitiendo las vistas y la entrada de luz natural cuando no es necesaria.