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Workplace Trends

Contract Workplaces
Si te encuentras en búsqueda de lo último que está pasando en materia de diseño de oficinas, estás en el lugar indicado. Te invitamos a sumergirte en las nuevas tendencias que abarcan temas de diseño, construcción de oficinas, tecnología, sustentabilidad, equipamiento, RRHH y management
Construcción de Oficinas Unilever Chile por Contract Workplaces

Las Nuevas Oficinas Corporativas de Unilever en Santiago de Chile

Las oficinas corporativas de Unilever Chile se encontraban ubicadas desde 1957 sobre la calle Carrascal en la comuna Quinta Normal, justo frente a su emblemática planta de producción de detergentes. Pero tras décadas ahí, la compañía decidió trasladarse a un edificio sobre Av. Las Condes y, a través del nuevo espacio, poder conectar departamentos que se encontraban esparcidos en las antiguas oficinas.

El anterior espacio de trabajo no permitía el flujo de interacción entre las distintas áreas que se encontraban repartidas en diferentes pisos e, incluso, en dos edificios separados, unidos mediante un puente que cruza la Av. Carrascal. Esto generaba una conexión bastante complicada, espacios de reunión subutilizados, gran presencia de oficinas privadas e insuficientes condiciones lumínicas y espaciales.

Esta disgregación, además de la necesidad de afrontar un cambio en la filial chilena para alinearse con el cambio de imagen de la marca a nivel global, fueron las causas de este gran proceso de transformación adjudicado -por medio de un concurso- a Contract Workplaces.

Diseño de Oficinas Unilever Chile por Contract Workplaces Diseño de Oficinas Unilever Chile por Contract Workplaces 1

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Las nuevas oficinas cuentan con 2368 m2 divididos en dos pisos, subdivididos cada uno en dos áreas conectadas entre sí por un hall central de ascensores.

El diseño partió de la necesidad del cliente de apoyar mediante el espacio a las nuevas formas de trabajo que se está proponiendo la multinacional, con formatos más ágiles, flexibles, modernos y digitales, de manera de fortalecer la integración de sus distintas áreas.

La idea fue lograr salas de reunión más eficientes, espacios dinámicos, flexibles para llevar la modalidad de trabajo hacia el Activity Based Working (trabajo basado en actividades).

El partido general, por la forma de la planta, se configura con los servicios y sala de reunión en el núcleo; kitchenette y áreas de reunión informal se colocaron en el centro y el open plan, se situó sobre el perímetro de la planta, aprovechando la vista e iluminación natural.

Se priorizaron como tipologías las salas de reuniones de tres y cuatro personas, los phone booths, quiet rooms y las salas de reuniones más grandes y dúctiles.

Construcción de Oficinas Unilever Chile por Contract Workplaces Oficinas Modernas de Unilever Chile por Contract Workplaces

Conceptualmente el proyecto está basado en cuatro axiomas definidos por Unilever que se representaron a través de la distinta funcionalidad de los espacios:

Be connected: se reflejó en los sectores de la oficina destinados a favorecer la conexión entre los empleados, como las salas de reunión o de brainstorming.

Be human: representado en los sectores destinados a privacidad, concentración, tranquilidad y desconexión.

Have fun: sectores de esparcimiento y de reunión social.

Be real: plasmado en las zonas operativas.

Se consideró una paleta de colores basada en el azul (que es el color corporativo) y se incluyeron otros tonos como contrapunto, lo que dio lugar a una combinación cromática vibrante. La variedad de texturas, por su parte, aporta una riqueza visual interesante.

Se incorporó también el concepto de biofilia y se tomaron ciertos elementos que conforman el logotipo de la empresa para plasmarlos en el espacio.

Finalmente, se logró actualizar a la filial chilena al standard global de la marca, con espacios amplios y cálidos que aportan un mayor bienestar a los colaboradores, como así también brindar soporte a las nuevas formas de trabajo que los cambios actuales demandan a las organizaciones.

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Oficinas Unilever Piso 4
Oficinas Unilever piso 5

Ficha Técnica:
Diseño y habilitación: Contract Workplaces
Cliente: Unilever
Ubicación del proyecto: Av. Las Condes 11.000, Vitacura – Santiago, Chile
Superficie: 2.368 m2
Año: 2019
Project Manager: Francisca Guerra (Contract Workplaces)
Equipo de Arquitectura: Consuelo Larrea, Tomás González, Ximena Valencia, Manuel Hernandez y Camilo Gonzalez.
Equipo de Obra: Rudy Avilés, Daniela Morales, Ruperto Lizana, Eric Abarca y Nicolas Donato.

Uruguayos y el teletrabajo: solo un 4% seguiría desde su casa tras la pandemia

A su vez, un 22% explica que el teletrabajo no le permite equilibrar el balance entre el trabajo y el descanso de modo adecuado.

Transcurrieron casi dos meses desde que llegó el nuevo coronavirus a nuestro país, lo cual ocasionó importantes cambios en el mundo laboral. La mayor parte de las organizaciones enfrenta un escenario adverso que impacta de manera directa en la cantidad de puestos ocupados, su nivel de productividad, así como en la forma en la cual desarrollan su trabajo.

Mediante el decreto 94/020 del 16 de marzo el gobierno exhortó “a todos los empleadores a instrumentar y promover, en todos los casos que sea posible, que los trabajadores realicen sus tareas en sus domicilios”, modalidad conocida como teletrabajo.

Sin embargo, lo intempestuoso de este cambio impuso desafíos adicionales tanto para las empresas como para los colaboradores que comenzarían a realizar su labor de esta forma. El anhelo de muchos de desarrollar sus actividades desde el hogar confirmó que no siempre se trata de la situación ideal y que para lograr altos niveles de desempeño es necesario controlar varios factores que a veces son fáciles de gestionar.

Contract Workplaces —empresa especializada en diseño y construcción de espacios de trabajo— realizó una encuesta a nivel regional en el contexto de la pandemia del COVID-19. Del estudio se desprende que solo un 7% de los empleados optaría por continuar con su labor en forma permanente desde su casa una vez que terminen las medidas de aislamiento social. En Uruguay la cifra desciende al 4%.

Conectividad y productividad.

Víctor Feingold, presidente de Contract Workplaces señaló: “El hecho de poder trabajar productivamente desde el hogar depende básicamente de tres factores”. Uno de ellos es “la calidad ambiental, es decir, contar con un espacio específico donde haya el mobiliario, la luz, la temperatura y las condiciones de seguridad adecuados”. La segunda es “la tecnología, traducida en la calidad de los equipos y la conectividad”. En tercer lugar está el “comportamiento de las personas, que dependerá del temperamento de cada uno y de su capacidad para programar las tareas y las rutinas diarias”.

En relación a la tecnología, las tendencias de Uruguay superan el promedio de la región. Un 50% de los teletrabajadores uruguayos está conforme con su conexión a internet, mientras que en Latinoamérica el promedio es de 45%. En la misma línea, el 55% de las personas de nuestro país está satisfecho con el acceso remoto a los archivos de trabajo, cifra que desciende al 42% en el promedio regional.

De todas formas, aunque un 14% de los uruguayos preferiría volver a realizar sus tareas solo desde la oficina, a un 77% de los encuestados le gustaría tener flexibilidad para optar por el lugar que le resulte más apropiado en cada ocasión (casa, oficina, coworking, otros).

Hogares preparados.

Resulta complejo analizar los resultados obtenidos sin tener en cuenta cómo influye el contexto de la pandemia y el aislamiento social. El 67% opina que su casa está efectivamente preparada para el trabajo que debe realizar de manera diaria, aunque el equipamiento —sillas, mesa o escritorio, impresora y escáner— fueron de los elementos peor puntuados.

Un punto crítico son los aspectos relativos a equilibrio trabajo/descanso, concentración, productividad e interacción con los compañeros. La investigación pone de manifiesto que la modalidad remota no es tan efectiva para la gestión del tiempo y las tareas, y que puede generar algunos ruidos en la labor individual y la colaborativa. Por otra parte, un 22% de quienes respondieron, explica que la modalidad remota no le permite equilibrar el balance entre trabajo y descanso de modo adecuado.

Un 29% de los encuestados indicó que al estar en su hogar logra organizar de manera adecuada el tiempo y las tareas a desarrollar. Además, solo el 19% respondió que logra una adecuada concentración en las mismas sin interrupciones.

Si bien un 39% señaló que a pesar de estar en su casa sigue sintiéndose parte de la empresa, solo el 29% logra interactuar fácilmente con sus compañeros y equipo.

Rediseñar los espacios de trabajo.

Otra de las características de esta pandemia es navegar en un mar de incertidumbres. Si bien no está determinado cómo y cuándo se dará el retorno generalizado a los lugares de trabajo, algunas organizaciones ya están reabriendo sus oficinas o iniciando el proceso.

El Ministerio de Salud Pública (MSP) y diversas entidades de referencia sectorial han delineado protocolos al respecto. No obstante, el reto de los espacios de trabajo luego de que termine el aislamiento social será también mejorar la seguridad sanitaria. Para ello es fundamental propiciar condiciones y rutinas que aseguren la salud y el bienestar. Por ejemplo, una correcta sanitización de los espacios, un filtrado de aire correcto, mayor superficie por persona, uso de sensores para adecuar la temperatura, empleo de materiales antimicrobianos, uso de tecnología para crear diseños touchless (sensores, comandos de voz), elaboración de protocolos de convivencia y de limpieza, entre otros.

El regreso a la oficina.

El arquitecto Daniel Flom, director ejecutivo de Contract Workplaces Uruguay, compartió su visión sobre la nueva normalidad y el retorno progresivo a la actividad de oficina en nuestro país.

“Es fundamental diseñar cuidadosamente el proceso. Es cierto que los aspectos edilicios son importantes (separar escritorios, no compartir teléfonos o dispositivos, colocar mamparas y separadores, etcétera), pero lo actitudinal será la clave del éxito. Tener un protocolo para el uso de los espacios abiertos (open space), salas de reuniones y el comedor, es fundamental”, dijo.

Asimismo, expresó: “A la hora de reducir las posibilidades de circulación del virus, la permanencia en la oficina durante el horario acordado, evitando salir a comprar comida, fumar o hacer gestiones es un punto muy importante a considerar. Ahora bien, si queremos que todos almuercen en la oficina, deberemos facilitar espacios seguros para ello, respetando las mismas reglas que puede tener hoy en día un restaurante. ¿Estamos realmente preparados? ¿Tendremos la capacidad de higienizar profundamente entre comensal y comensal?”.

“Desde hace algunos años vemos que los puestos de trabajo no se utilizaban al 100%, ya que siempre hay personas de licencia o de viaje, entonces las oficinas no están ocupadas en su totalidad. Dependiendo de la organización, se utilizan entre el 70 u 80% de la cantidad de estaciones disponibles. En los escenarios que estamos considerando para el regreso, la mayoría de las empresas proyectan ocupar un 30% de los puestos en una primera etapa y no superar el 50% en el mediano plazo”, agregó.

Por lo tanto, “a la hora de asignar estos turnos, debemos tener en cuenta que si planificamos trabajar en régimen de media jornada (part time) por grupo o alternando los días en los cuales cada grupo va a la oficina, esto exigirá protocolos de higiene mucho más frecuentes y minuciosos cada vez que una persona deja su espacio e ingresa un nuevo contingente de colaboradores. En el caso de las oficinas abiertas, una buena alternativa sería que los grupos de colaboradores vayan 15 días corridos en la empresa y otros 15 desde su hogar, de esta manera, si bien se deberá realizar una correcta higiene al final de cada jornada, no se requiere una limpieza profunda a mitad, como sí ocurriría si pensamos en grupos que realicen part time”, concluyó Flom.

Sin duda la correcta planificación del regreso a la oficina requiere de protocolos específicos y una buena comunicación interna de los mismos. Pero, sobre todo, un alto grado de compromiso y adhesión por parte de los colaboradores, por lo cual, el rol del área de Gestión Humana es clave en este proceso.

El comedor de la empresa, un punto crítico
El arquitecto Daniel Flom señaló: “La permanencia en la oficina durante todo el horario es clave para reducir las posibilidades de circulación del virus, evitando salir a comprar comida, fumar o hacer gestiones. De esta forma, si esperamos que todos almuercen en la oficina, deberemos facilitar espacios seguros para ello, respetando las mismas reglas que puede tener hoy en día un restaurante, además de higienizar profundamente entre comensal y comensal. El comedor de personal es un área clave”.

FUENTE: El País (Uruguay)

Cambio de hábitos

En un mundo que depende cada vez más del suministro de energía hacen falta soluciones sostenibles e innovadoras para poder seguir evolucionando. Debemos preparar el terreno para las generaciones futuras cambiando los patrones de consumo de forma responsable y eficiente. Resulta más barato modificar nuestros hábitos y conductas, la forma en la que vivimos y trabajamos, que construir nuevas instalaciones destinadas a la producción y generación eléctrica. Desde esta perspectiva, la oficina representa una importante oportunidad para optimizar el uso de la energía. La incorporación de la tecnología, la adopción de nuevas modalidades laborales, la eficiencia en el diseño y el uso del espacio de trabajo junto con el compromiso de los colaboradores, constituyen la forma más rápida, económica y simple de reducir el consumo de energía y cuidar los recursos del planeta.

Todos los eventos que nos han hecho progresar tan espectacularmente se concentran en los últimos 10.000 años. Avanzamos cada vez más rápido, multiplicando nuestros conocimientos de un modo exponencial  y todo ese avance se debe al aprovechamiento de la energía.

En el lapso de dos siglos, la energía eléctrica se ha convertido en una parte indispensable de la vida moderna -especialmente en zonas urbanas de alta densidad de población- ya que de ella dependen muchos servicios básicos tales como el suministro de agua potable, el funcionamiento de los ascensores, el transporte público, el sistema de señalización, la iluminación, la producción y conservación de alimentos, la seguridad, la banca, etc. Demás está decir que, sin energía, tampoco habría Internet ni red de telefonía y que los dispositivos móviles serían inservibles.

La mayor parte de nuestras actividades -toda nuestra forma de vida- depende de un suministro constante de energía. Incluso una falta temporal puede llevar al caos en las estaciones de tren, los aeropuertos, los hospitales y la vida económica de un país.

Pero la cantidad de energía que se gasta no depende únicamente del número y la calidad de los equipos que se tengan sino también del uso que hagamos de ellos. Es importante cambiar todo el modelo de vida que se ha creado sobre las bases de una disponibilidad infinita de recursos porque, sin la participación y el compromiso de las personas, ninguna medida de eficiencia energética será exitosa. 

Un nuevo modelo

Hasta principios de la década del 70 la energía parecía inagotable. Sin embargo, actualmente el abastecimiento energético representa una preocupación no solo para el presente sino también para el abastecimiento de las generaciones futuras. 

Cuando consideramos que los edificios comerciales son responsables del 40% del consumo mundial de energía y del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero, se comprende que los esfuerzos deben estar dirigidos a mejorar la forma en la que los construimos y operamos. La buena noticia es que hay una gran oportunidad de ahorro y eficiencia energética en varias áreas. 

Hoy, la gente no necesita ir a la oficina para trabajar. Los nuevos estilos laborales permiten realizar tareas desde la casa o desde terceros lugares más próximos a la vivienda. Así, la necesidad de espacio en la oficina disminuye y solo se usa para reuniones. Los equipos de trabajo se comunican gracias a una amplia gama de herramientas de comunicación digital y el entorno de trabajo se virtualiza. 

Usar menos espacio (o no aumentar la superficie ocupada) es una manera sumamente efectiva de reducir al mínimo el impacto ambiental de una organización. Un edificio que ocupa menos espacio significa menos uso de energía, menos emisiones de carbono, menos residuos y menos consumo de recursos naturales.

Además, con una parte de la fuerza laboral que realiza sus tareas de manera remota, se pueden evitar los desplazamientos diarios hacia el lugar de trabajo con el consiguiente ahorro en transporte y disminución de la polución ambiental. 

Para poner en contexto la importancia de reducir los desplazamientos basta decir que mientras se estima que el 21% de las emisiones globales de CO2 es generado por el transporte, el  total de los edificios (incluyendo residenciales y comerciales) son responsables solo por el 13,5%.

La tecnología, además de facilitar los procesos de la organización, puede ayudar a controlar el entorno físico para proveer eficiencia energética y confort. Los sistemas de automatización de los edificios inteligentes pueden controlar, operar y comunicar infinidad de dispositivos: control de ocupación, de ventilación, de programación y zonificación de los sistemas de climatización, de iluminación, etc.

En resumen, la optimización del uso del espacio, el teletrabajo, la menor cantidad de viajes, la reducción del uso de papel, el aprovechamiento de la luz natural, la automatización de los controles de las instalaciones, entre muchas otras iniciativas, son estrategias que ayudan a hacer un uso eficiente y responsable de los recursos. La oficina es una gran consumidora de energía, por lo que el objetivo principal será garantizar la optimización de toda su operación sin sacrificar el confort y el bienestar de las personas.

El factor humano

Aunque hoy existe una mayor sensibilización de la opinión pública frente a la necesidad de hacer un uso eficiente y racional de la energía, lo cierto es que una gran parte del éxito de las medidas de eficiencia energética que se adopten en una organización dependerá del comportamiento y los hábitos de los usuarios directos: los empleados. Por ello resulta esencial hacerlos partícipes del compromiso adoptado por la compañía para reducir el consumo energético e involucrarlos activamente desde el principio, mediante una comunicación efectiva.

Las investigaciones sobre el comportamiento del consumidor señalan que el vínculo entre las medidas de eficiencia energética y las prácticas del usuario es de vital importancia. Las intervenciones tecnológicas tienen un impacto menor y son más caras de implementar si se llevan a cabo de forma aislada, sin ningún tipo de programa dirigido a fomentar el cambio de conducta.

Los principales factores que, según estos estudios, influyen sobre las pautas del consumidor se clasifican en: actitudes (normas, valores y creencias), contexto social (amigos, familia, trabajo, organizaciones, etc.), contexto ambiental (social, político, cultural, etc.), capacidades personales (conocimientos, educación, nivel socioeconómico) y hábitos o rutinas. Sobre estos últimos habrá que trabajar especialmente ya que la mayor parte de los hábitos son prácticas determinadas socialmente sobre las que no suele haber una reflexión crítica. Desarticularlos puede ser una tarea difícil, pero no imposible.

La Universidad de Sussex desarrolló un modelo para comprender el comportamiento del consumidor relacionado con el uso de la energía que sugiere que cuanto más fuerte es el hábito, menos se reflexiona sobre él. El hábito de viajar en auto al trabajo en lugar de usar el transporte público o ir en bicicleta, es un claro ejemplo de esto.

Otro aspecto de importancia a la hora de implementar cambios en los hábitos de consumo de las personas surge de un reporte de la Agencia Europea de Energía, el cual revela que sin un marco de referencia adecuado, los consumidores no pueden saber si su gasto es excesivo. Esto implica que la comunicación y la retroalimentación continua es esencial para una modificación duradera en el comportamiento. 

Dentro del marco organizacional, la promoción del ahorro energético plantea un desafío particular  ya que los empleados normalmente no tienen ningún incentivo financiero directo para reducir el consumo de energía y rara vez tienen acceso a la información con respecto a su nivel de gasto, además de que cada uno cuenta con sus propios hábitos y pautas personales. 

No obstante, es posible establecer intervenciones relativamente simples y fáciles de implementar. La puesta en práctica de un programa de “educación entre pares” -técnica que ha demostrado ser exitosa en la promoción de la salud- puede ayudar a difundir información sobre cómo y por qué es importante conservar la energía, como así también puede contribuir a fomentar una serie de buenas prácticas tendientes a reducir el consumo entre los empleados. 

Este enfoque resulta eficaz porque los pares pueden captar una mayor atención por parte de los empleados, y al mismo tiempo son percibidos como más confiables en el contexto de este tipo de intervenciones.

¿Hacia dónde vamos?

Cada vez existe mayor conciencia del impacto que las actividades humanas tienen sobre el medio ambiente. Las empresas se han hecho eco de esta preocupación incorporando políticas activas en cuanto a la responsabilidad que les compete. Los problemas energéticos, el agotamiento de los recursos naturales, la contaminación ambiental y el aumento de los residuos pueden tener un impacto negativo sobre el modo en el que funcionan las organizaciones. 

Con el desarrollo de las tecnologías de la comunicación, la creación de entornos de trabajo flexibles aparecerá como la solución más sostenible para que las organizaciones puedan satisfacer sus necesidades de manera más sustentable.

Si a esto le sumamos que una parte de la fuerza laboral puede realizar sus tareas de manera remota, se podrían evitar los desplazamientos diarios hacia el lugar de trabajo con el consiguiente ahorro de energía en transporte y disminución de la polución ambiental. 

La eficiencia energética es la forma más rápida, económica y simple de reducir los costos y el consumo de energía en la oficina. Los estudios realizados por el INTI-Energía y otras instituciones en los últimos años han demostrado que es posible obtener ahorros cercanos al 20% del consumo de combustibles y energía eléctrica en casi cualquier instalación, sin realizar inversiones.

El viejo modelo de oficina basado en una disponibilidad ilimitada de recursos ya no es una alternativa válida. Cuanto antes comencemos a adoptar los nuevos imperativos energéticos y de sustentabilidad, en mejores condiciones estaremos para adaptarnos a los cambios que se irán produciendo, y para afrontarlos con éxito. Para construir una civilización próspera hace falta energía. Pero para poder seguir evolucionando necesitamos que la energía se use de manera racional y responsable.

El cerebro humano evolucionó para comprometerse emocionalmente solo con un pequeño trozo de geografía, una banda limitada de parientes y dos o tres generaciones en el futuro. No ver más allá -a pesar de que tenemos la capacidad para hacerlo- parece ser parte del legado del hombre paleolítico. El gran dilema ético que deberemos resolver hoy como especie surge del conflicto entre estos valores a corto plazo y los valores basados en una visión de un futuro transgeneracional más distante. Porque a pesar del impresionante progreso científico y tecnológico actual, lo cierto es que dependemos de los recursos naturales de la Tierra para sobrevivir”. 

Edward O. Wilson

 

Referencias:

CARRICO, A. & RIEMER, M. (2011): “Motivating energy conservation in the workplace: An evaluation of the use of group-level feedback and peer education“. Journal of Environmental Psychology.

COMISIÓN EUROPEA (2014): “Acción por el clima”.

EUROPEAN ENVIRONMENT AGENCY (2013): “Achieving energy efficiency through

 behaviour change: what does it take?”.

JOSHI, B. (2014): “Best Practices in Branding of Energy Efficiency”. International Energy Agency.

MARTISKAINEN, M. (2007): “Affecting consumer behaviour on energy demand”. University of Sussex.

UNEP-SBCI (2011): “Iniciativa para Edificios Sostenibles y Clima”.

Caso de estudio: El impacto de las nuevas oficinas de Enerminds Argentina

El espacio es un aliado indispensable al momento de apoyar las nuevas metodologías de trabajo ágiles que implementan hoy muchas empresas. Funciona también como catalizador de la creatividad y la innovación de los equipos, a la vez que influye en la productividad y el bienestar de los empleados.

Mira cómo en el caso de Enerminds Argentina estos y otros aspectos se han modificado positivamente a partir de que se mudaron a sus nuevas oficinas. Te invitamos a descargar el estudio sin costo a través del siguiente formulario.

    Nota a Víctor Feingold - El entorno cambia nuestra conducta

    El Home no es Office

    Por Víctor Feingold, Presidente de Contract Workplaces

    Nota a Víctor Feingold - El entorno cambia nuestra conducta

    Y de repente, todos nos quedamos trabajando en nuestras casas. De un día para el otro, sin previo aviso y sin estar preparados ni nosotros ni las organizaciones, se inició este experimento forzoso de Home Office sin precedentes a escala global. Entonces comenzaron a surgir algunas voces apresuradas por proclamar el fin de las oficinas: “Después de la pandemia todos trabajaremos desde el hogar y los espacios corporativos serán dinosaurios de otra era”.

    Nada más alejado de esta profecía. Veamos por qué.

    Los conceptos de Home Office y teletrabajo no son nuevos. Desde que la tecnología nos ha convertido en trabajadores nómadas, la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar y en cualquier momento ha sido un hecho y varias empresas han adoptado esta modalidad con resultados diversos, entre los que se cuentan las experiencias poco afortunadas de IBM y de Yahoo.

    El poder trabajar productivamente desde el hogar depende de tres factores: la calidad ambiental (contar con un espacio específico, con el mobiliario, la luz, la temperatura y las condiciones de seguridad adecuados), la tecnología (traducida en la calidad de los equipos y la conectividad) y el comportamiento de las personas (que dependerá del temperamento de cada uno y de su capacidad para programar las tareas y las rutinas diarias).

    Pero las organizaciones también necesitan cumplir con varios requisitos que hacen a la cultura de cada empresa: confianza en sus colaboradores, comunicación fluida y efectiva y un Management capacitado para gestionar a distancia y centrarse en lo relevante (el cumplimiento de objetivos y no la ocupación de un puesto de trabajo de 9 a 18 horas).

    El hecho es que, ya sea del lado del colaborador o del lado de la compañía, estos factores coinciden solo excepcionalmente. Y aunque existiera la remota posibilidad de que el mundo del trabajo evolucionara hacia una nueva realidad sin oficinas corporativas (cosa bastante improbable) esta nunca será viable, aun si se concretasen todos los cambios necesarios –tanto culturales como legales– para formalizar la relación laboral.

    Esta afirmación se fundamenta en tres circunstancias que hay que considerar:

    1. El entorno

    Solo unos pocos privilegiados cuentan en sus casas con el espacio adecuado para trabajar en un ambiente seguro, cómodo y libre de interrupciones.

    De acuerdo con la encuesta “Criteria” realizada recientemente en Chile, solo el 36% de los encuestados dijo contar con las condiciones necesarias para el teletrabajo.

    Otro sondeo británico realizado sobre un grupo de personas que están trabajando actualmente en sus casas (*IES Homeworkers Wellbeing Survey) concluye que en solo dos semanas los participantes tuvieron una significativa declinación en la salud musculo-esquelética, reportaron mayor fatiga y trastornos del sueño, disminuyeron la actividad física y la calidad de la dieta, junto con un aumento de las preocupaciones emocionales relacionadas con las finanzas, el aislamiento y el balance vida/trabajo.

    Esto ya define unas condiciones limitantes ineludibles a la hora de imaginar a toda una fuerza laboral trabajando el 100% de su tiempo desde sus casas.

    2. La cultura organizacional

    Somos animales gregarios por naturaleza. El aislamiento (que poco tiene que ver con la soledad) enferma a las personas tanto mental como físicamente.

    La distancia física conlleva la ausencia del barómetro social que normalmente nos orienta para entender cómo comportarnos ante otras personas y no hay que perder de vista que toda organización funciona como una pequeña sociedad.

    Para construir una cultura común es necesario compartir valores e identificarnos como un grupo; conocernos para entender quién es quién, cuáles son nuestros gustos, nuestros miedos, nuestros talentos y nuestro carácter; generar un espíritu de cuerpo, crear una mística y alinearnos detrás de un propósito. Todos estos ingredientes –que resultan casi imposibles de cimentar remotamente– son el aglutinante invisible de las empresas. Como dice Xavier Marcet: “La cultura organizacional es lo que sucede cuando nadie mira”.

    En definitiva, la clave para el logro de los objetivos a largo plazo y la salud de las empresas reside en la identidad y el ADN organizacional.

    3. La necesidad vital de innovación

    La tecnología, la globalización, el cambio climático y las nuevas generaciones establecen nuevos paradigmas cada vez con más frecuencia. Las disrupciones acechan detrás de cada esquina y los modelos de negocios caducan a gran velocidad. Las empresas necesitan entender rápidamente esa nueva realidad para adaptarse, reinventarse y mantenerse competitivas. Esta pandemia es un ejemplo brutal.

    Es por esto que la palabra “innovación” ha alcanzado el estatus de estrella dentro de las corporaciones. Sin innovación no hay evolución, y está científicamente comprobado que la creación no surge de un genio iluminado en una cúpula de cristal sino del intercambio activo de ideas entre personas con distintas miradas. En muchas ocasiones, esto sucede en encuentros distendidos y casuales y no solo en espacios de brainstorming con horarios programados.

    Si todos nos quedamos en casa, cada uno conectándose por videoconferencia de acuerdo con una agenda preestablecida, la innovación difícilmente florecerá. Esto podría marcar el principio de la decadencia de una empresa y su pérdida de competitividad.

    Entonces, ¿para qué vamos a la oficina si podemos trabajar desde cualquier lugar y a cualquier hora? La respuesta es: para encontrarnos.

    En la reciente encuesta lanzada por Contract Workplaces en Latinoamérica sobre una muestra de más de 2.000 participantes, hay una respuesta en la que coincide una abrumadora mayoría. Ante la pregunta: “Una vez terminada la cuarentena, si pudieras elegir ¿dónde trabajarías?”. El 82% respondió: “Con flexibilidad para optar por el lugar que me resulte más apropiado en cada ocasión”.

    Es por esto que, muy probablemente, en un futuro cercano la oficina policéntrica será el nuevo estándar para la mayor parte de nosotros. Podremos trabajar desde casa, en el Headquarter o en terceros lugares tales como: espacios de coworking, cafeterías, bibliotecas u oficinas satélite, de acuerdo a lo que sea más adecuado y conveniente en cada caso. Esto traerá múltiples ventajas: menor cantidad de desplazamientos de personas, menor huella de carbono, mayor bienestar, mejor balance vida/trabajo y menores costos para las empresas y los empleados junto con equipos más ágiles y productivos.

    Por otra parte, hoy las industrias están a merced de mercados volátiles en permanente mutación, lo que hace casi imposible definir cuáles serán las necesidades de espacio que tendrán las compañías en el mediano plazo. Solo unos pocos osados podrían –peligrosamente y a riesgo de equivocarse mucho– aventurar una respuesta.

    Las organizaciones también necesitan cada vez más flexibilidad en cuanto a los metros cuadrados que destinarán de aquí en adelante para albergar sus operaciones. Esto, sumado a la renuencia de incurrir en costos de capital, hace del “Office as a Service” un modelo muy conveniente para los tiempos que corren. Un espacio listo para usar donde todo el gasto será OPEX, la operación y el mantenimiento vendrán junto con el paquete de servicios y, sobre todo, con la posibilidad de crecer y decrecer con facilidad. ´Flexibilidad´, es el nombre de la canción.

    En una reciente investigación, la consultora JLL apunta que desde 2010 el modelo Flex Office ha venido aumentando en Latinoamérica a un ritmo promedio del 23% anual y proyecta que en 2030 el 30% del stock de oficinas corporativas estaría funcionando bajo esta modalidad. Se estima que después del COVID-19 el proceso se acelerará y este porcentaje quedará muy probablemente retrasado, tanto por la demanda de los colaboradores, como por la necesidad de las empresas.

    Sin duda, cuando retornemos a la normalidad, el haber experimentado a la fuerza lo mejor y lo peor del Home Office nos habrá proporcionado lecciones invalorables que deberemos capitalizar para diseñar y construir un mundo (algo) mejor.

    Cuando todo vuelva a la ¿Normalidad?

    Por Annarita Nieri*

    Nada volverá a ser como antes. Les queda claro ¿cierto?, un choque de esta escala ha creado un cambio en las necesidades, preferencias y expectativas de vida de todos los ciudadanos, colaboradores y consumidores.

    Todas las prioridades se han movido, y hemos entrado en una etapa del “Re” sin precedentes.

    Y como “Re” no me refiero a la nota musical, sino a Re-imaginar la colaboración en el mundo de los negocios, donde la solidaridad y el cuidar la cadena de valor son prioridad. Re-imaginar nuestro productos y soluciones, porque lo que hoy le sirve al cliente debe ser lo le hace sentido y no necesariamente lo que vendías antes. Re-imaginar nuestros trabajos y relaciones, porque nos hemos atrevido a implementar las cosas que sabíamos se venían, pero no nos atrevíamos a ponerlas en práctica como el teletrabajo, la educación a distancia o el telemarketing. Cómo vivimos, cómo trabajamos y cómo usamos nuestros sistemas colaborativos surgirán a partir de ahora más claramente, ya que las oportunidades para ampliar la adopción de la tecnología se acelerarán de manera transformacional.

    La crisis revelará no solo vulnerabilidades sino también oportunidades para mejorar el desempeño nuestras empresas, Rediseñando las estructuras de colaboración o los costos realmente fijos versus los variables y este efecto podría resultar aún más significativo en la medida que la búsqueda de la eficiencia nos va a dar paso a la capacidad de Recuperación.

    Las empresas que aprendieron a Reinventarse van a aprovechar al máximo su mejor visión y previsión, porque a medida que cambian las preferencias, ellas se irán adaptando y por ende tendrán un éxito desproporcionado. Y aquí, claramente el mundo online está tomado una relevancia sin precedentes, porque estamos viviendo una modificación del comportamiento del consumidor para siempre.

    Finalmente, y porque es lo más importante, nuestra capacidad de Resiliencia y de Reconectarnos con lo básico porque en este tiempo hemos valorado lo que habíamos dejado de ver… y que hoy se vuelve lo más importante: la solidaridad dejó de ser un accesorio, porque “los tuyos” ahora son “todos”, porque no necesitabas tener tanta ropa, ni carteras o zapatos, ya que tu prenda favorita es tu piel, tus manos, cuidar de tu cuerpo. Hemos extrañado nuestras oficinas, porque hoy cobran un sentido diferente, se han vuelto en un espacio de encuentro y construcción de experiencias, de risas, discusiones y de compartir entre colaboradores.

    Nos dimos cuenta de que cuidar y respetar a nuestros ancianos se ha vuelto una necesidad, sí, así como lo hacían nuestras culturas antiguas. Hemos tenido la oportunidad de Reconectarnos con nuestros hijos, nuestros primos, pareja, con las personas que nos ayudan en casa o en los edificios, con médicos, enfermeras, policías o las personas recogiendo la basura día a día. A todos ellos, no volveremos a verlos con los mismos ojos… o más bien empezaremos a verlos con mayor admiración.

    No podemos no dejar de desaprender, no seamos tan tontos. La vida nos está dando otra oportunidad, abracémosla.

    *Annarita es Gerente de la División Estrategia de Clientes y Cultura de Niubiz Perú y ha sido oradora de Worktech LATAM 2019

    Técnica Pomodoro: Gestiona mejor tu tiempo

    En estos días alejados de las rutinas cotidianas, se convierte en un desafío administrar nuestros horarios y energías, sobre todo, cuando nuestros hogares pasaron a ser también nuestro espacio laboral.

    Una herramienta que -creemos- puede ayudar en cuanto a este objetivo, es la Técnica Pomodoro: un método de gestión del tiempo que colabora para que logres llevar a cabo tus tareas de forma más eficiente.

    Consiste en dividir el tiempo que se quiere dedicar a una actividad en intervalos, llamados pomodoros, de 25 minutos. A cada uno de ellos, deben seguir 5 minutos de descanso.

    Para reuniones presenciales o remotas también se puede aplicar este metodología. Lo importante en estos casos es:

    – Que todos los integrantes accionen en el mismo instante el reloj para la alarma
    – Dejar de lado los celulares durante el período acordado
    – Ser estrictos con el cumplimiento del tiempo de las pausas

    BONUS TRACK: La Técnica Pomodoro se llama así por la forma de tomate del reloj de cocina que usó el creador de la técnica, el italiano Francesco Cirillo, cuando era un estudiante universitario (´pomodoro´ significa ´tomate´ en italiano).

    ¿Cómo funciona la técnica Pomodoro?

    La técnica Pomodoro divide el tiempo en bloques de 25 minutos de trabajo concentrado seguidos por 5 minutos de descanso. Tras cuatro ciclos, se realiza una pausa más larga de 15-30 minutos.

    ¿Cómo aplicar el método Pomodoro para mejorar la productividad?

    Para aplicar Pomodoro, elegí una tarea, configurá un temporizador por 25 minutos, trabajá sin interrupciones y tomá un descanso breve al finalizar. Repetilo cuatro veces y luego hacé una pausa más larga.

    ¿Qué es la técnica Pomodoro y para qué sirve?

    Es una herramienta de gestión del tiempo que mejora la concentración, evita el agotamiento mental y aumenta la productividad en sesiones de trabajo breves.

    Diseño y construcción de oficinas modernas

    ¿Cuál es la tendencia del futuro en los espacios de trabajo?

    Entrevista realizada por VidaTech a Juan Carlos Checa, Director Comercial de Contract Workplaces en Perú & Bolivia.

    La oficina ha dejado de ser un espacio cerrado e íntimo para convertirse en uno grande, de estructuras compartidas, con mucha gente y tecnología alrededor.

    • ¿Cómo la tecnología ha cambiado el trabajo en las oficinas?

    Ya no requerimos la presencia de todos los trabajadores. Antes necesitábamos a la persona para tomar decisiones, agendar reuniones, monitorear su trabajo, pero con las herramientas tecnológicas y colaborativas podemos trabajar con cualquier equipo a distancia y eso, en el futuro, con el internet de las cosas y el Big Data, va a hacer cada vez más fácil.

    • Eso quiere decir que todas las generaciones deben ponerse al día con la tecnología…

    Claro, y aquí pasa algo curioso. Ahora es normal ver a varias generaciones trabajando juntas. Eso ha hecho que los Millennials desarrollen de a pocos la habilidad de enseñar a las personas de cuarenta, como los Baby Boomers.

    • ¿Cómo ayuda la tecnología al Bienestar del trabajador en una oficina?

    El certificado Well explica por sí sola la tendencia actual. Este se otorga a las empresas que se preocupan por la salud del colaborador. ¿Y cómo se mide? Con tecnología, colocando sistemas de aire acondicionado y luminaria regulable y automatizada, o proveyéndonos de sillas que se regulen al peso y estatura de la persona. Así cada vez se investiga más sobre las necesidades y los perfiles de los colaboradores.

    • En el Perú, ¿cómo está evolucionando esa tendencia del “bienestar del trabajador”?

    Aquí aún se piensa que contar con espacios recreativos para los trabajadores es suficiente. Y si bien es importante, falta promover un poco más el trabajo horizontal, colaborativo y remoto. A las generaciones de hoy ya no les interesa “hacer línea de carrera” sino elegir a la empresa que les da un propósito. Por eso ya no son empleados, sino colaboradores.

    • ¿Cada vez será más difícil retener talento?

    Muchísimo. Las generaciones del futuro elegirán dónde trabajar y cómo quieren trabajar. El trabajo de la compañía será  buscar a personas que tengan afinidades y propósitos similares a los suyos.

    • ¿Cuál es la tendencia del futuro en el trabajo de oficina?

    El profesional independiente, alguien que te ayudará a ti, pero que no será completamente “tuyo”. Las empresas deberían darle a este profesional las comodidades propias de su generación para crear en él un sentido de pertenencia con la empresa. Al Centenniall no le interesará que seas un banco y le pagues para trabajar, sino que el propósito del banco, por ejemplo, sea dar créditos a las personas… Es decir, que su objetivo sea compatible con tus valores.

    • ¿Los espacios de Coworking están funcionando?

    Los Coworking son negocios que han llegado para quedarse, pero entenderlo en Perú está tomando tiempo. Los peruanos todavía sentimos recelo de trabajar en espacios compartidos y no entendemos muy bien el sentido de colaboración de los Coworking, que es justamente generar trabajo con distintas empresas.

    • ¿Hay alguna contra?

    Quizás que el índice de rotación de trabajo aumenta, pues estas personas están constantemente expuestas a que otra compañía se las lleve. Pero, como digo, en el futuro las personas trabajarán con distintas compañías a la vez.

    • ¿Cómo vez la irrupción cada vez más fuerte de la Inteligencia Artificial en el trabajo?

    Será esencial. En Contract Workplaces, por ejemplo, estamos próximos a lanzar “Black Mirror”, una app que funciona con AI, en la que puedes buscar los edificios más atractivos de Lima según tus necesidades (costo, metraje, lugar, etc.). Otras tecnologías como el Big Data y el Internet de las Cosas ayudan a ello. En el Perú ya existen empresas que no tienen recepcionistas, sino una pantalla programada para atendernos, eso es AI.

    • ¿Las próximas oficinas tienen que ser sí o sí inteligentes?

    Es inevitable. Necesitamos más implementos tecnológicos, rapidez, eficiencia y comunicación constante por la tendencia colaborativa. Sin tecnología, será imposible avanzar.

     

    construccion de oficinas de concha y toro en chile por contract workplaces

    ¿Usan las empresas en Latinoamérica su espacio de manera eficiente?

    Contract Workplaces hizo un relevamiento de las formas en que están trabajando las organizaciones en Latinoamérica y de sus entornos de trabajo para comprender el modo en que éstas los gestionan, identificar mejores prácticas y proponer caminos de mejora.

    Oficinas modernas de WPP con diseño de interiores por Contract Workplaces

    Contract Workplaces -compañía experta en consultoría, diseño y construcción de espacios de trabajo- dio a conocer los resultados del Workplaces Benchmark, el primer Benchmark Regional sobre Eficiencia y Bienestar en Espacios de Trabajo, que se llevó a cabo durante 2018 y 2019 en todos los países donde la empresa opera y del que participaron más de 1.000 personas de compañías nacionales y multinacionales.

    “El Workplaces Benchmark le ofrece a las empresas participantes un diagnóstico muy preciso de su espacio de trabajo para que puedan conocer dónde se encuentran en comparación con otras empresas de la región y en relación con estándares óptimos”, explica Gaetano Salierno, CEO de Contract Workplaces, y afirma que “los resultados del estudio pueden servir como disparador de cambios y mejoras orientadas a incrementar la productividad, reducir costos operativos, optimizar los ratios de ocupación y aumentar el bienestar de los colaboradores”.

    Con el objetivo de comprender el nivel de eficiencia y bienestar de cada organización, fueron evaluadas las tres dimensiones más relevantes en lo que se considera un espacio de “Alta Performance”:

    1. Espacios de trabajo y su relación con la operación 
    2. Diseño e imagen en relación al sentido de pertenencia
    3. Confort físico en relación al bienestar de sus usuarios

    La metodología de evaluación empleada incluyó entrevistas al top management, visitas de expertos al espacio de trabajo y encuestas a los equipos para medir su nivel de satisfacción en las distintas dimensiones.

    Como dato destacado, el estudio develó que la mayoría de las empresas participantes destinan más cantidad de metros cuadrados por puesto de trabajo de lo que es considerado óptimo de acuerdo con las mejores prácticas en materia de diseño. Cabe aclarar que, si bien el ratio varía en cada país y en algunos casos hasta existe una legislación local que lo regula, se considera entre 7m2 y 8 m2 la superficie  ideal por puesto. Sin embargo, se comprobó que el promedio en las oficinas de Latinoamérica es de 8,6 m2 por posición; asimismo, la cantidad de puestos de trabajo individuales sobre la cantidad total de empleados arroja un promedio de 1,08. Por lo tanto, se puede afirmar que en la mayoría de las compañías existe espacio que se encuentra mal utilizado o, incluso, ocioso. En este sentido, Salierno señala que “las nuevas formas de trabajo, donde predominan los modelos flexibles y donde prácticas como el home office y el hot-desk son habituales, se sugiere un ratio de 0,7 posiciones individuales frente a la cantidad total de colaboradores de una organización para lograr mejor aprovechamiento de la superficie. De toda maneras, siempre les advertimos a nuestros clientes que cada caso necesita una revisión de sus necesidades específicas poniendo el foco en las personas, los objetivos de la empresa y su cultura”.

    Otro dato que surgió de la investigación, es que las oficinas en Latinoamérica -a excepción de Colombia- suelen tener menos cantidad de puestos colaborativos que de puestos individuales. En ese sentido para lograr una distribución equilibrada, se recomienda contar con una posición colaborativa por cada una individual a fin de facilitar y promover la interacción, el trabajo en equipo, y brindar a los trabajadores la posibilidad de elegir cómo y dónde desarrollar sus tareas. 

    El estudio analizó también el grado de satisfacción de los empleados en relación a tres ejes:  la calidad de sus espacios, evaluando cuán funcionales son a sus actividades diarias; el confort que encuentran en la oficina; y cuánto ven reflejados los valores de la compañía en la imagen que proyecta el entorno laboral. Como resultado, aquellos más valorados por los trabajadores fueron los sitios destinados a la socialización. “Las áreas abiertas y relajadas con asientos cómodos, mesas de café, gradas y livings se consideran puntos de encuentro necesarios y útiles para mantener conversaciones informales e intercambiar ideas”, manifiesta Salierno. 

    En el otro extremo, los peores calificados fueron los espacios acondicionados para realizar actividades que requieren privacidad y concentración. “Si bien el open plan ha ganado terreno de manera casi absoluta, el ruido prevalece como la principal fuente de distracciones. Por lo tanto, es necesario dotar al espacio de soluciones acústicas para minimizarlo, proporcionar áreas silenciosas, permitir la elección del puesto de trabajo y ubicar las actividades generadoras de ruido en los espacios más alejados de las áreas que necesitan concentración”, indica el directivo y agrega que “la clave es lograr un buen balance entre los espacios públicos y privados potenciando el buen uso de los mismos”. 

    Los ítems como: calidad de la temperatura, silla de trabajo y grado y tipo de iluminación, alcanzaron en promedio una ponderación de “bueno” sobre “excelente”, por lo cual se detectó que en una gran mayoría de las compañías se observa una oportunidad de mejora en cuanto a estos elementos que influyen en el confort y el bienestar de los trabajadores. Considerar el grado de satisfacción que aportan estos elementos durante la jornada laboral y trabajar para optimizarlos está comprobado que repercute positivamente en el desempeño de las personas.

    Otra variable importante que se puso en evidencia es que una gran mayoría de los encuestados consideran que sus espacios de trabajo logran representar los valores, la identidad y la imagen de la compañía de la que forman parte. “Este indicador manifiesta cierto sentido de pertenencia e identificación con el espacio y un mayor compromiso por parte de los colaboradores. Una imagen positiva contribuye no sólo en términos de productividad sino también como herramienta de atracción y retención de talentos además de ayudar a construir relaciones estratégicas acertadas”, puntualiza Salierno. 

    En síntesis, el Workplaces Benchmark revela un escenario de oportunidades para las compañías latinoamericanas en torno a los espacios de trabajo, tanto en el aprovechamiento de los metros cuadrados como en el uso diario en función de las actividades que se realizan en ellos. “Es fundamental considerar el espacio como un activo a gestionar de manera eficiente y como una herramienta capaz de crear ámbitos donde la gente pueda ser más productiva, comprometida y que, al mismo tiempo, pueda relajarse, socializar y sentirse cómoda. Para ello es importante tomar decisiones informadas y concretas en esa dirección”, concluye.

    Diseño de oficinas de SURA en Chile por Contract Workplaces

    Un paso hacia la flexibilidad: los nuevos espacios de trabajo de Sura en Santiago

    El nuevo espacio de trabajo del equipo comercial de Sura en Santiago de Chile fue desarrollado como un facilitador del trabajo flexible, colaborativo y de autogestión. “Hemos tenido una respuesta muy positiva por parte de nuestros colaboradores”, analiza Roberto Thompson, VP de Talento Humano e Innovación de SURA Asset Management Chile. ¿Cómo fue el proceso de diseño realizado por Contract Workplaces para solucionar los requerimientos de Sura? Te invitamos a leerlo a continuación.

    Diseño de oficinas de SURA en Chile por Contract Workplaces

    El Problema

    Fue a principios de 2018 que los ejecutivos de Sura, una de las principales compañías del sector de banca, seguros, pensiones, ahorro e inversión evaluaron que sus espacios de trabajo habían quedado obsoletos y no cumplían con las necesidades estratégicas de la empresa, principalmente del área comercial. Además, la compañía buscaba implementar un modelo de trabajo flexible, y los espacios ofrecidos a los colaboradores no estaban diseñados para dar soporte a ese cambio cultural.

    Las oficinas usadas en este entonces no habían sido habilitadas con tanta antigüedad, sin embargo, para su materialización se había replicado el modelo tradicional que les había funcionado en el pasado: una configuración fragmentada y con una cantidad importante de
    salas encerradas donde la interacción, el intercambio de experiencias, y el encuentro social eran prácticas escasas.

    La conformación del espacio no promovía la sinergia global del equipo; y la falta de espacios para reunirse, colaborar, o sociabilizar eran bienes insuficientes e inadecuados para recibir clientes y/o externos.

    El Requerimiento

    Para adecuar sus espacios a las estrategias de la compañía y marcar un cambio cultural en las formas de trabajar, Sura contactó a Contract Workplaces para definir una serie de objetivos relacionados a sus nuevas oficinas.

    Entre las aspiraciones, se definió: Consolidar en un mismo espacio todos los equipos comerciales y fuerza de venta antes disgregados en diferentes niveles del edificio; Generar una conexión de equipos con mayor sinergía; Promover la autogestión en el trabajo; Entregar a los colaboradores espacios flexibles, multifuncionales que se adapten a los posibles aumentos y/o disminuciones de la dotación; Mejorar la diversidad de espacios con soporte adecuado; Reforzar la imagen corporativa de la compañía; Incorporar espacios cálidos, atractivos y acogedores para poder recibir clientes; Rentabilizar los m2.

    La Solución

    El Proceso de acompañamiento de Contract Workplaces, fue iniciado con la consultoría de Workplace Strategy, que permitió diagnosticar el estado inicial, conocer las necesidades, y leer con exactitud los requerimiento que posteriormente fueron traducirlos en la propuesta de diseño realizado a medida para solucionar los desafíos de Sura.

    La idea central fue desarrollar un espacio que promueva la sinergia del área comercial logrando una interacción constante que pudiera extrapolarse a cualquier espacio de trabajo. Incorporar una diversidad importante de soporte donde se desarrollen de mejor manera todas las actividades colaborativas, creativas y de sociabilización, en sus diferentes escalas y volúmenes.

    La propuesta se desarrolló en dos plantas consecutivas, piso 02 y 03, sumando un total de 1.855 m2. Como gesto principal se incorporó en el acceso un gran work coffee junto a áreas de lounge, salas de reunión y espacios sociales que sirven tanto a los colaboradores como para los clientes y externos. Se generó una sensación de gran apertura, un espacio acogedor, vivo y rico en vivencias sociales y encuentros.

    Las áreas de trabajo se dispusieron al interior, resguardando la intimidad y dotándolos de soporte acorde a las actividades de alta concentración, reunión y camaradería. Se incluyeron al interior áreas que permiten el desarrollo de las tareas colectivas y relaciones comunitarias de diferentes escalas y niveles de intimidad: salas herméticas, meeting box, mesones comunitarios y la plaza o tarima donde congregar y compartir con la consigna.

    Por su parte, resolviendo la necesidad de intimidad y desconexión, se ubicaron en zonas resguardadas de áreas de quiet rooms y phone booth donde la naturaleza de la actividad requiere estar lejos para no interrumpir la concentración propia y la del resto del equipo.

    Interior de oficinas de Sura por Contract Workplaces

    El Resultado

    El resultado evidencia un espacio de trabajo amplio, cálido, colaborativo, funcional y diseñado para dar soporte a la nueva cultura de trabajo flexible de la compañía. Además, la incorporación de materiales nobles, texturas, colores y presencia corporativa aporta un sentimiento de pertenencia, que vincula con lo doméstico y lo familiar.

    “Los nuevos espacios de trabajo compartidos ayudan a incrementar el trabajo colaborativo, permitiendo a los colaboradores ejecutar sus tareas sin tener necesariamente un espacio asignado, pasando de un puesto de trabajo único a múltiples opciones. Esta modalidad ofrece distintos ambientes de trabajo, lo que permite al colaborador buscar el espacio que más le acomode”, analiza Roberto Thompson, VP de Talento Humano e Innovación de SURA Asset Management Chile.

    “Realizamos una encuesta que arrojó un 95% de satisfacción de nuestros colaboradores con esta experiencia de trabajo, cifra que se repitió por parte de las respectivas jefaturas en cuanto al nivel de compromiso y apoyo de sus trabajadores en flex office”, concluyó Thompson.

    Diseño de oficinas de SURA en Chile por Contract Workplaces 2

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