FMContract Workplaces
#101 Enero 2022

Hacia una fuerza de trabajo “aumentada”

Integrar la tecnología con la actividad humana en el lugar de trabajo puede lograr mejores resultados que cada una actuando por separado

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Una publicación de Contract Workplaces


Los rápidos desarrollos tecnológicos de las últimas décadas están transformando drásticamente la forma en la que trabajamos. Estos avances han modificado no solo los flujos de trabajo y los procesos de las organizaciones, sino también la naturaleza misma del trabajo. Y si bien el talento humano sigue siendo fundamental para las empresas, la tecnología hoy está al tope de la lista de sus intereses.

Los sistemas de inteligencia artificial, la robótica y las herramientas cognitivas no paran de crecer y se vuelven cada vez más sofisticados y asequibles. Su penetración aumenta en casi todas las áreas y los trabajos se reinventan dando lugar a lo que muchos llaman la “fuerza laboral aumentada”. A medida que esta tendencia se acelere, las organizaciones deberán considerar el rediseño de los roles de los trabajadores de cara al futuro.

Estas nuevas herramientas tecnológicas pueden realizar más tareas de las que las personas podemos hacer y sin necesidad de dormir, enfermarse ni hacer pausas. La evidencia de que estamos asistiendo a un cambio monumental a una velocidad exponencial está a nuestro alrededor. Estamos ingresando en la cuarta Revolución Industrial.

Desde una perspectiva amplia, la cuarta Revolución Industrial no solo incluye máquinas y sistemas inteligentes conectados. Su alcance es mucho mayor y abarca áreas que van desde la secuenciación de genes, la biotecnología y la nanotecnología hasta el desarrollo de la inteligencia artificial, la robótica, las energías renovables y la computación cuántica. Es la fusión de estas tecnologías y su interacción en los dominios físico, digital y biológico lo que caracteriza a esta nueva era.

Sin embargo su alcance no es homogéneo. La segunda Revolución Industrial aún no llegó al 17% del mundo; casi 1.300 millones de personas carecen de acceso a la electricidad al día de hoy. Esto también es cierto para la tercera Revolución Industrial ya que más de la mitad de la población mundial (4 mil millones de personas, la mayor parte de las cuales viven en el mundo en desarrollo) no tiene acceso a Internet1.

No obstante, ya se han automatizado muchas tareas –particularmente aquellas que implican trabajo repetitivo– y muchas otras le seguirán en el futuro ya que el poder de cómputo continúa creciendo exponencialmente.

De cara a este panorama, muchas predicciones aventuraban que la automatización daría como resultado el reemplazo total de los trabajadores humanos, pero eso no es lo que parece estar sucediendo. La tecnología se puede utilizar para mejorar o apoyar el trabajo de los empleados, eliminar la carga del trabajo repetitivo o proporcionar información para ayudarlos a tomar mejores decisiones, lo que les permitiría concentrarse en tareas de valor agregado2.

La pregunta que hoy parece más pertinente no es si la automatización afectará a la fuerza laboral, sino cómo, en qué medida y en qué punto alcanzaremos el equilibrio entre trabajadores humanos y robóticos.

Humanos vs. máquinas

Todos los trabajos tienen elementos que pueden ser automatizados por la tecnología, pero es probable que ninguno pueda ser reemplazado por completo por ella. Sin embargo, integrar la tecnología con la actividad humana puede lograr mejores resultados que cada una actuando por separado. La fuerza laboral aumentada ha llegado y tendrá repercusiones importantes en los lugares de trabajo.

Actualmente, las tecnologías capaces de interactuar con los trabajadores para aumentar sus capacidades cognitivas y físicas incluyen la realidad aumentada, la realidad virtual, los exoesqueletos, los dispositivos portátiles e inteligentes, los robots y las plataformas de conocimiento, entre otros3.

No obstante, esto no es una novedad para muchos de nosotros. Como dice el historiador Noah Yuval Harari4, en cierto sentido casi todos somos cyborgs hoy en día; nuestros sentidos y funciones naturales están complementados por dispositivos tecnológicos tales como gafas, marcapasos e incluso computadoras y teléfonos móviles que alivian a nuestro cerebro de algunas de sus tareas básicas de almacenar y procesar datos.

A esta lista también podemos sumar la enorme cantidad de sensores que hoy proliferan en los edificios, el mobiliario, la ropa, los accesorios y aun en nuestro propio cuerpo para conectar el mundo físico a través de las redes virtuales. Esto nos acerca cada vez más a la experiencia de convivir de manera estrecha con la tecnología para ampliar nuestras capacidades en la vida diaria. Y a medida que pase el tiempo, es posible que los avances cibernéticos desdibujen cada vez más la línea que nos separa de las máquinas.

Pero, la confrontación entre humanos y máquinas parece estar quedando en los dominios de la ciencia ficción ya que lo cierto es que cada uno tiene sus fortalezas en diferentes ámbitos. Mientras que las máquinas prevalecen en la realización de tareas repetitivas de forma rápida y constante logrando grandes volúmenes de trabajo, los seres humanos nos distinguimos por la flexibilidad en el uso de recursos dispares y novedosos para resolver una amplia gama de problemas complejos. Esto indica que, probablemente, siempre habrá lugar para alguna de estas dos formas de ser productivos.

De acuerdo con un informe publicado recientemente por Worktech Academy junto con Mirvac5, existen cinco modelos diferentes de trabajo aumentado que se pueden clasificar en: asignado, supervisado, coexistente, asistencial y simbiótico, cada uno con un grado diferente de participación de máquinas y humanos. Mientras que en los dos primeros requieren un aporte humano significativo, los dos modelos siguientes se inclinan hacia una independencia de las máquinas. El modelo simbiótico aún no existe, pero se estima que requerirá una mínima intervención humana para completar tareas de alto nivel.

Por ejemplo: la mayor parte de las formas en que los humanos y las máquinas interactuamos en el lugar de trabajo de hoy responde a un modelo de tipo asignado; las máquinas completan tareas sin ayuda con diferentes niveles de instrucción que proporciona un operador humano. Y por otra parte, operar un edificio inteligente se convertirá cada vez más en una forma de trabajo aumentado supervisado.

El lugar de trabajo aumentado

¿Cómo afectarán estas tendencias la forma en que pensamos y diseñamos el espacio de trabajo? ¿Cómo podemos rediseñar la oficina para que sea más digital por naturaleza, abierta y colaborativa, y al mismo tiempo sea capaz de brindar oportunidades para el desarrollo, el crecimiento y el tiempo de concentración?

A medida que las máquinas nos liberen de los trabajos más repetitivos y rutinarios, las personas podremos realizar tareas más creativas y de mayor valor. Los esquemas de layout tenderán a beneficiar los espacios colaborativos y las salas de tecnología inmersiva para permitir nuevas formas de aprendizaje y la actualización constante de conocimientos y habilidades. En este futuro aumentado, el talento representará un factor crítico para la productividad.

Según una encuesta reciente, más del 70 % de los líderes declara que la crisis de la pandemia de COVID-19 los ha convencido de que los trabajadores son más importantes que la tecnología para el éxito del negocio6. También esperan que crezca la colaboración productiva entre las personas y las máquinas, que el empleo permanente siga siendo la base de la cultura laboral y que la tecnología ayude a los trabajadores a dar lo mejor de sí mismos, garantizando que la experiencia tecnológica sea tan intuitiva y simple como sea posible.

Para allanar el camino hacia la realización de una fuerza laboral aumentada, los líderes deben defender la visión de la colaboración humano-tecnológica en distintos niveles como un vector para el cambio positivo en el lugar de trabajo.

Klaus Schwab afirma que ni la tecnología ni la disrupción que la acompaña son una fuerza exógena sobre la que las personas no tenemos control. Somos responsables de guiar su evolución en las decisiones que tomamos a diario y debemos aprovechar la oportunidad para dar forma a un futuro que refleje nuestros objetivos y valores comunes7.

Finalmente, todo se reduce a las personas y los valores. La decisión es nuestra.

Referencias:

1 SCHWAB, K. (2016): “The Fourth Industrial Revolution”. World Economic Forum.

2 CLINE, B. et al. (2018): “The augmented workforce”. KPMG.

3 https://www.weforum.org/

4 HARARI, N.Y. (2014): “De animales a dioses. Breve historia de la humanidad”.

5 MAKHZANI, A. (2020): “Augmented Work: how new technologies are reshaping the global workplace”. Worktech Academy Mirvac.

6 CITRIX (2020): “Work 2035: How people and technology will pioneer new ways of working”.

7 SCHWAB, K. (2015): “The 4th Industrial Revolution: What It Means, How to Respond”. Foreign Affairs.


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