FMContract Workplaces
#112 Octubre 2023

Diseñando en tiempos de incertidumbre

Por Elvira Muñoz Beraza*

ALGUNAS MARCAS QUE NOS ACOMPAÑAN

Una publicación de Contract Workplaces


Los efectos de la pandemia han modificado los hábitos y las expectativas de todos: usuarios, empleados, viajeros, estudiantes, pacientes, etc. Esto significa que los espacios que habitamos no pueden seguir siendo diseñados como antes de la crisis sanitaria; la evidencia es que las inversiones en el sector inmobiliario han disminuido, a menos que las empresas demuestren su compromiso con el medio ambiente y sean conscientes de su impacto social. ¿Cómo podemos los diseñadores anticiparnos a estas demandas?

En el comienzo de su charla, Elvira Muñoz Beraza afirma que, en estos tiempos en los que todo va tan rápido, las empresas tienen grandes desafíos; son conscientes de que deben tomar decisiones, pero no saben bien qué camino tomar: una remodelación, un edificio nuevo, reducir gastos, etc. La realidad es que lo que necesitamos es poder adaptarnos con facilidad y velocidad, incluso a situaciones tan tremendas como lo fue la pandemia.

Sin embargo, la pandemia ha pasado y seguimos paralizados, esperando que todo vuelva a ser como antes. Pero, ¿de verdad queremos volver al trabajo todos los días de 9 a 5, con los viajes y los atascos de tráfico incluidos? El trabajo híbrido nos ha traído muchas cosas buenas (la flexibilidad, sobre todo), pero tampoco es la solución; nuestros hábitos han cambiado radicalmente y los espacios de trabajo preCovid no responden a las nuevas expectativas. Además, la mayor parte de la gente se siente estresada y han comenzado a surgir una cantidad de efectos negativos tales como la soledad y el aislamiento. Y mientras tanto, las oficinas siguen vacías.

En este escenario tan incierto, Elvira nos cuenta que los desafíos clave que debe abordar el diseño de los espacios de trabajo son: la adaptabilidad, la resiliencia, la versatilidad, el asombro y la volatilidad. Y a esto debemos sumarle un tema que no es menor: la disminución del flujo de inversiones en el sector inmobiliario.

¿Cómo podemos diseñar para un futuro tan incierto y encontrar inspiración?

Elvira afirma que en el mundo siempre ha habido crisis; esta no es la primera vez y tampoco será la última. Y es por esto que cree que nos tenemos que inspirar en los audaces, como los fabricantes del icónico Mini Cooper que surgió de la escasez de combustible. En 1956, como consecuencia de la Crisis del Canal de Suez que redujo el suministro de petróleo, el Reino Unido sufrió racionamiento y las ventas de automóviles cayeron en picada. Entonces, la empresa decidió crear un coche pequeño, fácil de conducir, económico y de bajo consumo. El resultado tuvo un éxito fantástico en todo el mundo que sigue estando vigente. Tanto es así que en el año 2001, BMW lanzó una moderna reinterpretación del modelo, 42 años después del lanzamiento del Mini original.

Esto nos dice que debemos encontrar inspiración también en otros ámbitos, y para ello Elvira propone tres posibilidades:

→ El urbanismo. Podemos pensar la oficina como una ciudad y decidir qué tipología preferimos: un planteo estructurado, centrípeto, con un único foco donde están todos los espacios comunes, o una propuesta más versátil, como muchas ciudades europeas que tiene múltiples focos con características diferentes, donde siempre nos estamos moviendo y en cada sitio se descubren cosas nuevas. Hay que tener presente, afirma Elvira, que las oficinas –tal como las ciudades– deben poder crecer, adaptarse al flujo cambiante de gente y seguir funcionando. Una oficina con múltiples puntos de interés y espacios comunes abiertos o semiabiertos estimula el descubrimiento y hace que las personas se muevan más.

→ Los espacios públicos. Elvira pone en valor la importancia de la cocreación y la participación en el desarrollo del diseño. Para ello nos trae el ejemplo de la Ody Library en Helsinki, un proyecto que se llevó a cabo mediante un proceso que dedicó muchísimo tiempo a hablar con toda la comunidad a fin de entender cómo lograr que el edificio transmitiera una sensación de identificación y pertenencia.

→ La hotelería. Este sector, que ha sabido reinventarse después de cada crisis, ofrece sobre todo experiencias, opciones. Eso es muy importante en las oficinas; hay que brindar espacios para elegir y diseñar una experiencia especial y única que hará que las personas quieran ir a la oficina.

Diseñar para obtener resultados de negocios

Para diseñar bien hay que centrarse en las preguntas, asegura Elvira. No solo hay que preguntar para cuantificar las actividades; también hay que preguntar para entender el “para qué”, cuál es el propósito de la empresa. Las mediciones son muy importantes, pero una vez que sabemos todo eso es preciso pasar al siguiente nivel, mucho más profundo: analizar los objetivos del negocio. ¿Para qué se realizan las actividades? ¿Qué es lo que los miembros del plantel tienen que resolver entre todos: solucionar problemas, innovar, trabajar para la comunidad?

Como dice Simon Sinek, hay que comenzar por el por qué. Y, dependiendo de las preguntas que hagamos (actividades vs. resultados), obtendremos distintos tipos de soluciones.

Diseñar para provocar experiencias memorables

Cuando diseñamos una oficina debemos pensar en qué tipo de problemas vamos a solucionar. Si solo nos enfocamos en el aspecto funcional, la frustración de los usuarios comienza enseguida; la expectativa empieza a crecer. Si además conseguimos que la vida sea más fácil, que se trabaje mejor, que los resultados lleguen antes, entonces la satisfacción crece. Pero, si logramos reflejar el propósito y el sentido de la empresa, el diseño permanecerá vigente durante mucho tiempo más. Teniendo en cuenta que el diseño de interiores tiene una vida media de 5 años, comenta Elvira, el tema de la sostenibilidad en el tiempo comienza a transformarse en una cuestión de gran relevancia.

Por esto es muy importante diseñar para crear una experiencia potente como la de los hoteles. Las oficinas deben ser una experiencia física excepcional, generar emociones y promover la cultura y el sentido de pertenencia.

Diseñar para generar serendipia

El verdadero reto no reside únicamente en diseñar un lugar de trabajo que brinde las condiciones para los encuentros, sino en conectar a las personas correctas, independientemente de dónde se encuentren. Para ello, Elvira nos ofrece algunas estrategias:

→ Facilitar el intercambio de conocimientos y experiencias para que las personas estén conectadas todo el tiempo, para que sea muy fácil colaborar en cualquier sitio y para que puedan elegir dónde exponer sus ideas.

→ Diseñar espacios para la conectividad total.

→ Diseñar espacios para la colaboración espontánea.

→ Promover la creatividad y la innovación brindando áreas para el relax, la cocreación y la innovación.

→ Reflejar la identidad de marca y ayudar a las personas a ser más eficaces.

→ Crear espacios reconfigurables y versátiles.

→ Crear sentido de pertenencia para todas las generaciones.

Usar nuestros superpoderes

Elvira desafía a los diseñadores a utilizar sus muchos “superpoderes”, pero entre los dos más importantes destaca la creatividad (mirar, observar y abrir los ojos) y la empatía (no tomarnos como referencia y entender al otro). Entonces, hay que preguntar, escuchar, analizar, pedir opiniones, proponer.

Elvira también remarca la importancia de los procesos de cocreación. El diseño implica pasar de una cultura del “yo” a una cultura del “nosotros”, cambiar la mentalidad desde lo individual hacia lo colectivo. Esto tiene grandes beneficios porque cuando la gente participa, comprende y respeta las normas el resultado es el orden. Si no las entiende, el resultado es el caos.

Para crear esta nueva mentalidad Elvira nos deja unos consejos:

→ Abrazar la incomodidad de no saber. Tenemos que tener la mentalidad de aprenderlo todo.

→ Abandonar el perfeccionismo, no tener tanto miedo de hacer las cosas; es mejor probar. Intentar hacer cosas nuevas, aprender cosas nuevas.

→ No avanzar solos, tenemos que caminar en equipo. Conectarse con otros, aprender de sus experiencias y perspectivas.

Zoom-out significa tomar distancia, mirar el mundo desde otra perspectiva. Desarrollar una visión amplia de los problemas, identificar aspectos y supuestos que, de otro modo, serían invisibles.

Por último, Elvira nos deja con una reflexión: el buen diseño (aquel que promueve la productividad, la motivación, la satisfacción y el sentido de pertenencia de los empleados) a lo mejor es más caro, pero el diseño barato cuesta mucho más.


*Elvira Muñoz Beraza es Directora de Diseño Interior para Europa, Medio Oriente y África de AECOM y DSID Program director en IE School of Architecture & Design. Su equipo ayuda a los clientes a articular e identificar problemas, desafíos y oportunidades que pueden verse afectados positivamente a través del diseño, centrándose especialmente en el impacto positivo en las iniciativas ESG a través de Design Metrics.


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