En la misma medida que las nuevas generaciones se han ido incorporando al mercado laboral, las empresas se han enfrentado a la necesidad de habilitar espacios adecuados a los nuevos tiempos, caracterizados por mayor flexibilidad y colaboración, armonizando los espacios de trabajo para que su diseño también contribuya con el aumento de la eficiencia.
Los especialistas en el área apuntan a que han crecido las exigencias para las oficinas, pues hoy no sólo se espera que sean funcionales, sino que además soporten la movilidad de sus equipos, sean sustentables e intensivas en el uso de la tecnología.
Así lo detalla la gerente general de Contract Workplaces, Carolina Pérez, quien dice que la tendencia en este ámbito apunta a disminuir en su máximo el uso de oficinas privadas, privilegiando la colaboración y la flexibilidad.
“En las nuevas oficinas, las jerarquías se diluyen en espacios más abiertos y transparentes. El típico cubículo de las décadas pasadas ha dado paso a planos de trabajo compartido, con paneles más bajos o inexistentes”, comenta. De esta manera, añade, “las empresas facilitan el intercambio de ideas y las reuniones informales, además de optimizar el uso del metro cuadrado”.
En el último tiempo el diseño ha potenciado zonas multifuncionales, como áreas de descanso y de encuentro informal. En lugar del clásico comedor, dice Pérez, las nuevas oficinas incluyen pequeñas cafeterías, gimnasios, “siestarios” y hasta salas de juegos para los empleados.
“Los clientes buscan espacios cómodos, acogedores y eficientes donde puedan trabajar en equipo”, apunta el director de Andes Business Center, Tomás del Río, subrayando que, aunque todo depende de lo que cada empresa busque, hoy se busca integrar al equipo y no delimitarlo.
Por otro lado, al incorporar estrategias de diseño que estimulen el dominio emocional también se pueden mejorar la participación, el compromiso, la salud y la productividad de las personas.
“Se ha demostrado el impacto que el diseño de la oficina tiene sobre el bienestar y el estado de ánimo tanto de los trabajadores como de los clientes, además de ayudar a definir la identidad corporativa, mejorar la retención y el reclutamiento, colaborar con el bienestar, la creatividad y el compromiso de los empleados”, asevera Pérez.
FUENTE: Diario Financiero, Chile, 17 May 2018
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