Gestión del cambio organizacional: claves para el éxito empresarial

En un mundo donde los cambios son cada vez más vertiginosos, la capacidad de las empresas para adaptarse y evolucionar es esencial para lograr el éxito a largo plazo. En América Latina este desafío se multiplica, ya que a las transformaciones globales se suman las particularidades de una región marcada por distintos desafíos, tanto sociales como políticos y económicos. En este contexto, la gestión del cambio organizacional (o Change Management) se vuelve clave para afrontar estos retos y facilitar la adaptación efectiva de las empresas.

Es por esto que la Gestión del Cambio se ha convertido en una herramienta fundamental para las organizaciones que desean prosperar.

En este artículo, exploraremos la importancia de la Gestión del Cambio y su impacto significativo en la transformación de empresas.

Importancia de la gestión del cambio en empresas

La consultoría en Gestión del Cambio se ha convertido en una aliada esencial para las empresas en América Latina, ya que, correctamente implementada, es una herramienta que asegura una transición más suave y eficiente durante los procesos de cambio, evitando disrupciones en la productividad y pérdida de talentos críticos.

Transformación Organizacional:

América Latina está atravesando una creciente necesidad de transformación organizacional para mantenerse competitiva en el mercado global. Es por eso que cada vez más organizaciones deciden implementar estrategias de cambio empresarial que les permitan mantener sus niveles de rentabilidad, mientras se adaptan a las realidades cambiantes. Aquí, la gestión de equipos se convierte en un aspecto fundamental para lograr que el cambio sea efectivo y fluido en toda la organización.

Gestión del Cambio Cultural:

La cultura organizacional desempeña un papel crucial en la adaptación al cambio. Es fundamental que a la hora de diseñar una estrategia de gestión del cambio, se haga un correcto diagnóstico de las características culturales de la organización y una efectiva identificación de las posibles barreras y facilitadores, de manera de mitigar cualquier resistencia al cambio entre los empleados.

Beneficios de implementar una gestión del cambio efectiva

Aplicar un plan de gestión del cambio adecuado puede tener un impacto positivo en diversos aspectos de una empresa, incluyendo su desempeño financiero, productividad y retención de empleados.

Mejora del desempeño financiero:
Según el estudio de McKinsey & Company, “Change Leader, Change Thyself” de 2010, las empresas que implementaron cambios de manera efectiva tuvieron un 143% más de probabilidades de superar a sus competidores en términos de rentabilidad financiera.

Aumento de la productividad y eficiencia:
El informe de Prosci titulado “Best Practices in Change Management – 2018 Edition”, sugiere que el 96% de las organizaciones que utilizaron una metodología formal de gestión del cambio reportaron mejoras en la productividad.

Reducción de la resistencia al cambio:
El mismo estudio de Prosci menciona que las organizaciones que aplicaron una estrategia de gestión del cambio tuvieron un 94% menos de resistencia al cambio.

Aumento de la retención de empleados:
El estudio de Towers Watson  “2008/2009 Change and Communication ROI Study Report”, revela que las organizaciones que gestionan el cambio de manera efectiva tienen una retención de empleados un 50% mayor en comparación con aquellas que no lo hacen.

En resumen, la Gestión del Cambio se ha convertido en una pieza fundamental para el éxito sostenible de las empresas en América Latina. Las estadísticas respaldan su importancia, ya que las empresas que abrazan el cambio de manera estratégica están mejor posicionadas para enfrentar desafíos, aumentar la rentabilidad y construir una cultura organizacional sólida. 

Para aquellas organizaciones que buscan destacarse en un mercado en constante evolución, la gestión del cambio organizacional se convierte en un aliado valioso en su viaje hacia el éxito. Aplicarla de forma estratégica les permite no solo adaptarse a nuevas realidades, sino también aprovechar las oportunidades que trae consigo la transformación.

Acompaña a tu equipo durante los procesos de transformación, minimizando la resistencia al cambio y fortaleciendo su sentido de pertenencia. ¡Asesórate con nuestros expertos en Change Management!

Diseño y construcción de oficinas modernas

Diseño de oficinas Navent Argentina por Contract Workplaces

Conectar a los usuarios con la vivienda y el trabajo de sus sueños – Navent Argentina

Navent es una empresa líder en Latinoamérica nacida en la Argentina que se especializa en clasificados online desde hace más de 20 años. La compañía –que mantiene un crecimiento exponencial desde su inicio y hoy se encuentra presente en 8 países de la región– está enfocada en ayudar a las personas en la búsqueda de empleo y bienes inmuebles.

Diseño de oficina de Navent Argentina por Contract WorkplacesLas nuevas oficinas de Navent en la ciudad de Buenos Aires están ubicadas en el piso 25 de una moderna torre en el barrio de Nuñez –un distrito con un gran desarrollo comercial– que cuenta con visuales panorámicas al Río de la Plata y al resto de la ciudad.

A fin de darle una identidad nueva y única a la marca, la arquitectura corporativa de las nuevas oficinas de la empresa debía cumplir con el objetivo de reunir en un mismo espacio de trabajo a sus dos principales locaciones, cada una con culturas y dinámicas de trabajo diferentes. 

El desafío que significó unir ambos mundos comenzó con un trabajo de consultoría en Workplace Strategy para entender la actividad presente en ambos lugares, unificar requerimientos y establecer criterios comunes.

Diseño de oficinas Navent Argentina por Contract Workplaces

Diseño de oficinas Navent en Argentina

El diseño conceptual que se planteó desde Contract Workplaces consistió en representar la misión y visión de la compañía: conectar a los usuarios con la vivienda y el trabajo de sus sueños. Así, “conectar” se convirtió tanto en el objetivo primario y esencial de la experiencia diaria de trabajo como en el punto de partida para dotar a la empresa de una identidad única.

El proyecto se desarrolló sobre una planta de 2.500 m² a partir de cuatro puntos de interés, o hitos, que conectan los distintos grupos de trabajo que se ubican en el espacio intersticial. Esos “conectores” no solo permiten el encuentro de los empleados para fomentar la interacción; también incentivan el método agile de trabajo.

Remodelación de oficina Navent Argentina por Contract Workplaces

Para el área operativa se optó por un diseño de planta abierta con los puestos de trabajo distribuidos cerca del perímetro para aprovechar la luz natural y las vistas al exterior. La disposición oblicua de los escritorios le otorga un elemento de sorpresa al layout al mismo tiempo que transmite dinamismo al espacio. 

Remodelación de oficinas Navent Argentina por Contract Workplaces

Tanto los despachos privados como las salas de reuniones formales se ubicaron en un extremo de la planta mientras que los Phone Booths, los Meetings y las salas de reuniones para pocas personas se dispusieron en relación con los conectores de uso público. De esta forma, los colaboradores pueden pasar de una charla espontánea en las gradas, por ejemplo, a un entorno más privado en la gran variedad de Meetings que ofrece el proyecto.

La cafetería, ubicada cerca de la recepción, cuenta con una extensa barra que articula la zona de mesas con un área que dispone de sillones tipo lounge, aptos tanto para relajarse como para trabajar en un ámbito más descontracturado.

Construcción de oficina Navent Argentina por Contract Workplaces

Con respecto a la materialidad del proyecto, se utilizó una paleta de colores amplia que busca representar y darle identidad a cada una de las marcas que conforman la empresa Navent. Para ello se trabajó con diferentes gamas tonales, texturas y tramas que, además, confieren al espacio un carácter lúdico y escenográfico. 

La gráfica y el branding tuvieron un lugar de privilegio en el desarrollo de las estas oficinas convirtiéndose en un elemento protagónico en muchos de sus espacios.

Superficie: 2500 m2

Plazo de obra: 100 días

Tipo de obra: Llave en mano

Año: 2021

Tipo de industria: Tecnológica

PM Responsable: Romina Chalcovich

Proyectista: Javier Pihn

Contruccion de oficinas Colbun Chile por Contract Workplaces

El ADN de la compañía como concepto unificador – Colbún Chile

Colbún S.A. es una empresa chilena dedicada a la generación de energía eléctrica con más de 35 años de presencia en el país y 25 centrales instaladas. Como parte del proyecto de renovación de sus oficinas centrales ubicadas en la comuna de Las Condes, Región Metropolitana, la compañía encaró la intervención y rehabilitación de sus 9 pisos junto con Contract Workplaces en un plan de cuatro etapas. 

Contruccion de oficinas Colbun Chile por Contract Workplaces

Al analizar el conjunto de las plantas existentes encontramos que tenían un patrón común: los espacios de trabajo se encontraban disgregados, lo cual dificultaba el encuentro entre los colaboradores, y a esto se sumaba la falta de áreas comunes y de uso colectivo. 

A la hora de encarar el nuevo proyecto que se desarrolla en 6.000 m² distribuidos en 9 plantas, se tuvieron en cuenta los cinco aspectos que reflejan el ADN de la compañía: integridad, innovación, excelencia, colaboración y pasión.

El diseño conceptual gira en torno a la generación de un lenguaje común que unifique todo el proyecto. Para ello, se crearon tres alternativas que aplican en cada piso de acuerdo con los requerimientos y el carácter de cada uno: Foco Cliente”, “Foco Equipo” y “Foco Colaborativo”.

Interiores de Oficinas Colbun Chile por Contract Workplaces

La Etapa I se centró en el Foco Colaborativo en los pisos 14 y 20, lugar donde se ubican los equipos de trabajo. El partido general se basó en la unificación de la planta a través de la implementación de un layout en Open Space con las oficinas cerradas ubicadas sobre el perímetro, pero con una fluida conexión visual a lo largo de todo el piso. 

En el centro de la planta se ubicaron las áreas colaborativas (espacios de Brainstorming, Informal Meetings y Meeting Box) junto con el área operativa, de manera que se puedan generar distintas instancias de interacción entre los colaboradores, ya sean estas formales o informales. A fin de reforzar la integración del equipo se definió la misma tipología de mobiliario para todos los miembros del plantel. En el área central también se ubicó el Work Coffee, apuntalando la intención de potenciar los vínculos y las oportunidades de reunión de los equipos. 

Habilitación de oficinas Colbun Chile por Contract Workplaces

Con respecto a la materialidad del proyecto, se definió una paleta de colores y texturas con carácter e identidad propios. El uso de elementos naturales tales como la textura de la madera junto con la presencia de una profusa vegetación en todos los ámbitos, generan una atmósfera cálida y acogedora que incrementan la sensación de pertenencia de los colaboradores. La elección de tonos neutros en la alfombra y el equipamiento refuerzan la idea.

La búsqueda de una impronta y un lenguaje comunes a todo el proyecto, sumado a la necesidad de mayor integración de los equipos, dio como resultado un espacio de trabajo amplio, interconectado, colaborativo y funcional. De esta manera, las nuevas oficinas de Colbún reflejan una imagen acorde con la identidad de la empresa.

Arquitectura de oficinas Colbun Chile por Contract Workplaces


Superficie: 1.436 m2 (plantas 14 ° - 20 °)
Duración: 485 días
Ubicación: Las Condes - Santiago
Tipo: Proyecto llave en mano
Año: 2020
País: Chile
Actividad: Energía y Minería
Arquitecta Gerente: Consuelo Larrea
Arquitecta conceptual: Celina Barranco
Arquitecto de desarrollo: Jorge O’Ryan
Mobiliario: Giuliani / Cerantola / Contatto
Diseño gráfico: Camilo González
Diseño: Contract Workplaces
Interiores oficinas de Takeda Argentina por Contract Workplaces

Ecosistema de trabajo saludable: hacer posible lo híbrido

A medida que avanzamos rápidamente hacia un mundo laboral más mixto, ¿cómo se ve un ecosistema de trabajo híbrido y saludable para los trabajadores del conocimiento?

Interiores oficinas de Takeda Argentina por Contract WorkplacesUn ecosistema eficaz para el trabajo híbrido que combine el hogar y la oficina deberá satisfacer una variedad de necesidades de los empleados.

Esa fue una pregunta formulada por un grupo de tres diseñadores: Namrata Krishna de Heta Architects, Muriel Altunaga de CBRE y la consultora independiente Yvonne Pinniger, en un taller virtual que realizaron durante el Congreso Internacional de Diseño de Ciudades Saludables 2020.

El taller se estableció en un futuro próximo, cuando la vacunación generalizada nos haya permitido adaptarnos a una nueva normalidad y se pidió a un grupo de participantes expertos de todas las disciplinas de la salud, la arquitectura, el diseño y la planificación que participaran en un enfoque interactivo centrado en el ser humano para comprender qué hace posible un ecosistema ideal. Como resultado, estos fueron los conceptos más importantes que surgieron de dicho taller:

• Paz y tranquilidad: la necesidad de un entorno o espacio de trabajo separado desempeñó un papel más importante en el hogar, más allá de la mera creación de límites entre lo personal y lo profesional. Se consideró como necesidad evitar el ruido y las distracciones a lo largo del día, ya sea realizando un trabajo enfocado o participando en una llamada grupal o en una colaboración. El miedo a ser interrumpido o molestado se convirtió, en sí mismo, una distracción del trabajo, requiriendo más preparación y negociación del entorno con los demás habitantes.

• Comodidad y proximidad: la proximidad a los amenities como espacios de trabajo especializados, entornos al aire libre, instalaciones para la preparación de alimentos/comidas, instalaciones para hacer ejercicio y otros como servicios de tintorería, por ejemplo. Los distritos comerciales están diseñados en torno a las necesidades de los trabajadores, pero cuando se trabaja únicamente desde casa, la gente descubre que se están perdiendo algunos servicios realmente valiosos.

• Tiempo negociable: dada la experimentación y los desafíos relacionados con la programación del tiempo de trabajo durante la pandemia, seguir teniendo flexibilidad y control sobre la gestión del tiempo se ha vuelto, en muchos casos, fundamental. Desde flexibilidad en el horario de inicio de la jornada, permitiendo pausas más largas para el almuerzo, hasta ajustar las horas de trabajo para aprovechar la luz del día para actividades al aire libre y ejercicio.

• Cultura de apoyo: en casa, esto tendía a ser más sobre liderazgo, capacitación y apoyo de la organización, y en la oficina, se trataba más de autonomía, identidad y pertenencia. Esto probablemente se deba a que estas son las áreas en las que las personas sienten que faltan más en el escenario opuesto; por ejemplo, cuando trabajan desde casa, la mayoría de las personas automáticamente tienen más autonomía porque son menos visibles, pero podrían sentirse más aisladas y desconectadas de sus colegas. 

Artículo extractado de Worktech Academy

Bienestar digital

La clave es equilibrar los beneficios y las desventajas derivados de la conectividad móvil.

El uso intensivo de la tecnología, que ya era incuestionable antes de la cuarentena, se ha vuelto mucho más ostensible en estos días de Home Office. Los cambios en las modalidades habituales de trabajo, la transformación de las relaciones interpersonales, la hiperinformación, el desvanecimiento de los límites entre la vida personal y laboral invadiendo los momentos de descanso, son algunas de las causas que están ocasionando un aumento del estrés y la sobrecarga tecnológica.

Hoy en día, la posibilidad que brindan las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) de estar siempre conectados y localizables, puede transformarse en una dificultad para desconectarse del trabajo, manejar la creciente cantidad de información que se recibe y dar respuesta a las demandas. Esto, que ya era un problema en condiciones normales, ha aumentado mucho más en el curso de la actual pandemia. Las mismas tecnologías que nos ayudan a mejorar la eficiencia y la productividad tienen un costo agregado: la presión de estar constantemente disponibles, conectados y sobreinformados.

Estar permanentemente en línea nos enfrenta a un gran desafío: cómo obtener un equilibrio saludable entre la conectividad y la desconexión.

Sobrecarga digital
Si bien la conectividad ubicua brinda la posibilidad de elegir cuándo, cómo y dónde trabajar, el exceso de tecnología también puede trastocar las prioridades y el comportamiento de los colaboradores. Al descuidar actividades vitales tales como por ejemplo, la actividad física, el contacto personal y el sueño, las personas pueden comprometer su salud y bienestar.

La disponibilidad permanente que promueve el uso de las TIC –incluso fuera del horario laboral– hace que los límites entre el trabajo y la vida personal se difuminen. Como resultado, la experiencia de las personas se deteriora e impacta sobre la salud mental y la satisfacción: cada vez resulta más difícil conseguir un distanciamiento psicológico del trabajo para recuperase de las demandas laborales que agotan los recursos cognitivos y emocionales de las personas.

Estas expectativas sobre la disponibilidad y la respuesta inmediata limitan la percepción de libertad para desconectarse: los empleados pueden sentirse obligados a verificar, efectuar y responder todo tipo de mensajes (independientemente de si la presión es real o no) lo cual alienta la presencia on line fuera de las horas de trabajo.

El estado de alerta permanente que supone la conectividad ubicua puede reproducir las jerarquías de poder subyacentes en la organización, de modo que los empleados perciben la presión para responder los correos o mensajes de sus superiores después de las horas de trabajo por temor a una evaluación negativa. Esto resulta en un “estrés de disponibilidad”.

El bienestar digital se alcanza cuando somos capaces de lograr un equilibrio óptimo entre los beneficios y las desventajas derivados de la conectividad móvil.

Este problema ha llegado a ser tan importante que, en países como Francia, se ha regulado el uso de las herramientas digitales fuera del horario de trabajo y durante los fines de semana, responsabilizando a ambas partes (empleado y empleador) de su cumplimiento efectivo.

Por otra parte, el cúmulo de correos electrónicos, informes y mensajes de todo tipo que recibimos durante las 24 horas genera una sobrecarga de información que habitualmente es más de la que somos capaces de procesar. El resultado puede ser la postergación o la toma de decisiones equivocadas. Además, la sobrecarga informativa produce una disminución de la satisfacción laboral, el bienestar y la productividad de los empleados junto con un aumento significativo del estrés.

Esto nos lleva a lo que muchos estudios llaman “la paradoja de la conectividad móvil”: mientras por un lado gozamos de los beneficios que nos brindan las TIC para realizar nuestro trabajo con más flexibilidad y mayor productividad, al mismo tiempo padecemos una cantidad de inconvenientes derivados de su gran penetración en todos los ámbitos de la vida. Y dado que ambos aspectos son coexistentes, el bienestar digital solo se alcanzará cuando seamos capaces de lograr un equilibrio óptimo entre los beneficios y las desventajas derivados de la conectividad móvil.

El bienestar digital, en definitiva, es una experiencia individual y subjetiva que se compone de nuestras evaluaciones emocionales y cognitivas sobre la integración de la conectividad digital en la vida cotidiana.

Cómo alcanzar el bienestar digital
En este momento, en el que una gran cantidad de personas están haciendo Home Office debido a las medidas sanitarias, es más importante que nunca que las empresas establezcan pautas y brinden recomendaciones tendientes a promover el bienestar digital de sus trabajadores. Estas deben prever tanto el derecho a la desconexión como la promoción de conductas saludables que lleven a un uso razonable de los dispositivos digitales. A continuación, dejamos algunas sugerencias:

Establecer rutinas

Mantener una rutina de trabajo constante durante el día genera un clima de estabilidad y orden. Cumplir con las horas de trabajo habituales facilita que el cuerpo y la mente reconozcan el final de la jornada laboral y evita perder la noción del tiempo con el riesgo de trabajar hasta la noche.

Tomar descansos regulares

Además de tomar un descanso apropiado para el almuerzo, también es beneficioso hacer pausas breves regularmente. Si las normas sanitarias debidas a la pandemia lo permiten, salir a caminar ayuda a desconectarse. Respirar aire fresco puede elevar los niveles de oxígeno en el cerebro, lo que a su vez aumenta los niveles de serotonina, el neuroquímico de la felicidad.

Poner límites

En estos tiempos de pandemia, equilibrar el trabajo en casa con la vida familiar puede ser un gran desafío. La tecnología invade todos los ambientes, los límites se desbordan fácilmente y la tentación de trabajar en cualquier lugar de la casa se torna irresistible. Establecer un lugar fijo con alguna barrera alrededor del espacio donde se trabaja ayudará a mejorar la productividad y a preservar la vida familiar evitando el estrés.

Desconectarse

Cuando termina la jornada laboral es recomendable apagar, silenciar o cerrar sesión en los dispositivos o aplicaciones con los que se trabaja. Esto hará que sea mucho más fácil desconectarse de las preocupaciones del día. De esta forma, el cuerpo y el cerebro pueden recargarse para el día siguiente.

Planificar el fin del día

Planificar una actividad para el fin de la jornada laboral ayuda a diferenciar entre el trabajo y la vida personal. Puede ser un entretenimiento, tiempo para meditar, hacer ejercicio o hablar con la familia y amigos. Esto ayuda a desconectarse del trabajo y a prepararse para el descanso.

Respetar los horarios de sueño

El sueño y la tecnología son una mala combinación. Una buena higiene del sueño requiere horarios regulares, no usar pantallas a la hora de dormir y dejar todos los dispositivos fuera de la habitación. Además de alejar el impulso de seguir conectado, esta práctica ayuda tener un descanso más reparador; se ha descubierto que la luz azul emitida por las pantallas puede alterar los ritmos circadianos y reducir la calidad del sueño.

La implementación de estas y otras medidas preventivas para lograr el bienestar digital de los trabajadores podría ayudar a reducir el riesgo de enfermedades derivadas del uso excesivo de la tecnología al mismo tiempo que se aprovechan todos los beneficios que brinda el uso de las TIC.

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¿Conversaciones cara a cara o videoconferencia?

Por qué son tan diferentes y cómo encontrar el equilibrio

Desde que el desarrollo de la tecnología nos independizó de la tiranía del escritorio, la posibilidad de trabajar desde casa o desde cualquier otro lugar alternativo –eligiendo cómo y cuándo hacerlo– siempre fue uno de los beneficios más apreciados por los empleados. Pero fue a raíz de la pandemia de Covid-19 que el teletrabajo se consolidó como tendencia global frente a la necesidad de distanciamiento social.

Y, si bien es cierto que en este momento se presenta como la mejor opción para frenar los contagios, el teletrabajo presenta sus pro y sus contra. Por un lado, hay trabajos que se pueden realizar sin problema en forma remota con grandes beneficios (mayor equilibrio entre el trabajo y la vida personal, menor impacto medioambiental, aumento de la flexibilidad, etc.); pero, por el otro, no hay que perder de vista las grandes ventajas que aporta la colaboración cara a cara con más personas.

Sabedoras de la íntima relación que existe entre las interacciones personales y la innovación, no sorprende que, para las empresas más exitosas y creativas del planeta, la colaboración cara a cara sea un dogma alrededor del cual han construido sus estrategias de workplace. Las ideas originales no suelen surgir mientras nos sentamos solos frente a un monitor aunque estemos participando en una concurrida videoconferencia. Después de un tiempo, las interacciones virtuales pueden resultar extenuantes para el cerebro y nos dejan con la sensación de que no hemos resuelto nada.

¿Qué es lo que nos estamos perdiendo a través de los medios digitales que hace insustituibles a las relaciones presenciales?
Las organizaciones son sistemas sociales que dependen de la comunicación entre sus partes para funcionar. Pero la comunicación no se limita solo al lenguaje hablado. El canal no verbal transmite significados e intenciones a través de los gestos, la expresión, el tono, etc. Incluso las señales proxémicas pueden influir en el significado de un mensaje.

La comunicación cara a cara es nuestro modelo de comunicación más eficaz porque así fue como evolucionamos; de esta forma, podemos percibir e interpretar todas las señales que se emiten durante la interacción social. De acuerdo con las investigaciones clásicas *1 el 55% de la comunicación es no verbal mientras que el 38% incluye el tono de voz y solo el 7% está en relación con las palabras y el contenido. De esto se infiere que la comunicación no verbal es un componente clave para una interacción y una colaboración exitosas que solo se da en los encuentros cara a cara.

Este segundo canal de comunicación, que no gira en torno a las palabras sino a las relaciones sociales, influye profundamente en las decisiones importantes que tomamos en nuestra vida a pesar de que, en gran medida, el mecanismo nos es desconocido porque opera a nivel inconsciente. Cuando queremos comunicar algo importante la vía elegida suele ser el encuentro personal.

Según Alex Pentland *2, profesor del MIT MediaLab, estas señales sociales no son solo un complemento del lenguaje verbal sino que forman una red de comunicación separada que tiene una gran influencia en nuestro comportamiento. Durante un encuentro casual o una reunión cara a cara, el tono de voz, la risa, la postura corporal, los gestos, etc., revelan los deseos e intereses de cada individuo así como su posición dentro del grupo. Estas señales acompañan cada tema de discusión y comunican de forma implícita el consenso general a cada miembro en la toma de decisiones.

Otra ventaja que ofrecen los encuentros cara a cara es la posibilidad de interactuar con objetos, desde un modelo tridimensional hasta un gráfico esbozado en una pizarra. Existen investigaciones *3 que muestran que la manipulación de estos objetos ayuda a los miembros del equipo a llegar a un consenso sobre la tarea que están desarrollando a través de un proceso tan sutil y naturalizado que ni siquiera notan que está ocurriendo. De esta manera, la intervención sobre distintos modelos y elementos durante una interacción cara a cara mejora la creatividad y la sinergia del grupo.

Ahora que el videochat casi se ha vuelto la norma en las relaciones sociales, y no solo las de trabajo, muchos nos preguntamos: ¿cuál es la verdadera diferencia entre la comunicación cara a cara y la videoconferencia?

Estar en una videollamada requiere más atención que una conversación cara a cara, dice Gianpiero Petriglieri, especialista en comportamiento organizacional. En una videoconferencia resulta más arduo interpretar las señales no verbales tales como las expresiones faciales, el tono de la voz y el lenguaje corporal; y prestar más atención consume mucha energía porque no es natural. Dado que los humanos evolucionamos como seres sociales, percibir y analizar estas expresiones es algo innato que requiere poco esfuerzo consciente y sirve para sentar las bases de los lazos emocionales. Las videollamadas dificultan el despliegue de estas habilidades y requieren una atención sostenida e intensa a las palabras mientras que el cerebro se concentra en la búsqueda de señales no verbales que no puede encontrar.

El 55% de la comunicación es no verbal mientras que el 38% incluye el tono de voz y solo el 7% está en relación con las palabras y el contenido.

A esto hay que sumarle los problemas de conexión de red que también pueden afectar la calidad de la comunicación. La pérdida de datos en la alimentación de audio y video puede causar voces que no son naturales, sonidos que faltan, silencios imprevistos e imágenes congeladas. Nuestro cerebro necesita hacer un trabajo extra para llenar los vacíos y tratar de decodificar lo que percibe. La energía que utilizamos para superar estas distorsiones en la comunicación termina desviando nuestra concentración de la comprensión del mensaje.

¿Cómo podemos aliviar la fatiga que nos causa esta atención sostenida?
Los expertos sugieren limitar las videollamadas solo a las que sean estrictamente necesarias y encender la cámara de manera opcional para evitar el estrés. La investigación señala que tendemos a pasar la mayor parte del tiempo mirando nuestra propia imagen en la pantalla y esto puede generar una disonancia cognitiva. Una llamada telefónica tradicional puede ser menos exigente para el cerebro ya que la expectativa está concentrada solo en la voz. Por no tratarse de una situación natural, la videoconferencia produce tensión física adicional. Esto, sumado a tener que permanecer relativamente inmóvil frente a una cámara durante largos períodos de tiempo, puede resultar agotador. Para evitar acumular tensiones es importante reconectarse con el cuerpo y realizar alguna actividad física o de relajación entre reuniones.
Programar videollamadas de manera consecutiva no es saludable. Una pausa de solo diez minutos es capaz de brindar tiempo suficiente para caminar un poco, tomar un café y despejar la mente. Puede ser despersonalizante estar en línea todo el tiempo.
Evitar la falacia de la multitarea. Pensar que se puede aprovechar la oportunidad para hacer otras cosas mientras asistimos a una videoconferencia es una trampa peligrosa. La investigación muestra que tratar de hacer varias cosas a la vez reduce el rendimiento.
Lo cierto es que, en el contexto actual –y a pesar del agotamiento mental que pueden generar–, la tecnología es una gran aliada que nos ha permitido mantener las relaciones personales, familiares y laborales de una manera que hubiera sido impensable hace solo unos años. Faltan cosas, por supuesto. Las videoconferencias carecen de la espontaneidad y la riqueza semántica de una reunión cara a cara, la distancia física hace que sea difícil generar camaradería, los encuentros casuales se han vuelto ocasionales y la creatividad es más difícil de fomentar.
Sin embargo, será solo una cuestión de tiempo; en el futuro, las oficinas seguirán siendo un punto de encuentro y de intercambio de conocimiento. Seguramente serán distintas, pero su esencia social –la que hace posible los encuentros fortuitos, las conversaciones casuales, la colaboración, la innovación y el contacto humano– permanecerá intacta.

*1 MEHRABIAN, A. (1981): “Silent messages: Implicit communication of emotions and attitudes”.

*2 PENTLAND, A. (2008): “Honest signals: how they shape our world”.

*3 HINDMARSH, J. & HEATH, C. (2000): “Sharing the Tools of the Trade: The Interactional Constitution of Workplace Objects”. Journal of Contemporary Ethnography.

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Oficinas interior modernas ABB Perú por Contract Workplaces

Por qué es importante la comunicación en el retorno a la oficina

Como parte del plan de gestión de cambios (Change Management), contar con una estrategia de comunicación bien pensada y orquestada, ayudará a respaldar un retorno exitoso a los lugares de trabajo. Esta comunicación debe ser bidireccional, abordar de manera adecuada los detalles de la transición y anticipar las preguntas, inquietudes y preocupaciones de los trabajadores. Algunas de ellas pueden ser:  

– Por qué y quiénes vuelven al trabajo en la oficina. Con qué esquema (todos los días, solo algunos en la semana, en ocasiones especiales)
– Cuáles son las medidas tomadas – tanto en el edificio como en la oficina en sí- para garantizar la salud y seguridad de quienes regresan (protocolos de limpieza, desinfección, convivencia, entre otros)
– Recomendaciones para adaptarse a las nuevas formas de trabajo que propondrá el espacio
– Sugerencias para alternativas de viaje desde sus hogares a la oficina (carpooling, transportes privados, etc.)
– Nuevos protocolos de entrada para empleados y visitantes, de reuniones, etc.
– Lo que será o no suministrado por la empresa: alimentos, bebidas, vajilla, etc.  

Además de los canales de comunicación digitales: correo electrónico, redes sociales, webinar, capacitaciones, se deberá prever la instalación de material impreso en el espacio físico para que las personas sepan qué esperar y cómo actuar en él.

Un parte esencial del plan consiste en el desarrollo de mensajes clave para llegar al público correcto en el momento correcto, además de identificar y capacitar a los líderes del cambio en las competencias necesarias para la nueva normalidad. Ellos tendrán la estratégica misión de expandirlos asertivamente. 

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Es importante que todos los mensajes se transmitan con empatía y que ilustren cómo los nuevos comportamientos podrían beneficiar al colectivo (No es lo mismo decir: “Usa un barbijo” que  “Usemos barbijo”). Además del mensaje en sí, los colores, la iconografía y la tipografía deben transmitir que el espacio es seguro y acogedor. 

Finalmente, es fundamental dar a los empleados una voz, para que logren sentirse cómodos expresándose y comunicándose abiertamente en su lugar de trabajo, de modo que estén motivados para apoyar la estrategia de la empresa. Esto requiere que se les brinde un canal real y accesible para expresar lo que piensan, sienten y experimentan, y fomentar esta interacción mediante herramientas tales como: preguntas y respuestas centralizadas, encuestas, grupos focales. A partir de estas acciones, las compañías podrán contar con datos en tiempo real para conocer lo que sus empleados están pensando o cómo se sienten. 

¿Quieres conocer otros ejes importantes de la vuelta a la oficina? Te invitamos a leer sobre algunas recomendaciones para un retorno seguro. 

Cambio de hábitos

En un mundo que depende cada vez más del suministro de energía hacen falta soluciones sostenibles e innovadoras para poder seguir evolucionando. Debemos preparar el terreno para las generaciones futuras cambiando los patrones de consumo de forma responsable y eficiente. Resulta más barato modificar nuestros hábitos y conductas, la forma en la que vivimos y trabajamos, que construir nuevas instalaciones destinadas a la producción y generación eléctrica. Desde esta perspectiva, la oficina representa una importante oportunidad para optimizar el uso de la energía. La incorporación de la tecnología, la adopción de nuevas modalidades laborales, la eficiencia en el diseño y el uso del espacio de trabajo junto con el compromiso de los colaboradores, constituyen la forma más rápida, económica y simple de reducir el consumo de energía y cuidar los recursos del planeta.

Todos los eventos que nos han hecho progresar tan espectacularmente se concentran en los últimos 10.000 años. Avanzamos cada vez más rápido, multiplicando nuestros conocimientos de un modo exponencial  y todo ese avance se debe al aprovechamiento de la energía.

En el lapso de dos siglos, la energía eléctrica se ha convertido en una parte indispensable de la vida moderna -especialmente en zonas urbanas de alta densidad de población- ya que de ella dependen muchos servicios básicos tales como el suministro de agua potable, el funcionamiento de los ascensores, el transporte público, el sistema de señalización, la iluminación, la producción y conservación de alimentos, la seguridad, la banca, etc. Demás está decir que, sin energía, tampoco habría Internet ni red de telefonía y que los dispositivos móviles serían inservibles.

La mayor parte de nuestras actividades -toda nuestra forma de vida- depende de un suministro constante de energía. Incluso una falta temporal puede llevar al caos en las estaciones de tren, los aeropuertos, los hospitales y la vida económica de un país.

Pero la cantidad de energía que se gasta no depende únicamente del número y la calidad de los equipos que se tengan sino también del uso que hagamos de ellos. Es importante cambiar todo el modelo de vida que se ha creado sobre las bases de una disponibilidad infinita de recursos porque, sin la participación y el compromiso de las personas, ninguna medida de eficiencia energética será exitosa. 

Un nuevo modelo

Hasta principios de la década del 70 la energía parecía inagotable. Sin embargo, actualmente el abastecimiento energético representa una preocupación no solo para el presente sino también para el abastecimiento de las generaciones futuras. 

Cuando consideramos que los edificios comerciales son responsables del 40% del consumo mundial de energía y del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero, se comprende que los esfuerzos deben estar dirigidos a mejorar la forma en la que los construimos y operamos. La buena noticia es que hay una gran oportunidad de ahorro y eficiencia energética en varias áreas. 

Hoy, la gente no necesita ir a la oficina para trabajar. Los nuevos estilos laborales permiten realizar tareas desde la casa o desde terceros lugares más próximos a la vivienda. Así, la necesidad de espacio en la oficina disminuye y solo se usa para reuniones. Los equipos de trabajo se comunican gracias a una amplia gama de herramientas de comunicación digital y el entorno de trabajo se virtualiza. 

Usar menos espacio (o no aumentar la superficie ocupada) es una manera sumamente efectiva de reducir al mínimo el impacto ambiental de una organización. Un edificio que ocupa menos espacio significa menos uso de energía, menos emisiones de carbono, menos residuos y menos consumo de recursos naturales.

Además, con una parte de la fuerza laboral que realiza sus tareas de manera remota, se pueden evitar los desplazamientos diarios hacia el lugar de trabajo con el consiguiente ahorro en transporte y disminución de la polución ambiental. 

Para poner en contexto la importancia de reducir los desplazamientos basta decir que mientras se estima que el 21% de las emisiones globales de CO2 es generado por el transporte, el  total de los edificios (incluyendo residenciales y comerciales) son responsables solo por el 13,5%.

La tecnología, además de facilitar los procesos de la organización, puede ayudar a controlar el entorno físico para proveer eficiencia energética y confort. Los sistemas de automatización de los edificios inteligentes pueden controlar, operar y comunicar infinidad de dispositivos: control de ocupación, de ventilación, de programación y zonificación de los sistemas de climatización, de iluminación, etc.

En resumen, la optimización del uso del espacio, el teletrabajo, la menor cantidad de viajes, la reducción del uso de papel, el aprovechamiento de la luz natural, la automatización de los controles de las instalaciones, entre muchas otras iniciativas, son estrategias que ayudan a hacer un uso eficiente y responsable de los recursos. La oficina es una gran consumidora de energía, por lo que el objetivo principal será garantizar la optimización de toda su operación sin sacrificar el confort y el bienestar de las personas.

El factor humano

Aunque hoy existe una mayor sensibilización de la opinión pública frente a la necesidad de hacer un uso eficiente y racional de la energía, lo cierto es que una gran parte del éxito de las medidas de eficiencia energética que se adopten en una organización dependerá del comportamiento y los hábitos de los usuarios directos: los empleados. Por ello resulta esencial hacerlos partícipes del compromiso adoptado por la compañía para reducir el consumo energético e involucrarlos activamente desde el principio, mediante una comunicación efectiva.

Las investigaciones sobre el comportamiento del consumidor señalan que el vínculo entre las medidas de eficiencia energética y las prácticas del usuario es de vital importancia. Las intervenciones tecnológicas tienen un impacto menor y son más caras de implementar si se llevan a cabo de forma aislada, sin ningún tipo de programa dirigido a fomentar el cambio de conducta.

Los principales factores que, según estos estudios, influyen sobre las pautas del consumidor se clasifican en: actitudes (normas, valores y creencias), contexto social (amigos, familia, trabajo, organizaciones, etc.), contexto ambiental (social, político, cultural, etc.), capacidades personales (conocimientos, educación, nivel socioeconómico) y hábitos o rutinas. Sobre estos últimos habrá que trabajar especialmente ya que la mayor parte de los hábitos son prácticas determinadas socialmente sobre las que no suele haber una reflexión crítica. Desarticularlos puede ser una tarea difícil, pero no imposible.

La Universidad de Sussex desarrolló un modelo para comprender el comportamiento del consumidor relacionado con el uso de la energía que sugiere que cuanto más fuerte es el hábito, menos se reflexiona sobre él. El hábito de viajar en auto al trabajo en lugar de usar el transporte público o ir en bicicleta, es un claro ejemplo de esto.

Otro aspecto de importancia a la hora de implementar cambios en los hábitos de consumo de las personas surge de un reporte de la Agencia Europea de Energía, el cual revela que sin un marco de referencia adecuado, los consumidores no pueden saber si su gasto es excesivo. Esto implica que la comunicación y la retroalimentación continua es esencial para una modificación duradera en el comportamiento. 

Dentro del marco organizacional, la promoción del ahorro energético plantea un desafío particular  ya que los empleados normalmente no tienen ningún incentivo financiero directo para reducir el consumo de energía y rara vez tienen acceso a la información con respecto a su nivel de gasto, además de que cada uno cuenta con sus propios hábitos y pautas personales. 

No obstante, es posible establecer intervenciones relativamente simples y fáciles de implementar. La puesta en práctica de un programa de “educación entre pares” -técnica que ha demostrado ser exitosa en la promoción de la salud- puede ayudar a difundir información sobre cómo y por qué es importante conservar la energía, como así también puede contribuir a fomentar una serie de buenas prácticas tendientes a reducir el consumo entre los empleados. 

Este enfoque resulta eficaz porque los pares pueden captar una mayor atención por parte de los empleados, y al mismo tiempo son percibidos como más confiables en el contexto de este tipo de intervenciones.

¿Hacia dónde vamos?

Cada vez existe mayor conciencia del impacto que las actividades humanas tienen sobre el medio ambiente. Las empresas se han hecho eco de esta preocupación incorporando políticas activas en cuanto a la responsabilidad que les compete. Los problemas energéticos, el agotamiento de los recursos naturales, la contaminación ambiental y el aumento de los residuos pueden tener un impacto negativo sobre el modo en el que funcionan las organizaciones. 

Con el desarrollo de las tecnologías de la comunicación, la creación de entornos de trabajo flexibles aparecerá como la solución más sostenible para que las organizaciones puedan satisfacer sus necesidades de manera más sustentable.

Si a esto le sumamos que una parte de la fuerza laboral puede realizar sus tareas de manera remota, se podrían evitar los desplazamientos diarios hacia el lugar de trabajo con el consiguiente ahorro de energía en transporte y disminución de la polución ambiental. 

La eficiencia energética es la forma más rápida, económica y simple de reducir los costos y el consumo de energía en la oficina. Los estudios realizados por el INTI-Energía y otras instituciones en los últimos años han demostrado que es posible obtener ahorros cercanos al 20% del consumo de combustibles y energía eléctrica en casi cualquier instalación, sin realizar inversiones.

El viejo modelo de oficina basado en una disponibilidad ilimitada de recursos ya no es una alternativa válida. Cuanto antes comencemos a adoptar los nuevos imperativos energéticos y de sustentabilidad, en mejores condiciones estaremos para adaptarnos a los cambios que se irán produciendo, y para afrontarlos con éxito. Para construir una civilización próspera hace falta energía. Pero para poder seguir evolucionando necesitamos que la energía se use de manera racional y responsable.

El cerebro humano evolucionó para comprometerse emocionalmente solo con un pequeño trozo de geografía, una banda limitada de parientes y dos o tres generaciones en el futuro. No ver más allá -a pesar de que tenemos la capacidad para hacerlo- parece ser parte del legado del hombre paleolítico. El gran dilema ético que deberemos resolver hoy como especie surge del conflicto entre estos valores a corto plazo y los valores basados en una visión de un futuro transgeneracional más distante. Porque a pesar del impresionante progreso científico y tecnológico actual, lo cierto es que dependemos de los recursos naturales de la Tierra para sobrevivir”. 

Edward O. Wilson

 

Referencias:

CARRICO, A. & RIEMER, M. (2011): “Motivating energy conservation in the workplace: An evaluation of the use of group-level feedback and peer education“. Journal of Environmental Psychology.

COMISIÓN EUROPEA (2014): “Acción por el clima”.

EUROPEAN ENVIRONMENT AGENCY (2013): “Achieving energy efficiency through

 behaviour change: what does it take?”.

JOSHI, B. (2014): “Best Practices in Branding of Energy Efficiency”. International Energy Agency.

MARTISKAINEN, M. (2007): “Affecting consumer behaviour on energy demand”. University of Sussex.

UNEP-SBCI (2011): “Iniciativa para Edificios Sostenibles y Clima”.