Daniel Flom, Chief Innovation Officer en Contract Workplaces.
Daniel Flom es arquitecto egresado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de la República (Uruguay). Con más de 20 años de experiencia en diseño y ejecución de proyectos corporativos, ha liderado procesos de concepción, dirección y coordinación de espacios de trabajo en múltiples sectores de la economía. También es Country Manager de Contract Workplaces Uruguay, desde dónde dirige y coordina la gestión integral de la empresa en ese país, administrando recursos materiales, humanos y económicos para garantizar la excelencia en cada proyecto. Su liderazgo combina visión comercial y rigor técnico, con un enfoque centrado en la innovación, la calidad del servicio y la creación de entornos laborales de alto impacto. A lo largo de su trayectoria, ha impulsado el desarrollo de soluciones espaciales estratégicas que fortalecen la cultura organizacional, la productividad y la sostenibilidad, consolidándose como un actor clave en la evolución del workplace en la región.
La inteligencia artificial se posiciona como un factor clave en la transformación de múltiples industrias, incluyendo también al sector inmobiliario y de la arquitectura. En los últimos años, diferentes actores vinculados al Real Estate corporativo (estudios de arquitectura, constructoras, landlords y brokers) se encuentran incursionando en nuevas herramientas con el objetivo de potenciar procesos, mejorar la eficiencia y ofrecer experiencias más personalizadas a los clientes.
La tecnología llega para solucionar una de las principales debilidades de la industria de Real Estate, que sigue dependiendo de planos en 2D difíciles de interpretar y que demoran semanas en quedar listos en el momento de presentar un inmueble corporativo a un posible inquilino, retrasando así las decisiones comerciales. La IA arquitectónica viene a revolucionar este proceso al automatizar el diseño de layouts de oficinas, lo que optimiza la planificación y acelera las transacciones al hacer más comprensible el potencial de cada espacio.
En ese sentido, Víctor Feingold, CEO de Contract Workplaces – expertos en el diseño y construcción de espacios de trabajo y líder en Latinoamérica – anunció el lanzamiento deContract AI, una nueva unidad de servicios desde la cual ofrecen la posibilidad de planificar, visualizar y optimizar espacios de oficinas en tan solo minutos.
“Gracias a nuestra alianza exclusiva en la región con qbiq -la avanzada tecnología de inteligencia artificial creada para automatizar la generación de layouts de oficinas-, hemos logrado simplificar un proceso que antes tomaba días o semanas, permitiéndonos obtener en tiempo récord entregables de alta calidad como planos, imágenes y recorridos 3d. Este material es ideal para desarrolladores inmobiliarios, brokers y landlords que buscan herramientas para comercializar sus inmuebles”, explicó Feingold y agregó: “nuestro conocimiento de la industria y el sector sumados a nuestros años de experiencia en la región nos permiten sacar el máximo provecho de esta herramienta y convertirnos en aliados estratégicos de nuestros clientes”.
Por su parte, Leeor Solnik, CEO y cofundador de qbiq, afirmó que “unir fuerzas con Contract Workplaces es un gran hito para qbiq, ya que nos permite acelerar nuestra expansión global y allana el camino hacia una verdadera transformación de la industria. Juntos, estamos ofreciendo una solución revolucionaria que acelera los plazos de los proyectos. De la planificación a la construcción, más rápido que nunca.”
Tanto en Europa como en Estados Unidos, se viene trabajando desde hace tiempo con esta plataforma y ya se han generado de forma automatizada más de 40 millones de metros cuadrados de espacios de trabajo para grandes firmas del sector como IWG, AECOM y JLL. En Latinoamérica, en poco tiempo se han desarrollado a través de la plataforma proyectos para las oficinas de multinacionales como Metlife, Toyota, Colgate y Deloitte. “Desde Contract Workplaces creemos que es posible impulsar la digitalización del real estate en Latinoamérica y así marcar un nuevo estándar que revolucionará el sector”, concluyó Feingold.
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Hoy asistimos al surgimiento de numerosas tecnologías disruptivas que están transformando los mercados y cambiando radicalmente el comportamiento tanto de clientes como de empleados. Para aquellas empresas que quieran sobrevivir en este contexto, la transformación digital es el proceso que les permitirá evolucionar y adaptarse a los nuevos modelos emergentes. Se trata de una tendencia que está provocando un cambio profundo desde el interior de las organizaciones, impulsada tanto por la tecnología como por la evolución de los patrones de comportamiento de las personas. La clave para superar con éxito la carrera del darwinismo digital será comprender cómo la gente usa la tecnología a fin de crear una estrategia consistente, alineada con los objetivos de la organización y con la mira puesta en la creación de valor.
Desde el surgimiento de Internet, los avances tecnológicos se han sucedido de forma acelerada transformando los mercados y cambiando radicalmente el comportamiento y los hábitos de las personas en todos los ámbitos.
La aparición de estas nuevas formas de consumir, de relacionarse y de trabajar ha llevado a las empresas a replantearse la forma en la que operan: las compras, la facturación, el intercambio de documentos, las comunicaciones internas y con los clientes, por citar solo algunas tareas, ya están siendo realizadas por Internet a través de millones de dispositivos conectados a la red. Las empresas que sean capaces de integrar sus actividades en la Web junto con todos los otros canales de negocio estarán entre aquellas capaces de crear más valor y progresar.
El camino de la evolución tecnológica
Vivimos en un era de cambios profundos y constantes que se están acelerando a medida que transitamos por la revolución tecnológica, social, económica y política más profunda, amplia y rápida que jamás haya ocurrido. Hoy asistimos al surgimiento de numerosas tecnologías disruptivas que están transformando los mercados y cambiando radicalmente el comportamiento de los consumidores y los empleados.
Las “Leyes de la Disrupción”, enunciadas por Larry Downes, expresan claramente esta nueva realidad: mientras que los sistemas sociales evolucionan de manera incremental la tecnología lo hace de forma exponencial, creando una brecha que posibilita los cambios discontinuos y revolucionarios.
Varios expertos anticipan que aquellas organizaciones que no se adapten al ritmo que imponen estas transformaciones, eventualmente se extinguirán. Es lo que algunos han dado en llamar, tomando una metáfora del mundo biológico, un proceso de “darwinismo digital”.
Aquellas empresas que quieran sobrevivir en este nuevo escenario deberán evolucionar y adaptarse a los nuevos modelos de negocios que están surgiendo. La transformación digital, impulsada tanto por la tecnología como por la evolución de los patrones de comportamiento de las personas, apunta a provocar el cambio necesario desde el interior de las organizaciones.
La transformación digital
A medida que el mundo evoluciona y la tecnología se convierte en un elemento permanente dentro de la vida cotidiana, las organizaciones enfrentan una creciente necesidad de actualizar sus estrategias, procesos y metodologías para reflejar esos cambios dentro del negocio. La transformación digital de las empresas es la respuesta para adaptarse a esta avalancha de nuevas tecnologías que están modelando el comportamiento de clientes y empleados.
Las investigaciones muestran que existen algunos factores que están catalizando la transformación digital. Varias tecnologías disruptivas están convergiendo para conformar lo que Fred Wilson llama el “Triángulo de oro de la disrupción”: las aplicaciones en tiempo real, los medios de comunicación social y las tecnologías móviles. En la intersección de estas tecnologías ha surgido una tendencia que ha alterado la forma en la que las personas se conectan, se comunican, y descubren información relevante, lo que está dando lugar a grandes cambios en la manera en la que las empresas llegan al cliente y a los empleados.
Soluciones en tiempo real
Actualmente existe una gran variedad de herramientas que permiten responder a las demandas de clientes y empleados en tiempo real. El acceso a soluciones de análisis de Big Data cada vez más asequibles puede otorgar a las organizaciones una mayor capacidad de respuesta sincrónica.
En los espacios de trabajo, los límites entre la tecnología, las instalaciones y el edificio empiezan a desdibujarse. Una red de sensores a lo largo del espacio físico permite recopilar información acerca del grado de ocupación, iluminación, temperatura, humedad y otros indicadores clave que pueden servir para mantener las condiciones operativas en niveles confortables y eficientes, mejorar la utilización del espacio y disminuir los costos de mantenimiento. El sistema evalúa la información que recibe y ajusta los parámetros en tiempo real.
También han surgido varias aplicaciones móviles que permiten ubicar espacios de trabajo disponibles para compartir. Los trabajadores móviles pueden buscar, en tiempo real y en base a su ubicación geográfica, un lugar para trabajar o reunirse cuando, donde y como ellos quieran.
Redes sociales
Desde hace décadas, la gente ha estado utilizando distintos tipos de redes sociales para crear, compartir e intercambiar información e ideas. Pero, desde la llegada de Facebook al escenario tecnológico, han alcanzado una popularidad sin precedentes.
Esto ha concitado el interés de las empresas que han visto en ellas una oportunidad para mejorar la comunicación y la colaboración entre sus clientes y empleados. También han descubierto que las redes sociales presentan una gran oportunidad para la construcción de marca. Según Jody Nimetz, hay cinco acciones importantes que las empresas pueden desarrollar dentro de los medios de comunicación social: crear conciencia de marca, gestionar la reputación en línea, reclutar los mejores talentos, aprender acerca de las nuevas tecnologías y de los competidores, y generar oportunidades de negocios.
Además, se han establecido las llamadas “redes sociales corporativas” con el objetivo de promover la colaboración a través de las estructuras jerárquicas y geográficas dentro de la organización, proporcionando apoyo a las redes informales existentes, cruciales para la colaboración y la creatividad. El establecimiento de estas redes sociales podría influir fuertemente en los resultados y la productividad.
Movilidad
Actualmente, los dispositivos móviles son compañeros inseparables en la vida personal y profesional de millones de personas en todo el mundo. Permiten no solo comunicarse con otras personas sino también realizar una enorme cantidad de actividades gracias a su conectividad a Internet. Un smartphone de hoy tiene más potencia de cálculo que un mainframe de los 70, que tenía el tamaño de una habitación.
Este acelerado desarrollo tecnológico favoreció la consolidación de nuevos estilos de trabajo móvil transformando el concepto de la oficina tradicional. Hoy, las organizaciones cuentan con una plantilla cada vez más dispersa geográficamente que necesita una estrecha interacción con los colaboradores y clientes. El trabajo se lleva a cabo donde sea que las personas estén.
En este contexto resulta imprescindible que las empresas aumenten la inversión en infraestructura tecnológica y en herramientas de colaboración a fin de facilitar el acceso a los recursos corporativos de su nueva fuerza laboral móvil, al mismo tiempo que la superficie de las oficinas disminuye.
Conclusiones
El desarrollo de nuevas tecnologías disruptivas está marcando una era de “darwinismo digital” en la que la tecnología y la sociedad están evolucionando más rápido de lo que las empresas pueden hacerlo. Para evitar ser devoradas por la velocidad de los cambios, algunas organizaciones ya están dirigiendo sus esfuerzos hacia la transformación digital, una tarea consistente para adaptarse tanto a las tecnologías emergentes como a los nuevos hábitos y comportamientos que están surgiendo entre clientes y empleados.
La alta movilidad está transformando la oficina tradicional en un espacio para el encuentro y la colaboración mientras que las plataformas de comunicación instantánea, la videoconferencia y la telepresencia permiten la comunicación en tiempo real de los equipos dispersos geográficamente evitando gastos y pérdidas de tiempo.
El objetivo de la transformación digital es, en definitiva, utilizar la tecnología para mejorar la experiencia de las personas e introducir nuevos modelos de trabajar y de hacer negocios. De esta forma se amplían las oportunidades, mejoran los procesos y se satisfacen las necesidades y expectativas de los nuevos clientes y empleados digitales, cada vez más conectados y exigentes.
La pandemia de COVID-19 aceleró la digitalización en organizaciones de todo tipo y tamaño alrededor del mundo. Tanto, que aquellas empresas que hasta entonces no estaban enfocadas en su transformación digital, es casi seguro que hoy lo estén.
Sin duda, el elemento tecnológico ha sido un actor decisivo en este proceso –al punto de convertirse en el principal factor de supervivencia de muchas compañías– que ha sido capaz de mantener la productividad, el compromiso de los empleados, la cultura corporativa, el aprendizaje y la colaboración ante la crisis sanitaria. Hoy, muchas empresas también están adoptando distintas tecnologías para abordar el distanciamiento social y los protocolos sanitarios en el espacio de trabajo a fin de adaptarse a la nueva normalidad.
Las tendencias observadas hasta el momento hacen suponer que, incluso después de superar la emergencia debida al COVID-19, esta transformación seguirá incrementándose. Pero, la digitalización de las empresas no solo cambiará las tareas y los procesos; también hará necesaria una evolución en las habilidades de la fuerza laboral con vistas al futuro. Las competencias más requeridas se enfocarán en el pensamiento crítico, el análisis, la resolución de problemas, las habilidades de autogestión, el aprendizaje activo, la resiliencia, la tolerancia al estrés y la flexibilidad. El Foro Económico Mundial estima que alrededor del 40% de los trabajadores requerirá una capacitación de seis meses1.
La pandemia ha puesto de relieve la necesidad de abordar los diferentes retos tecnológicos que tendremos que afrontar para respaldar el proceso de transformación digital, lo cual podría tener un impacto significativo en toda la sociedad en los próximos años.
Esta será la oportunidad de acelerar los cambios que ya estaban en marcha para que los empleados, las empresas y los lugares de trabajo se vuelvan más ágiles y dinámicos que nunca.
La base tecnológica de la digitalización
Hoy existe toda una colección de herramientas digitales orientadas a la comunicación, la colaboración y la productividad basadas en La Nube, entre las que se incluyen el correo electrónico, la mensajería instantánea, el uso compartido de archivos, las videollamadas y videoconferencias, la gestión y edición de documentos, etc.
La confianza de las empresas en las tecnologías en La Nube ya había aumentado mucho, incluso antes de la pandemia, impulsada por la necesidad de reducir los costos, potenciar la escalabilidad y proporcionar más y mejores funcionalidades a los empleados. Con la llegada de la crisis sanitaria y el aumento del trabajo a distancia se disparó la adopción masiva de soluciones tecnológicas deslocalizadas.
Sin embargo, a medida que los empleados regresen al lugar de trabajo después de los confinamientos, las organizaciones también deberán preocuparse por el acondicionamiento del espacio físico. Para esto será preciso revisar las estrategias de diseño, comprender de qué forma las personas participan en el entorno y adhieren a los protocolos de distanciamiento social, y considerar la interacción con los equipos que trabajan a distancia. Será una oportunidad para adoptar nuevas posibilidades tecnológicas relacionadas con la asignación de puestos de trabajo y salas de reuniones, la gestión de acceso y la circulación dentro de la oficina, entre otras.
Investigaciones recientes han identificado algunos factores clave para sentar las bases tecnológicas de la transformación digital en el lugar de trabajo a partir de las experiencias que han tenido lugar durante la crisis sanitaria2:
Contar con una infraestructura tecnológica adecuada para el trabajo remoto.
Implementar un conjunto de herramientas digitales basadas en La Nube que sean aptas para su uso en dispositivos móviles de todo tipo.
Acelerar la puesta en marcha de sistemas de ciberseguridad adecuados junto con el respaldo de un acceso remoto seguro.
Adoptar, cuando sea posible, la automatización y robotización de procesos mediante soluciones de inteligencia artificial, especialmente en las tareas repetitivas.
Impulsar el trabajo colaborativo para fomentar la innovación y la creatividad de las personas. Esto incluye la utilización de herramientas que brinden la posibilidad de colaborar a distancia en tiempo real, soluciones para reuniones virtuales, pizarra digital compartida y espacios de trabajo inteligentes, entre otros.
Centrar la estrategia organizacional en las personas y orientarla hacia la creación de nuevos canales digitales de interacción y virtualización de experiencias. El enfoque deberá considerar que los colaboradores pueden acceder y utilizar la información adecuadamente para impulsar la transformación digital.
Promover cambios en la cultura organizacional acordes con el nuevo escenario digital. De esta forma, se privilegiarán la agilidad, la colaboración y la flexibilidad necesarias para abordar rápidamente cualquier evento inesperado que pudiera surgir en el futuro.
Fomentar la formación y la actualización constante de la fuerza laboral a fin de que pueda adquirir las competencias digitales necesarias para encarar esta transformación.
Realizar un seguimiento constante de la experiencia digital tanto en la oficina como en las posiciones de trabajo remoto a fin de retroalimentar y optimizar el proceso.
Por qué importa la transformación digital
El concepto de digitalización de una organización se refiere a la transformación de sus interacciones, comunicaciones, actividades comerciales y modelos de operación en procesos digitales. En pocas palabras, una empresa digital es aquella que gestiona –parcial o totalmente– sus principales procesos de negocio y las relaciones con sus proveedores, clientes, empleados, etc. por medios digitales3.
Pero, no solo se trata de incorporar tecnología en la empresa. La transformación digital también implica la necesidad de implementar nuevos sistemas de gestión y de contar con competencias adecuadas en todos los niveles de la organización. Esto allanará el camino hacia la innovación y la creación de valor al mismo tiempo que mejora la capacidad para adaptarse rápidamente a circunstancias cambiantes.
La transformación digital también requerirá la adopción de una “mentalidad digital” por parte de los empleados y los líderes de la organización. Esta mentalidad comprende una gama de comportamientos y actitudes que permitan, tanto a las personas como a las empresas, entender las posibilidades de la era digital, utilizar sus posibilidades para una realización personal y profesional más profunda, y diseñar lugares de trabajo conectados, centrados en las personas e impulsados por un propósito.
El enfoque hacia el aprendizaje continuo es fundamental para el éxito de la transformación digital y representa una oportunidad para que los empleados actualicen su experiencia de cara al futuro. Incluso hace unos años, antes del brote de coronavirus, se estimaba que, para 2022, más del 50% de todos los empleados requerirían una recapacitación y mejora significativa de sus habilidades4.
¿Y ahora, qué?
La repentina y forzosa necesidad de trabajar desde casa que impuso la pandemia está acelerando la transformación digital y la evolución del entorno de trabajo a una velocidad sin precedentes. No obstante, y a pesar de la dificultad que esto puede significar para algunas empresas, la digitalización ofrece una amplia gama de oportunidades para la creación de valor mediante la transformación de sus operaciones.
Pero, lo cierto es que mientras el distanciamiento físico y social siga siendo crítico (y esto seguirá así hasta que las comunidades alcancen la inmunidad de rebaño), las empresas deben ser digitalmente versátiles. Esto es: disponer de los procesos y herramientas necesarios para colaborar y mantener conectados a todos los trabajadores, y contar con procedimientos que permitan una operación más ágil.
Tomar las decisiones correctas hoy ayudará a garantizar que las empresas estén en mejor posición cuando termine la pandemia.
Referencias:
1 WORLD ECONOMIC FORUM (2020): “The Future of Jobs Report 2020”.
2 DE LUCAS ANCILLO, A. et al. (2020): “Workplace change within the COVID-19 context: a grounded theory approach”.
3 LAUDON, K. C., & LAUDON, J. P. (2019): “Management information systems: Managing the digital firm, global edition”.
4 SAVIĆ, D. (2020): “COVID-19 and Work from Home: Digital Transformation of the Workforce”.
Conforme va desapareciendo la tradicional imagen del trabajador anclado a su escritorio y rodeado de equipos, empieza a consolidarse una nueva experiencia tecnológica en la oficina impulsada por el almacenamiento en La Nube, la creciente movilidad y los dispositivos inteligentes.
Para facilitar las nuevas formas de trabajo emergentes y apoyar la conectividad en una red cada vez más móvil y distribuida, las organizaciones están solicitando la construcción de oficinas con una amplia gama de tecnologías colaborativas para conectar a los trabajadores a través de la integración tecnológica con el espacio físico para dar lugar a una experiencia integral.
Al igual que las compras por Internet han transformado la experiencia de los consumidores, la irrupción de la tecnología en las oficinas modernas está teniendo un efecto análogo en el diseño de espacios de trabajo. De hecho, muchas de las estrategias centradas en la experiencia del usuario tales como las respuestas en tiempo real, se están transfiriendo al ámbito laboral. Se trata de crear un entorno digital sensible, adaptable, que responda a la presencia de las personas y cuya finalidad es mejorar la experiencia de la gente creando la atmósfera y la funcionalidad deseadas a través de sistemas y servicios inteligentes, personalizados e interconectados.
Así, una serie de dispositivos electrónicos integrados a la arquitectura interior de oficinas se encargan de recoger información en tiempo real. La iluminación, los dispositivos de audio y video, los smartphones, los notebooks, los wearables y los servicios distribuidos cooperan entre sí para crear entornos sensibles y receptivos a la presencia de las personas.
Estas tecnologías, muchas veces integradas al diseño de oficinas, tienen el potencial de mejorar la experiencia laboral permitiendo que los trabajadores se sientan seguros, cómodos y con un mayor control sobre su entorno, y que puedan encontrar los espacios, el apoyo y los compañeros adecuados cuando los necesiten. También juegan un rol importante a la hora de reconocer los ajustes o preferencias personales que se hayan fijado con anterioridad para adaptar el entorno a esas preferencias, el contexto y la agenda personal de cada usuario.
Pero lo fundamental en todos estos desarrollos es que las capas de la experiencia física y digital se entremezclan hasta hacerse indistinguibles, con el foco puesto en optimizar la experiencia laboral en cada uno de los puntos de contacto e interacciones que los trabajadores tienen con la compañía.
Gracias a la proliferación de todo tipo de sensores, a la ubicuidad de las redes inalámbricas y a la explosiva masificación de los smartphones y otros dispositivos inteligentes, hoy es posible interactuar con la infraestructura de los edificios para transformar eventos rutinarios tales como orientarnos dentro de un inmueble o reservar una sala de reuniones en una experiencia mucho más fluida y satisfactoria.
Muchas organizaciones ya están utilizando sensores en sus espacios de trabajo modernos para recopilar grandes datos sobre el rendimiento del edificio y el comportamiento de sus empleados. Luego, esta información se puede analizar con un software especializado lo cual permite evaluar tanto la eficiencia del edificio como la experiencia de uso.
Algunas empresas también han comenzado a utilizar Inteligencia Artificial para analizar los datos ya existentes dentro del edificio. Esto les permite optimizar el diseño de la oficina para personalizar la experiencia de los trabajadores recolectando sus patrones de comportamiento: a qué hora suelen entrar y salir de la oficina, cuáles son sus rutinas diarias, etc. De esta manera, la infraestructura de la Internet de las Cosas presente en el entorno permite personalizar el espacio de trabajo a la medida de las preferencias individuales.