A partir de los años 70 comenzó a desarrollarse una corriente de Management que utiliza la metáfora biológica para comprender el funcionamiento de las organizaciones, en oposición a la visión más mecanicista predominante durante la primera mitad del siglo XX. A la luz de esta interpretación, la empresa se concibe como un organismo vivo que nace, crece y se desarrolla en íntima relación con su entorno con el propósito último de lograr la supervivencia. Y la analogía no parece caprichosa, ya que tanto la palabra “organismo” como “organización” provienen de la misma raíz griega “organon” que significa herramienta o instrumento.

Tan instalada está hoy en día esta comparación que, cuando queremos expresar que alguna característica está profundamente arraigada en la esencia de una empresa decimos que está en su ADN. Una compañía puede ser flexible, transparente, innovadora o vanguardista porque lo lleva en su ADN. Y, con esta analogía que alude a las unidades replicantes que codifican el conjunto de instrucciones necesarias para crear un organismo vivo, lo que realmente queremos significar es que dichas cualidades forman parte de la estructura fundamental de la organización: sus valores, sus objetivos, su cultura.

Yendo un paso más allá, la consultora Booz Allen Hamilton identificó varias especies diferentes dentro de la fauna corporativa. Así como la doble hélice del ADN se mantiene unida mediante los enlaces combinados entre cuatro bases complementarias, una compañía cuenta con cuatro pilares (la estructura, la toma de decisiones, el flujo de la información y la motivación) que, dispuestos de innumerables maneras, definen los rasgos únicos de cada tipo de organización.

Pero la metáfora biológica precisa un cuerpo físico para estar completa. Así, el espacio de trabajo se convierte en la expresión del ADN corporativo y en la materialización de su identidad particular. Una oficina bien diseñada refuerza los procesos, consolida la cultura, ayuda a crear sinergia entre las personas y posibilita el desarrollo, la adaptación exitosa a los cambios y, en última instancia, la supervivencia de la empresa..

Víctor Feingold
Arquitecto
Director FM & WORKPLACES