No solo necesitamos luz natural, vistas al exterior, plantas y elementos naturales para satisfacer nuestra necesidad de conexión con la naturaleza dentro del espacio de trabajo. La elección de los colores también puede ser un factor fundamental, muchas veces descuidado. La psicología evolucionista sugiere que los humanos tenemos una preferencia por los colores presentes en la sabana, en particular, por los que presenta la vegetación cuando está saludable. Un informe reciente revela que las oficinas que incorporan colores que se asemejan al entorno natural tales como el verde, el azul o el marrón, tienen un impacto positivo sobre el bienestar de los empleados. Por el contrario, el uso de los blancos y grises tiene un impacto negativo en los niveles de estrés. En definitiva, la forma en que se utilice el color no es un tema menor; puede alterar completamente la apariencia del espacio y, al mismo tiempo, influir en el estado de ánimo y la creatividad de las personas.

La modernidad y el progreso han alejado al hombre de la naturaleza. Cada vez pasamos más tiempo confinados dentro de entornos artificiales sin contacto con el aire libre, la luz natural o la vegetación. Esto se refleja en la enorme tasa de urbanización que muestra el mundo actual con más del 50% de la población viviendo en las ciudades. ¿Cómo restablecer el vínculo con la naturaleza? Para muchos investigadores y diseñadores, la respuesta está en la biofilia.

La respuesta de la biofilia

De acuerdo con Edward O. Wilson, la biofilia es nuestro sentido innato de conexión con la naturaleza y resulta esencial para especies como la nuestra, cuya supervivencia depende de su relación con el ambiente. Esta tendencia comprende un conjunto de instintos básicos que estaría enraizado en nuestra biología y cuyo desarrollo se vio favorecido para facilitar la relación con el entorno en una era en que la interacción entre los humanos y el mundo natural era directa y frecuente.

Por otra parte, los seres humanos nos adecuamos a un principio básico de la evolución de los seres vivos: todas las especies prefieren el ambiente en el que sus genes fueron ensamblados y gravitan hacia él. Este proceso se denomina “selección de hábitat” y explicaría por qué, en el caso de los seres humanos, cuando hablamos de contacto con la naturaleza nuestras preferencias se acomodan mejor al paisaje de la sabana, el ambiente donde aparecieron los primeros homínidos hace más de 2 millones de años.

Desde la perspectiva evolutiva se puede ver que el hombre ha pasado increíblemente poco tiempo como trabajador del conocimiento dentro de un entorno artificial en comparación con su vida como cazador-recolector. Nuestros procesos psicológicos están más adaptados al ambiente natural de la sabana africana que a estar encerrados en una oficina.

Pero lo cierto es que, aunque en el mundo altamente industrializado y tecnológico de hoy podemos diseñar espacios eficientes en términos energéticos, operativos y funcionales, si ignoramos la profunda necesidad humana de contacto con la naturaleza, algo faltará. Un ambiente realmente eficiente también debe incluir características capaces de satisfacer las necesidades básicas del homo sapiens que aún somos, ayudando a las personas a sentirse cómodas en los lugares donde trabajan, más saludables, sin estrés, y en contacto con su propia naturaleza.

El color en el camino de la evolución


Aunque el color puede parecer una cualidad superficial que casi no influye en la función de los elementos artificiales que nos rodean (la indumentaria, el mobiliario, las alfombras, los automóviles, etc.), lo cierto es que la mayor parte de la gente –por no mencionar a la industria, el diseño, las tendencias, etc.– le otorga mucha importancia al aspecto cromático de los objetos, una de sus características más personalizables.

Las preferencias personales por el color representan un aspecto importante de la conducta humana y, aunque no lo percibamos conscientemente, influyen en las decisiones que tomamos tales como los productos que compramos, la ropa que usamos, los elementos que elegimos para el hogar y la oficina, etc.


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