Las empresas más competitivas del mundo saben que la fuerza que impulsa los resultados de un negocio exitoso reside en el compromiso y la productividad de los empleados. Por eso, encontrar una fórmula eficaz para motivar e implicar a los colaboradores se ha convertido en el Santo Grial del área de Recursos Humanos.

En este sentido, las compañías han ensayado una variada gama de estrategias que incluyen desde la remuneración y los beneficios hasta los horarios flexibles y los años sabáticos. Qué es lo que funciona y lo que no funciona dependerá de cada cultura organizacional.

No obstante, independientemente de cuál sea el camino elegido, ya nadie duda del impacto financiero que tiene sobre el negocio la creación de una fuerza de trabajo comprometida y motivada. Trabajar para crear ese compromiso no solo es deseable en términos de clima laboral, es una inversión necesaria. Las empresas de Silicon Valley saben esto desde hace tiempo y por eso han desarrollado una cultura corporativa muy atractiva sustentada en los tres pilares que definirán el trabajo en el futuro: flexibilidad, libertad y autonomía.

Sin embargo, algunas compañías han ido un paso más allá. En Netflix, por ejemplo, también se valoran el alto desempeño, la libertad y la responsabilidad, pero la cultura corporativa no se basa en reglas, procesos o procedimientos preestablecidos sino en unas cuantas premisas de sentido común orientadas siempre a la mejor opción para el negocio. Esto incluye valores tales como la sinceridad, la transparencia y la búsqueda de la excelencia en todos los ámbitos, y recompensa a sus empleados con la mejor remuneración del mercado.

Esta innovadora estrategia, no obstante, requiere tres condiciones imprescindible: contar con la gente adecuada -personas con criterio, capacidad de comunicación y curiosidad que sean capaces de innovar y tomar riesgos inteligentes pensando en lo mejor para la compañía-, tener claro hacia dónde se quiere ir, y no tolerar la mediocridad.

En definitiva, lo más efectivo que se puede hacer para motivar a los empleados es contratar y retener solo a los mejores. Si se cumple con esta premisa básica, el resto viene por añadidura.

Víctor Feingold
Arquitecto
Director FM & WORKPLACES