En estos tiempos de tanta tecnología no se entiende por qué los "edificios de alto rendimiento" todavía no son parte del mundo tecnológico. Una de las razones principales para este desconocimiento es que simplemente no existen tantos. Mientras que las computadoras y los automóviles han ingresado en la era digital con miles de parámetros para su comando y control, los edificios han permanecido atrapados en la era analógica: carecen de un sistema y mecanismos de control centralizados que puedan proveer datos históricos y en tiempo real. Esta información podría permitirnos usar la automatización para tomar decisiones inteligentes sobre temas tan dispares como el consumo de energía, la capacidad del sistema de HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado), la asignación del espacio y los patrones de trabajo.

Introducción

Existen tres condiciones fundamentales para lograr que un edificio sea de alto rendimiento. En primer lugar, minimizar los costos operativos. Esto implica un alto grado de eficiencia energética a partir de las funciones que más recursos consumen tales como el sistema de iluminación y de HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado). También es necesario encarar de forma proactiva los problemas de mantenimiento y prestar atención a los costos relacionados con la presencia de personas. Por ejemplo: adaptar el uso de la iluminación, del sistema de HVAC y de los recursos de la cocina o de la portería en función del grado de ocupación.

En segundo lugar, optimizar los recursos espaciales. Al utilizar los datos provenientes de los sensores de ocupación, los responsables del edificio pueden informarse sobre la cantidad y el tipo apropiado de salas de conferencias que existen, optimizar su aprovechamiento, saber cómo se utilizan las oficinas y los espacios comunes, además de conocer el tráfico en dichos espacios. Estos datos históricos y en tiempo real también pueden complementarse con aquellos provenientes de los sistemas de seguridad y protección a fin de localizar a los ocupantes en caso de emergencia, o determinar dónde y cuándo existe una ocupación no autorizada.

En tercer lugar, ofrecer control individualizado para maximizar la productividad de las personas. Los trabajadores son más productivos cuando pueden monitorear y controlar de manera precisa sus propios entornos. En el caso de los edificios de alto rendimiento esto significa que los trabajadores puedan contar con la cantidad adecuada de luz, el control personalizado de la temperatura en sus entornos de trabajo y garantizar que la ventilación sea la adecuada para lograr una excelente calidad del aire.

El rendimiento importa

Dado que gestionar un edificio de alto rendimiento cuesta menos, los Facility Managers tienen la oportunidad real de ahorrar dinero para sus organizaciones. De acuerdo con una investigación realizada en 2009 por “Lawrence Berkeley National Laboratory”, los edificios de los EE. UU. consumen el 72% de la electricidad producida y son responsables de aproximadamente el 40% del total de consumo de energía en ese país. El costo de la energía eléctrica va en constante aumento, lo cual representa una merma constante para las arcas de las empresas.

Mientras la mayoría de los edificios actuales están enteramente cableados, tanto con redes de Internet como de electricidad, el desafío es proveer una red de sensores de bajo costo que sea fácil de instalar y de poner en servicio, al mismo tiempo que permita la generación de informes tanto históricos como en tiempo real a través de una cierta cantidad de variables (consumo energético, ocupación, temperatura y calidad del aire, etc.).


(...) La nota completa, en el número impreso