En las nuevas oficinas, flexibles y reconfigurables, la iluminación suma diseño y funcionalidad. Pero pensar en la iluminación no solo significa elegir las luminarias. También habrá que tener en cuenta el tipo de trabajo que se desarrollará, la importancia de aprovechar la luz natural y las recomendaciones para el confort lumínico junto con los nuevos conceptos y las novedosas prestaciones en el diseño de iluminación que sorprende con sus innovaciones. Todo esto sin olvidar la eficiencia energética que proveen los sistemas de control lumínico inteligente.
Las nuevas tendencias marcan la evolución de las oficinas hacia plantas flexibles, abiertas y fácilmente reconfigurables. Una iluminación eficiente puede ser tan importante como los paneles y el mobiliario para crear ambientes, sectorizar y jerarquizar los espacios, y apoyar la imagen institucional.
La iluminación, además, forma una parte fundamental del trabajo. Problemas tan comunes como el reflejo en las pantallas, la falta de luz puntual o el deslumbramiento afectan el confort y ocasionan estrés, problemas de salud, insatisfacción y disminución de la productividad.
Una correcta iluminación permite distinguir las formas, los colores, los objetos en movimiento y apreciar los relieves. Todo esto, fácilmente y sin fatiga.
Confort lumínico
Para asegurar el confort visual hay que tener en cuenta básicamente tres puntos, que, situados por orden de importancia, son: el nivel de iluminación, los deslumbramientos, y el equilibrio de las luminancias (la luz que procede de los objetos iluminados).
No obstante, no hay olvidar que otro factor fundamental para conseguir un adecuado confort visual en los puestos de trabajo es el tipo de iluminación: natural o artificial. La iluminación de los espacios de trabajo debe realizarse, siempre que no existan problemas de tipo técnico, con un aporte suficiente de luz natural, aunque esta, por sí sola, no garantiza una iluminación correcta ya que varía a lo largo del día y de las estaciones. Por eso es preciso compensar su insuficiencia o ausencia con el aporte de luz artificial.
El nivel de iluminación óptimo para una tarea determinada corresponde al que da como resultado un mayor rendimiento con una mínima fatiga. Se adaptará a la tarea a realizar y tendrá en cuenta la edad del trabajador, así como las condiciones reales en que se debe realizar el trabajo.
La Asociación Argentina de Luminotecnia establece como valor saludable el rango que abarca entre los 300 lux y 700 lux. La iluminancia se mide en lux e indica la cantidad de luz que incide sobre una superficie.
Punto por punto
El deslumbramiento puede estar motivado por la visión directa de una fuente de luz o por la visión indirecta (reflejo) sobre una superficie reflectante. El deslumbramiento motivado por las luminarias varía en función de su luminancia, sus dimensiones y la forma y situación dentro del campo visual.
Las iluminaciones localizadas también pueden ser causa de deslumbramiento. Para eliminarlo se aconseja utilizar las que se adapten mejor al reflector utilizado y orientar correctamente las luminarias de forma que no puedan molestar ni al puesto de trabajo que iluminan ni a los puestos de trabajo contiguos.
El deslumbramiento motivado por la reflexión de las fuentes de luz sobre superficies reflectantes tales como el plano de trabajo, equipos o ventanas, disminuye la percepción visual y es causa de incomodidad. Para evitarlo es aconsejable utilizar superficies de trabajo mate y asegurar una buena distribución de las luminarias.
Sin embargo, el nivel de iluminación no es suficiente para asegurar el confort visual en una tarea. Es preciso, además, mantener un equilibrio entre las luminancias. Cuando en una tarea o plano de trabajo se utilice iluminación localizada de apoyo, esta y la iluminación general tienen que guardar una relación óptima para que el equilibrio de luminancias sea correcto.
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