Crear oficinas que den soporte a las nuevas modalidades de trabajo que están impulsando los avances tecnológicos y que, al mismo tiempo, respondan a las necesidades de todos sus ocupantes, es una tarea cada vez más compleja que obliga a buscar soluciones de gran flexibilidad y adaptabilidad. El mobiliario cumple un rol de primera línea para acompañar estas transformaciones.
Las nuevas tecnologías móviles que han posibilitado el rápido desarrollo del trabajo remoto, la preocupación por alcanzar soluciones sustentables y la diversidad de la fuerza laboral son algunos de los factores que han dado lugar a profundos cambios en la configuración espacial de los lugares de trabajo. Para acompañar estos cambios, y al mismo tiempo optimizar la productividad y el bienestar de los empleados, el equipamiento corporativo ha tenido que reinventarse. Actualmente, los puestos de trabajo son más compactos y eficientes, la altura de los paneles es mínima, los muebles son más pequeños, flexibles y funcionales para adaptarse a las demandas reales de los usuarios, y el espacio de almacenamiento se ha reducido drásticamente.
Los nuevos ambientes de trabajo también buscan rescatar la escala doméstica, su carácter íntimo y cálido. En esta nueva concepción, el equipamiento “de oficina” busca referencias en muebles diseñados para uso residencial y se vuelve menos acartonado y severo, más informal. Explora texturas más amigables y la paleta de colores se abre a un gran abanico de opciones.
Pero, a la hora de elegir el mobiliario, las empresas tampoco deben olvidar que desde hace tiempo el equipamiento ha dejado de ser un elemento meramente operativo para erigirse en un valioso medio de comunicación. En este sentido, los muebles de una organización juegan un rol tan importante en la construcción de identidad como el logo, las estrategias de comunicación y hasta la publicidad.
El gran desafío consistirá en elegir un equipamiento que se encuentre en sintonía con las necesidades de cada empresa, sin olvidar los avances tecnológicos y las nuevas formas de trabajo.
Equipamiento para una nueva configuración espacial
La nueva configuración espacial de las oficinas se caracteriza por la proliferación de los espacios compartidos en detrimento de las oficinas privadas. Las nuevas estaciones de trabajo colaborativo son modulares y se pueden encontrar en diferentes tamaños y formas, pero siempre persiguiendo el mismo objetivo: favorecer la tarea en equipo.
La utilización de configuraciones tipo bench, por ejemplo, permite dar soporte a las tareas con superficies de trabajo paralelas a lo largo de un eje. Dependiendo del tipo de labor a desarrollar podrán contar con divisores bajos o no llevar ningún tipo de división, y disponen de muy poco espacio dedicado al archivo. Una solución que apuesta por la eficiencia.
Pero al adoptar este tipo de configuración siempre se deberá tener en cuenta el tipo de trabajo que se va a realizar. Por ejemplo, los miembros de un equipo de trabajo podrán utilizar un bench tanto para el trabajo individual como para tareas que precisen colaboración. El puesto individual necesitará algunos pequeños elementos de privacidad y espacio para herramientas portátiles, mientras que el de colaboración se beneficiará con una mayor superficie de trabajo, espacio para más usuarios y ningún elemento de privacidad.
Las nuevas estaciones de trabajo colaborativo también necesitan confort a la hora de sentarse. Trabajar en posición sentada requiere una serie diferente de posturas y, por lo tanto, un tipo de silla que permita una amplia variedad de movimientos en cualquier posición que adopte el usuario. Esto ayudará a alcanzar la concentración necesaria durante las largas horas de reuniones, conferencias o sesiones de capacitación.
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