Eero Aarnio es conocido por haber concebido algunas de las piezas de mobiliario más innovadoras de los años 60, en particular, por sus sillones de plástico y fibra de vidrio. Sus coloridos diseños, dotados de gran carácter e identidad, estimulan la imaginación y desafían la gravedad y la rigidez de las formas tradicionales. Pero, a la hora de crear sus muebles, Aarnio ha seguido siempre una regla de oro: "Una silla debe ser confortable para sentarse, el resto es todo gratis."
Eero Aarnio nació en Helsinki, Finlandia, el 21 de julio de 1932, y es uno de los diseñadores escandinavos más reconocidos del siglo XX. Estudió en el Instituto de Artes Industriales de Helsinki entre 1954 y 1957. En 1962, con solo treinta años, fundó su propio estudio, dedicándose no solo al diseño de mobiliario sino también a la fotografía y al diseño de interiores.
Aunque en sus primeros diseños dominaba la estética tradicional, fueron sus creaciones de la década de los sesenta (influidas por las ideas de Charles y Ray Eames) las que lo harían conocido. Es en esta época cuando empieza a experimentar con materiales plásticos, colores vivos y formas orgánicas, rompiendo con los convencionalismos del diseño tradicional.
En los años siguientes, el plástico reforzado con fibra de vidrio (fiberglass) que se utilizaba en la construcción de barcos, no solo se convirtió en uno de los materiales favoritos de Aarnio sino que tuvo un profundo efecto sobre su obra. El color también comenzaba a ser un elemento destacado dentro de su producción; los tonos rojos, naranjas o verdes eran parte del escenario provocativo que constituía cada una de sus piezas. Desde entonces, su creatividad se ha visto enriquecida por los nuevos materiales y por el desafío de dotarlos con un nuevo vocabulario, junto con la búsqueda de nuevos métodos de producción.
La banqueta Mushroom (1960), la Ball Chair (1963) y la Bubble Chair (1968), entre sus obras más notables, nacieron de la experimentación con el plástico reforzado con fibra de vidrio. A fines de los sesenta crearía otras sillas con una clara influencia orgánica. Entre ellas encontramos la Tomato Chair (1968) y la Pastil Chair (1968), que también puede ser utilizada en el agua.
Sin embargo, con la crisis energética de los años 70, los logros que Aarnio había conseguido con los materiales plásticos terminaron tan rápido como habían comenzado, y durante casi tres décadas el diseñador desapareció de la escena mundial.
A principios de los 90, sin embargo, en medio de una fuerte recesión que impactaba con dureza sobre la industria del mueble finlandesa, Aarnio crea para la firma Martela una silla de oficina que utiliza un proceso optimizado de fabricación. El resultado es la creación de la Savoy Chair, pieza que se transformó enseguida en un impresionante éxito de ventas que produjo un segundo despegue en la carrera de Eero Aarnio. De estos últimos años son la Formula Chair (1998), la Parabel Table (2002) y la Focus 2 Chair (2003), entre una ecléctica variedad de nuevos productos.
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