En los últimos años se han producido grandes cambios en la forma de trabajar. Los esquemas gerenciales autoritarios, rígidos y piramidales del pasado fueron evolucionando hacia formas más flexibles, horizontales y participativas. En consonancia con estos nuevos conceptos, los espacios de trabajo se han transformado en lugares más confortables, más eficientes, con un mobiliario más versátil y con mayor calidad de vida. El diseño inteligente de espacios y equipamiento deja en evidencia algunos mitos del trabajo en la oficina.
Imagínese en una oficina tradicional, cerrada, quizás con poca luz natural, pero con su impresora, sus papeles, su mobiliario para guardar todos esos papeles, el escritorio de madera oscura con cajones, su computadora, su teléfono y hasta un fax, sus cortinas -si es que tiene alguna ventana- y la puerta que, al cerrarla, pueda garantizar el aislamiento completo para estar concentrado, o simplemente porque así lo prefiere. Imagínese que en toda la jornada laboral no necesita moverse de su escritorio. Imagínese también que ese esquema se replica para la mayoría del personal de la empresa.
Ahora imagínese sin todo eso: una oficina abierta, con buena iluminación, mobiliario en colores claros, sin cajoneras, sin un mueble particular para cada persona, con escritorios que al finalizar la jornada quedan completamente limpios de papeles, sillas que, además de cómodas, son bonitas y duran muchos años sin fallar o sin romperse. Imagínese también que, a pesar de que la oficina es abierta no se ven cables, y que el volumen de la voz de la gente es sensiblemente menor que antes. Imagínese que ya no tiene su propia impresora, ni su fax, ni sus cortinas pero, sin embargo, no solo no perdió privacidad sino que toda la oficina -usted incluido- ganó en efectividad, aprovechamiento del espacio físico y calidad de vida en el ambiente de trabajo.
Y ahora, imagine que todo esto es posible.
La transformación
Si nos detenemos un momento a reflexionar por qué hoy podemos pensar en oficinas abiertas, cuando antes eran cerradas, y nos preguntamos qué fue lo que cambió, la respuesta tiene dos partes. Por un lado, ha habido una transformación en la forma de trabajar y este cambio tiene que ver mayormente con la evolución del trabajador como individuo. Pero también ha habido un cambio en el concepto que las organizaciones tienen sobre sus colaboradores.
Es difícil saber cómo se inició este cambio, pero lo cierto es que, por un lado, los trabajadores maduraron profesionalmente en la forma de ver y encarar su trabajo, y por otro lado, las empresas comenzaron a redescubrir el valor de la gente y a percibir a sus empleados como “colaboradores” en lugar de “subordinados”. Esta evolución fue transformando los esquemas gerenciales autoritarios, rígidos y piramidales hacia formas más flexibles, horizontales y participativas.
A este proceso que se inició hace ya algunas décadas se sumó el vertiginoso cambio tecnológico que puso a disposición de empresas y trabajadores nuevas herramientas que no solo hacen el trabajo más eficiente sino que mejoran notablemente la calidad de vida. La sinergia de ambos factores fue modificando el trabajo en la oficina.
El avance de la tecnología no solo alcanzó a la informática y a las comunicaciones; también impactó tremendamente en el diseño y en la arquitectura. Los espacios de trabajo se transformaron en lugares más confortables, más eficientes, con un mobiliario más versátil y con mayor calidad de vida. El resultado fue mayor productividad, mejor servicio y un trabajo que en lugar de sufrirse, se disfruta.
Los mitos
La nueva oficina, o la oficina moderna, es un concepto muy estudiado por algunas empresas y en la actualidad se desarrollan exitosos sistemas de mobiliario enfocados en la funcionalidad, la durabilidad y la versatilidad. El desarrollo de este concepto deja en evidencia algunos mitos sobre la oficina que se arrastran desde hace mucho tiempo y que hoy no solo son cuestionables, sino que han sido abatidos por el diseño inteligente de espacios y mobiliario. Algunos de esos mitos son los siguientes:
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