Durante las últimas décadas se ha producido un cambio substancial tanto en el mercado laboral como en el perfil demográfico de los empleados. Las familias se han desplazado de la tradicional función masculina de sostén hacia las parejas de doble ingreso y las familias monoparentales.
En relación con el ambiente laboral, las organizaciones están requiriendo un aumento de la flexibilidad y la productividad a sus empleados. El tradicional "empleo de por vida" se ha transformado en un entorno económico de inestabilidad e incertidumbre. Las perspectivas y las expectativas de los trabajadores hacia el trabajo también han cambiado. Está surgiendo una nueva tendencia hacia el aprendizaje continuo, el desarrollo personal y profesional, y una mayor conciencia y necesidad de balance entre el trabajo y la vida personal que está afectando a las organizaciones a través del incentivo la introducción de políticas tales como la flexibilidad laboral. Como resultado, tanto hombres como mujeres han experimentado un aumento en las exigencias relacionadas con la vida familiar y laboral que debe ser abordado.

El balance entre el trabajo y la vida familiar y social (Work-life balance) es un fenómeno amplio y complejo, carente de una definición universal. Algunos investigadores lo definen como “el punto en el que una persona está igualmente involucrada y satisfecha tanto en el trabajo como en la vida familiar". La conciliación de estos dos aspectos a fin de encontrar un equilibrio, consta de tres componentes:

- Balance de tiempo: se refiere al equilibrio entre el tiempo que se dedica a ambos roles, el laboral y el familiar.
- Balance de compromiso: se refiere al equilibrio en el nivel de participación psicológica en el trabajo y en los roles familiares.
- Balance de satisfacción
: se refiere al equilibrio en el nivel de satisfacción que otorgan el trabajo y la vida familiar.

Cuando las personas se esfuerzan por satisfacer las demandas que les imponen tanto el trabajo como la familia, puede ocurrir un desequilibrio. El conflicto entre el trabajo y la familia puede definirse como una fuente de tensión resultante de la presión irreconciliable entre ambas esferas. Esto puede tomar dos formas: conflictos en el trabajo debidos a la familia, y conflictos con la familia debidos al trabajo.

Los conflictos entre la vida familiar y laboral pueden estar basados en el tiempo, la tensión o los comportamientos.

La investigación y las políticas dirigidas a conciliar la vida familiar y el trabajo se han centrado en las causas, las consecuencias y la forma de mejorar los niveles de este fenómeno. En este artículo se discutirán el cambiante mundo del trabajo en relación con el equilibrio trabajo-vida y los motivos por los cuales este balance debe ser tenido en cuenta, y proporcionarán algunas claves para empresarios y trabajadores.

El cambiante mundo del trabajo y la familia

En la Unión Europea, por ejemplo, aproximadamente un 19,2% de la población trabaja a tiempo parcial. En los últimos 20 años, particularmente en los países donde existen políticas de trabajo flexible, el trabajo a tiempo parcial ha ido en aumento.

La tradicional jornada laboral de ocho horas ya no es la norma. La aparición de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación asegura que los empleados puedan acceder al trabajo en cualquier momento; el horario flexible y el trabajo móvil ya se han incorporado en las organizaciones. Si bien estos avances han dado lugar a un cambio significativo en los entornos de trabajo, existen diferencias entre los distintos países.

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