Las herramientas portátiles – ya sean alimentadas o no alimentadas- se utilizan en casi todos los sectores. Facilitan la ejecución de tareas que, en otras circunstancias, exigirían un trabajo manual agotador. Sin embargo, estos útiles tan familiares pueden causar lesiones graves si no se emplean o se mantienen correctamente. Por este motivo debe prestarse especial atención al mantenimiento de las herramientas portátiles: se previenen y eliminan riesgos, y los equipos pueden seguir funcionando eficazmente, todo lo cual contribuye a una mayor productividad.

Las herramientas portátiles (aquellas que se pueden portar manualmente) pueden dividirse en herramientas portátiles no alimentadas, y herramientas portátiles alimentadas.

Entre las herramientas portátiles no alimentadas figuran las sierras, martillos, destornilladores, alicates, hachas, llaves, etc. Los mayores riesgos que plantean estas herramientas tienen que ver con su mala utilización o con un mantenimiento indebido. Las herramientas sin filo, por ejemplo, pueden dificultar el trabajo y provocar un mayor número de lesiones.

Las herramientas portátiles alimentadas pueden dividirse en varios tipos de acuerdo con la fuente de alimentación que utilicen: eléctricas (como las sierras circulares y los taladros); neumáticas (como los martillos, y las pistolas de aire comprimido); de combustible líquido (gas) (como sierras); hidráulicas (gatos); o pirotécnicas (pistolas grapadoras).

Las herramientas portátiles se utilizan de manera intensiva en las obras de construcción, por lo que los trabajadores se ven constantemente expuestos a los riesgos que comporta su utilización. Según un estudio al respecto, el segundo mayor índice de lesiones por utilización de herramientas manuales no alimentadas se registra en la construcción.

Peligros y riesgos asociados al mantenimiento defectuoso

Un mantenimiento deficiente de las herramientas portátiles en la construcción (ya sean manuales o no) plantea riesgos significativos para la seguridad y la salud de los trabajadores que las utilizan. Tales riesgos son proporcionales al estado de reparación de las herramientas y aumentan con el tiempo. A menudo se llevan a cabo reparaciones ad hoc de equipos dañados en las obras de construcción para que los trabajos sigan su curso. Tales reparaciones suelen realizarse con prisa, a la ligera, y recurriendo con frecuencia a soluciones improvisadas. Los equipos reparados con poca profesionalidad pueden resultar peligrosos.
Entre los peligros y riesgos que provoca un mantenimiento inexistente o inadecuado figuran:

Herramientas manuales
- Averías mecánicas o pérdidas de control al utilizar una herramienta con piezas defectuosas. Por ejemplo: los martillos con cabezas sueltas o dañadas, los destornillados con el mango roto o los bordes romos y las sierras sin filo.

Herramientas alimentadas
- Mal funcionamiento de dispositivos de seguridad tale como los interruptores de emergencia, cubiertas protectoras y otras protecciones. En caso de emergencia, estos dispositivos no funcionarán correctamente, o proporcionarán una protección limitada al trabajador, lo que, en algunos casos, puede resultar peor que no disponer de protección alguna, ya que transmiten una falsa sensación de seguridad.

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