| La compañía GlaxoSmithKline, una de las farmacéuticas más importantes del mundo, ha venido haciendo grandes cambios en sus oficinas a nivel mundial hacia un diseño abierto, o "smart space". Su renovada sede en Bogotá, concebida según estos nuevos criterios, significó un reto para Arquitectura e Interiores ya que se trata del primer proyecto en el país sin oficinas cerradas ni puestos fijos. Lograr un espacio abierto, flexible y productivo fue el desafío del diseño de este entorno de trabajo, donde el conocimiento se crea y se comparte a través de la interacción y el intercambio.
El proyecto de las nuevas oficinas de GlaxoSmithKline representó un reto para Arquitectura e Interiores, ya que la antigua sede contaba con gran cantidad de áreas cerradas para los directores y un sistema clásico de oficinas de los años 80. Plantear un nuevo sistema de trabajo requirió de un gran esfuerzo destinado a exponer los beneficios de este novedoso planteamiento.
El nuevo proyecto, que cuenta con 2.350 m2 de superficie, tiene un total de 160 puestos de trabajo que, junto con las áreas de encuentro informal, totalizan unos 220 puestos. Fue concebido de acuerdo con todos los lineamientos de la norma LEED, tanto en el diseño y en la especificación de los materiales y acabados, como en el aspecto técnico. Se tuvieron en cuenta tanto la eficiencia energética de los sistemas de aire acondicionado e iluminación, como los recursos hídricos en la instalación sanitaria.
La nueva sede se encuentra equipada con los últimos adelantos tecnológicos en materia de conectividad: la red de datos cuenta con cableado certificado 7A, las salas de juntas disponen de controles digitales touch screen, y todos los sistemas de control se encuentran automatizados.
El nuevo layout es completamente abierto, sin oficinas cerradas. El 80% de los puestos de trabajo se encuentra asignado y, adicionalmente, se han planteado espacios colaborativos y complementarios: quiet rooms para teleconferencias, una biblioteca como área destinada a las tareas que requieren concentración, high tables, y salas de reuniones informales abiertas y cerradas para desarrollar trabajo en equipo.
En este ambiente de oficina abierta, los empleados se agrupan con otros colaboradores de su mismo departamento en espacios llamados "neighborhoods", o barrios, sin puestos de trabajo asignados. El área pública, que aquí se denomina “townhall”, cuenta con zonas destinadas para el encuentro con los visitantes ajenos a la empresa, y con una cafetería dotada de un área flexible que funciona como espacio de trabajo para el empleado flotante. De esta manera, el layout aprovecha mejor el espacio y reduce la superficie necesaria para favorecer el sistema de trabajo de GlaxoSmithKline.
Esta nueva estructura es parte de los cambios que la empresa está haciendo a nivel mundial hacia una oficina abierta, o "smart space". En este sentido, la compañía llevó a cabo un estudio de sus instalaciones a través de un período de 10 años, y encontró que solo el 35% del trabajo documentado ocurrió en las oficinas y cubículos individuales, los cuales constituyen el 85% del espacio total.
Los proyectos de oficinas convencionales incluyen despachos cerrados para los directivos que ocupan entre 12 m2 y 24 m2 las cuales, paradójicamente, son poco utilizadas ya que los directivos son los que menos tiempo permanecen en su oficina.
Los análisis también demuestran que los empleados no ocupan su puesto de trabajo durante toda la jornada completa. Existe un porcentaje de ese tiempo durante el cual el puesto permanece vacío ya que los colaboradores se reúnen para trabajar en equipo, actividad que exige otro tipo de espacios.
Por todo lo expuesto, el desafío de esta nueva oficina se centró en lograr un espacio abierto y productivo, que promueva la comunicación y el trabajo en equipo, donde el conocimiento se pueda crear y compartir a través de la interacción de todos los colaboradores.
(...) La nota completa, en el número impreso |