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La actividad de la construcción genera una cantidad importante de residuos en relación con el volumen total de los materiales utilizados. El Facility Manager, el Property Manager, los propietarios, los arquitectos y los desarrolladores de edificios se encuentran en inmejorable posición para crear programas de reducción de residuos que apunten a disminuir gradualmente la disposición final de los mismos, estableciendo para ello metas concretas. Para lograr este objetivo es necesario encarar el problema a través de distintas estrategias tales como la reducción de la generación, la reutilización, el reciclaje, y un manejo serio y responsable de los residuos.
La construcción genera una cantidad importante de residuos en relación con el volumen total de los materiales utilizados. Esta realidad lleva a atender esta problemática ya que económicamente resulta ser un margen significativo de inversiones que se desechan en torno al 15 o 20% del valor total final de la obra. Desde otro punto de vista los residuos en general del tipo sólidos se transforman en un problema en lo que se refiere a su disposición final. En los países en vías de desarrollo la falta de políticas claras al respecto incrementa el costo energético ambiental asociado con la actividad económica. Dicho de otra forma, se desechan materiales que tienen un valor económico importante, y por otro lado, la falta de sistematización en el tratamiento de esos residuos genera impactos ambientales negativos, como así también un incremento en el consumo energético nacional.
La gestión de los residuos de la construcción es realmente desconocida y desordenada en la mayoría de los países de la región, siendo un hábito común la disposición en lugares inapropiados cerca del sitio de generación o, en el mejor de los casos, en vertederos sin control.
Las estrategias de gestión de los residuos tienen por objeto reducir los impactos ambientales y sanitarios de los desechos y mejorar la eficiencia de los recursos. El objetivo a largo plazo es convertirnos en una sociedad del reciclado, evitando el derroche y aprovechando el uso de los residuos como un recurso, siempre que sea posible. La meta es alcanzar niveles altos de reciclaje y reducir al mínimo la extracción de recursos naturales adicionales. Adecuar la gestión de los residuos es un elemento clave para garantizar la eficiencia de los recursos y el crecimiento sostenible.
Clasificación
1-
Residuos inertes
Los residuos procedentes de la construcción o la demolición están compuestos en un gran porcentaje por materiales inertes. Se trata de residuos no peligrosos que no experimentan transformaciones físicas, químicas o biológicas significativas. Los residuos inertes no son solubles ni combustibles, ni reaccionan física ni químicamente ni de ninguna otra manera, ni son biodegradables. Entre ellos, podemos nombrar a los vidrios, el hormigón, los ladrillos, las tejas, los cerámicos, la tierra y las piedras.
Por otro lado, en la fabricación de diversos productos que se utilizan en la construcción se emplean muchas sustancias peligrosas. En la mayoría de los casos estos materiales son relativamente seguros mientras se usan pero se convierten en un riesgo cuando se rompen, se derraman o son liberados de alguna manera.
2- Residuos no peligrosos
Existe otro grupo de residuos que no son tóxicos en sí mismos, pero que pueden reaccionar o sufrir transformaciones en las que se produzcan compuestos tóxicos. Por ejemplo: maderas tratadas, que pueden desprender gases tóxicos al valorizarlas energéticamente, y algunos plásticos no valorizables.
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