La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es fundamental para dirigir adecuadamente una organización: ya no basta con centrarse en los aspectos puramente financieros para operar en una sociedad cada vez más exigente. La dimensión social de la RSE destaca la importancia de las personas como elemento clave de las organizaciones; dentro de ella, la Seguridad y la Salud en el Trabajo (SST) constituye un elemento fundamental.

La Comisión Europea ha definido la Responsabilidad Social de las Empresas (RSE) como la integración voluntaria, por parte de las mismas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y las relaciones con sus interlocutores. El comportamiento socialmente responsable significa superar el cumplimiento de las obligaciones jurídicas invirtiendo «más» en el capital humano, el medio ambiente y las relaciones con todas las partes interesadas. Obviamente, garantizar la salud de los trabajadores y la seguridad de las condiciones laborales es una de las responsabilidades sociales de las empresas, por lo que puede considerarse parte integrante de la RSE.
A menudo se efectúa una distinción entre tres aspectos de la dimensión social de la RSE,  a saber:

  • Aspectos internos: gestión del capital humano, salud y seguridad en el trabajo (SST), ética empresarial, adaptación al cambio y aprendizaje en la empresa, elementos que requieren la participación de los trabajadores o de sus representantes.
  • Aspectos externos de ámbito local: colaboración ciudadana local que requiere la cooperación con socios comerciales, autoridades locales y ONG’s locales.
  • Aspectos externos de ámbito mundial: derechos humanos, problemas medioambientales mundiales, seguridad y salud en empresas proveedoras, colaboración ciudadana a escala mundial, que requieren la comunicación con los consumidores, inversores, organizaciones no gubernamentales (ONG’s) que operan en todo el mundo, etc.

Introducción a la RSE

Los principales elementos que contribuyen a impulsar la RSE son, por un lado, la necesidad de crear nuevas oportunidades (ampliar el mercado, mejorar la reputación) y, por el otro, controlar mejor los riesgos ligados a la actividad empresarial y que pueden poner en peligro la continuidad de la organización.
La RSE plantea también nuevas cuestiones ligadas a la gestión, como la importancia de contar con una vasta implicación de todos los interesados y de adoptar medidas innovadoras.

Habida cuenta de esta evolución, es evidente que la RSE está alterando rápidamente el contexto de la seguridad y la salud en el trabajo, lo que probablemente repercuta en las futuras estrategias de SST a escala regional, nacional o empresarial.

Perfiles  empresariales

En muchos casos, el perfil de las empresas que han implantado prácticas de RSE es socialmente innovador. Por lo general, al aplicar estos principios, la empresa se embarca en un proceso de aprendizaje, ya que el diseño general o bien no admite una plasmación precipitada o bien no se ajusta al carácter de las empresas individuales.

En numerosos  casos, las iniciativas en materia de RSE son fruto de una visión eficaz y de un concepto definido adecuadamente.  La sostenibilidad, la aceptación social, el liderazgo de servicio, la creación de nuevas empresas y nuevos mercados, el interés y el atractivo de los productos y servicios, el clima de armonía en la empresa, la promoción de la salud, la satisfacción de los interlocutores y la distinción de empresario modélico son, en todos los casos, instancias de conceptos u objetivos eficaces. Estos paradigmas y objetivos positivos todavía no se han convertido en elementos dinamizadores muy frecuentes dentro del ámbito de la seguridad y la salud en el trabajo, marcado aún por la tendencia dominante a la reducción y el control del riesgo.

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