|
Por Enrique Tellechea
El Facility Management surgió en los Estados Unidos y su origen estuvo íntimamente ligado al impacto que las tecnologías de la información habrían de tener sobre las organizaciones. En este artículo intentaremos repasar las distintas contribuciones que a lo largo del siglo pasado han explorado conceptos que servirían de base para construir esta disciplina que integra el Management con el diseño y la tecnología con las necesidades humanas.
La invención del espacio de trabajo
Las primeras experiencias que las empresas realizaron para construir un ámbito apto para el trabajo administrativo tomaron como base el sistema de producción fabril. De este modo, se ubicaron extensas filas de pesados muebles de maderas nobles alineados en salas similares a naves industriales. La sistematización del espacio, entonces, fue el primer concepto de diseño aplicado a los ámbitos de trabajo. Un mueble de mayor envergadura -a veces situado en un pedestal a modo de estrado en la cabecera del recinto- expresaba el modelo de organización empresaria basado en la verticalidad que caracterizó este extenso período. Por ese entonces, las nuevas urbes norteamericanas adquieren el perfil que les otorgan los edificios corporativos, y el Art Decó alcanza su máxima influencia estética. Con el tiempo, este ámbito abierto se transformaría en una sucesión de despachos separados por tabiques de madera en los cuales, uno, dos, tres o más empleados realizarán sus tareas en un estudiado aislamiento.
Evolución
Si bien hasta ese momento se habían logrado importantes innovaciones en el ámbito de los espacios de trabajo, la mayoría de ellas concentraba sus esfuerzos en dos áreas: la ergonomía y la funcionalidad.
Los estudios ergonométricos surgieron en la década del 20, alentados por las vanguardias del diseño y las teorías higienistas. La experimentación con materiales de producción en serie, tales como el acero y las placas multilaminadas, dio origen a nuevos conceptos en la fabricación del equipamiento para las empresas. Este proceso, iniciado tímidamente entre las dos guerras mundiales, adquiriría toda su dimensión innovadora con la expansión económica de la década del 50, dejando atrás la idea del “escritorio” como espacio de trabajo.
Las estructuras se abren
Las organizaciones seguirán su evolución, transformándose en entidades cada vez más complejas a medida que avanza y se consolida la universalización de los signos culturales. Los cambios también se verán reflejados en los espacios de trabajo. Las divisiones por áreas, la progresiva horizontalización en la toma de decisiones, la creciente profesionalización de los recursos humanos, anuncian los cambios que vendrán. La funcionalidad quedará expresada en la búsqueda de una flexibilidad que atienda los cambios y el crecimiento. Las oficinas "abiertas" (open office) serán el símbolo de esta transformación. Dotadas de módulos intercambiables capaces de generar distintas combinaciones en el espacio -aunque aún de un modo rudimentario-, se preparan para recibir la profunda revolución que el desarrollo de los sistemas informáticos tendrán sobre las empresas. La era de la información comenzaba a hacerse presente.
(...) La nota completa, en el número impreso
|