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Por Javier Mosquera En el sector de la construcción, el proceso completo de un proyecto -que va desde las primeras ideas hasta la finalización de la obra- obliga a la interacción de numerosos participantes, cada uno de ellos con roles diferentes, y la mayoría de las veces con intereses contradictorios. La metodología del Project Management aplicada a la construcción ha demostrado que es posible superar ese enfoque fragmentado, ya que minimiza los riesgos del proyecto, promueve el diálogo directo y logra una organización integrada en la que todos los actores involucrados forman un equipo y participan simultáneamente en la toma de decisiones. Pero en los actuales entornos competitivos, con fallas en la comunicación y una creciente dificultad para aceptar visiones diferentes, ¿es suficiente la aplicación de las herramientas técnicas para planificar, controlar, coordinar y administrar eficientemente los proyectos? ¿Cómo prepararse para poder responder a estos desafíos? Una persona que terminaba de construir su casa decía que “en una obra, el propietario transita por cuatro estados de ánimo: ilusión, desilusión, desesperación y resignación”. ¿Por qué puede un propietario llegar a resignarse? El Standish Group analiza desde hace quince años el desempeño de los proyectos informáticos en los Estados Unidos, y emite año tras año un informe muy conocido entre las empresas del sector, en el cual detalla las causas por las cuales solo uno de cada tres proyectos llega a buen puerto. El informe señala que -según la opinión de los Gerentes de Sistemas- los proyectos tienen problemas o se cancelan debido a los siguientes motivos: “porque los requerimientos son incompletos; por falta de participación del usuario; por falta de recursos; porque las expectativas no son realistas; por falta de apoyo de la Gerencia; por cambios en los requerimientos y las especificaciones; por falta de planificación; porque la necesidad deja de existir”. Es curioso cómo estos motivos pueden aplicarse directamente a la industria de la construcción actual. ¿Por qué hay tantos clientes insatisfechos? ¿Cómo dirigir proyectos y equipos de forma más eficiente? ¿Cómo hacer para reducir riesgos en los proyectos y agregar valor? ¿Cómo agregar valor a los proyectos y reducir riesgos? (...) La nota completa, en el número impreso |