| De cómo los herrajes de alta tecnología colaboran con sus innovadoras prestaciones en la transformación y el uso eficiente de los espacios de trabajo.
Actualmente resulta imposible pensar en un espacio o un puesto de trabajo sin entenderlo como un access point; desprovisto de una conexión a Internet o a una red, un puesto de trabajo ya no es tal.
La evolución en las tecnologías informáticas y de comunicaciones ha producido transformaciones de las más variadas características en relación con los espacios de trabajo.
Un claro ejemplo, que todos los que hemos participado de alguna forma en esta transformación podremos identificar fácilmente, es el tamaño y la capacidad de los equipos a través de los cuales los usuarios se conectan a Internet; desde la vieja PC de escritorio con grandes monitores de tubo, pasando por los monitores flat, las notebooks y las netbooks, hasta los hoy súper difundidos Smartphones, que liberan a las personas de las posiciones fijas de trabajo. Todo esto, indudablemente, ha tenido una enorme influencia sobre los conceptos tradicionales de interacción de las personas en su espacio de trabajo, la articulación de los equipos multidisciplinarios, y la construcción de nuevos ámbitos de distensión en los cuales se puede disfrutar y trabajar.
La posibilidad de realizar las tareas prácticamente desde cualquier lugar, y la de estar siempre conectados aunque no estemos físicamente en la oficina, nos lleva a considerar, en todos los nuevos desarrollos, a los espacios como estructuras cada vez menos rígidas, encontrando, en la flexibilidad de los mismos, la clave para la optimización de los m2 asignados para el proyecto.
Aceptada esta premisa -y teniendo en cuenta qué elementos son los que generan el máximo aporte para articular esta transformación espacial-, el herraje de alta tecnología se presenta como una importante alternativa. Esta clase de herrajes es una aliada para el diseñador a la hora de concebir los nuevos espacios y ha devenido en una herramienta de proyecto más, ya que contempla una gran variedad de terminaciones y aplicaciones junto con un elevado grado de confort y suavidad en el uso.
Los herrajes evolucionados, con altos grados de calidad y uso, contribuyen a mejorar el diseño de los espacios de trabajo en relación con los distintos enfoques sobre la calidad de los mismos. En este sentido, los sistemas corredizos aparecen como la principal opción a la hora de pensar en espacios transformables.
Desmitificando el sistema corredizo
Sin duda, el corazón de los sistemas corredizos está en sus rodamientos. El escaso nivel de desarrollo tecnológico de los mismos ha hecho que todos recordemos alguna mala experiencia al momento de mover una puerta equipada con un sistema corredizo: ruido insoportable, sensación de rozamiento metal/metal (carro con rodamiento de acero sobre riel de acero), puertas que se trababan y hacían muy dificultoso su desplazamiento, etc. Naturalmente, alguna o todas estas experiencias juntas hacían desestimar su consideración para un proyecto a menos que, por necesidades de programa, su uso fuera inevitable.
Afortunadamente esto ya no es así. Actualmente, la calidad de los herrajes y los rodamientos desarrollados respetan los más altos estándares internacionales y brindan un plus a la función y la agilidad en el uso en pos de la transformación del espacio.
(...) La nota completa, en el número impreso |