| La energía es la fuerza impulsora de nuestra sociedad. Algunos problemas apremiantes tales como el cambio climático, la dependencia cada vez mayor del petróleo y de otros combustibles fósiles, así como el aumento de los costos energéticos, hacen que nos replanteemos la manera en que producimos y consumimos dicha energía. A este respecto, las fuentes energéticas renovables representan una parte importante de la solución para un futuro energético sostenible.
La producción energética tiene un impacto clave en el cambio climático. El uso de energías renovables para calentar y enfriar, entre otros usos, da lugar a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y de la contaminación atmosférica. Además, el uso cada vez mayor de la energía producida con fuentes renovables, como la biomasa, es un medio importante de diversificar las fuentes energéticas, lo cual a su vez aumenta la seguridad del suministro energético reduciendo la dependencia del petróleo y del gas.
La manera en la que producimos nuestra energía constituye la base de nuestros esfuerzos para afrontar el cambio climático. El suministro energético sigue dominado por los combustibles fósiles, que emiten gases de efecto invernadero cuando los quemamos para obtener energía.
Las fuentes energéticas renovables, por otra parte, emiten solamente pequeñas cantidades de estos gases, o incluso ninguna. El aumento de su uso en nuestro consumo energético ayudará a reducir las emisiones y a paliar nuestra “huella de carbono” colectiva. El uso de energías renovables también ayudará a reducir la contaminación atmosférica.
Bioenergía: biomasa, biogás y biocombustibles
La biomasa deriva de diversos tipos de materia orgánica: plantas energéticas (semillas oleaginosas, plantas que contienen azúcar) y residuos silvícolas, agrícolas o urbanos, incluidos los residuos de la madera y los domésticos. La biomasa puede utilizarse para calentar, producir electricidad y producir biocombustibles para el transporte.
El uso de la biomasa reduce notablemente las emisiones de gases de efecto invernadero. El dióxido de carbono que esta desprende cuando se quema se contrapesa con la cantidad absorbida durante el crecimiento de la planta en cuestión. Sin embargo, hay siempre algunas emisiones derivadas de procesos como el cultivo y la producción de combustibles, de modo que la biomasa no está exenta completamente de carbono.
Los diversos tipos de biomasa utilizan diferentes tecnologías y procesos para la producción de bioenergía. La biomasa sólida (como la madera y la paja) puede utilizarse en procesos que incluyen la combustión, la pirólisis, la hidrólisis o la gasificación para producir bioenergía.
El biogás puede producirse con residuos orgánicos a través de la fermentación anaeróbica y puede utilizarse en vehículos adaptados para funcionar con gas natural.
¿Por qué la biomasa?
• Diversifica el suministro energético.
• Reemplaza a los combustibles convencionales que tienen alta emisión de CO2.
• Ayuda a reciclar los residuos.
• Protege y genera empleos en zonas rurales.
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