| El caso real de un pequeño incendio en un edificio de oficinas que ocasionó varias víctimas -algunas de ellas fatales- nos deja algunas lecciones que es menester considerar. El mal manejo de algunos factores cruciales tales como el sistema de alarma de incendio, el sistema de extracción de humo, el sistema de cierre de las puertas de la escalera de escape, la comunicación de los procedimientos de evacuación ante la emergencia y las normativas contra incendio, junto con las acciones de extinción que se llevaron a cabo, contribuyeron con el desenlace de la tragedia. Esta sucesión de errores, de improvisaciones y de incumplimientos que tuvo consecuencias tan inesperadas, nos compromete a no olvidar que, ante un siniestro, la prioridad es salvar vidas.
El viernes 17 de octubre de 2003, a las 17.02 hs., alguien detectó humo en un depósito del piso 12º en el 69 de West Washington St. en Chicago, la sede de la Administración del Condado de Cook. Fue el comienzo de unos de los incendios más importantes de Chicago en las últimas décadas, y uno de los que tuvo mayor repercusión.
Se puede afirmar que el evento fue de pequeña escala: se incendiaron aproximadamente 200 m2 del piso 12º, dentro de un edificio de 60.000 m2. Aun así, es importante señalar que, si el siniestro se hubiera producido un piso más arriba, las escaleras de los bomberos no habrían alcanzado y se podría haber incendiado el edificio completo.
Dado que se trataba de un edificio gubernamental, el siniestro desató una ola de críticas al gobernador del Estado de Illinois. Una de estas críticas apuntaba a la concesión del contrato de Facility Management a una empresa que había apoyado al gobernador durante la campaña electoral. Por este motivo, y para demostrar su inocencia, el gobierno contrató a la empresa James Lee Witt Asoc. -James Lee Witt venía de desempeñarse como Director de Manejo de Emergencias para Bill Clinton y era poseedor de un importante curriculum en este campos-, para investigar el siniestro.
El completo y detallado informe de James Lee Witt sobre el incendio contó con un estudio del Instituto Nacional de Tecnología y Estándares en el que se utilizaron dos software: uno de simulación dinámica del fuego (Fire Dynamics Simulator) y otro que permite graficar los resultados (Smokeview). En el informe se plasmó una larga lista de 81 puntos donde se detallan los errores que condujeron a la tragedia.
El lugar de los hechos
El edificio, una torre de oficinas de perímetro libre terminada en 1964, está ubicado en una esquina y consta de 35 pisos, con una superficie por planta de unos 1.600 m2 (60.000 m2 de superficie total). Fue diseñado por uno de los más prestigiosos estudios de arquitectos de Chicago: Skidmore, Owings & Merrill.
El edificio cuenta con dos escaleras de escape. La escalera Noroeste (NO), que se encuentra junto a un ascensor de servicio, y la escalera Sudeste (SE), más próxima a la zona incendiada, que cuenta con una antecámara; no está presurizada pero tiene un pleno para evacuación de humos que dispone de un louver que se abre automáticamente ante un aumento de la temperatura. De esta forma, si ingresa humo en la antecámara, el calor provoca la apertura del louver permitiendo que el humo escape por convección a través del conducto. Dentro de la antecámara también hay un gabinete de incendio –el que utilizarán los bomberos- y los conectores de telefonía que se instalan cada 5 pisos; el más cercano está en el piso 10º.
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