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Desde hace algún tiempo, los gobiernos de los países desarrollados vienen propiciando el teletrabajo en la administración pública como una manera de disminuir los costos estructurales y de aumentar la eficiencia en el sector. En los Estados Unidos, por ejemplo, se están ampliando las fronteras de la flexibilidad laboral con la puesta en práctica, desde el pasado mes de abril, de un audaz programa piloto. Tratando de dar un ejemplo radical en su propia casa, el gobierno ha puesto a prueba un Entorno de trabajo orientado a resultados (ROWE por sus siglas en inglés), con 400 trabajadores del Office of Personnel Management.
¿Qué tiene de novedoso ROWE? Se trata de una estrategia de gestión creada en 1993 por Jody Thompson y Ressler Cali, que consiste en que los empleados trabajen por resultados en lugar de hacerlo por permanencia en la oficina, además de contar con total libertad para decidir sus horarios siempre y cuando el trabajo se haga en tiempo y forma.
El concepto ROWE, que comenzó en las oficinas administrativas de la cadena de ventas Best Buy para luego implementarse en otras compañías norteamericanas como GAP, llegó ahora hasta la Administración Pública de los Estados Unidos y, a juzgar por los resultados, parece que la libertad de elegir cuándo, cómo y dónde trabajar vuelve a las personas más creativas y satisfechas, al mismo tiempo que representa una de las usinas de creatividad más significativas de la sociedad del conocimiento.
En definitiva, el principio elemental que sirve de base a la filosofía ROWE, es sólido y coherente: los resultados de una empresa o de un ente público no dependen de la presencia física de los empleados en la oficina sino de su capacidad para alcanzar los objetivos fijados. Porque si no hay resultados, no hay trabajo. Es así de simple.
Víctor Feingold
Arquitecto
Director FM |