| Renovar la pintura en las oficinas de una empresa puede ser una tarea ardua. Los horarios, el traslado de los materiales y los factores de logística que hay que considerar, incluso en un proyecto de pequeña escala, pueden transformarse en una pesadilla si no se planean bien las cosas. La programación de las tareas, la elección del material que se utilizará y las precauciones que se tomen serán de fundamental importancia -especialmente cuando la oficina no pueda ser desocupada-, a fin de evitar la aparición de molestias por la contaminación del aire interior.
Para llevar a cabo con éxito las tareas de pintura se requieren no sólo materiales de alta calidad, sino también que el FM se actualice con respecto a las últimas novedades en cuestión de productos y avances en la tecnología de aplicación. Pero sobre todo, deberá programar adecuadamente los pasos necesarios a fin de minimizar la interferencia con las operaciones de la empresa.
En la medida de lo posible, se debe tratar de programar los proyectos de pintura cuando el espacio está desocupado, pero esto no siempre es posible. Si hay que trabajar con la oficina parcialmente ocupada, lo ideal será seleccionar productos de alta calidad que contengan bajos niveles de compuestos orgánicos volátiles (COV) y ofrezcan buenas propiedades antimicrobianas. La elección de los productos adecuados posibilitará que las tareas de pintura deban realizarse con menor frecuencia.
Cuando la oficina no pueda ser desocupada, la naturaleza de la tarea encarada inevitablemente provocará situaciones de molestia. La remoción de la pintura, por ejemplo, puede ocasionar polvo en el ambiente. En este caso, si los ocupantes no se pueden trasladar temporalmente a una locación alternativa, se puede aislar el área de trabajo con plástico y cinta adhesiva para proteger a los ocupantes del movimiento, el polvo y los escombros que acompañan la labor.
La elección del material que se utilizará para pintar es de fundamental importancia. En el pasado, era usual seleccionar los materiales para pintar en base al rendimiento, la duración, la resistencia a la degradación causada por los productos de limpieza, el tráfico, etc. Hoy en día se debe considerar no sólo los motivos estéticos de la pintura, sino también otras cualidades tales como bajos niveles de COV y de olor, buenas propiedades antimicrobianas, además del mejor rendimiento.
Elegir los materiales
Las pinturas modifican la calidad del aire interior mediante la emisión de COV durante su aplicación, secado y curado. Los COV presentes en las pinturas son aquellos compuestos que contienen carbono, tales como la acetona, el benceno, el diclorometano, el etanol, la metiletilcetona, el tolueno y los xilenos. Cuando se mezclan con otras sustancias químicas presentes en el aire, pueden producir ozono y vapores tóxicos. Los compuestos como el etileno también pueden dañar las plantas.
Existen dos categorías de pinturas para interiores: a base de agua y a base de aceite. A las pinturas a base de agua se las conoce como pinturas “látex”. Por lo general, las pinturas a base de agua generarán menor cantidad de sustancias químicas y menores niveles de vapores químicos. La exposición de corto plazo a los disolventes puede ser considerablemente mayor cuando se usan pinturas al aceite, comparado con el uso de pinturas látex.
La mayoría de las pinturas contienen sustancias que sufren evaporación y estos vapores se trasladan al aire. La capacidad de estas sustancias químicas para afectar la salud varía ampliamente. Al igual que cualquier otra sustancia química, la posibilidad de una reacción adversa y la severidad y el tipo de efecto sobre la salud depende de muchos factores.
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