| El ciudadano medio urbano pasa más del 90% de su tiempo en espacios interiores. Proporcionar un ambiente de trabajo con una adecuada calidad de aire interior es muy importante para la salud y el confort de los ocupantes; además, permite mejorar su rendimiento y su productividad. Pero alcanzar este logro no es gratuito, requiere que muchas variables que influyen en el bienestar y la sensación de confort estén controladas dentro de unos límites aceptables, lo cual inevitablemente redundará en un gasto extra de energía y quizás de otros recursos. Por este motivo, es importante conocer cuáles son las estrategias que nos permitirán reducir el consumo de energía sin disminuir los niveles de confort adecuados.
Calidad del aire interior
El origen del problema de la calidad del aire interior lo encontramos en los ambientes cerrados que, en busca de la hermeticidad para reducir las fugas y el consumo de energía, eliminan las infiltraciones de aire, el principal problema que tiene un edificio en lo que a climatización se refiere.
A partir de algunos estudios que llevaron adelante la EPA (U.S. Environmental Protection Agency) y ASHRAE (American Society of Heating, Refrigeration and Air-Conditioning Engineering), entre otras entidades, se detectó que en ambientes cerrados la concentración de contaminantes se había elevado alrededor de 100 veces.
En su norma 62-2004, ASHRAE define como una buena calidad de aire interior “el aire en el cual no existan contaminantes conocidos en concentraciones dañinas, reconocidas por autoridades locales y en el cual una sustancial mayoría de personas (más del 80%) a él expuestas no expresen insatisfacción.”
Algunos de estos contaminantes pueden estar constituidos por partículas materiales, contaminantes biológicos, componentes orgánicos volátiles (COV), sustancias químicas en el aire, radón, etc.
No existe una única solución para tratar el problema de los contaminantes en el aire interior. Hay que adoptar estrategias específicas tales como la ventilación, la eliminación, la limpieza y el monitoreo de los mismos.
Las fuentes de contaminación pueden ser controladas utilizando los siguientes métodos:
• Eliminación. Eliminar la fuente de contaminación es el método ideal para controlar la calidad del aire en espacios interiores. Se trata de una medida permanente que no requiere operaciones de mantenimiento posteriores. Se aplica cuando se conoce la fuente de la contaminación.
• Ventilación. Tiene como finalidad diluir la concentración de los contaminantes. Se trata de sistemas que permiten la sustitución del aire interior por aire exterior sin tratamiento alguno.
• Limpieza. La limpieza del aire se puede hacer a través del uso de filtros. La elección del filtro adecuado se basará en su eficacia, en su capacidad para acumular partículas, y en el nivel exigido de pureza del aire. Es importante que se mantenga siempre limpio.
• Monitoreo. Consiste en identificar aquellos elementos que están en malas condiciones y definir una estrategia para tomar medidas correctivas.
Entre algunos de los dispositivos que hoy existen para mejorar la calidad del aire interior encontramos las Ruedas Entálpicas. Se trata de unidades rotativas de recuperación que ayudan a realizar la renovación del aire utilizando la energía del aire de salida de un ambiente para pre-tratar el aire de entrada, y de esta manera no perder energía adicional.
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