Una de las compañías mineras más grande del mundo, cuya actividad está concentrada principalmente en Chile, resuelve localizar sus oficinas corporativas en 11.000 m2 de un edificio situado en una de las áreas de mayor nivel y desarrollo de la ciudad de Santiago. La propuesta encomendada a Contract Chile se centró en lograr un estilo de trabajo basado en la integración de los distintos componentes del grupo minero. A nivel espacial la idea se reforzó a través de recursos arquitectónicos tales como la continuidad espacial del hall de triple altura que recorre la escalera abierta, el muro perforado sobre el que esta se respalda, el volumen pétreo que aloja a los ascensores, las vistas abiertas al paisaje, dando como resultado una lograda integración.

La propuesta se llevó a cabo en varios pisos de un edificio situado en una de las áreas de mayor nivel y desarrollo de oficinas AAA de Santiago. Su objetivo fundamental se centró en lograr un estilo de trabajo basado en la integración de los distintos componentes del grupo minero, para lo cual se optó por la convergencia de las distintas actividades comunes en un mismo nivel. De esta forma, las áreas de acceso común de carácter público, la cafetería y las salas de reunión y capacitación, se ubicaron junto a una muestra que ilustra la actividad de la empresa, su historia y su actualidad.

Esta idea se reforzó por la continuidad espacial que plantea el hall de triple altura cuyo escalonamiento es metáfora de la mina a cielo abierto; imagen de la espacialidad que generan los taludes, abalconamientos y vistas propios de una mina; evocación del anfiteatro, donde las miradas se encuentran y se produce la buscada integración espacial.

Así, la propuesta espacial consiguió integrar los distintos niveles a través de recursos arquitectónicos que refuerzan esta idea: la escalera abierta al espacio central que conecta los distintos niveles, el muro perforado sobre el que se respalda, el volumen pétreo que aloja a los ascensores. Además, el planteo asegura y dirige las vistas hacia el paisaje circundante como elemento cualificador del espacio, ampliando y acercando la presencia del entorno. En la concepción del área operativa se optó por la formulación de zonas espacialmente integradas que estimulen el trabajo en grupo, y se definieron espacios multipropósito en las distintas plantas, espacios cuyo objetivo es acoger distintas actividades que normalmente se dan en recintos distintos, tales como reunirse, trabajar, descansar.

También fueron consideradas las necesidades de flexibilidad y crecimiento, por lo cual se trabajó con una trama modular en la generación de los espacios, tomando como base la modulación de las ventanas existente en el edificio. Esto permitió homogeneizar la dimensión de los recintos y facilitó el planteo de la posibilidad de crecimiento futuro de manera ordenada y coherente.

Se apeló a un número reducido de tipologías de oficina con el fin de facilitar los cambios de personal y minimizar las diferencias jerárquicas dentro de la organización. Al plantear oficinas de tamaños similares se hace más eficaz el cambio de uso de un recinto determinado.

En cuanto al equipamiento, se optó por el uso del mobiliario de línea, ya que permite configurar puestos de trabajo con distintas fisonomías con sólo reorganizar las partes y piezas existentes, facilitando así el crecimiento de la dotación de puestos de trabajo.

La propuesta también consideró la iluminación natural como elemento ordenador del layout, apelando a una zonificación de acuerdo con la orientación; las áreas de trabajo se ubicaron hacia el sur para lograr una iluminación pareja que facilite el trabajo por períodos prolongados, y se propusieron grandes ventanales al norte para inundar de luz las áreas más públicas y de encuentro.

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