| Los edificios comerciales tienen un impacto significativo sobre el uso de la energía y el medio ambiente, ya que consumen aproximadamente el 40% de la energía primaria. De este porcentaje, la calefacción, la refrigeración y la ventilación son responsables del 48 % del consumo total. Se puede reducir el consumo de energía en los edificios comerciales a través de la eficiencia energética y el uso de fuentes de energías renovables tales como la energía geotérmica -que puede ser obtenida mediante el aprovechamiento del calor del interior de la Tierra-. Esto nos permitirá reemplazar o complementar los sistemas de climatización con muy poco consumo de energía adicional e impactos despreciables a nivel ambiental.
Las fuentes renovables de energía se basan en los flujos y ciclos naturales del planeta. Son aquellas que se regeneran y son tan abundantes que perdurarán por cientos o miles de años, las utilicemos o no; además, usadas con responsabilidad no destruyen el medio ambiente. Incrementar la participación de las energías renovables asegura una generación de electricidad sostenible a largo plazo, reduciendo las emisiones de CO2.
La climatización geotérmica se basa en la utilización de la gran inercia térmica del subsuelo como fuente de intercambio ya que, a unos tres metros de profundidad, este presenta una temperatura constante que oscila entre los 8ºC y los 18ºC, dependiendo de la ubicación geográfica. El procedimiento consiste en extraer el calor del subsuelo mediante el bombeo de un fluido. De esta manera, el líquido se mantiene a una temperatura constante que en el invierno resulta templada y en el verano, fresca en relación con la temperatura ambiente.
Como la temperatura del subsuelo varía en función de la profundidad, existe un amplio abanico para diversos usos que van desde la climatización de edificios hasta la generación de energía eléctrica. Dentro de la categoría de energía geotérmica de baja temperatura o de baja entalpía - entendiéndose como entalpía la cantidad de energía que un sistema puede intercambiar con su entorno- se abre la posibilidad del uso del subsuelo como elemento intercambiador de calor para la climatización. Este sistema permite cubrir las demandas de calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria, según las necesidades térmicas del edificio en cada momento del año con una mayor eficiencia energética que los sistemas convencionales.
Bomba de calor
El funcionamiento de una bomba de calor geotérmica (GHP por su sigla en inglés) es el mismo que el de cualquier aparato de refrigeración, salvo que el ciclo de funcionamiento es reversible; esto quiere decir que al invertir el flujo del circuito refrigerante, pasa de refrigerar a calentar.
El sistema funciona aprovechando el sencillo principio termodinámico de que “un gas se calienta cuando se comprime y se enfría cuando se expande” y nos permite transmitir la energía desde un foco frío hasta un foco caliente, en sentido contrario al flujo natural del calor.
Durante el invierno, los fluidos dentro de las tuberías -ya se trate de agua o de una solución anticongelante- acumulan el calor de la tierra y lo llevan a través del sistema hacia el edificio. En el interior, una unidad comprime el fluido, lo concentra, y luego libera el aire más caliente. Lo contrario ocurre en el verano: se extrae calor de la construcción y se transfiere a través de la bomba de calor a un circuito ubicado dentro del terreno, donde este calor es absorbido. Sólo se necesita electricidad para poner en marcha la bomba de calor, la bomba de las tuberías enterradas, y el ventilador de distribución.
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