| Sin lugar a dudas, la energía es hoy un factor decisivo en muchos aspectos. Su producción, precio, consumo y ahorro están marcando la pauta en gran parte de las naciones del planeta. El sobreconsumo eléctrico y la consecuente crisis que podría desencadenar son temas que tocan transversalmente a los más diversos frentes de nuestra sociedad, abarcando política, economía, academia, ciencia y empresa.
Durante los últimos años el precio de la energía eléctrica ha ido en aumento y al parecer nadie refutaría el hecho de que se mantendrá la tendencia en alza. Esto representa un gran desafío para todo el entorno empresarial. Independientemente del tamaño de la compañía, una cosa es clara: debemos aprender a convivir con los precios elevados de la electricidad.
En la actualidad, todas las compañías están tratando de hacer más con menos. Ese es el punto de partida. Para poder hacer más con menos, es necesario ganar en eficiencia y para eso es preciso que cada compañía mire todos sus procesos productivos para encontrar la forma en que puede ahorrar costos y ganar eficiencia.
Bajo ese paradigma, las empresas deben equiparse con productos y contratar servicios que les permitan ahorrar en su factura eléctrica de manera considerable.
Al mismo tiempo, las compañías buscan expandir sus mercados y competir a un nivel global, para lo que necesitan un nivel mucho mayor de disponibilidad, una tecnología mucho más robusta y de alta confiabilidad. Sus sistemas ya no deben estar funcionando desde las 8 hasta las 18, sino que deben trabajar las 24horas de los 365 días del año, para poder competir en el mercado global.
Pero, ¿cómo es posible mantenerse competitivo si los costos de operación siguen incrementándose? Al hablar de competitividad resulta evidente que la Eficiencia Energética no sólo es una buena acción con el medio ambiente, sino que es ante todo la clave de un negocio rentable. Su relevancia está estrechamente ligada a un tema económico. Ya no se trata de que las compañías “quieran” ser energéticamente eficientes, sino que ahora “están obligadas” a serlo.
Los empresarios ya están evaluando mecanismos para reducir gastos y el factor más importante a considerar es el costo de la electricidad, especialmente en las empresas con demanda de procesamiento de datos que cuentan con Centros de Datos, desde los más pequeños hasta los más grandes.
Si estimamos que casi el 20% de los costos de operación de un Centros de Datos típico corresponde sólo al consumo de energía eléctrica, queda claro que no estamos frente a un tema menor para las finanzas corporativas. De acuerdo con un estudio de la consultora IDC, a nivel mundial por cada dólar invertido en equipos se gasta US$ 0,50 en energía.
Recordemos también, que estos equipos deben mantenerse bajo cierta temperatura y, por lo tanto, cada vez que incrementamos el inventario IT de la empresa, estamos sumando calor. Ese calor debe ser refrigerado y los equipos de refrigeración funcionan, obviamente, con energía eléctrica.
Esta situación parece reproducir un círculo vicioso. Entonces surge una pregunta clave: ¿es posible reducir los costos operacionales a través de un uso más eficiente de la energía? Quienes se lo están preguntando en este preciso momento, podrían ponerse como objetivo número uno, incrementar exponencialmente sus conocimientos sobre la industria eléctrica y lo que la rodea.
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